THE STROKES

Julian Casablancas: voz / Nick Valensi: guitarra / Albert Hammond: guitarra / Nicolai Fraiture: bajo / Fabrizio Moretti: batería 

ÍNDICE

TEMAS SOBRESALIENTES

        - Introducción

2001 - Is This It

2003 - Room On Fire

The Modern Age (Is This It)

Someday (Is This It)

Last Nite (Is This It)

What Ever Happened (Room On Fire)

Automatic Stop (Room On Fire)

12:51 (Room On Fire)

 

INTRODUCCIÓN

 

Cinco chicos ricos de Nueva York con mucho tiempo en sus manos para ensayar y eliminar cualquier competencia. Seguramente ya están algo familiarizados con esta banda, una de las más populares y más mimadas por la crítica de hoy en día. Para mi gusto, sin embargo, los Strokes no están tan mediatizados como esos grupos de pacotilla de la onda de Linikin' Park, Limp Bizkit, Eminem y toda esa lacra. No importa, es bueno saber que existe hoy en día una banda como los Strokes, capaz de captar la unánime ADORACION de la crítica y de las masas consumidoras sin tocar nu-metal, rap-mierda, latin-dance ni nada parecido. Tal como sucedió con tantos grupos de la actualidad o del pasado reciente, los Strokes han sido llamados "Los salvadores del rock and roll". 

Paradójicamente, a pesar de ser un conjunto del nuevo milenio, la música de los Strokes no suena para nada moderna: es música "RETRO". No voy a decir "retrógrada" porque tiene una connotación muy negativa que sinceramente no comparto, pero sí "retrospectiva". La idea de esta banda no es presentar esquemas musicales inéditos ni explorar nuevos territorios de sonido; en lugar de eso, los Strokes se conforman con ser la última expresión de rock directo, tradicional, bien casero, basado en guitarras, bajos y canciones de dos minutos y medio. Nada novedoso digamos, pero su música transmite a veces una frescura y una energía jovial que pocas bandas de la actualidad pueden ofrecer, y eso en definitiva les otorga su enorme status. El espíritu de los Strokes tiene que ver con un "revival" de la escena garage-rock y pre-punk de Nueva York a medidados de los setenta, y para ello no escatiman en influencias de Television, Iggy Pop y, en menor medida de los Velvet Underground. El resultado de semejante cocktail suena bastante derivativo, por supuesto, pero al mismo tiempo su sonido es único, fresco y distinto. Elemental Watson; mezclar cosas preexistentes implica parecerse a ellas, pero al mismo tiempo la fusión de elementos nunca antes intentada da un resultado novedoso. Linda paradoja.

Claro que el motivo principal para que la cosa efectivamente funcione es que los instrumentistas son realmente competentes: el dúo de guitarras de Nick Valensi y Albert Hammond suena verdaderamente entretenido y fresco, con reminiscencias de Verlaine y Lloyd (Television), y el bajista Nicolai Freiture es sorprendentemente bueno, capaz de algunas líneas de bajo ultra-pegadizas y memorables. A eso hay que sumarle el ritmo monótono y simplón del italiano Moretti, quien apenas se gasta en meter rellenos y redobles, y por supuesto, la voz y composición de Julian Casablancas, que canta todas las canciones a través de un efecto de distorsión que hace a la singularidad del sonido, pero que en definitiva suena un poco caprichoso. Es un combo interesante, sin lugar a dudas, que toca una música bien urbana, divertida, ideal para las noches con amigos y ese tipo de cosas. Es también una música marcadamente punkoide, pero no al estilo "rebelde" y "metal" de Greenday o The Offspring (que detesto), sino en un estilo poppy, repleto de estupendos trucos de guitarra y algunas melodías intoxicantes.

Si hay que señalar un defecto, ese sería que su sonido es abrumadoramente limitado y formulaico. Por momentos pareciera que solo han hecho una canción en toda su carrera; claro que es un sonido entretenido y agradable, pero cuando uno se dedica a repetirlo automáticamente, cansa un poco. Ya saben, la vieja historia... no hay guitarras acústicas, no hay pianos... solo simple garage rock, directo y unidimensional, actualizado para el tercer milenio. Esto en definitiva hace que los Strokes estén un poco sobrevalorados, ya que sinceramente NO SUENAN como una GRAN banda: sí como una buena y entretenida banda de rock que vale la pena una oída. Además vamos a ser realistas: la monotonía de los Strokes no es tan terrible como la monotonía de, por ejemplo, Oasis, ya que si bien todos los temas se parecen, dentro de cada uno los instrumentos hacen cosas verdaderamente soprendentes, frescas y entretenidas. Sin contar también que es parte del espíritu de la banda... ¿Para qué quiere diversidad un conjunto de garage-rock? Si uno escucha a Television o los Stooges, quizá las principales influencias de los Strokes, también tendrá que escuchar una monotonía semejante.

