THE WHO
Pete Townshend: guitarra / Roger Daltrey: armónica y voz / John Entwistle: bajo / Keith Moon: batería
ÍNDICE |
TEMAS SOBRESALIENTES |
1965 - The Who Sings My Generation 1966 - A Quick One 1967 - The Who Sell Out 1969 - Tommy 1970 - Live At Leeds (live) 1971 - Who's Next 1973 - Quadrophenia 1974 - Odds And Sods 1975 - The Who By Numbers 1978 - Who Are You 1979 - The Kids Are Alright (live) 1981 - Face Dances 1982 - It's Hard 1984 - Who's Last (live) 1990 - Join Together (live)
SINGLES y ARCHIVOS: 1971 - Meaty Beaty Big And Bouncy 1996 - Live At The Isle Of Wight Festival 1970 (live) 2000 - BBC Sessions (live) 2002 - The Ultimate Collection
BOX-SETS: 1994 - Thirty Years Of Maximum R&B |
I Can't Explain (Single) Anyway, Anyhow, Anywhere (Single) My Generation (The Who Sings My Generation) The Kids Are Alright (The Who Sings My Generation) Substitute (Single) I Can See For Miles (The Who Sell Out) Magic Bus (Single) Amazing Journey / Sparks (Tommy) Pinball Wizard (Tommy) We're Not Gonna Take It (Tommy) Young Man Blues (Live At Leeds) Shakin' All Over (Live At Leeds) The Seeker (Single) Baba O' Riley (Who's Next) Bargain (Who's Next) Behind Blue Eyes (Who's Next) Won't Get Fooled Again (Who's Next) The Real Me (Quadrophenia) The Punk And The Godfather (Quadrophenia) 5:15 (Quadrophenia) Love Reign Over Me (Quadrophenia) Naked Eye (Odds & Sods) Sister Disco (Who Are You) |
Ahh, The Who. Quién? Qué? Cómo? Pues claro, eso es lo que
te respondería en este bendito país el noventa porciento de la gente que
supuestamente escucha música. En Argentina los Who son prácticamente
desconocidos, pero desconocidos en serio. Aquí los Beatles, como en todo lugar
del mundo que se precie de tal, son casi música clásica; Los Stones... ¡Hey!
Buenos Aires es una ciudad virtualmente tomada por los "Rollingas"
fans devotos de la banda. Pero ¿Los Who? Diablos... bandas como Kiss son más
conocidas y respetadas! Bandas como... qué se yo... ¡Electric Light Orchestra! Pero
de los Who ni idea: no los pasan en las radios, no aparecen en la tele... los
tipos directamente no figuran. Y andá a pedir un disco de los Who en cualquier
disquería de alto fuste. Te van a mirar con cara rara porque, por supuesto, no
hay un solo álbum. En ningún lugar como aquí el nombre de la banda parece tan
apropiado... WHO? Una vez vi a un tipo caminando por la calle con una remera de Who
By Numbers y casi me desmayo de la emoción. Confieso que yo, sometido por
los designios culturales de mi país, tampoco tenía mucha idea de qué onda con
los Who. Sabía que habían publicado álbumes míticos como My Generation,
Tommy, Who’s Next y Quadrophenia (qué nombre copado para
un álbum eh?) pero no había esuchado nada de nada ni conocía sus canciones.
Gracias a quien sea hoy en día eso ha cambiado para mí, pero en Argentina
siguen sin aparecer los Who.
Y es una lástima, porque
nos estamos perdiendo a LA MEJOR BANDA DE ROCK AND ROLL DE LA HISTORIA.
Ohh! ¡Qué aseveración crucial que ha hecho este tipo! Sí, y no bromeo. Ok,
están los Beatles, quienes siguien siendo mis favoritos, aunque sea porque
fueron un poco más diversos, más existosos en sus experimentaciones y quizá más
consistentes en sus álbumes. Pero nada más; en cualquier otro aspecto los Who son iguales y
MEJORES que los Beatles. Y los Stones... también son grandiosos y The Who nunca
podría hacer un álbum como, por ejemplo, Let It Bleed. Los Who nunca
fueron tan oscuros... pero qué va... El
día que los Stones compongan canciones tan sentidas y al mismo tiempo tan
pegadizas y tan potentes como Pete Townshend y sus amiguitos, ese día me opero
las tetas. Y la otra comparación que puede surgir es Led Zeppelin... y mal que
me pese decirlo, The Who le dan ochocientas vueltas y media. Es cierto, quizá
si estamos hablando de heavy rocks sudorosos y bluseros, los Who nunca hayan
logrado la misma atmosfera ultra-sexual y ultra pesada de Zepp... pero cuando
hay que rockear, The Who rockea como ningún otro grupo de música ha rockeado
jamás. Por eso digo con toda conformidad que son la mejor banda de rock and
roll de la historia.
