RADIOHEAD

Tom Yorke: voz, guitarra y teclados / Ed O'Brien: guitarra / Jonny Greenwood: guitarra / Colin Greenwood: bajo / Phil Selway: batería

ÍNDICE

TEMAS SOBRESALIENTES

        - Introducción

1993 - Pablo Honey

1994 - My Iron Lung EP

1995 - The Bends

1997 - OK Computer

1998 - Airbag: How Am I Driving EP

2000 - Kid A

2001 - Amnesiac

2002 - I Might Be Wrong: Live Recordings (live)

2003 - Hail To The Thief

Creep (Pablo Honey)

Punchdrunk Lovesick Singalong (My Iron Lung)

The Bends (The Bends)

Fake Plastic Trees (The Bends)

Mi Iron Lung (The Bends)

Street Spirit (Fade Out) (The Bends)

Paranoid Android (Ok Computer)

Subterranean Homesick Alien (Ok Computer)

Karma Police (Ok Computer)

Lucky (Ok Computer)

Optimistic (Kid A)

Idioteque (Kid A)

Pyramid Song (Amnesiac)

Knives Out (Amnesiac)

2+2=5 (Hail To The Thief)

There There (Hail To The Thief)

A Punchup At A Wedding (Hail To The Thief)

 

INTRODUCCIÓN

 

Dicen que Radiohead es la mejor banda de la actualidad. Dicen. Ciertamente los tipos gozan del beneplácito de la crítica especializada, tienen bastante prensa, venden gran cantidad de álbumes y una inmensa legión de fans los sigue dondequiera que toquen. ¿Está esto justificado? ¿Valen realmente la pena estos ingleses de Oxford? Porque ustedes ya conocen aquel repetido cuento de tantas bandas de rock actuales rodeadas de un hálito publicitario gigantesco, mucho mayor del que se merecen. Esas bandas que ganan grammys, que todo el mundo alaba y cuyos temas saturan las radios y la MTV pero que en el fondo son bastante malas o, en todo caso, menos buenas de lo que se anuncia. Nirvana, Limp Bizkit, Lenny Kravitz, Oasis, Coldplay, Korn... solo por nombrar algunos ejemplos. En la escena musical actual parecería que cuanto más prensa se tiene, más grammys se ganan, peor es el grupo. ¿No?

Pues bien. No es este el caso de Radiohead. Esta banda inglesa es quizá el único grupo de rock de los 90 que merece la mayor parte de los elogios entusiásticos que recibe. No quiero ponerla a la misma altura que los mejores grupos de aquellos años dorados (los 60) y no sé hasta que punto son “La mejor banda de la actualidad”. Lo que me ha sorprendido de ellos es la increíble frescura y la pasmosa creatividad y diversidad de muchas de sus canciones, que para una década infestada de Spice Girls y Backstreet Boys son más que redentoras. ¿Los salvadores del rock? Desde esta aspecto, diría que en parte sí.

Yo lo entiendo de esta manera. Radiohead nació como una banda de rock alternativo y brit-pop post-grunge bastante ordinaria, cualunque y anquilosada en clichés (aunque seguramente mejor que muchas otras bandas de las mismas pretenciones). Su infausto tema de bautismo, Creep, no es malo, pero tampoco es muy sobresaliente: nada que no hayamos escuchado antes por otras doscientas setenta bandas yankees o británicas similares. Las mismas consideraciones pueden extenderse hacia su álbum debut. Pintaban para ser tan solo una banda más. Buena, como cualquier banda de hoy puede ser buena. Sin embargo había algo más. No se si Thom Yorke es una especie de genio creativo o si los otros dos guitarristas son realmente fenomenales e innovadores, pero la cuestión es que Radiohead era mucho, MUCHISIMO más que Creep. Su segundo álbum es clave. Como amante del rock clásico de los 60 que soy, nunca fui muy fanático del estilo musical grunge, alternativo, “noventoso” de The Bends. Sin embargo, una escucha a ese disco es reveladora: llevado a su máxima expresión de melodía y elasticidad, el “rock alternativo” puede ser tan válido y excitante como cualquier otra cosa. Y así como otras bandas similares no conseguían más que machacar con paredes de guitarras eléctricas saturadas y melodías sin matices (ejem, Oasis, ejem), Radiohead nos revela un mundo sorprendente de dinámica, creatividad y sutileza que hace de The Bends el mejor álbum de rock alternativo jamás grabado, posiblemente superior a cualquier cosa de Nirvana (Nevermind incluido).

Si Yorke, líder indiscutido del grupo, hubiera decidido continuar con más álbumes de igual calidad y estilo que The Bends, Radiohead ya tendría grandes méritos. Hubiera pasado a la historia, seguramente, como la mejor, o una de las mejores, bandas de rock alternativo de guitarras de los 90. Pero la grandeza de Radiohead es que se tomó el trabajo de EVOLUCIONAR. Parece mentira que desde una obra tan redonda como The Bends la banda haya podido efectivamente evolucionar, hacerse cada vez más arriesgada y al mismo tiempo mantener intacto su nivel artístico. Y fue así que el rock post-grunge de guitarras de The Bends dejó lugar a una música más compleja y progesiva, que sacrificaba considerablemente el sonido de guitarras machaconas en favor de atmósferas depresivas y delicadas texuras sonoras, epitomizadas en el gran Ok Computer. Luego, la banda se orientó definitivamente hacia terrenos aún más intelectuales, densos y complicados, bien alejados del mainstream (aunque sin perder éxito comercial), con álbumes como Kid A y Amnesiac, pletóricos de ruiditos extraños, experimentos electrónicos con diversas teconologías y melodías bizarras que ocasionalmente tenían éxito (Everything In It's Right Place) y ocasionalmente no (Where I End And You Begin). Esta última etapa de la banda no deja de ser interesante, aunque, para serles franco, jamás volvieron a acercarse siquiera a la grandeza de The Bends y Ok Computer.

En definitiva: tenemos un grupo que fue capaz de componer EL MEJOR rock-grunge de la pasada década y que supo moverse hacia terrenos cada vez más complicados sin perder el toque, haciéndose más y más interesante, más oscura, más extraordinaria. O sea que son una excelente banda de rock moderno. Caso cerrado. El otro debate pasa por preguntarse si Radiohead le abrió nuevas puertas al rock, si fueron experimentales, si fueron revolucionarios, si cambiaron la música para siempre... o si tan solo hicieron álbumes bien escritos pero que musicalmente no aportaron nada novedoso, si solo ensayaron lo que otros habían ensayado antes. Ah, si habrá diferencias en los oyentes sobre este aspecto. Habiendo escuchado su producción en un 99% podría afirmar que los tipos no inventaron nada realmente fuera de lo establecido. Y no se les puede culpar porque... ¿Quién está inventando algo totalmente revolucionario hoy en día? Radiohead es básicamente rock-pop posmoderno y cuando no es eso es música electrónica posmoderna. O sea, nada que exista solo porque existe Radiohead. En realidad se puede debatir si esas cosas electrónicas raras que han venido haciendo en los últimos años son realmente una innovación propia, pero en todo caso aquellos están lejos de ser los mejores logros del grupo. 

Esto no equivale a decir que no sean originales o que no sean experimentales. Son bastante originales porque partiendo de claras influencias de U2, R.E.M y Nirvana, han logrado forjar una identidad muy personal en torno a sus melodías y arreglos: todavía quiero escuchar alguna canción que suene remotamente similar a Paranoid Android o a Morning Bell o a Life In A Glasshouse. Y son experimentales... no en el sentido estricto del término ya que como dije no han traído al mundo nada realmente inédito, pero sí en el sentido de que, desde su cómoda posición tras Ok Computer, se han arriesgado, se han expuesto al disgusto y al reproche popular con algunos esquemas musicales bastante oscuros, audaces y apartados de la norma vigente en el mainstream marketinero de hoy en día (Kid A es el ejemplo más acabado). Podrían haber seguido siempre con la misma, un The Bends 2 quizá, pero ese no es el espiritu de una banda que pretende ser recordada por más de un par de años. Sobre el éxito artístico real de estos últimos trabajos "oscuros" me referiré en las revisiones de cada álbum.

Radiohead no es entonces una banda experimental per se, pero sí una banda extraordinaria. La clave está en los arreglos de sus álbumes. Los arreglos musicales y melodías de Radiohead deben ser de lo mejor jamás producido en los últimos años. Todavía debo escuchar una banda actual que labure en el estudio como Yorke y compañía; su dedicación y capacidad para no sonar trillados ni convencionales es verdaderamente admirable y eventualmente deriva en álbumes que son SIEMPRE atractivos al oído y que solo raramente contienen basura. Sus discos rebosan por todas partes con hermosas melodías (Yorke sí que sabe cómo traer al mundo una buena melodía pop), fantásticas armonías vocales, texturas sorprendentes, atmósferas de otro mundo, partes instrumentales ajustadas, contrastes inteligentes, cosas bizarras y todo ese tipo de cosas. En este sentido, Radiohead es todo lo contrario de “monótono” y “plano”, o sea, todo lo contrario de Oasis o Coldplay. Es una banda repleta de mesetas, montañas y relieves... que un día te tira un riff byrdiano como el de My Iron Lung, que después te rockea la casa a todo culo como en 2+2=5, que la día siguiente te entrega melodías emocionantes como en Karma Police, que depués te hace sacudir las caderas con A Punchup At A Wedding y que te aplasta con la evidente belleza de Paranoid Android luego de un paisaje floydiano como el de How To Dissapear Completely o una atmósfera misteriosa como la de In Limbo. Es así: sorpresa tras sorpresa, melodía tras melodía, truco tras truco, exactamente como una buena banda de rock clásico. Y, como plus, para ser una banda "alternativa" hay que reconocer que no es muy ruidosa ni bochichera. En este sentido su debut Pablo Honey es bastante latoso, pero enseguida fueron lo suficientemente inteligentes para darse cuenta que el buen rock no se logra haciendo la mayor cantidad de ruido posible sino acentuando la melodía, el ritmo y la facultad de combinar sonidos copados. Es una banda genuinamente creativa cuyos matices y sentido de la dinámica te van a volar la cabeza si eres amante del rock clásico (como yo) pero te sientes decepcionado con las cosas que se producen hoy en día (como yo). En rigor no han revolucionado nada, pero han hecho algo quizá aún más admirable: hacer algo completamente fresco y sorprendente con los mismos géneros de siempre, cambiando siempre, innovando y manteniéndose bien lejos de eso que se llama previsibilidad. El pop, el rock y lo electrónico fusionados de la mejor manera posible.