No, no están nada mal. Simplemente esperen un grupo fuera de su tiempo, bien retro, bien setentoso, sencillo y sin ninguna pretención. Nunca esperen la gran revelación o la gran cosa, no lleven el apunte a los permanentes fellatios que la prensa inglesa les ha proporcionado. Entonces les gustarán moderadamente. Quizá hasta se vuelvan fans, aunque eso aún no ocurrió para mí.

 


 

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Is This It – 2001

8-/10

"It seems the game is simply neverending"

1) Is This It; 2) The Modern Age; 3) Soma; 4) Barely Legal; 5) Someday; 6) Alone Together; 7) Last Nite; 8) Hard To Explain; 9) New York City Cops; 10) Trying Your Luck; 11) Take It Or Leave It. 

mejor canción: Someday

El debut de los Strokes. Desde el vamos, el grupo ya ostenta todos los aspectos de su sonido retro bien aceitados y ajustados; llamar "punk" a esta música sería simplificar demasiado la cosa. Hay elementos del punk (si los riffs de The Modern Age, Someday y NYC Cops no son punk yo me llamo Margarita Ventura), pero también hay cosas de rock and roll directo, garage-rock, comienzos y finales abruptos (nada de fade-in o fade out) y mucha, mucha guitarra, instrumento que está más que cómodo interactuando en las manos de Nick Valensi y Albert Hammond, quienes evidentemente saben como componer algunas buenas y creativas líneas de rock and roll. Junto a la apretada sección rítmica de Nicolai y Fabrizio, se dedican a diseñar todo tipo de insistentes, ajustados y saltarines grooves rockeros. Sobre ellos, la voz marcadamente distorsionada de Julian Casablancas, canta frases bastante accesibles, pegadizas aunque no muy melódicas, bien en la antigua moda, imitando a Lou Reed casi con desesperación. Y ahí está el sonido de los Strokes; creativo, fresco, entretenido. Un poco derivativo y un poco formulaico también. Simple, pero no tan simple; las interactuantes líneas de guitarra con frecuencia bordean lo complejo y exquisito, más cerca de Television que de los Ramones, no se si me entienden.

De buenas a primeras es posible que el álbum suene insoportablemente monótono; es comprensible, debido a que es el mismo sonido repitiéndose sin excepción en todas las canciones. Es lo que me pasó a mí. "¿Qué es esto?" Me preguntaba pasmado ante la aparente insustancialidad y monotonía de los temas "¿ESTO ES?" (referencia semi-graciosa al título del álbum intencional, gracias por las carcajadas). Sin embargo, tras unas cuantas oídas, Is This It se vuelve TERRIBLEMENTE adictivo, al punto que el sonido, todo lo insustancial y monótono que quieran, se enrosca en tu / mi cabeza con una facilidad sorprendente. De pronto las líneas de guitarra empiezan a revelar sutiles cualidades melódicas y demoníacas capacidades rockeras. Las melodías de Julian se empiezan a pegotear en tus oídos como jalea de frambuesa... En rigor, siegue siendo una música pequeña e históricamente irrelevante, pero se revela totalmente IDEAL como soundtrack para fiestas con amigos, salidas nocturnas por la ciudad y todo ese tipo de cosas. Es una música joven, despreocupada, alegre y fiestera, de esas que pueden alegrar el alma.