Enumerar las virtudes de The
Who me podría tomar eras geológicas, pero trataré de sintetizar qué es lo
que más me gusta de ellos. En primer lugar tenían en sus filas a un FLOR de
compositor. El señor de la nariz grande, Mr. Pete Townshend. En lo que a música
popular se refiere el tipo es un absoluto e innegable GENIO. A diferencia de lo
que ocurría con los Stones y los Beatles, el tipo hacía TODO solo. Él solo
compuso en unos cinco o seis años una cantidad de clásicos fenomenales que
otras bandas de buen nombre jamás soñarían con hacer en un siglo. Toneladas
de riffs aplasta cabezas, melodías increíbles y letras conmovedoras que ponen
en ridíuclo a los Stones y los Beatles juntos conformaban el principal arsenal
de este tipo. John Entwistle lo ayudaba ocasionalmente con alguna viñeta humorísitica,
pero básicamente las canciones de los Who SON Pete Townshend. Un compositor de
rock que, quitando tal vez a Dylan y a los John y Paul, no puede compararse con
nada ni nadie.
Otra virtud: los tipos LA
DESCOSIAN en vivo. Se los ha llamado la mejor banda en vivo de la historia y no
tengo por qué discrepar. Al principio no demostraron mucha agresividad: sus
primeros álbumes de estudio tienen mucho de pop y de balada suave, con
guitarritas acústicas y armonías vocales... pero en 1969 tomaron por asalto al
mundo con Live At Leeds y
demostraron que, lisa y llanamente, los Who en vivo SON el Rock and roll y
humillan a casi cualquier otro grupo del planeta. Townshend se vuelve loco y
desgarra las guitarras sacándole los acordes más infecciosos, Keith Moon se
posesiona en la batería y golpea todo como si no existiera el mañana, John
Entwistle destripa su bajo de la manera más cruel y silenciosa. Y el público
no tiene otra que delirar con la pura adrenalina. Sus shows legendarios se
cuentan por decenas: Woodstock, Monterey Pop Festival, Leeds, Isle Of Wight,
London Colisseum... Desde bien temprano adquirieron notoriedad por sus míticas
y violentísimas destrucciones de escenarios, en las cuales los tipos se
entretenían destruyendo aparatosamente sus instrumentos al final del show. El
único que se absenía era John, que siempre se quedaba quietito en un rincón
mirando imperturbable como sus compañeros enloquecidos reducían todo a polvo.
Sí, da mucha pena ver como se hacen pedazos los intrumentos gratuitamente, pero
al mismo tiempo es divertido... y es puro show ¡Qué banda en vivo son estos
tipos!
Más
virtudes: son tipos innovadores. La cantidad de innovaciones increíbles que
trajeron al mundo del rock se cuentan por docenas. A la innovación técnica que
cada uno de ellos trajo a sus intrumentos hay que agregar que fueron algo así
como la primera banda punk (Escuchar My Generation para despejar cualquier duda), no solo en el
estilo de música repleto de acordes bastante pesaditos y feedbacks abrasivos,
sino también en el contenido agrio, frustrado e iracundo de las letras. Cuando
se cansaron del “proto-punk” se dedicaron a hacer pop y aportaron algunas de
las mejores joyas pop de los 60, con armonías vocales de la gran siete y
ganchos melódicos como rosquillas. Después se les ocurrió hacer óperas rock,
algo que nadie había hecho antes (salvo The Pretty Things, pero eso es otra
historia) y les salieron álbumes maravillosos como Tommy y Quadrophenia. En Who’s
Next Pete
introdujo el uso de sintetizadores que le brindó algunos momentos memorables
como por ejemplo la intro de Won’t Get Fooled Again. Innovaciones por
doquier, a mansalva.