Ahora bien, Radiohead no es la banda perfecta, tiene sus limitaciones. Primero, no puedo ni siquiera simular que están a la altura de Pink Floyd o los Beatles o aquellas grandes bandas clásicas. Son una excelente banda moderna, pero todavía le falta muchísimo por demostrar. Según mi modo de ver los tipos han sacado solo DOS grandes álbumes. Ok, es cierto que unas cuantas bandas "grandes" habrían matado por componer dos joyas absolutas como The Bends y Ok Computer, pero eso tampoco alzanza para estar en lo más alto del pedestal. Todo álbum de Radiohead guarda siempre su atractivo debido a la inmaculada producción y a la cuidada ingeniería de sonido, pero salvando los mencionados títulos siempre hay algún relleno dando vueltas por ahí, sobre todo en los últimos dos álbumes que sacaron. Además no puedo decir que sean una gran banda en vivo: todavía me falta ver y escuchar muchos de sus conciertos, pero por lo que ví me dio la impresión de que las performances en vivo de sus clásicos son inferiores a las versiones de estudio y su música pierde en el escenario mucha de la riqueza, la belleza y el fuego que ostenta en sus discos. No Suprises en Ok Computer es una joya absoluta; en directo parece una cancioncilla más. Es en esta instancia cuando Radiohead suena más bien hueco, cuando parece efectivamente una banda cualquiera y sus canciones parecen menos de lo que son (o bien demuestran lo que realmente son, según se quiera ver el vaso medio lleno o medio vacío). Creo que además la imagen escénica de la banda no ayuda para nada: los bailes frenéticos y las muecas desencajadas de Thom Yorke babeándose sobre el micrófono son más bien patéticas y la pintura de los demás tipos tocando tirados en el piso con computadoras y aparatos extraños no está muy a tono con "la mejor banda de la actualidad". Quizá esta sea la "nueva forma" de hacer rock en vivo en el siglo XXI, pero no culparía a nadie que se sienta decepcionado viendo a Radiohead tocando en un video. Sus álbumes de estudio son otra historia.

Dicen que es la mejor banda de la actualidad. No puedo jactarme de conocer a fondo la música que se produce hoy en día, pero por lo que sí escuché coincido. Oasis puede ir a pelar zanahorias.

 


 

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Pablo Honey – 1993

6+/10

"I wish I was special"

1) You; 2) Creep; 3) How Do You?; 4) Stop Whispering; 5) Thinking About You; 6) Anyone Can Play Guitar; 7) Ripcord; 8) Vegetable; 9) Prove Yourself; 10) I Can't; 11) Lurgee; 12) Blow Out.

mejor canción: Thinking about you

Woha! aquí hay un álbum que nadie parece apreciar demasiado. De hecho, los fans de Radiohead usualmente te dirán: “¿Pablo Honey?, pasalo por alto, andá directo a The Bends” o algo por el estilo. ¿Tan malo, tan poco auspicioso es este debut? ¿Qué tiene tan horroroso para que la gente lo odie tanto? Pues bien, según mi modo de ver, el problema con Pablo Honey no es que tenga malas canciones o que no tenga melodías o que carezca de cosas pegadizas, sino que es ante todo un álbum ORDINARIO, un álbum que no parece tener mucho de especial dando vueltas y que no sobresale gran cosa sobre lo que cualquier otra banda post-grunge podría estar grabando en 1993. ¿Por qué? Básicamente porque es una colección de discretos rockers alternativos saturados de guitarras ruidosas y letras llenas de ira simulada, sin la profundidad ni los matices que tendrían los discos de Radiohead de aquí en adelante. Ese tipo de música que abunda tanto en los 90 y que no parece tener nada de especial. Eso es Pablo Honey, un álbum de rock alternativo más.

Ahora bien, de ninguna manera voy a decir que se trata de un álbum MALO. Para nada. En todo caso un álbum discreto, ordinario, mediocre... eso sí pero ¿Malo? ¡Imposible! Es cierto que los abundantes y torturados ataques eléctricos, en la tradición “tomemos-nuestras-guitarras-y-veamos-que-tanto-ruido-podemos-hacer”, pueden irritar un poco, pero sinceramente he escuchado cosas aún más molestas y ruidosas en mi vida; aquí al menos las paredes de guitarras parecen estar tocando alguna melodía en el 90% de los casos. También es cierto que muchos de los temas son totalmente olvidables y se confunden unos con otros hasta el punto del hartazgo, pero al mismo tiempo casi todos, aún los peores, nos reservan siempre algún gancho musical interesante, sobre todo en los estribillos. Y aunque globalmente Pablo Honey no resulta una escucha muy placentera, al fin y al cabo tiene sus toques de ingenio y creatividad, expresados más que nada en la primera mitad y en cositas realmente efectivas como los riffs jazzeros de Blow Out y los hermosos arreglos acústicos de Thinking About You. Se podría concluir que Pablo Honey es un decente esfuerzo alternativo de una banda alternativa más, que NI A PALOS anticipa cosas como Ok Computer pero que tiene sus momentos agradables, que saldrán a flote con las repetidas escuchas.

A diferencia de otros álbumes de Radiohead, Pablo Honey ostenta muchos momentos bastante planos y carentes de contenido... I Can’t?, Vegetable?, Prove Yourself? Lurgee? No puedo decir una sola palabra sobre esas canciones, siempre me pasan desapercibidas y tengo que volver a escucharlas si me preguntan por ellas. Sospecho que esto es porque son muy parecidas entre sí, pero al mismo tiempo ocurre que si las tomamos individualmente y nos esforzamos en realmente escucharlas, encontraremos cosas medianamente decentes detrás de todas las paredes de distorsión. Vegetable, por ejemplo, empieza como una agradable balada con un lindo riff inicial y un MUY BUEN estribillo (“Everytime, you’re running out of here”), nada del otro mundo claro, pero el gancho vocal se disfruta mientras dura. Lamentablemente, sobre el final se va transformando en una fiesta de ruido y gritos en medio-tempo que no tiene nada de especial. Lurgee es bastante parecida, aunque esta siempre la recuerdo porque Thom Yorke suena casi como Bono, al punto que la canción me hace acordar a With Or Without You de U2. Como las demás, Lurgee también va creciendo en intensidad y decibeles con los minutos. I Can’t es el prototipo de un rock alternativo de los 90, con una buena melodía vocal pero no mucho más; el tipo de música que sale de la habitación de cualquier adolescente rebelde. Prove Yourself, además de frases como “I’m better off dead” no entrega demasiado.

Ahí perdido en el medio del álbum hay otro numerito intrascendente con guitarras llamado Ripcord, del cual ADORO el estribillo: realmente me encantan las melodías que hacen las guitarras ahí y como se combinan con la voz de Yorke cantando escuetamente “The ripcord, the ripcord, the ripcord”. Y nunca me cansaré de admirar la forma en que empieza el número de cierre Blow Out, con ese excelente riff jazzero completamente inesperado que, lamentablemente, se degenera pronto en una fiesta de guitarras ruidosas (aunque la melodía vocal es buena a lo largo de toda la canción).

Sin embargo, la carne mas jugosa está en la primera mitad del álbum. You da el puntapié inicial con un excelente riff misterioso y una melodía vocal que debe ser de lo mejorcito del álbum. En mi humilde opinión esto es digno de Nirvana. Creep es la canción de autodesprecio y frustración que todos conocen y que prácticamente definió a Radiohead hasta la aparición de Ok Computer. Es comprensible que los mismos autores la odiaran; qué irritante cuando una canción cualunque y barata como esta se convierte en un hit que anula todo el resto de tu obra. Escucharon bien: cualunque y barata... no es que sea mala, y efectivamente podría ser considerada un highlight de este álbum, pero ay! madre que no merece su condición de clásico absoluto: su melodía obsesiva y lamentosa es realmente cansadora y no me gusta nada como suenan las guitarras en el estribillo. CUALQUIER canción de The Bends, hasta Bones, la supera, ¿Qué quieren que les diga? La balada onda U2 Stop Whispering, por su parte, puede jactarse de un gran riff y una excelente melodía vocal, pero se extiende demasiado para mi gusto ¿Cinco minutos y medio? ¿En serio? Thinking About You es la única canción puramente acústica del álbum y mi favorita; me gustan el tono levemente Dylanesco que Yorke adopta en el estribillo, y sobre todo los sutiles toques de guitarra eléctrica que aparecen hacia la segunda mitad. ¿Ven? esos son arreglos soberbios; si hubieran laburado así el resto del álbum, este sería mucho mejor. Anyone Can Play Guitar es realmente heavy, pero tiene el estribillo más pegadizo del álbum y líneas de guitarra interesantes, mientras que How Do You?, la peor canción de todas, es una cosa realmente amateur metida en medio de la seguidilla de buenas canciones de la primera mitad.

Bueno gente. A todos los que odian a Pablo Honey les digo que no sean tan severos y que escuchen con paciencia: hay buenas melodías y cositas aquí después de todo. Obviamente que The Bends es infinitamente mejor, pero aquello es otra historia. Las melodías son buenas, las guitarras ruidosas son genéricas pero más inofensivas de lo que se supone y... pues. Esto no es el Radiohead que todos aman, es verdad, pero como la banda convencional que fue en sus comienzos esto es al menos decente.

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My Iron Lung EP – 1994

7+/10

"A beautiful girl can turn your world into doubt"

1) My Iron Lung; 2) The Trickster; 3) Lewis (Mistreated); 4) Punckdrunk Lovesick Singalong; 5) Permanent Daylight; 6) Lozenge Of Love; 7) You Never Wash Up After Yourself; 8) Creep (Acoustic).

mejor canción: Punchdrunk lovesick singalong

Ajaja! Supongo que ESTE no lo conocías verdad? ¿Te preguntás qué es? Pues ¡El VERDADERO segundo álbum de Radiohead! Olvida el epiteto de EP, esta cosa dura casi como un LP temprano de los Beatles. Además TODAS las canciones excepto una son nuevas. Además TODAS las canciones excepto una no se volverán a hallar en NINGUN otro lado. Pues sí... cuando te pregunten por el segundo álbum de Radiohead la respuesta ya no es más The Bends, sino My Iron Lung EP!!! Claro!!!

Ahora bien: ya te debes estar haciendo la cabeza de que estas canciones son cosas oscuras de segunda categoría publicadas por el grupo con el mero objeto de entretener a las masas mientras preparaban The Bends. Pues ¡Oh sorpresa! Las canciones de My Iron Lung no solo no son cosas oscuras de segunda categoría, sino que están AL MISMO NIVEL que muchos temas de The Bends. Bue, tal vez no tanto... después de todo ¿Cómo competir con The Bends si no te llamás Ok Computer? Al menos, casi todas estas canciones demuestran una mejora sustancial sobre lo que era Pablo Honey, indican con mucha mayor claridad la dirección futura de la banda e introducen un sonido más versátil e innovador. Sigue habiendo algo de ruido aquí y allá, pero es un ruido aceptable, un “ruido creativo” y algunas canciones te sorprenderán con una atmósfera y unos trucos que uno no esperaría de la banda antes de Ok Computer.

Para empezar tenemos, claro, el famoso single My Iron Lung, anticipando una pequeña parte de The Bends. Pues bien, además de decir que este podría ser el mejor riff de la historia de Radiohead no voy a explayarme más en la canción, ya que a pesar de que en rigor este es su álbum originario, My Iron Lung es una canción perteneciente a The Bends de corazón (¿O debería decir “de pulmón”? JAJAJAJAJAJA Soy efectivamente MUY patético ¿Verdad?) También tenemos una versión ABSOLUTAMENTE INNECESARIA de Creep. Si Radiohead intenta que odie menos a esa canción seguramente no lo va a lograr con esta rutinaria e irritante toma acústica que aparece en el final. Aunque, pensandolo mejor... teniendo en cuenta que la banda DETESTABA a Creep esta versión quizá sea INTENCIONALMENTE berreta, como para demostrarle a la gente lo mala canción que podría llegar a ser y apagar el entusiasmo. Es curioso, conmigo lo logra a la perfección.