Una cualidad sobresaliente de Is This It es su consistencia. Once tracks, ninguno de ellos demasiado malo, ninguno de ellos demasiado fantástico, todos buenos, todos sólidos, todos enteramente disfrutables individualmente y repletos de ganchos. No existe el concepto de "relleno". O bien son todos relleno o bien son todas gemas, depende del punto de vista que uno adopte. Para mí son todas gemas, aunque claro está, ninguno me vuela completamente la cabeza. Para eso hay que esperar al álbum siguiente. La única canción que no me sirve mucho es Barely Legal, que estuve a punto de colorear de ese tinte verdoso feo que uso para las canciones malas. No lo hice porque caí en la cuenta de que no es un mal tema; en realidad está a la misma altura que el resto, solo que no me provee tantos ganchos y encantos como otras: un ritmo punkoide insistente y monótono que no hace nada especial y unas vocales de Casablancas que se ponen un poco tortuosas por momentos. Pero no es una mala canción; crece con las escuchas, como todo aquí. Prestar atención al riff de una nota que aparece al minuto treinta y dos de duración: si eso no se parece a Television yo me llamo Teresa Suárez.

Pero extirpando la relativa falta de gracia de Barely Legal nos quedan todos ganadores. Is This It, que abre y da título al álbum, gana puntos con una estupenda línea de bajo, pegadiza y saltarina, que aparece magistralmente a partir del segundo verso, convirtiendo lo que venía siendo un somnoliento y gris inicio de álbum en una cosa adictiva que te mete de cabeza dentro del disco. The Modern Age ostenta a Casablancas imitando de forma maestra a Lou Reed, elevando una pista vocal altamente memorable enmarcada en un intoxicante groove punk. Pero eso no es todo; el furioso break de guitarra que aparece en el medio, con ese insistente y retumbante riff de trasfondo, es algo así como el paraíso del garage-rock. Luego del buen riff a lo Television de la decente Soma y Barely Legal llegamos al pico más alto y excelso del álbum. Me hago una pregunta: ¿Es que existe algo más pegajoso, intoxicante, vicioso y adictivo que ese punkoide riff inicial de Someday? Lo dudo, lo dudo mucho. Si alguien es capaz de mantener su cabeza quieta cuando entran esas guitarras haciendo chugga-chugga-chugga yo me llamo Griselda Martelli. Pero Someday es más que ese riff: la melodía vocal de los versos es anormalmente pegadiza y poppy, así como el estribillo. Les aseguro que los Ramones hubieran deseado componer un tema así. Alone Together es un tema más del montón, cuyos atributos sobresalientes vuelven a ser los riffs duales que interactúan impecablemente, un buen solo de guitarra y una atractiva melodía de Julian en la parte de "I am with you / Now I've got to explain".

El hit más conspicuo y resonante del álbum es Last Lite, que seguramente habrán escuchado en algún lado. Para mi gusto, el riff inicial es demasiado elemental y rústico en comparación a los del resto del álbum, pero cuando entra la pista vocal... Ahh! Absolutamente irresistible. ¿Y el solo de guitarra? Impecable. Hard To Explain también es bastante buena, y también bastante rara en cuanto a la melodía vocal. Empieza con un toque de batería totalmente hueco y robótico que suena como una máquina de ritmos de ocatava categoría, pero los riffs y melodías de guitarra, densos, intrincados y repletos de sutiles cambios, son más que disfrutables de cabo a rabo. Después llega el tema más crudo, visceral y heavy del álbum, New York City Cops, que me gustaría un poco más si el estribillo no sonara tan torpón, simplón y mamón. Igual así como está patea mayores traseros. El riff llanamente punk es bárbaro en su irreverente crudeza, y los ganchos de guitarra en el puente de "Nina's in the bathroom..." son magníficos y pegadizos. Un dato interesante es que la versión de Is This It que apareció en los Estados Unidos eliminó NYC Cops y la reemplazó por When It Started, a la luz del fatídico desastre del World Trade Center. Verán, el álbum apareció justo para la época del 11 de septiembre y aunque en principio esta censura puede ser condenada como nefasto revisionismo orwelliano, se entiende que luego de que cientos de policías dieran la vida bajo los escombros en New York, la frasecita de Julian "New York City Cops, they ain't too smaaaaaart" no era exactamente lo más apropiado y feliz del mundo. Eso lo entiendo; es censura, pero lo entiendo. Lo que no entiendo es por qué demonios cambiaron la cubierta. Claro, la original es muy pornográfica, demasiado obscena para la buena moral de los ciudadanos estadounidenses... por eso la reemplazaron por un dibujito pedorro lleno de fractales y no se qué otra boludez. El país más libre y democráctico del mundo; JA - JA - JA. De New York City Cops pasamos a la agradable Trying Your Luck, una de las más suaves y melódicas y a la punkoide Take It Or Leave It, que sinceramente no me atrae mucho: es lo más genérico del álbum: punk genérico. No está mal, pero podría vivir sin ese estribillo rasposo y gritón.