¡Más virtudes! Fueron diversos y altamente emocionales. Sus canciones no son solo “copadas” como ocurre con Led Zeppelin o Queen. Las canciones de los Who despiertan cosas en el alma, rubrican tu vida, te acompañan y te cambian la visión de las cosas. La luz del sol brilla distinto después de escuchar y cantar una canción de los Who. ¡Exagerado mequetrefe! No, no exagero. Las canciones de los Who pueden ser dulces y románticas; pueden ser amargas y agresivas; pueden ser divertidas e irónicas; pueden ser solemnes y emocionantes. Todo; escuchar la música de los Who es la experiencia emocional más fuerte y más variada que puede entregar el rock. Y ni hablar de los estilos musicales abordados.
Empezaron como una banda de Rhythm & Blues como los
Stones, con ciertos tintes punkoides aquí y allá. En rigor, sos covers de
R&B tradicional no eran tan buenos como los de los Stones, pero en
contraprestación los Who fueron bastante más experimentales y melódicos en
sus primeros pasos: los originales de Pete de esta etapa son verdaderos
clásicos del rock. Cuando la fórmula parecía más o menos agotada, a partir
de 1967 hicieron un poco pop liviano y absolutamente delicioso para los
amantes del pop de los 60, sobre todo en The Who Sell Out, aunque nunca se parecieron realmente a los
Beatles o los Kinks. Poco después esa misma banda "punkie" con
tendencia a destrozar instrumentos en escena empezó a incursionar en terrenos
cada vez más artísticos y refinados, culminando en 1969 con el inigualable Tommy,
uno de los álbumes míticos del rock n' roll. Con la llegada de los 70 se ajustaron a sus tiempos y cambiaron el estilo
sensiblemente hacia algo más épico, más grandioso y más bombástico, a tono
con las tendencias que la nueva década esparcía por los aires. Hay gente que
prefiere uno u otro período, pero en mi caso no se con qué quedarme: Hay
tantas canciones tan buenas en ambas décadas que es como idiota preferir uno u
otro Who. Amo el Who arrogante y juvenil de Anyway,
Anyhow, Anywhere,
el Who divertido y macabro de My Wife, el Who lírico e histriónico de Tommy y el Who solemne y
arrasador de Won’t Get Fooled Again,
el Who triste y reflexivo de Blue Red And Grey. Es una banda demasiado completa, demasiado diversa
y demasiado apabullante como para quedarse solo con una de sus tantas facetas.
Virtudes
por doquier: esta es una de las mejores bandas que jamás ha existido. ¿Hay
defectos? Es díficil: esta música no tiene tiempo ni edad... es eternamente clásica.
Puede ser que la bombástica de álbumes como Who’s
Next y
Quadrophenia sea un poco cansadora después de un tiempo. También
está el hecho de que después de Quad entraron en una etapa de decadencia que
demostró no tener retorno y donde publicaron algunos álbumes bastante malos y
se dedicaron a hacer giras y giras para recaudar dinero, aún después de que
Keith Moon falleciera en 1979. Los únicos reproches que tengo. En sus épocas
de gloria, y en ciertos aspectos, The Who fue la mejor banda que haya existido
jamás.
Como plus para tanta
creatividad, diversidad y emoción cada uno de sus integrantes era un capo
absoluto en lo suyo, y sus personalidades chocaban de una forma tan violenta que
uno se pregunta cómo duraron tanto. Pete, Keith y Roger eran unos sacados
(cuentan que para el cumpleaños de Keith en una oportunidad se ZAMBULLERON a
bordo de un Volkswagen Beetle en una PISCINA del QUINTO PISO de un hotel). Pete
tenía ataques de nervios una vez cada dos o tres meses. Entwistle era más
tranquilo e imperturbable que el pan. Wow! Hablando de contrastes.