Entre el clásico My Iron Lung y el clásico Creep tenemos seis canciones nuevas; algunas más cercanas a Pablo Honey (Lewis), otras más cercanas a The Bends (Permanent Daylight) y otras más cercanas a ¡¡¡Ok Computer!!! (Punchdrunk Lovesick Singalong). Sobre esta última canción quería hablarles particularmente: me resulta notable que haya sido grabada inmediatamente después de Pablo Honey... suena tan atmosférica, tan profunda, tan profesional, TAN MADURA que parece una banda completamente distinta, ¿Pink Floyd quizá? La cuestión es que la melodía vocal, lenta y enigmática, es postivamente gloriosa, y ni hablar de las EXCELENTES líneas de guitarra floydianas, sobre todo las que aparecen al minuto y medio después del primer verso. El estribillo dice “A beautiful girl can turn your world into doubt” lo cual no solo es totalmente cierto, sino que además se trata de una de las pocas letras románticas de Radiohead. Otra cosa: el comienzo es exactamente igual a otro single oscuro de otra banda, en este caso de Genesis y su canción Twilight Alehouse. Pero es solo un detalle, después de eso es una canción totalmente distinta, casi digna de Pink Floyd... de hecho, si el Pink Floyd de A Momentary Lapse Of Reason hubiera compuesto una canción así seguramente le tendría mucho más respeto a David Gilmour.

NADA de este EP, puede igualar las alturas de Punchdrunk Lovesick Singalong o My Iron Lung, pero siempre están en el terreno de lo interesante. Otro highlight es Permanent Daylight, con un riff de guitarras realmente bueno que va creciendo en intensidad y distorsión en una carrera desenfrenada. Lewis (Mistreated) te sorprenderá con su DESAFORADA y extravagante pista vocal, The Trickster tiene un puente y un estribillo más pegadizos que un caramelo derretido y las viñetas acústicas Lozenge Of Love y You Never Wash Up After Yourself, la primera con atractivos tonos orientales y la segunda con una clásica línea descendente de guitarra, son enteramente agradables y relajantes.

Bueno, no me queda más por decir que si POR CASUALIDAD ves esta cosa en alguna tienda no dudes en tomarlo y comprarlo. Es lo más cercano a un álbum perdido de Radiohead que podrás encontrar.

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The Bends – 1995

9-/10

"My baby's got the bends, we don't have any real friends"

1) Planet Telex; 2) The Bends; 3) High And Dry; 4) Fake Plastic Trees; 5) Bones; 6) (Nice Dream); 7) Just; 8) My Iron Lung; 9) Bulletproof I Wish I Was; 10) Black Star; 11) Sulk; 12) Street Spirit (Fade Out).

mejor canción: Street spirit (Fade out)

Quizá te soprenda la nota ridículamente alta que le he dado a este pequeño álbum. Lo entiendo, pues algún tiempo atrás yo también me hubiera soprendido de darle un 9 a The Bends. Francamente no ponía un solo peso por ningún grupo grande de la actualidad, pero sinceramente Radiohead me tomó por sorpresa, especialmente a través del álbum que aquí tenemos entre manos, el segundo del grupo. ¿Y por qué tanta sopresa se preguntan? Básicamente porque nunca me había interesado, gustado o llamado la atención esa cosa que genéricamente se denomina “rock alternativo” y que a grandes rasgos tiene que ver con ataques ruidosos de guitarras, cierta onda punkoide, vigorosas paredes de sonido saturado y parvas de adolescentes yankees con pretensiones de revolucionar el mundo con su música. O algo así, no lo sé... en realidad no puedo hablar mucho: como les digo, el “rock alternativo” nunca fue mi especialidad. No se bien cómo se define, pero sé que bajo tal mote se aglomeran cosas como Smashing Pumpkins, Radiohead, Nirvana, Pearl Jam y muchos otros desconocidos míos. ¿Limp Bizquit es “alternativo” por ejemplo?

Pues bien. Ahí estaba yo pensando que este tipo de música era la cosa más ordinaria y poco excitante que podía existir cuando escuché The Bends. PUM! Algo me pegó con bastante fuerza en la cabeza ¿Qué eran todas esas cosas extrañas que esuchaba? ¡Buenas melodías! ¡Riffs excitantes! ¡Variedad de canción a canción! Pues es así... si alguno de ustedes quiere saber las buenas cosas que puede lograr el rock moderno de hoy en día no tiene más que escuchar este álbum, donde los Radiohead se muestran en su pico total como banda de rock. Dije “ROCK”, no electrónica, ni ambient, ni nada por el estilo... eso vendrá más adelante. Esto es lisa y llanamente ROCK, con los condimentos propios de la década de los noventa y un LEVE toque de “artisticidad”, pero rock and roll al fin. Las guitarras a pleno. Más parecido a Led Zeppelin que a Pink Floyd si me preguntan a mí. Es por eso que quizá muchos fans de Radiohead no se entusiasmen gran cosa con The Bends. En comparación a Kid A, Amnesiac e incluso OK Computer, este álbum suena bastante convencional, poco novedoso, poco extraordinario... En cierto sentido es así: The Bends es una continuación de las ideas probadas en Pablo Honey, que a su vez constituían una alquimia de elementos de otras bandas, es decir, baladas acústicas en crescendo y rockers bien cargados con su justa medida de grandiosidad y distorsión. Todo dentro de la norma, nada nuevo bajo el sol.

Pero no importa. Lo que importa en The Bends es LA CALIDAD gente! De acuerdo, serán baladas y rockers “normales”, pero están inmaculadamente compuestos e interpretados. Realmente el nivel de melodías, letras, riffs y matices de las que disponen estas doce canciones es apabullante y deja a Pablo Honey revolcándose lastimeramente en el sucio fango. Si señores: MATICES (así, en plural) es la palabra. Todas estas canciones se parecen un poco entre sí, quedan muy bien juntas y constituyen un producto muy redondo y cohesivo (el más redondo y cohesivo álbum de Radiohead hasta la fecha) pero a la vez cada una es un mundo en sí misma: las melodías son pegadizas e inolvidables hasta el extremo, los recursos de guitarra parecen inagotables, hay un toque de buenas y oscuras atmósferas y lo más sorprendente es que hay poco RUIDO. No es como Pablo Honey donde las guitarras saturadas e impenetrables agobiaban cada esquina: aquí las paredes de sonido aparecen solo cuando es estrictamente necesario y en general la música está dominada por el BUEN GUSTO: los riffs son fenomenales, las guitarras están llenas de riqueza melódica y aún cuando los tres guitarristas se lanzan a hacer quilombo, lo hacen con suficiente nivel técnico como para no aburrir.

La cosa empieza muy, muy bien con la majestuosa y antémica Planet Telex. Quizá como canción individual Planet Telex no descolle, pero cumple un papel EXCELENTE estableciendo de entrada el tono y humor del álbum. El genial riff inicial, con pianos y todo, introduce una profundidad en el sonido que no se podía ni adivinar en Pablo Honey y cuando Thom empieza a cantar la fantástica melodía de “You can force it but it will not come”, con esas CRUJIENTES guitarras de fondo y el ritmo que entra con todo, el panorama es simplemente iluminador. ¡Y el estribillo! “Everything is... broken” Ah sí! fenomenal masa de sonido que parece barrer con todo. El tema titular que sigue es similar en estilo pero aún mejor, con un riff inicial GIGANTESCO que parece elevarse sobre las alturas como un cóndor. La melodía de los primeros versos es clásica y en la segunda repetición la banda rockea como nunca, antes de sumergirse en la pura gloria del estribillo. “My baby’s got the bends / We don’t have any real friends”, bien podría ser mi momento favorito del álbum. En un primer momento no me cerraba mucho la parte “rapera” del medio, donde Yorke canta con voz nasal todo eso de la “girlfirend” y “the sixties”, pero ahora me gusta, al punto que me resulta tan adictiva como cualquier otra cosa del álbum.

Increíblemente las excelentes canciones se suceden una tras otra y el doblete de baladas que sigue es anormal. High And Dry, un descarte intacto de los días de Pablo Honey, es una balada muy melódica y muy sencilla que no tiene mucho que ver con la onda “rara y loca” de Radiohead, pero qué hermoso es el riff acústico y el estribillo. Y qué tal Fake Plastic Trees? Aquí sí que hay una letra bastante perturbadora... pero lo verdaderamente importante es la SOBERBIA melodía vocal de Yorke y la forma en la que el tema va tomando musculatura, agregando guitarras sobre más guitarras, convirtiéndose en un himno emocionante para terminar de la mejor manera, volviendo de pronto a la calma del comienzo.

El rocker Bones está considerado por muchos como uno de los rellenos del álbum, pero en mi caso se ha convertido una de mis preferidas. Me encanta más que nada cómo empieza, con ese fantástico trémolo de guitarra distorsionada que va creciendo amenazadoramente y el fenomenal riff de una sola nota de Greenwood pateando mil traseros con su evidente potencia ¡Qué sonido gente! ¡Qué sonido! El estribillo también es inolvidable, con un Yorke gritando insanamente y las guitarras poniéndose bien pesaditas. The Bends no da ningún tipo de respiro y llega otro temazo: (Nice Dream) es una suprema balada orquestada muy atmósferica entre cuyas virtudes se cuentan la maravillosa interacción entre riffs acústicos y eléctricos, la suave y bella melodía vocal y el glorioso estribillo, con aquel PERFECTO contrapunto de “If you think that you’re strong enough... etc.” Sigue el hit Just, el tema más abiertamente grunge y nirvanesco del álbum. El riff eléctrico inicial representa el tipo de rock que no me gusta demasiado, pero por fortuna la canción es mucho, mucho más inteligente que el rocker “alternativo” promedio. Eso queda demostrado en un montón de cositas, truquitos y sorpresitas por los que otras canciones similares matarían a sus compositores. Por ejemplo; el truco en los versos mediante el cual la guitarra eléctrica imita la melodía de Yorke de “One day I’ll get to you...” es realmente efectivo y pega extraordinariamente bien. El inolvidable estribillo, vigoroso pero muy melódico, es seguramente lo más adictivo, pegadizo y enérgico de todo el álbum. Y mientras tanto las guitarras parecen estar haciendo mucho ruido, pero si escuchamos con atención notaremos las increíbles dinámicas y quiebres melódicos metidos en el medio que hacen de Just una de las mejores piezas de The Bends. ¡Me encanta el pequeño solo melódico que aparece a los 2:06 de la canción! Es un golpe de lucidez y creatividad sutil pero ultra-efectivo; uno de los tantos golpes maestros del álbum.

Otro de los grandes temas es My Iron Lung, un verdadero tour-de-force rockero que incluye un FANTASTICO riff byrdiano y una fabulosa melodía vocal en los primeros versos. Todavía pienso que las partes más rockeras y ruidosas que aparecen inesperadamente hacia la mitad de la canción son un poco exageradas y desagradables, pero nuevamente Radiohead demuestra que está por encima de todas las demás bandas al insertar en medio de todo este caos ese middle-eight PERFECTO de “You can be frightened”, con una melodía sacada prácticamente de la galera que eleva todo a nuevas e insosprechadas alturas. Cualquier otra banda hubiera seguido dándole ciegamente a la guitarra y la distorsión hasta morir, pero Radiohead sabe parar y meter estas sutiles y pequeñas ráfagas de genio. Parece tonto, pero esta insersión del tema de “You can be frightened” metido en medio del RUIDO de My Iron Lung es para mí el momento clave del álbum.