Pues bien: este es el álbum que inició la masiva popularidad de los Strokes. A la luz de esta música, coincido con algunos de que se ha exagerado un poco, pero uno tiene que agradecer que en tiempos de Limp Bizkits, Ricky Martins y Backstreet Boys aparezca algo REALMENTE fresco, enérgico y juvenil para neutralizar la escena musical. No serán revolucionarios ni innovadores. Serán un grupo retro que se dedica a repetir cómodamente lo que otros hicieron veinticinco años atrás. Pero no son ningunos pelmazos, saben hacer lo que hacen y son moderadamente talentosos, y eso me basta.

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*Room On Fire* – 2003

8+/10

"I want to be forgotten"

1) What Ever Happened?; 2) Reptilia; 3) Automatic Stop; 4) 12:51; 5) You Talk Way Too Much; 6) Between Love And Hate; 7) Meet Me In The Bathroom; 8) Under Control; 9) The Way It Is; 10) The End Has No End; 11) I Can't Win.

mejor canción: Automatic stop

Para algunos, Room On Fire es el mejor álbum del año, de este 2003 que hoy llega a su fin. No estoy en posición de juzgar tal cosa, pero lo que sí puedo decir es que se trata del mejor álbum de este año que escuché HASTA AHORA. Y no escuché muchos sinceramente: The Power To Believe, de King Crimson y Hail To The Thief de Radiohead. Room On Fire es superior a ambos. En rigor, no hay mucha diferencia con respecto al debut: es la misma banda con el mismo sonido, los mismos vicios y las mismas canciones. El oyente perspicaz advertirá quizá algunas innovaciones sutiles en el sonido, siendo la más obvia aquella en la que los tipos tocan melodías de guitarras que parecen sintetizadores, especialmente notables en Automatic Stop, 12:51, The End Has No End y I Can't Win. También empiezan a aparecer algunos tintes de reggae. Descartando eso, Room On Fire es un calco de Is This It, con el mismo sonido simple pero exuberante, la misma consistencia, la misma vena punkoide, las mismas vocales distorsionadas, los mismos finales abruptos y lo mismo, todo lo mismo. 

Lo único que para mí ha mejorado ostensiblemente es el nivel compositivo. Habrán notado por mi revisión de Is This It que más allá de las bondades de aquel LP, ninguna de sus canciones realmente me volaba la cabeza. Eran agradables, aceptables, interesantes... sí, pero no mucho más. Aquí la cosa, al menos desde mi perspectiva, cambia para mejor: muchas de estas canciones comienzan a ser VERDADERAMENTE buenas. Ahora sí, buenas, excelentes. Al menos cuatro o cinco de estos temas de Room On Fire me entusiasman más que Someday, que es mi favorita del álbum anterior. Y sabrán que para que algo sea mejor que Someday, tiene que ser BASTANTE bueno, no hay dudas. Las melodías de guitarras símil sintetizadores que antes mencionaba sin duda constituyen un flor de gancho, pero éstas solo constituyen un aspecto del cambio: las melodías vocales han mejorado notablemente, y las guitarras punkies siguen tan entretenidas como siempre. Además, el álbum se beneficia de una estructura compositiva que ensaya un nuevo modus-operandi bastante efectivo, mediante el cual las canciones empiezan un tanto ordinarias, toscas, sin arrojar su gancho principal pasados recién unos cuantos segundos... cuando finalmente arrojan el gancho principal, AH! ahí sí la cosa pega, y pega duro. Es inteligente; uno está escuchando algo que no parece gran cosa y de repente... ¡WAW! ¿De dónde sacan ese riff / melodía / tono? No sé, pero el cuerpo empieza a moverse solo. Contrasta con cosas como Someday, en las que el gancho más atractivo del tema aparecía desde el minuto cero.