John Entwistle es el tipo tranquilo, (el George Harrison, el Charlie Watts) que está ahí en un segundo plano, quietito, sin hacer aspaviento ni cometer locura alguna. Aparte de eso, se trata del mejor bajista que haya dado el mundo de rock. No me voy a explayar mucho en lo ASESINOS y DEMOLEDORES que son sus solos de bajo. Porque el tipo ya no tocaba el bajo como un mero trasfondo de acompañamiento. Para “The Ox” el bajo era el instrumento principal del cuarteto. Y por eso escuchar cualquier canción de los Who equivale a escuchar una fiesta de bajo. Y eso que a mí me FASCINA un bajo cuando es tocado con creatividad y virtuosismo. Basta escuchar temazos como My Generation, The Real Me, The Punk And The Godfather y vaya a saber uno cuántos otros mas para darse cuenta que el tipo simplimente revolucionó la forma de tocar el bajo. Y empezó temprano, en 1965.
Pero
no solo eso: John también aportó un manojo de composiciones propias. Su estilo
se limitaba a viñetas livianas de humor negro o caricaturesco, sin demasiada
profundidad ni desarrollo lírico. Claramente no es muy versátil, pero está
bien que The Who tenga un segundo compositor que sepa contrapesar la solemnidad
y seriedad de Pete. John hace de los Who una banda más diversa y
multifacética. Sus toques de humor son golpes de aire fresco fundamentales. Y
¡Tocaba el corno francés! ¡Qué tipo loco! Hace un año murió en las Vegas víctima de alguna oscura afección cardíaca.
Una lástima, porque sin él The Who no es The Who.
Pete Towshend: es el
genio, el compositor iluminado que ya he mencionado anteriormente. Entre sus
proezas se destacan la de haber compuesto íntegramente dos obras conceptuales
fascinantes como Tommy y Quadrophenia, que no solo suenan redondas
en el aspecto musical sino que también son experiencias místicas incomparables
(Tommy) o desgarradoras confesiones (Quadrophenia).
Por suerte, tampoco es un muy mal guitarrista. Como solista no es gran cosa y no
hace cosas como las que sí hacen gente como Page, Clapton, Blackmore o Hendrix.
Es, antetodo, el mejor guitarrista rítmico de todos los tiempos. Cuando el tipo
agarra una guitarra y una pua AGARRATE CATALINA porque va a atacar con acordes
viciosos y asesinos que te van a caer como balas en el medio del éstomago. Sus
riffs rivalizan con los de Keith Richards, pero si tengo que elegir me quedo con
el gran Pete. Recomiendo escuchar un poco de Live
At Leeds y Who’s Next para
darse cuenta del estilo salvaje y repleto de adrenalina del narigón este. Y ojo
que no es un mero “Agarro la guitarra y la destrozo”. También es capaz de
tocar deliciosas melodías acústicas (Tattoo, Sunrise,
Behind Blue Eyes )
y algunos buenos solos (Baba O
Riley, Won’t Get Fooled Again,
5:15) y
también unos cuantos feedbacks salvajes en los primeros años (Anyway, Anyhow, Anywhere, Run
Run Run). En algún momento de 1965 escribió “Ojala me muera antes de llegar
a viejo”. Hoy tiene más de 55 años. Digo yo, ojalá todavía se muera antes de llegar
a viejo. (Jeje, en realidad eso lo dijo él: qué ladrón que soy no?)
Roger
Daltrey: este muchachito no comenzó dando grandes esperanzas en los
primeros álbumes. Parecía un simple cantante más. Pero fue mejorando, y para
el álbum Who’s
Next había
desarrollado un rugido bestial poderosísimo que le otorgó pronto el status de
cantante estrella. Creativamente nunca aportó mucho al grupo, pero fue su
principal frontman, un tipo de personalidad, carácter y buena voz. Por
supuesto, es uno de mis cantantes favoritos.
Keith Moon: firme candidato al mejor baterista que jamás haya tocado. En este punto, sin embargo, no hay consenso. El tipo simplemente demolía los tambores como una topadora sin freno. Su estilo salvaje funcionaba a la perfección en las canciones más pesadas y agresivas de los Who, sin embargo muchos oyentes consideran que Keith se pone salvaje en canciones donde debería simplemente sentarse, tocar como debe y dejarse de joder. Realmente entiendo el argumento ya que la batería de Keith suele ser BASTANTE prominente en el sonido de The Who, pero sinceramente no puedo decir que su batería me irrite en alguna canción (Quizá en La La La Lies). Además el tipo era un creativo total, con un estilo completamente inimitable: se volvía completamente loco, pero al mismo tiempo mantenía el ritmo y hacía todo tipo de cositas interesantes para el oyente. Escuchar Bargain, Behind Blue Eyes y 5:15 para sentir la batería creativa de Keith Moon en su mejor momento. Éste es otro que está muerto. En 1979 los excesos lo llevaron demasiado lejos y pasó a mejor vida.