¡Más canciones! Bulletproof I Wish I Was es quizá el tema más infravalorado de todo el álbum, ¡Qué crimen pasar por alto esta sutil y preciosa joya! Se trata de una balada muy atmósferica, reposada y sumamente melancólica donde Thom da muestras líricas de que las cosas no son muy felices dentro suyo. El estribillo donde Yorke se manda el falsete de “Bulletproooooof”, mientras las guitarras eléctricas tocan esa suave melodía, es tan perfecto como cualquier otro momento del álbum. De este tipo de canciones construyó Coldplay la totalidad de su carrera, y aún así pocas veces logró algo como esto. Black Star es otra excelentísima balada, cuyos versos contienen una de las mejores melodías de toda su carrera, sin contar el FABULOSO estribillo (las líneas de guitarra que lo preceden son realmente geniales) y el MONUMENTAL riff de guitarras que parecen arrasar como un tromba. Sulk empieza rara, pero después se pone bastante buena, con líneas brutales como “You are so pretty / when you are on your knees / Desinfected and eager to please” y otro estribillo antémico que me derrite con su evidente e irrefenable majestuosidad.

Pero si de “antémico” y “majestuoso” hablamos la última palabra la tiene el último tema, la oscura, misteriosa y perturbadora Street Spirit (Fade Out), un final perfecto para un álbum casi perfecto. La línea de guitarra que sostiene la composición como un esqueleto melódico es aboslutamente brillante, como lo es la melodía vocal de Thom y la forma en que la cosa va progresando paulatinamente hasta convertirse en un verdadero himno fogoso cuyas llamas se elevan en lo alto mientras Thom canta “Immerse your soul in love”. Diría que es mi canción favorita del álbum, aunque dado que me gustan TODAS las canciones ésta fue una difícil elección.

Curiosamente, este monumental álbum de rock vendió menos que el mediocre Pablo Honey y los Radiohead no se hicieron célebres hasta Ok Computer. Al diablo con todos, tengo que admitir que ésta y no otra es la obra maestra de Radiohead (Ok Computer es un mundo aparte). Alejados todavía de lo “experimental” y más cerca de lo “comercial” Radiohead demuestra que son, ante todo, excelentes compositores de melodías y canciones. Y este álbum es la máxima prueba: doce canciones, ninguna remotamente cercana a ser relleno y todas repletas de melodías eternas. Esto no es rock alternativo. Esto es rock clásico.

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*OK Computer* – 1997

10-/10

"No alarms and no surprises please"

1) Airbag; 2) Paranoid Android; 3) Subterranean Homesick Alien; 4) Exit Music (For A Film); 5) Let Down; 6) Karma Police; 7) Fittier Happier; 8) Electioneering; 9) Climbing Up The Walls; 10) No Surprises; 11) Lucky; 12) The Tourist.

mejor canción: Paranoid android

En general no suelo empezar mis revisiones con manifiestos contundentes y totalizantes, pero Ok Computer es una obra maestra. Aclaro esto desde un principio, así saben sin temor a equivocarse que esta vez estoy completamente del lado lo que dicen las masas, de la “opinión popular”. Seré sincero: no escuché todos y cada uno de los álbumes de rock producidos en los noventa y dudo muchísimo que lo haga en un futuro cercano, pero apostaría unos mil o dos mil dólares a que NADA que se haya publicado en la última década pueda superar a OK Computer. No, no, ni Nevermind, ni Mellon Collie, y menos algún disco de Oasis pueden aproximarse siquiera a la obvia magnificencia, a la evidente MAJESTUOSIDAD y riqueza expresiva musical de esta pieza de arte. Olvídenlo, el mejor álbum de rock de los noventa está aquí. Y eso es una verdad objetiva y universal (He dicho!).

Bromas aparte, debo empezar a hablar cuanto antes del contenido de Ok Computer para justificar mi pensamiento, tan déspoticamente anunciado en el párrafo anterior. Con este álbum, ya no podemos encuadrar a Radiohead bajo el género de “rock alternativo”. No es realmente TAN diferente a The Bends (Ni tampoco TAN superior) pero al mismo tiempo ostenta un avance musical considerable hacia nuevos territorios donde la ecuación pareciera ser bastante clara: menos rock, más atmósfera, sublimada en un sonido con tendencia a lo progresivo, muy rico en matices, moderno pero que eventualmente agradará a los fans del rock clásico. En efecto, Ok Computer no se destaca por “rockear”, o “patear traseros” como quizá ocurría con The Bends. De doce temas los únicos momentos de rock genuino están en Paranoid Android y Electioneering. El resto... mucha atmósfera tristona y melancólica, mucha contemplación reflexiva del helado mundo que nos rodea, mucha intelectualidad, mucha textura... esa creo que es la palabra que musicalmente define al álbum: TEXTURAS. La cantidad de hermosas y perfectas texturas sonoras que Radiohead explora en Ok Computer basta para que una escucha al álbum equivalga a sumergirnos en un mundo absorbente y cautivante que nos envuelve y nos llena el cerebro de imágenes, colores y sonidos, tal como haría un buen álbum de Pink Floyd. Cuando me refiero a texturas me refiero a cosas como el cello que abre Airbag, la increíble percusión de la primera parte de Paranoid Android, los coros sintetizados que pueblan Lucky y Exit Music, los celestiales teclados electrónicos de Subterranean Homesick Alien, los revoloteos electrónicos de Let Down, ese tipo de toques sutiles que enriquecen la música a alturas casi inéditas en los últimos veinte años. Es un álbum donde nada suena fuera de lugar, donde cada sonido ha sido articulado en el lugar idicado para elevar el disfrute a su punto máximo.

Pero esto todavía no es Kid A y las riquísimas texturas no son realmente lo único ni lo más importante que Ok Computer tiene para ofrecer. No es eminentemente un álbum de sonidos, sino un álbum de canciones. Hay grandes melodías insertas en grandes canciones, al punto que los doce temas se suceden como un rosario de clásicos tal como ocurría en el álbum anterior, sin un solo momento flojo o de relleno. Práctimante no hay un solo tema aquí que no merezca ser considerado un clásico de los 90. Busquenme un álbum de los 90 (y de los 80 ¿Por qué no?) que supere esta colección de temazos y te compro un lechón al asador. Todo funciona, todo pega. No es un álbum experimental, no es un álbum “loquito” o “raro”, sino una suerte de The Bends más en la línea de Street Spirit que Just. La alquimia entre estas melodías y las mencionadas atmósferas se revela profunda, intelectual y sumamente resonante, sobre todo por el tono alienado, depresivo y desesperanzado que Yorke le da a sus oscurísimas letras, realzada por su inimitable forma de cantar y el fenomenal respaldo de los músicos, sobre todo las muy innovadoras ideas de Johnny Greenwood y su guitarra eléctrica.

Varios han llamado a Ok Computer el Dark Side Of The Moon de los noventa y aunque ambos álbumes se parecen muy poco en el terreno musical (Dark Side rockea mucho más, Ok Computer tiene más recursos musicales interesantes) comparten más o menos el mismo concepto, alienación, desesperanza, locura, hipocresía y todas esas cosas que hacen del mundo moderno un lugar de dudosa humanidad, sin contar que, como Dark Side en su momento, este álbum representó para Radiohead el pasaje de lo “alternativo” a lo “clásico”, de ser una banda de discreta popularidad a ser los reyes del mundo. Hay también quienes sugieren que Ok Computer está sobrevalorado, sin embargo no considero que los halagos que el mundo otorgó a Ok Computer se hayan pasado de rosca como si ocurrió en el caso de The Dark Side Of The Moon; son los elogios que corresponden al mejor álbum de los últimos veinte o veinticinco años. Y lo digo con firmeza, sin temor a tener que desmentirme dentro de algunos años.

Suficientes tonterías, vamos a las canciones. Airbag abre el álbum de forma más que satisfactoria, con un musculoso riffs de guitarras y violoncello (¡Violoncello!) que instantáneamente establece el tono de este álbum, con un sonido que realmente llama la atención: la melodía del riff crimsoniano es retorcida y oscura, pero aún así suena clásica; el cello, por su parte, agrega un toque de artisticidad realmente efectivo. Otra cosa que ADORO de este comienzo es el recurso de agregar el bajo recién después de los primeros versos cantados por Yorke (acerca de sobrevivir a un accidente de autos); ahí da la sensación de que el álbum empezó realmente  y que va a ser bueno, una impresión similar a la que daba Planet Telex en The Bends (sin contar que ambos temas son sumamente parecidos). La inolvidable y casi mística línea del estribillo “In an interstellar crash I’m back to save the universe” no hace otra cosa chupar al oyente inmediatamente dentro del álbum, al igual que la preciosa sección instrumental donde un formidable tremolo de guitarras eléctricas (imitando el sonido de un mandolín) hacen verdaderas delicias. Pero por más buena que sea Airbag, la canción queda relegada al papel secundario de “introito” por el siguiente tema, el verdadero magnus-opus del álbum: la genial suite multiparte de Paranoid Android, que consta de cuatro partes bien definidas; al parecer Thom tomó la inspiración de Happiness Is A Warm Gun para amalgamar un par de melodías que tenía dando vueltas en su cabeza... y el resultado es sencillamente espectacular. La primera parte descolla por su ETERNA melodía vocal y el fantástico arreglo de guitarras acústicas y PERFECTOS juegos de percusión. La sensación de desgarradora angustia y melancolía de esta melodía es sinceramente apabullante. La segunda parte, la del “Gucci little piggie” es mucho menos bella y más iracunda y eventualmente estalla en el fenomenal riff/solo de guitarra, que rockea suelo y tierra con su potencia. Al principio esta parte no me gustó mucho: esa forma de rockear sonaba demasiado modernosa y “alternativa” para mi gusto, pero después de un tiempo no me quedó otra que rendirme ante semejante muestra de complejidad y poder sonoro, que dicho sea de paso no es muy distinta a las partes más ruidosas de Just y My Iron Lung; me pregunto si las semejanzas son una referencia intencional o un simple plagio berreta. No importa; el plato fuerte de Paranoid Android es el canto fúnebre de “Rain down on me” que llega a continuación, uno de los momentos más celestiales y hermosos que puedan hallarse en un álbum de rock. La MELODÍA de esta parte es cosa de locos... no puedo evitar que se me ponga la piel de gallina. Nunca pensé que esto podría pasarme con un grupo de rock moderno pero aquí está. A través de un SINIESTRO canto de “God loves his children” se llega al reprise de la parte rockera, que termina la canción de la mejor manera.

