sobre el autor de esta página
Hola ¿Cómo les va? Si han caído fortuitamente en este sitio se estarán preguntando quién es este muchacho que escribe acá y qué autoridad tiene para críticar álbumes de rock que nunca soñaría con componer y, como si eso fuera poco, ponerles nota. Vamos contestando de a poco la primera pregunta: mi nombre es Federico Fernández, soy un argentino de 24 años, y vivo en Beccar, un suburbio a cuarenta minutos (en tren) de la hipófisis de Buenos Aires. Actualmente me arrastro por el sexto año de mi carrera universitaria en Ciencias de la Comunicación. Hasta hace poco trabajaba seis días a la semana en algo que nada tiene que ver con eso, pero por fortuna me he liberado, y he vuelto a la búsqueda de nuevos derroteros por los cuales encauzar la vida. Me pregunto, de todas formas, por qué motivo una cosa como la "vida" debe ser encauzada.
Escucho música rock desde los 7 u 8 años de edad; un par de discos que tenía mi viejo dando vueltas por ahí (quien bajo ningún punto de vista es un gran entusiasta del rock) bastaron para interesarme en el género desde los inocentes días de la infancia, y desde entonces no he dejado de comprar CD's, leer sobre distintas bandas, interesarme por los tantos grandes artistas que dan vueltas por el mundo y escuchar varios álbumes enteros casi todos los días de mi vida.
La segunda pregunta es sencilla: no tengo más autoridad para revisar álbumes que cualquier oyente de música rock, o que cualquiera de mis lectores. Lo hago porque me gusta, porque me apasiona, porque quiero compartir mis impresiones con todos aquellos entusiastas de la música que anden dando vueltas por internet. La triste verdad es que el rock clásico no es muy popular entre los adolescentes y jóvenes de hoy en día; por algún motivo se ha establecido firmemente la idea superficial de que la música no es más que un mero entretenimiento para salidas nocturnas, y encuentro cada vez menos personas que puedan sentarse apreciar una buena melodía, un buen riff blusero, una buena letra, en fin: una buena canción pop. Para los chicos de mi edad está bien si la música "te pone pilas", pero les importa un rábano si transmite sensaciones, si hay un buen músico tocando o si hay un arreglo original. Además hay qué ver qué es "poner pilas" para ellos, porque hace poco tuve la oportunidad de pasar un tema como "Won't Get Fooled Again" a todo volumen (más energía que eso imposible) en una reunión con amigos y, entre la indiferencia generalizada, algunos se pusieron a pedir de rodillas que pusiera otra cosa. Simplemente vamos por canales separados; hay una pasión desmedida por la música electrónica moderna para bailar, la cual está bien para mover el esqueleto unos diez minutos, pero no para escuchar en todo tiempo y todo lugar. El universo de la música, en mi opinión, va mucho más allá de un zopenco tocando botoncitos para que la gente baile. Por lo tanto esta página es ante todo un llamado a la solidaridad a todos aquellos fanáticos del rock clásico que están por ahí, para canalizar todo el entusiasmo que mis amigos lamentablemente no comparten. Con mis críticas trato de hacer un análisis de la música que escucho, pero en definitiva nunca voy a tener la razón absoluta ni la última palabra; todo lo que escribo lo hago con humildad y sin mayores pretensiones, esperando que también los lectores aporten lo suyo a través del permanente intercambio de ideas.