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"I hope I die before I get old"
1) Out In The Street; 2) I Don't Mind; 3) The Good's Gone; 4) La La Lies; 5) Much Too Much; 6) My Generation; 7) The Kids Are Alright; 8) Please Please Please; 9) It's Not True; 10) The Ox; 11) A Legal Matter; 12) Instant Party (Circles).
mejor canción: The kids are alright
Maravilloso álbum debut.
Doce canciones, diez de ellas originales de Pete Townshend y todas ellas
pegadizas, rockeras y en muchos casos innovadoras. No está nada mal para un
primer álbum realmente y The Who Sings My Generation supera sin ningún
tipo de esfuerzo a los debuts de los Beatles y los Stones,
por nombrar solo a sus rivales más temibles de la "british invasion". Publicado en 1965, se
dice con frecuencia que se trata del primer álbum punk de la historia. Buee...
no sé, no estoy tan seguro. De las doce canciones que aparecen aquí la única
que me suena genuinamente punk es My Generation, cuyos acordes brutales y
primitivos, más la rebelión generacional de la letra realmente
promueven algo cercano al punk (así como 19th Nervous Breakdown de los Stones también
se asemeja a un tema punk). Pero sinceramente esto es más que simple punk: es
un álbum pop repleto de deliciosas melodías y pegadizos estribillos,
pero también con mucho
rythm & blues y
algo soul. Quizá sí se pueda identificar algo así como un
“aura” punk en el contenido del CD (algunos versos, algunas letras, mucha
rebeldía juvenil) pero quien conozca bien el punk tradicional de los 70 sabrá
diferenciarlo perfectamente de esta magnífica música. Llamemoslo proto-punk y
todos felices.
Igualmente, para la época
esto sí que sonaba bastante zarpado. Verán: los Who no eran los felices Beatles
que cantaban sobre chicas lindas y cositas lindas para la familia (Al menos hasta I'm A
Loser) Tampoco eran los sucios
Stones que cantaban sobre sexo y cosas obscenas para provocar gratuitamente.
Aparentemente, los Who estaban enojados, podridos, calientes, eran rebeldes en
serio, querían romper todo y acabar con todo; cualquier cosa que oliera a
sistema, establishment, sistema de clases, conservadurismo etc. era digno de
asco. No sugiero que los Stones y los Beatles no encarnaran cierto tipo de
rebeldía, pero lo suyo era más bien una pose que en realidad no cuestionaba
nada... era “sí, yo me dejo el pelo largo” y “sí, yo canto sobre sexo y qué me
importa”. En cambio los Who de alguna manera representaron una rebelión más
agresiva, más genuina, más política, con otras inquietudes más trascendentes
explícitas en las letras, cargadas de frases desafiantes como la infausta
“Espero morir antes de llegar a viejo”. Y todo eso se
traslada en parte a la música de este álbum. Feedback ruidoso a raudales,
torbellinos de salvajes tambores, un bajo pesadísimo como jamás se había
escuchado antes y acordes brutales sacados hasta en las baladas más hermosas
(Imposible imaginar a los Beatles de esa época empezar una balada como los Who
empiezan The Kids Are Alright). Para la época todo esto era bastante
osado, y si hoy en día el disco no suena un ápice pasado de moda es porque las
canciones son,
en su mayor parte, una mejor que la otra,
demostrando que desde el mismo comienzo Pete Townshend era un compositor de
excepción.
Es curioso,
también vale aclarar, que un álbum tan
legendario por ser “punk” y “pesado” y
“repleto de feedback” tenga tantas melodías sublimes y coros ultra-pegadizos. Y
es porque un genio como Pete no se conformaba con hacerse el rebelde y escribir
letras provocativas: también sabía cómo poner en el trablero una impecable
melodía... y cada una de sus composiciones en este álbum tiene algo memorable y
melodioso, aún las canciones que no han quedado como clásicos.