Seguimos volando alto con la siguiente Subterranean Homesick Alien, en donde Thom ruega al destino ser víctima de una de esas abducciones extraterrestres para alejarse de este mundo de mierda que lo rodea. Más allá del original concepto y la desvariada letra, cabe mencionar la excepcional atmósfera de otro mundo que logra Radiohead, a través de una hermosa melodía de guitarras inicial y un uso realmente innovador y efectivo de los teclados electrónicos; esa perfecta nota aguda que aparece en la introducción combinada con los espaciosos teclados jazzeros conforman un sonido completamente seductor para mis oídos. Y no debemos olvidar la melodía antémica y gloriosa del estribillo, consistente tan solo en la palabra “uptight”. Exit Music (For A Film) es una de las canciones más sencillas musicalmente que tiene Ok Computer. Tan solo una ruimentaria pista acústica que se va realzando de a poco con coros sintetizados y cuerdas. Su escasez de matices y dinámicas en contraposición al resto del álbum puede hacerla parecer muy aburrida al principio, pero no cabe dudas de que se trata de uno de los momentos mas emocionalmente devastadores (lease deprimentes y melancólicos), a través de una historia de amor en la que dos amantes escapan juntos de la casa. Líneas tan simples y dramáticas como “Wake from your dreams / The drying of your tears / Today we escape, we escape / Pack and get dressed / Before your father hears us / Before all hell breaks loose” son suficientes para meterme en cabeza imágenes de desesperada huída y opresivo temor. Let Down es otra canción lenta que me gustó particularmente las primeras veces pero que eventualmente se hace un poco cansadora. El hecho de tener un estribillo verdaderamente hermoso (de calidad casi Beatlesca), con la voz de Thom doblada múltiples veces en sublime armonía le garantiza, sin embargo, la posición indiscutible de highlight.

Pero la mejor canción desde Paranoid Android es la magnífica balada Karma Police, con otra letra insanamente paranoica y una melodía vocal perfecta, refrescante, que NO PUEDE no gustarte. La clásica parte de piano que aparece en el estribillo (“This is what you get...”) me recuerda MUCHO a Sexy Sadie de los Beatles, pero la canción es suficientemente buena como para que ese sea un detalle menor. Luego de Karma Police aparece Fittier Happier, que no es más que un poema de Yorke escrito en simpletext, un programa de computadora capaz de “recitar” la data que se le programa en forma de texto. Agreguen un poco de sonido de fondo terrorífico y poco amable y tendremos una excelente pieza atmosférica. El valor musical de Fittier Happier es prácticamente nulo, lo que hace que mucha gente la odie. Para mí, sin embargo, la cosa funciona A LA PERFECCION creando un breve intermezzo y separando al álbum en dos partes. Al revés de lo que ocurre con Horse Latitudes en Strange Days de los Doors, no me parece que Fittier Happier quite fluidez al disco; todo lo contrario, nos sumerge aún más en el. Esto antes de la rockera y visceral Electioneering; el riff de guitarras es realmente bueno y la melodía vocal resulta bastante arrebatadora. No obstante esto, hay que admitir que se trata del número más flojo, más insustancial del álbum, probando acaso que para estas alturas Radiohead está más cómodo cerca de Pink Floyd que de Nirvana, estilísticamente hablando. Pero el juicio final, mi juicio final, es definitivamente positivo ya que al menos le otorga variedad al álbum. Climbing Up The Walls también puede parecer un sutil bajón en el nivel, debido más que nada a que en este caso sobresale la pura atmósfera en detrimento de las melodías. Pero una escucha más cuidadosa revela una canción sumamente seductora, bien oscura y casi suicida en su tono desesperante y malévolo. Con el tiempo, además, el siniestro estribillo se me antoja un gancho bastante atrapante. Como plus, el agresivo e infernal sintetizador Floydiano que se eleva sobre el final como un terrorífico grito de sufrimiento en la oscuridad seguro te volará la cabeza.

El final del álbum está marcado por tres joyas absolutas, tres baladas que si bien parecen signadas por un mismo tono, estilo y velocidad, están tan bien escritas y arregladas que el efecto de monotonía aparece considerablemente aplacado. No Suprises es casi una canción de cuna, muy en la vena letárgica y lamentosa de Let Down, con una letra espeluznantemente desoladora (A heart that’s full up like a landfill / A job that slowly kills you / Bruises that won’t heal...) y una melodía nuevamente invencible. Lucky es aún mejor, dotada de un sonido realmente apoteósico, a tono con el final del álbum que se aproxima y una fenomenal guitarra eléctrica que prácticamente llora de angustia acompañando a Yorke en el estribillo. La letra podría parecer bastante optimista de entrada, pero la atmósfera pálida e inconmensurablemente triste de la música sugiere, para mí, más bien una impotente ilusión desesperada que una realidad concreta. De esta forma, Lucky transmite con total maestría esa sensación frustrante de pensar que un buen día acabarán nuestras miserias para siempre, que seremos los reyes del mundo y se cumplirán nuestros sueños, para comprobar pronto que todo sigue y seguirá siendo la misma basura por siempre. Lo cual, lógicamente, nos deprime y nos conduce a la destrucción. “It’s gonna be a glorious day” grita eufórico Thom Yorke, pero es más una patética esperanza emborrachada de irrealidad; apenas salimos al mundo la realidad vuelve a golpear dura e implacable.

El glacial vals The Tourist, con su lentitud y su grandiosidad, constituye un imponente final de álbum. La melodía de los versos vuelve a ser empalagosamente celestial y el potente estribillo se desata en nuestros oídos como un huracán de sensaciones. Muchos han sugerido que The Tourist vendría a presentar a Ok Computer como una suerte de ciclo continuo, al relacionarse con Airbag. El vínculo al parecer está en el accidente de autos, siendo de Tourist los momentos previos al accidente (“Hey man slowdown, slowdown / Idiot, slowdown, slowdown) y Airbag el regocijo de haber sobrevivido (I'm amazed that I survived / An airbag saved my life). No se hasta que punto esta interpretación corresponderá con las intenciones de Yorke, pero lo cierto es que la atmósfera de la canción es verdaderamente dramática si la pensamos de esta forma.

Como sea, Ok Computer es, desde 1997 y para siempre, una obra clásica. Una obra maestra del rock progresivo, de la atmósfera y de la ingeniería musical. Las excesivas y torpes palabras de esta revision ni sueñan con hacerle justicia, por lo tanto recomiendo que vayas YA MISMO a comprarlo y te sientes a escucharlo en la oscuridad. No hay vueltas: si te gusta el rock clásico no veo forma de que Ok Computer te defraude. Sin necesariamente abrir nuevos territorios ni cortar nuevos patrones, Radiohead ha hecho la obra cumbre del rock de los 90. Cierren los ojos y disfruten.

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Airbag: How Am I Driving – 1998

5+/10

"In an insterstellar burst I'm back to save the universe"

1) Airbag; 2) Pearly; 3) Meeting In The Aisle; 4) A Reminder; 5) Polythylene (1 & 2); 6) Melatonin; 7) Palo Alto.

mejor canción: Airbag

Huuummm… No sé si recomendarles comprar esta publicación. Es un EP, pero a diferencia de My Iron Lung su contenido no tiene nada ni remotamente esencial. Se trata de una colección que reúne casi todos los lados B de los singles de Ok Computer (Paranoid Android, Karma Police, No Surprises), con excepción del demo de How I Made My Millons y Lull. Ahí está la diferencia: en el EP de My Iron Lung no había lados B, eran todas canciones de álbum. Y francamente, estos lados B no pueden hacerle ni sombra a los números de Ok Computer debatiéndose entre bizarras atmósferas floydianas y poco remarcables ataques de guitarras. Estilísticamente estas piezas suenan cercanas a ese álbum (atmósferas tristonas y frías, música atmosférica), pero cualitativamente están varios subsuelos por debajo.

Sabiendo esto, se verá que tampoco las canciones son ATROCES. Algunas de ellas merecen hasta el calificativo de “buenas”... pero DISCRETAMENTE buenas. Está, obviamente el tema Airbag, sacado directamente de Ok Computer y re-insertado, nuevamente, como tema de introducción. En su álbum original aparecía como una gema más; acá resalta en toda su majestuosidad y potencia. Hay otras canciones que más o menos se le acercan, como Polythylene (1 and 2), que comienza como una suave pista acústica pero enseguida muta en un rocker lento y antémico muy en la vena de The Bends, con una decentísima melodía vocal y una intensidad general que hacen valer la experiencia. Las otras canciones más o menos realizadas son Pearly, un riff-rocker no muy bueno ni muy malo y Palo Alto, que comienza con sonidos de guitarra francamente desquiciados y va evolucionando bizarramente, en medio de ruiditos y balbuceos, hasta un gigantesco riff que introduce la canción. Aceptable, podríamos decir.

El resto son apenas viñetas atmosféricas. Meeting In The Aisle es realmente efectiva, basada en un extraordinariamente climático riff de guitarras procesadas que va ganando intensidad y profundidad en clave floydiana pero con marcados toques de electrónica. Supongo que está cerca de lo que el mundo de la música electrónica conoce como “chill-out” y realmente funciona de maravillas. La lánguida Melatonin es una especie de anticipación de Motion Picture Soundtrack, aunque en vez del órgano hay un sintetizador que suena como tocado a las tres de la mañana por un drogado loco en medio de una habitación vacía. Por último, A reminder tiene incluso hasta algunas vocales, pero no recuerdo mucho de ella, lo cual es irónico a la luz de su título. Solo sé que comienza con un anuncio en francés que parece sacado de un aeropuerto o algo así. La pista instrumental se basa en los mismos tecladitos electrónicos de Subterranean Homesick Alien, pero, obviamente, sin la misma genialidad. Muy lánguida y tristona esta también.

Pues qué se yo. Dudo que encuentres esto en tu disquería favorita. Si está y por un precio muy bajo pues cómpralo, no hace daño y te hará conocer algunas de las canciones más oscuras de Radiohead. Deberían hacer otro EP con los lados B de The Bends que son realmente mejores. En fin. Feliz Navidad.

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Kid A – 2000

9-/10

"I'm not here, this isn't happening"

1) Everything In It's Right Place; 2) Kid A; 3) The National Anthem; 4) How To Disappear Completely; 5) Treefingers; 6) Optimistic; 7) In Limbo; 8) Idioteque; 9) Morning Bell; 10) Motion Picture Soundtrack.

mejor canción: Optimistic

¿Cómo hace un grupo para suceder a su obra maestra cuando sabe que hay un 99% de probabilidades de que no logre superarla? En el caso de Radiohead no hubo muchas dudas: después del mejor álbum de su carrera grabó el más polémico. Claro, podrían haber hecho un Ok Computer 2 (lo cual no hubiera estado mal), pero en cambio el grupo decidió que, tras haber alcanzado prematuramente la cima, no quedaba otra que cambiar completamente los pergaminos e intentar algo totalmente distinto, una música que a nadie se le pudiera ocurrir comparar con el álbum anterior. Realmente ingenioso; Kid A no es tan bueno como Ok Computer, pero a la vez es tan inesperadamente distinto, novedoso y bizarro que tiene un encanto completamente propio e independiente de la pesada carga que representa su glorioso antecesor. Como decir que Kid A es un mundo, un paradigma totalmente nuevo al que no le preocupa en lo más mínimo ser mejor o peor que Ok Computer. Esta es una de las razones para admirar a Radiohead: no se duerme en los laureles, sabe cómo torcer el rumbo hacia lo desconocido y sabe como hacer que sus álbumes suenen todos bien. Al menos en esta ocasión particular.