El álbum abre con What Ever Happened, que parace un chiquitín genérica hasta que a los cuarenta y cinco segundos de empezada irrumpe un fenomenal quiebre de guitarra y entonces sí, empieza a gustarme la cosa. La melodía vocal del verso que sigue a continuación es genial, exuberante y potente. Con Reptilia se da un caso similar: arranca sin llamar demasiado la atención (y MUY parecida al comienzo de What Ever Happened, ni siquiera se molestaron en cambiar de nota), pero de a poco se va transformando en algo realmente atractivo. El riffeo inicial es ciertamente interesante, pero la cosa empieza a ponerse buena cuando al minuto y cuarto de duración irrumpe un pegadizo riff totalmente nuevo que traslada la canción a otros terrenos, incluyendo un solo de guitarra admirablemente melódico al que le sigue un penetrante stacatto de bajo antes de retomar el riff regular. Suena casi como una mini-suite, intensa y repleta de buenas melodías de guitarra.

Sin embargo, el álbum REALMENTE empieza a gustarme con la genial, magnífica, espectacular Automatic Stop, una especie de reggae bien pegajoso, inmaculadamente compuesto, sobre un triángulo amoroso ("So many fish / There in the sea / I wanted you / He wanted me"). Todavía no puedo decidir qué me entusiasma más; si los versos agradables y caribeños, el magnífico stacatto de guitarra que sirve de puente o el FABULOSO estribillo, el mejor del álbum, con una melodía vocal sencillamente clásica articulada en contrapunto con una inolvidable secuencia melódica de la guitarra solista ¡A eso le llamo inmaculada composición pop carajo! Ojo! que el single 12:15 no se queda atrás: el riff inicial imita un poco al de Last Nite, superándolo sin problemas, sin contar la ESTUPENDA y pegadiza melodía de los versos, que articulan al unísono la voz de Casablancas y la guitarra de nosequién, resolviéndose maravillosamente en una secuencia melódica de lo más perfecta, en dónde la guitarra eléctrica realmente parece un sintetizador. Está claro que las primeras cuatro canciones son ganadoras indiscutidas, y al menos dos de ellas superan con certeza cualquier cosa de Is This It.

You Talk Way Too Much palidece inevitablemente en comparación, no obstante cuenta con un ADICTIVO riff a lo Velvet Underground que patea mi hígado como veneno. El problema es que la melodía de los versos no parece estar a la altura, aunque se torna bastante agradable con las sucesivas escuchas. Un tema al que nadie lleva demasiado el apunte es Between Love And Hate, y es injusto, ya que se trata de una cosa irresistiblemente funky que arranca de forma pedestre, pero que empieza a pegar sin piedad cuando entran las potentes líneas de bajo en el segundo verso, y que deriva en una fiesta rítmica para los sentidos en el ANORMAL estribillo, donde entra una mezcla de funk y reggae, incluyendo una maravillosa guitarra casi slide haciendo delicias melódicas, que invita a bailar y a sacudir el cuerpo. Remata esta joya un inesperado solo de guitarra bien a lo Chuck Berry. Between Love And Hate es la gema olvidada del álbum. En contraprestación, Meet Me In The Bathroom es una de las cosas más ordinarias y olvidables; a pesar de todo lo que la escuché la cosa falla en encajarse en mi memoria, aunque reconozco que tiene un estribillo bastante bueno. Under Control es una balada, la primera jamás compuesta por el grupo; su principal atractivo es la hermosa melodía de las guitarras, que sirven de permanente respaldo para la pista vocal de Julian. The Way It Is comienza con un riff muy punk, muy descerebrado y a decir verdad la canción no tiene demasiado atractivo, ya que la melodía vocal es repetitiva, predicible y casi carente de ganchos. Esto cambia drásticamente en los dos temas finales; The End Has No End es brillante: sus versos minimalistas y despojados contrastan con un puente inolvidable, donde una excelsa melodía de guitarra-sintetizador a lo Automatic Stop vuelve a hacer de las suyas contrastando con la melodía vocal, totalmente irresistible. I Can't Win no podría ni soñar con un gancho similar, pero cuenta con un buen riff atrapante y una nueva imitación de Lou Reed por parte de Julian, ideal para concluir el álbum en una nota bien punk.

No es la gran maravilla, pero funciona un poco mejor que Is This It y contribuye algunas canciones que sin duda querrás tener en tu stéreo la próxima vez que salgas en el auto con tus amigos (si es que tienes auto, si es que tienes amigos). Automatic Stop ya cuenta como una de mis canciones favoritas de la actualidad. Recomendado.

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