Los dos covers de James
Brown, I Don’t Mind y Please Please Please son seguramente lo más
débil del álbum pero tampoco me parecen tan desastrozos como algunos dicen. No
suenan muy exitantes porque no se comparan con las melodías fenomenales de los
orginiales y la banda no sabe darles mucha convicción (la performance de Roger
es particularmente chapucera), pero más allá de eso se pueden escuchar
y si bien no rivalizan con los Rolling Stones en este campo, por lo menos sí
superan a los tempranos Kinks.
Mediocres
son estos covers, pero no insoportables.
Ahora bien, los originales de Pete ¡Fantásticos!
Geniales del primero al último. Está, por supuesto, la ubicua My Generation,
que aún después de todos los hits que el grupo produjo más adelante sigue
siendo su canción más emblemática. Se trata de un verdadero himno
rebelde para la
generación joven de ese entonces, cargado de letras venenosas, acordes feroces
y todo ese tipo de cosas.
Ni los Beatles ni los Stones habían logrado (si es que lo intentaron) hacer
emerger con furia este sentimiento oscuro y anárquico. La primera vez que la
escuché dije “Waw! Esto sí que rockea!”. De hecho, es difícil escuchar algo tan
rockero y brutal en 1965: ese bajo de Entwistle ultra-heavy (quien además se
manda un solo de antología), esos feedbacks primitivos y brutales lanzados por
Pete, la voz enojadísima de Roger tartamudeando permanentemente, esos
inolvidables coritos de “talkin’ ‘bout my generation”... todo contribuyó a hacer
de este número algo realmente revolucionario y es comprensible que se haya
transformado para siempre en
la carta de presentación
de The Who. Aún cuando esta lejos de ser su mejor
pieza de música, My Generation sigue transmitiendo una energía, una ira
y una excitación tal que se garantizó la eternidad.
Así y todo no se trata de mi
canción favorita del álbum, quizá debido a que su
producción disfuncional le quita un poco de vena. No, ese honor va a la maravillosa The Kids Are
Alright, otro enorme clásico con una melodía sencillamente ESPECTACULAR
que de alguna manera recuerda a los Beatles (aunque en comparación, las pistas rítmicas
de las canciones de los Beatles parecen canciones de cuna). La letra, que
celebra la camaradería y fidelidad del grupo de amigos, es una verdadera
delicia y otro brutal manifiesto de la generación joven
de su época. “Todo me importa un
huevo, lo único verdadero que tengo son mis amigos”. Interesante... yo no se
porque no se ha convertido en la canción oficial del día del amigo o algo así...
ah! sí se... nadie conoce a los Who en Argentina. Una vergüenza.
My Generation y The Kids Are Alright son LOS clásicos del álbum. Es admirable como ya de entrada los Who fueron capaces de entregar TAMAÑAS canciones (a las cuales hay que sumar los contemporáneos singles I Can’t Explain y Anyway, Anyhow, Anywhere) mientras gente como los Beatles apenas habían podido con Please Please Me y Love Me Do. No es que no me gusten esas canciones, pero la diferencia de calidad a favor del narigón es innegable. Y ojo que el álbum tiene más canciones y todas son bárbaras. La beatlesca It’s Not True cuenta con una de las letras más disparatadas que escuché en mi vida (con referencias a Bagdad incluídas) y otro estribillo más pegajoso que la crema pastelera derretida. Increíble canción, una de mis favoritas. Out In The Street abre el álbum decentemente con una intro clásica alquilada (leáse robada) de Anyway, Anyhow, Anywhere y un ritmo inolvidable. Aún mejor es la ESTUPENDA The Good’s Gone y su fantástica atmósfera oscura que me recuerda un poco a los Byrds y una increíble melodía de guitarra que también me recuerda a los Byrds. También está A Legal Matter, que básicamente es un semi-plagio de The Last Time de los Stones (Que incluso comienza con la frase “I told you...”) solo que con un riff totalmente original y OTRO estribillo irresistible.