¿Cómo describiir el salto estilístico? En primer lugar, debo decir que las diferencias con respecto a Ok Computer no son TAN abruptas como el folklore da a entender. Es cierto que el sonido electrónico de Kid A es eminentemente nuevo para Radiohead, pero en su base sigue siendo oscuro, sique siendo frío, sigue siendo muy atmosférico y lo más importante, las texturas y melodías siguen tan interesantes como siempre. Ahora bien, para repasar rápido esta nueva música hay que decir que: a) Las guitarras eléctricas que florecían y rebosaban en The Bends han virtualmente DESAPARECIDO, relegadas a funciones meramente secundarias y decorativas; b) Los teclados y sonidos electrónicos han tomado la batuta y en ellos se basa el sonido general de este álbum; c) Los ritmos programados por computadora son la norma; d) Las melodías son bizarras, enigmáticas y retorcidas; e) Los arreglos son eminentemente oscuros, evanescentes, anti-comerciales, minimalistas y helados como icebergs. En síntesis se podría generalizar que Radiohead ha pasado de ser una banda “alternativa” de rock moderno a una banda de ambient y electrónica. Evidentemente, por lo que se oye, Kid A es un álbum intencionalmente difícil, poco amistoso, un álbum oscuro y tétrico, complicado de asimilar y digerir. Si Ok Computer ya te sonaba hostil y frío, pues al lado de Kid A es una primavera eterna. Pero lo más atractivo del álbum es que SI se digiere, la música se torna absolutamente adictiva. Diría más: Kid A es un discazo.

Había dicho en la introducción que es un álbum polémico. En primer lugar hay que contabilizar las altísimas probabilidades de que el enamorado del Radiohead tradicional (The Bends y Ok Computer) descarte esto como una basura inútil. También está la polémica de hasta qué punto Kid A es un álbum “experimental”. Antes de argumentar cualquier cosa, lo que sí puedo establecer con total seguridad es que Kid A es definitivamente ANTI-COMERCIAL. Esta no es música pensada para deleitar a las masas y hacer que el álbum se venda como pan fresco. Tal es así que la banda no extrajo NINGUN single de aquí. Aún así el disco llegó a ser número uno, pero esta es una música intelectualoide, hostil y poco acequible que seguramente no entusiasmará gran cosa a tu hermanita fan de los Backstreet Boys. Por otro lado, ES un álbum experimental, ya que es el producto de una banda de músicos que cortó de golpe con lo que venían haciendo bien y se dedicó a explorar lo desconocido, lo nuevo. Que estos esquemas musicales sean o no sean totalmente nuevos da para debatir largo y tendido, pero tampoco importa demasiado: para ser una obra de corte masivo a cargo del grupo más grande del momento SÍ es una movida de riesgo. Ahora bien: no se crean que Kid A es la cosa más oscura y subterránea jamás hecha: cualquier oído más o menos entrenado (Es decir, que haya escuchado una buena dosis de cosas como I Am The Walrus, Interstellar Overdrive o Are You Experienced?) sabrá inmediatamente que no se trata de una música convencional, pero de ninguna manera saldrá corriendo despavorido como si se hubiera encontrado cara a cara con un alien: después de todo es un álbum con algunas buenas melodías y algunos buenos ganchos. Esto sigue siendo Radiohead, nunca se olviden de eso.

Kid A no es un álbum de canciones. Tenemos aquí diez pistas de las cuales solamente tres o cuatro podrían ser consideradas canciones más o menos estructuradas y sólidas mientras el resto no pasa de impromtus volátiles encadenados unos con otros. Es más bien un álbum de viñetas, de texturas, de climas, de atmósferas experimentales que se van entrelanzando, que van apareciendo y desapareciendo. En conjunto, Kid A tiene un SONIDO espectacular y muy seductor, donde hay que prestar atención a cada detallecito, cada sonidito que se va articulando ante nosotros. Por supuesto, si aislamos canción por canción hay realmente pocos clásicos, pero si contamos todo como una unidad y tenemos en cuenta la forma maestra en la que los trucos se van combinando entre sí tendremos entre manos lo que yo llamaría una maldita obra maestra de la textura sonora. Tan trascendente como Ok Computer, a veces imagino incluso que Kid A es el álbum que abre oficialmente el nuevo siglo musical.

Bueno! Esa fue una laaaaarga introducción. Supongo que la explicación era necesaria, pero si te aburriste te pido disculpas (Bah, en realidad me importa un comino) Ahora vamos a las canciones. La única que podría caratularse como NORMAL es Optimistic, que por casualidad (o por causalidad, uno nunca sabe) es mi favorita del álbum. Lo que hace de Optimistic una experiencia tan valiosa es la fantástica combinación entre su gran melodía vocal, los densos, superpuestos y muchas veces disonantes riffs de guitarra (Imposible sacar los acordes de esta cosa, lo advierto) y la oscura percusión tribal. Extrañamente, a pesar de todas las guitarras que hay, Optimistic no es nada ruidosa, sino más bien hipnótica, al punto que no se bien si llamarla “rocker” o “balada”. Hum, es el tema más convencional y no se cómo clasificarlo... Una de dos: o soy muy estúpido o este álbum es verdaderamente especial. Lo único que se es que Optimistic NO ES un rocker tradicional. Escuchar esta canción es como asistir a una serie de golpes maestros, como por ejemplo esa línea de guitarra ascendente que entra con el estribillo o el final, donde Yorke retoma la melodía introductoria en un efecto IMPONENTE que me vuela la cabeza.

Pero antes de Optimistic hay cinco “canciones” que constituyen la primera mitad del álbum. No hay un consenso sobre qué mitad del álbum es mejor, pero a mí esta primera parte me parece la más irregular. Aunque empieza de mil maravillas con esa APABULLANTE pieza electrónica llamada Everything In It’s Right Place. Los primeros acordes del disco, con un sonido ADICTIVO de teclado electrónico, son un momento mágico en la historia del rock, deberías escucharlos. En algún sitio de internet los han atribuido a “naves espaciales comunicándose a través de tubos de órgano”. Qué creatividad... La cuestión es que esas mínimas notas constituyen a la PERFECCIÓN una atmósfera oscura, malévola, cúlmine, como de otro mundo, que abre Kid A de una forma que te chupa, te seduce, te marca a fuego y para siempre. Es difícil explicarlo con palabras, es una sensación demasiado intangible... El resto de Everything In It’s Right Place es atmósfera pura, pero una atmósfera excelente que no puedo comparar a nada que haya escuchado antes. Sobresale más que nada la arquitectura del tema, en donde muchas de las melodías se crean a partir de trocitos de la voz de Yorke recortados y pegados. Esto es arte. La pista titular que le sigue, Kid A es aún más atmosférica, algo así como Fittier Happier pero más melódico. Las notas de cajita musical que aparecen al principio son a la vez relajantes y terroríficas, y el resto de la canción suena realmente interesante. Como dije antes, el sonido te succiona, te toma prisionero, y no se puede describir así como así.

El punto más discutible del álbum está en la fallida The National Anthem. Debo confesar que la cosa, sin dudas lo más experimental de todo el lote, suena algo inquietante, pero a diferencia del resto del ábum no tiene un gran atractivo musical. La línea de bajo (tocada por Thom) no es algo que de para ser el centro de atención de un tema y los bronces caóticos (Si señor, BRONCES) de la segunda mitad suenan positivamente molestos y, sobretodo, un poco obvios. En conjunto The National Anthem suena desencajada, incoherente y no tiene mucho que ver con el resto del álbum. Quizá esa haya sido la intención. How To Disappear Completely es una obvia reescritura de Exit Music (For A Film), pero eso no hace que me disguste. Nuevamente, esta balada lenta y acústica (un tanto floydiana en mi opinión) es más atmósfera que otra cosa, pero se trata de una de las atmósferas más DEPRIMENTES, oscuras y trágicas que haya presenciado; tan clásica como un Sgt. Pepper's o un Dark Side Of The Moon. La idea sugerida de querer desaparecer, de querer no estar en determinado lugar es realmente fuerte y queda muy bien con el contenido musical: uno tiene la sensación de estar en otra dimensión, donde el tiempo se ha congelado, los sentidos se han paralizado y nadie puede vernos ya. Treefingers, también conocida como “Hey-miren-como-imitamos-a-Brian-Eno” es LA definición de atmósfera. No es ningún tipo de canción, sino puro sonido ambiental. Obviamente si queremos tomarla como canción pop es lo más aburrido que nos podría haber pasado, pero intenten escucharla en la oscuridad, imaginando que atraviesan las heladas montañas de la portada o que vuelan en la inmensidad de una de las lunas de Júpiter y verán que pasa.

Con Optimistic empieza la segunda mitad y, en mi opinión, el VERDADERO Kid A. Para empezar, la transición entre Optimistic y In Limbo es uno de los momentos clave del álbum. La primera se pone jazzera y relajada hasta que abruptamente corta con un OSCURO riff de teclado jazzero que introduce a In Limbo. In Limbo no cierra coherentemente como canción, pero es uno de los momentos más felices de todo el álbum. Particularmente me atrapa su hipnótica melodía y su excelente riff de guitarras. Esta canción es PURO SONIDO, escuchen ese sonido y vuelen por donde quieran, porque les aseguro que podrán. Qué hijos de perra, no se puede ser tan capo. La siguiente Idioteque es una de las más difíciles de digerir ya que se trata de un tema de electrónica bailable. Pero si estás pensando que se cumple tu sueño de bailar en la disco un tema de Radiohead te voy diciendo que lo OLVIDES, pues es quizá el tema "bailable" más neurótico, retorcido y bizarro jamás ideado (además de que el título sugiere que las discotecas son lugares idiotas, tesis con la cual más o menos comulgo). Las primeras veces puede sonar como una verdadera basura (especialmente por ese irritante sonido de percusión) pero con el tiempo la melodía vocal y esa simplísima frase de sintetizador te van a ir chupando como una aspiradora, hasta que te das cuenta que es genial.

El cacofónico final de Idioteque se sumerge sin interrupciones en la sublime Morning Bell, que nos recibe con un EXCELENTE patrón de percusión (como diciéndole a Idioteque como tiene que sonar una verdadera batería) y un sombrío teclado electrónico. La escalofriante melodía vocal es por lejos la mejor del álbum y está cantada con un tono que definiría angelical y siniestro a la vez, sobre todo cuando Thom canta “Cut the kids in half”. Aquí también hay un poco de guitarra eléctrica para sacudir un poco la cabeza (si cómo no), pero lo importante es contemplar detalladamente la construcción sonora del tema: hacen que incluso Brian Eno parezca un payasín. Las primeras veces que escuché Motion Picture Soundtrack, una letanía fúnebre con órgano y arpas (!), la cosa me pareció un completo bostezo. Sin embargo, las repetidas escuchas han revelado una pieza que, si bien no es gran cosa en sí misma, funciona magistralmente como cierre de álbum. Un cierre tétrico, miserable, tan sombrío como lo fue todo el disco. Algunos dicen que Kid A trata sobre el primer clon humano, y esta canción tristona sería el momento de su muerte y asención a los cielos. Sea como sea, en algún momento el tema se interrumpe, y tras varios segundos de silencio surge una ráfaga de sonido CELESTIAL que instantáneamente me hace ver un ejército de miles de ángeles elevándose desde el horizonte crepuscular, pasar sobre mi cabeza iluminándolo todo y desvanecerse en la oscuridad. ¡AHÍ hay una forma espectacular de cerrar un álbum!

Pues ahí tienen al sucesor de Ok Computer. Kid A constituye un micromundo de sonidos y atmósferas UNICAS que si bien no se traduce en una seguidilla de temas espectaculares, como unidad funciona con una perfección demoledora y que en definitiva me lleva a confirmar el genio incipiente detrás de esa banda llamada Radiohead. Tercera obra maestra seguida, y encima totalmente diferente a las dos anteriores. Estos tipos no paran, y yo lo agradezco.

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Amnesiac – 2001

8-/10

"I'm a reasonable man get off my case"

1) Packt Like Sardines In A Crushd Tin Box; 2) Pyramid Song; 3) Pulk / Pull Revolving Doors; 4) You And Whose Army?; 5) I Might Be Wrong; 6) Knives Out; 7) Morning Bell Amnesiac; 8) Dollars And Cents; 9) Hunting Bearts; 10) Like Spinning Plates; 11) Life In A Glasshouse.

mejor canción: Pyramid song

En principio, Amnesiac es una coleccion de outtakes del álbum anterior, temas que fueron trabajados en las sesiones de Kid A pero que eventualmente, por una razón u otra, no se acomodaron al concepto musical de aquel disco. Escuchándolo resulta bastante evidente que se trata de un álbum de descartes. La irregularidad de Amnesiac no puede disimularse: de repente tenés una verdadera joya y a continuación te aparece el relleno más obvio e insustancial que te podrías haber imaginado, lo cual irrita e invita a pasar de largo ciertas pistas. Igualmente, no se vayan a creer que el nivel general de canciones es MUY inferior al de Kid A. En Kid A no había una gran cantidad de gemas, pero de alguna forma la banda había logrado fundir esas canciones en una única y redonda expresión, fluida y sin costuras, donde no importaba tanto el poder individual de cada tema. Aquí en Amnesiac las canciones tienen un nivel similar, el problema es que no se relacionan mutuamente PARA NADA y no logran concebir un impacto íntegro como ocurría en Kid; cada tema de Amnesiac es totalmente independiente y solo se vale por sí mismo, con lo cual un puñado de malas canciones (que las hay) salta al oído dolorosamente. La secuenciación es definitivamente otro problema: la idea de poner toda la buena carne de entrada facilita el contacto inicial con el álbum, pero contrasta demasiado con una segunda mitad que pierde notablemente el interés, invitando al bostezo y la siesta generalizada. Ahora bien: a pesar de su evidente irregularidad y la desafortunada secuenciación, tengo que admitir que algunas de las más EXTRAORDINARIAS y ESPECTACULARES canciones del grupo han ido a parar aquí, y su grandeza es tal que trascienden al material de relleno y empequeñecen cualquier problema que pueda haber en el resto de los temas. Pongámoslo así; las canciones buenas son EXTREMADAMENTE buenas, y las mediocres no son tan mediocres. Por eso decidí que un ocho es la calificación correcta. 

Musicalmente es similar a Kid A. Es decir, texturas electrónicas, ruiditos raros y arreglos modernos. Pero como todos sabemos, la similaridad siempre implica una diferencia. Hay aquí más canciones en el sentido tradicional de la palabra, más estructuradas como composiciones íntegras, lo cual es natural dado el carácter independiente de las mismas. También hay un poco más de guitarras, pianos y, por decirlo de alguna manera, RIQUEZA en los arreglos. Por esa causa, puede establecerse que es un álbum más variado, quizá el más variado del catálogo de Radiohead, mezclando un puñado de canciones que suenan ostensiblemente diferentes unas de otras y remiten a diferentes facetas de la banda. Muchas de ellas podrían haber entrado en Kid A sin desentonar (Packt Like Sardines, You And Whose Army?), otras remiten más al pasado de Ok Computer (Pyramid Song, Knives Out) otras suenan todavía muy inacabadas (Hunting Bears, Like Spinning Plates) y otras definitivamente no deberían haber aparecido en ninguna publicación (Pulk/Pull Revolving Doors).

Podría decirse que la primera mitad de Amnesiac es casi perfecta, ya que aglutina en su totalidad el material más valioso del álbum. Packt Like Sardines In A Crushd Tin Box es solamente una introducción, pero una muy buena introducción, repleta de efectos electrónicos interesantes y bien articulados, teclados atmosféricos en el estilo de Everything In It’s Right Place y una melodía vocal muy pegadiza con frases neuróticas inolvidables como “I’m a reasonable man get off my case”. Pero esta primera canción no es nada en comparación a la gloriosa y sublime Pyramid Song, una EXCELENTE y climática pieza sinfónica cuya intangible imponencia me deja sin palabras adecuadas para describirla. Solo sepan que su música inspira una de las atmósferas más oscuras, trascendentales, espirituales y a la vez relajantes que se puedan concebir. Todos los elementos parecen aceitados a la perfección: el piano marcando los tiempos como un martillo místico, las cuerdas elevándose en majestuosa lujuria, las voces misteriosas del comienzo que parecen como ecos del más allá... ¡Y la letra! “Jumped into the river what did I see / Black eyed angles swam with me” WAW! Eso es imaginería terrorífica y mística... Todas estas cosas meten imágenes en mi cabeza; un desierto en una noche de luna llena, con altas pirámides iluminadas por llamas misteriosas, y una especie de encuentro trascendental entre la tierra y el mundo de los muertos... Bah, demasiados desvaríos, escúchenla ustedes y verán. Mi pieza favorita de Radiohead luego de Paranoid Android; te lo firmo acá.

Lamentablemente, justo aquí aparece la absoluta tontería de Pulk/Pull Revolving Doors. ¿Es que hay alguna canción peor ubicada que ésta? ¿Por qué después de la orgía para los sentidos que es Pyramid Song tengo que soportar esta seguidilla de ruiditos electrónicos desagradables y tontos? El anticlímax que genera es aún más degradante que aquel de On The Run después de Breathe (Ya saben de qué álbum hablo, espero). Lo que recomiendo es pasar por alto esta cosa e ir directamente a la siguiente canción que, afortunadamente, retoma el excelente nivel con el que habíamos empezado. You And Whose Army? no está muy alejada del espíritu de Pyramid Song. Comienza como una mínima, suave y triste balada anti-autoritaria que Thom canta con cierta distorisión en la voz... Todo parece más o menos pedestre hasta que a mitad de canción, al tiempo que Thom canta “Yoy forget so easy”, entra de súbito una IMPONTENTE y CELESTIAL masa de pianos y orquesta que, garantizo, te pondrá de punta los pelos de la nuca y te llenará los ojos de lágrimas, los cuales no se secarán hasta que la canción termine, ya que hay una hermosa e imperdible melodía final por delante. Naturalmente, este increíble epílogo realza la canción a las mismas proporciones cuasi-épicas de Pyramid y nos recuerda que Radiohead puede hacer música directamente HERMOSA cuando se lo propone. Otra de mis absolutas favoritas es el increíble funk oscuro de I Might Be Wrong, la cual introduce un buen riff de guitarras distorsionadas que se va poniendo más funky con el agregado de la percusión electrónica y las pegadizas líneas de bajo que van entando y saliendo a gran efecto. La melodía que canta Yorke sobre esta densa capa de sonido es positivamente retorcida y escurridiza, pero con las sucesivas escuchas se irá poniendo más y más adictiva, hasta el punto en que no te la podrás sacar de la cabeza. Para rematar, la canción concluye con stop & go, introduciendo un nuevo y refrescante riff que se acaba apenas ha empezado a tomar temperatura de nuevo, y solo te deja con ganas de más. Un temazo, bizarro, excelente de una forma no convencional. La última gran canción de Amnesiac es Knives Out, que debe muchísimo a Paranoid Android, con sus hermosos y relajantes riffs acústicos y la sobresaliente melodía vocal de Yorke. Cuando llega la parte en la que canta “So knives out / Catch the mouse” y las guitarras en el fondo cambian delicadamente de acordes, estoy en el paraíso.

A partir de aquí Amnesiac va entrando en un pronunciado pozo del cual no vuelve a salir, pero aunque estos temas restantes no son clásicos, al menos proveen algunas atmosféras tétricas que nada tienen para envidiarle a Kid A. La versión de Morning Bell no está nada mal, pero es realmente innecesaria y no agrega nada a lo que ya habíamos escuchado en Kid A. De hecho, esta versión de Amnesiac, a pesar de tener un arreglo alternativo interesante y directamente FUNERARIO, no puede ni lustrarle las botas a la original. ¿Dónde están esas guitarras, esos teclados terroríficos? Dollars And Cents, cuyo sonido remite a la muy superior In Limbo, también es relleno puro: hay una orquesta que suena más o menos portentosa, unas líneas de bajo que no van a ninguna parte, una melodía onda I Might Be Wrong pero a la vez tan inferior que resulta imposible de captar. Supongo que suena atmosférica y misteriosa, pero no es ni la mitad de buena que las gemas de la primera parte del disco. Las guitarras procesadas de Hunting Bears suenan bien, pero la “canción” es completamente intrascendente y solo se me antoja como una idea decente que falta desarrollar. Por su parte, Like Spinning Plates no resulta muy memorable si uno la encara buscando los ganchos y la excitación de los primeros temas del disco, pero luego de algún tiempo debo confesar que, si bien no es gran cosa, hay ALGO de esta canción que fascina y ese es algo que suena directamente ATERRADORA. Pura atmósfera, pero qué atmósfera mamita! Una vez escuché esta cosa con auriculares en la madrugada con la habitación a oscuras y casi me muero del susto: te hace ver fantasmas créanme. Influyen mucho los malignos crescendos de órgano y la pista que parece estar grabada al revés, a juzgar por los peculiares sonidos de guitarra y el extrañísimo tono de las vocales de Thom. Para finalizar, y mantiendo el interés de los último temas, llega Life In A Glasshouse, un ensayo de jazz bizarro verdaderamente fumado donde Yorke parece como ausente, mientras los clarinetes y trompetas suenan muy depresivos, pintando un panorama desolador y gris. No es gran cosa, pero al menos tiene un estribillo que más o menos parece levantar vuelo (“Well of course I’d like to sit around and chat”) y darle un toque de emoción al cierre del álbum.

En definitiva, Amnesiac podría ser considerado el álbum más flojo de Radiohead después de Pablo Honey ya que ni lejanamente puede competir con la gloria de The Bends o Ok Computer pero, al mismo tiempo, puede jactarse de entregar cuatro clásicos indiscutilbles del conjunto y algunos sonidos cuya crueldad no tiene comparación. Lo mata un poco la irregularidad. Si hubieran esperado y compuesto algunas canciones decentes para llenar la segunda mitad esto habría sido, posiblemente, otra gran obra maestra.