Hay tantos highligts que me canso... pero los quiero mencionar
porque realmente ME ENCANTAN. ¿Qué decir de La La La Lies? Sí,
cualquiera diría que es relleno, pero qué importa cuando podemos tener una
melodía vocal tan hermosa y divertida a la vez. Increíble. También está The
Ox, un instrumental furioso y sacadísimo donde Entwistle suelta las líneas
de bajo más frenéticas que se hayan escuchado hasta la fecha mientras Moon se
vuelve COMPLETAMENTE LOCO con la batería y Pete se la pasa tirando peligrosos
feedbacks que amenazan con devorarte el alma. Y como trasfondo, un pianito de
cabaret velocísimo. Es básicamente blues, pero tocado con tanta furia y
distorsión que entiendo más o menos porqué le llaman “punk” a esta música.
De los originales de Pete las que menos me atrapan son Much Too Much y Instant
Party (Circles), pero solo porque sus melodías son LEVEMENTE menos
memorables. El estribillo de Much To Much es fantástico, y también me
gusta la atmósfera levemente psicodélica de Instant Party, donde el
corno francés de John (¡Este tipo toca EL CORNO FRANCES!) más la melodía
somnolienta contribuyen a crear una atmosféra especial.
¡Qué álbum debut! Después sería superado por otros álbumes debuts aún más contundentes (Hendrix, Zeppelin, King Crimson, etc.) pero para un grupo de la invasión británica esto es sencillamente fenomenal y hasta revolucionario. Canciones con energía de sobra, belleza por kilo, diversión a mansalva y sentimiento al por mayor. ¿Qué más se puede pedir? ¿Qué la producción sea impecable? Y bueno... es un álbum repleto de distorsión y tambores que se vuelven locos... está claro que la producción no es la mejor... ¿Qué no tenga un solo tema de relleno? Podría haber sido: si se hubieran eliminado los innecesarios covers e incluido los dos singles del momento I Can't Explain y Anyway, Anyhow, Anywhere, pues esto hubiera sido un 9+ clavado. Aún así como está, creo que es un álbum escencial no solo en la discografía de los Who; ninguna colección de rock and roll más o menos respetable puede darse el lujo de no incluir My Generation y The Kids Are Alright, dos clásicos absolutos de la década, ambos en este tímido y retraido (JA!) primer intento de un grupo que hará historia.
Aclaración. Hace poco salió una edición definitiva de este álbum que incluye un CD adicional con varios singles y canciones raras del momento. Se los recomiendo fervientemente, aunque yo no lo tengo. (Si alguno me lo quiere regalar, yo no tengo nada que objetar).
Sección COMENTARIOS DE LECTORES sobre THE WHO SINGS MY GENERATION!
"You are forgiven"
1) Run Run Run; 2) Boris The Spider; 3) I Need You; 4) Whiskey Man; 5) Heatwave; 6) Cobwebs And Strange; 7) Don't Look Away; 8) See My Way; 9) So Sad About Us; 10) A Quick One While He's Away.
BONUS: 11) Batman; 12) Bucket T; 13) Barbara-Ann; 14) Disguises; 15) Doctor Doctor; 16) I've Been Away; 17) In The City; 18) Happy Jack (acoustic version); 19) Man With The Money; 20) My Generation/Land Of Hope And Glory.
mejor canción: Boris the spider
Algo pasó. Digo, algo pasó
para que luego de un álbum tan revolucionario y prometedor como The Who
Sings My Generation la banda tenga que venirnos con esta cosa blanda e
irrisoria que no es siquiera un pálido reflejo del trabajo anterior. Bueno,
quizá llamarlo “cosa blanda e irrisoria” sea un tanto duro, pero entonces
no se bien cómo llamarlo. Las canciones de A Quick One no son en
realidad malas ni horribles (salvo deshonrosas excepciones), pero no hay un solo
clásico verdadero, las melodías son flojas y en su mayoría dan una inevitable
sensación de intrascendencia y liviandad. Los temas no tienen peso: van por aquí
y por allá con sus lindas
cositas sin provocar ni mucho daño, ni mucho
placer, ni mucho nada. Totalmente aséptico. Lo cual resulta sumamente
frustrante luego de un álbum como The Who My Generation, repleto de
energía revolucionaria, bríos juveniles y exuberancia melódica. En comparación,
A Quick One suena como una serie de viñetas curiosas y novedosas que
pueden agradar mientras suenan en nuestros estéreos pero que en definitiva no
llegan a ningún lado.