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Hail To The Thief – 2003

8+/10

"We are accidents waiting to happen"

1) 2+2=5; 2) Sit Down, Stand Up; 3) Sail To The Moon; 4) Backdrifts; 5) Go To Sleep; 6) Where I End And You Begin; 7) We Suck Young Blood; 8) The Gloaming; 9) There There; 10) I Will; 11) A Punchup At A Wedding; 12) Myxomatosis; 13) Scatterbrain; 14) A Wolf At The Door.

mejor canción: There there (The boney king of nowhere)

Nada nuevo bajo el sol. Así podría definirse en pocas líneas este último álbum de Radiohead, quizá el primero de toda su historia que no aporta ningún fundamento nuevo a su música y su sonido. Lo cual no es necesariamente malo, ya que si bien la banda ha relajado momentáneamente su “búsqueda de nuevos caminos”, al menos se las siguen ingeniando para sonar INTERESANTES, distintivos y más relevantes que el 95% de las bandas que existen hoy en día. Hail To The Thief es justamente un álbum que no agrega nada significativamente revolucionario al sonido del grupo pero que nos otorga el placer de catorce nuevas canciones modernas, algunas de las cuales podrían considerarse verdaderos clásicos.

La música de Hail To The Thief entrelaza por primera vez las bases de experimentación electrónica de Kid A con una vuelta parcial (y diferente) al rock de guitarras hegemónico en The Bends y Ok Computer. Estilísticamente, el álbum podría también definirse como un Amnesiac mejorado, en el sentido de que ostenta la misma versatilidad musical y no parece haber ningún tegumento subyacente que contacte un tema con otro. Uno podría escuchar estas canciones por separado, todas juntas, o en diferente orden y no se dará un cambio dramático en la impresión producida, cosa imposible en trabajos semi-conceptuales íntegros como Ok Computer y Kid A. La diferencia con Amnesiac es que está mucho, MUCHISIMO mejor secuenciado: clásicos y temas de relleno se hallan distribuidos parejamente, dando la impresión de un producto globalmente más sólido y acabado.

Al momento de definir la calidad del álbum, mis sensaciones son contradictorias y ambiguas. Por un lado, luego de varias escuchas, Hail To The Thief contiene, a mi gusto, una GENEROSA dosis de relleno, mal que me pese decirlo. Seguramente no será un relleno tan obvio e intrascendente como el de Amnesiac, seguramente no hay nada HORRIBLE, y seguramente también se podrán nombrar un par de atributos atractivos en cada una de estas canciones. Pero la verdad es que los verdaderos clásicos se cuentan con los dedos de una mano, al punto que puedo comparar una escucha entera a Hail To The Thief a una ruta llena de baches: de repente tenés una canción verdaderamente excelente que te inyecta pólvora, te lleva volando, te hace ver la luz... y después te llueve una catarata de cosas no muy trascendentes que simplemente “están ahí”, restándole notoriamente fluidez y regularidad al álbum.

Ahora bien, por otro lado, tratándose de Radiohead, siento que SIEMPRE se hallan las excusas para quedarse escuchando: el sonido general es interesante, desafiante, perturbador, valioso. De alguna forma, Hail To The Thief logra que aún el tema de relleno más pobretón sea suceptible de quedarse girando en tu cabeza... El álbum puede, a pesar de su inconsistencia, tornarse incluso ADICTIVO en determinado momento. El impacto de Hail To The Thief es entonces muy curioso y ambiguo, ya que si bien el nivel compositivo solo alcanza las alturas de antaño en un reducido número de ocasiones, el SONIDO logra que te quedes ahí hipnotizado en la silla, sin atreverte a usar el botón skip ni dejar de prestar atención.

Para citar con un ejemplo, tomemos una canción como We Suck Young Blood: es EVIDENTE que no se trata siquiera de una gran canción, pero los malditos tipos articulan los sonidos de una forma que te succiona, que TE GANA. Supongo que a eso le llamarán “atmósfera”. No lo se, la cuestión es que los acordes de piano, los sonidos (como esas palmas ENERVANTES), las melodías... de alguna manera suenan bien. Con detenimiento, se pueden encontrar otras canciones de relleno con menos fortuna. The Gloaming, por ejemplo, es LA DEFINICIÓN de relleno, una ¿canción? electrónica verdaderamente insulsa que no hace absolutamente nada más que ocupar la pista ocho del disco. Sí, es verdad que tiene unos simpáticos efectos de videogame que le dan un toque futurista más o menos agradable. Pero ¿La melodía?, ¿El gancho? ¿Dónde está? ¡Hasta la atmósfera es pobre!. Sit Down, Stand Up, en la que Thom nos amenaza con borrarnos del mapa en cualquier momento, es un caso similar: esta vez hay pianos, lo cual le garantiza instantánamente una mayor riqueza expresiva, pero en el fondo no pasa absolutamente nada. Admito que en algún momento cerca del final, cuando entran unos ominosos acordes de piano rememorando el efecto de You And Whose Army? la cosa parece prender, pero enseguida viene ese final ESPANTOSO de “The RAINDROPS” que suena positivamente insípido y hasta irritante. No es lo peor del álbum, pero es la segunda canción y ya tengo ganas de pasar a la siguiente. Otra que no hace nada por mí es Where I End And You Begin, que es básicamente una reescritura más atmosférica de The National Anthem. Suena bien, hay que decirlo, y tiene una pared de sonido creciente que puede compararse al aullido fantasmal de un viento ártico, pero no hay melodía, y ese final de “I will eat you alive” suena soberanamente ridículo y no me asusta en lo más mínimo.

Siguiendo con el relleno aparece Myxomatosis, una de las canciones con menos concenso. Algunos la consideran entre lo mejor del álbum; a otros he oído clamar que se trata de la peor canción que Radiohead jamás haya hecho. A mí me gusta levemente, aunque sea por ese BIZARRO riff de ¿Bajo distorsionado? ¿Sintetizador? que prácticamente DEVORA al oyente. Más allá de ese gancho pegajoso la canción es puro divague de soniditos que pueden sonar interesantes, pero que eventualmente no conducen a nada. De todo este lote de canciones “experimentales – raras”, Backdrifts, una suerte de Idioteque parte 2, parece ser de lo mejorcito. Aquí por lo menos hay una MELODÍA, hay INTENSIDAD señores, hay un sonido que se va haciendo más y más escabroso y entretenido a medida que van pasando los minutos. El comienzo, con esas masas de sonido gigantescas como bloques de hielo chocando unos con otros, vale por sí mismo el precio de admisión.

Un escalón más arriba tenemos los temas que no son nada grandioso pero que definitivamente me gustan. La balada Sail To The Moon podría ser considerada incluso un highlight; no tiene una GRAN melodía, pero su combinación de piano y guitarras jazzeras es totalmente implacable. Go To Sleep es otra ganadora: su introducción puramente acústica y melódica reintroduce un sonido amigable que no teníamos desde The Bends, pero lo mejor de la canción es cómo va aumentando la tensión hasta explotar en una serie de fenomenales ataques electroacústicos que hacen hervir la sangre, evocando aquella banda de tres guitarras de The Bends. Nos recuerdan que estos tipos también pueden ser MUY ajustados si se lo proponen. La encantadora I Will es demasiado cortita y subdesarrollada para imponer su peso, pero la performance vocal de Thom aquí es sencillamente AVASALLADORA, combinando varios doblados de su propia voz, entonando en un parlante una penetrante tonalidad de barítono y en el otro un celestial falsetto. La parte en que canta “With WHITE elephants...” y más doblados se agregan a la toma es INOLVIDABLE, te conquista en un segundo. Otra balada melódica es Scatterbrain, una reescritura inferior de Knives Out, pero igualmente disfrutable, repleta de climáticos cambios de acordes, espiralados dibujos con las guitarras y suaves melodías de ensueño.

Hasta aquí tenemos un álbum digno de un seis o un siete muy débil, pero por suerte hay cuatro canciones DESCOLLANTES que elevan sustancialmente el nivel. El inicio y el final son incondicionales ganadores: La peculiar apertura 2+2=5 transita desde el emocionante sonido de una guitarra conectándose al amplificador a un verdadero tour-de-force rockero como no se escuchaba desde los días de My Iron Lung. En el medio tenemos una minisuite brillante, con arpegios de guitarra introductorios reminiscentes de Street Spirit, deliciosas voces en armonía y una explosión ASESINA y frenética en donde Thom se desangra con una maligna advertencia de que no hemos estado “paying attention”... A partir de allí se desencadena la furia y aparece Radiohead en su faceta más ajustada, vigorosa y adictiva, con algunos de los riffs más apretaditos y poderosos de la carrera del grupo, peligrosos sonidos de sintetizador que se erizan como serpientes y un Thom Yorke llevando a cabo la performance vocal más maníaca y llena de convicción de su carrera. Radiohead vuelve a rockanrollear: supongo que es una gran noticia. El cierre de A Wolf At The Door se basa en una combinación francamente heterodoxa: unos enfermizos fraseos vocales “raperos” (!), sobre una pista musical similar a la Sonata Claro De Luna (¡¿?!) que van aumentando en intensidad hasta elevarse en un HERMOSO estribillo que remata el álbum de forma trascendente y antémica.

Pero, intencionalmente, estoy dejando para el final a mis dos favoritas del álbum. La adictiva A Punchup At A Wedding es un caso único en el canon de Radiohead. Por primera y única vez la banda intenta una especie de GROOVE muy funky, de esos ritmos implacables y sexys que se te cuelan en los poros y hacen hamacar tu trasero... ¡Positivo! ¡Y les sale muy bien! El sonido dominante de piano es realmente imponente, las líneas de bajo saltarinas y penetrantes gritan ¡¡¡FUNK!!! y la banda entra a sacudir la noche con una sensualidad y un poder de convicción simplemente contagiosos. Ayuda un montón que la melodía vocal es de primerísimo nivel, y la sutil forma en que se van agregando guitarras y loops electrónicos hace aún más infecciosa la cosa. Pero el título de “mejor canción” está reservado para el rocker, muy a lo Sonic Youth, There There, el primer single de promoción y la canción más extensa de aquí. La fenomenal combinación entre pegajosos y seductores riffs distorsionados con prominente percusión tribal recuerda MUCHO al estilo particular de Optimistic, pero There There funciona por sí misma, gracias a un EXCELENTE riff helado, casi byrdiano y sutilmente malévolo que me hace ver castillos negros inmersos en una niebla helada. A partir de aquí la canción va creciendo en intensidad, a través de dos segmentos melódicos diferentes: el primero (“Just cause you feel it it doesn’t mean it’s there) es poppy y relativamente tranquilo; el segundo (“We are accidents waiting, waiting to happen”) es más antémico, contiene furibundas explosiones de guitarras y algunas de las armonías vocales más arrebatadoras y penetrantes jamás grabadas por el grupo. El poder amenazador y vibrante de esta canción, la forma en que sutilmente va ganando fuerza y vigor... es verdaderamente admirable: dicen que Yorke no pudo evitar llorar cuando escuchó las mezclas definitivas de There There, y lo comprendo.

Ah! No había dicho que cada canción tiene un título alternativo, o subtítulo, puesto entre paréntesis. Algunos de los más copados son Softly Open Our Mouths In The Cold (The Gloaming), Little Man Being Erased (Go To Sleep), y The Boney King Of Nowhere (There There). El mismo álbum tiene un subtítulo, que se corresponde con el nombre de una de las canciones, pero para saber eso deberás comprar el álbum, o al menos su folleto con las letras. Realmente se trata de un buen álbum... adictivo de a ratos, cansador en otros. Pero es Radiohead, y básicamente vuelven a demostrar con Hail To The Thief que son, ante todo, una banda creativa en serio.

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