Algo pasó. Lo que pasó fue
que en esas épocas el único compositor de los Who era Pete. Por algún motivo
el manager del grupo quiso que los demás tambien contribuyeran canciones para
el nuevo LP, adelantándoles a los cuatro una buena suma de dinero. No termino
de entender cuál fue el motivo que le llevó a aplicar semejante política,
pero los resultados están a la vista. La calidad del álbum se resintió
notoriamente. Para empezar, Pete no parece estar en su mejor forma y esta vez no
es capaz de aportar un verdadero clásico. Mientras tanto, a Roger y Keith
apenas les alcanza con un par de números chapuceros. John Entwistle es el único
que sale bien parado gracias a sus dos excelentes canciones (Boris The Spider
y Whiskey Man), pero al mismo tiempo demuestra que su radio creativo
se limita casi exclusivamente a esos números curiosos y humorísticos que
tratan sobre cosas raras con melodías pegajosas. Aunque pensándolo bien no
tengo ningún problema con eso: amo las cosas raras con melodías pegajosas.
Aún así no está todo
perdido. Como dije antes, ninguna de estas canciones es una aberración que
implique vómitos y nauseas. De hecho, son en su mayoría agradables al oído,
en ocasiones sumamente divertidas, y el factor de que sean los Who los que están
tocando garantiza algunas cositas rescatables aquí y allá que en definitiva le
otorgan al álbum un bajo siete. Y tampoco se les puede acusar de falta de
inventiva: A Quick One While He’s Away es seguramente la primera forma
de “ópera rock” que haya aparecido jamás y es el preámbulo para las
grandes cosas por venir; Cowebs And Strange es experimental y arriesgada;
Boris The Spider es algo como nunca se escuchó antes ni después. Es
decir, a pesar de lo dolorosamente LIVIANO que suena el álbum, las pequeñas
ideas y chispas de creatividad aparecen. Nunca logran incendiar el bosque, pero
las chispas están.
Hay un puñado de temas más
o menos normales que suenan similares a los de Sings My Generation. La
primera, Run, Run, Run, no es en rigor nada demasiado especial,
pero suena SUMAMENTE adictiva: me encanta el gran efecto que se logra con todos
los intrumentos creando un caos sonoro en monoaural solo las voces cantando
“Run, run, run” en estéreo. El resultado es un ritmo trepidante y repleto
de adenalina... esos “Run, run, run” tienen más chispa y cadencia que
cualquier otra cosa del álbum. También está Heatwave, un cover de la
onda de I Don’t Mind y Please
Please Please, solo que mucho más
decente. La mayoría de los oyentes parece odiarla, pero a mí la melodía vocal
me resulta atractiva. Además de Run
Run Run Pete contribuye un par de
cancioncillas pop: Don’t Look
Away es medianamente atractiva
mientras suena, sobre todo por la retorcida y nada trivial melodía vocal, pero
a la larga no hay nada muy memorable en ella. Imposible tararearla; simplemente
se volatiliza apenas termina. So
Sad About Us es un poco mejor: al
principio me sonaba como una balada un tanto desaliñada (sin contar la intro
dolorosamente recordatoria de I’ll
Feel A Whole Lot Better de los
Byrds) pero realmente me gusta el estribillo, con esas líneas de guitarra
saltarinas e irresistibles.
Discreto
lo de Pete. Esta vez los puntos fuertes de A Quick One están en manos de
John Entwistle, aunque no sean más que oscuras viñetas humorísticas. En Boris The
Spider John
escarba en su fobia a las arañas y escribe sobre Boris, un pequeño arácnido
de patas peludas que el bajista sorprende trepando por su pared y eventualmente
decide aplastarlo con un libro. Grotesca historia para una canción ¿Verdad?
Musicalmente sin embargo es un triunfo absoluto: una línea de bajo inolvidable
(es la línea de bajo más heavy, distorisionada y retumbante que hayan
escuchado mis oídos), una melodía vocal clásica y una serie de vocecillas
raras entonadas por John garantizan una escucha poderosa y sumamente graciosa a
la vez. Whiskey
Man no
es tan distintiva, pero la melodía vocal es buena y la historia sobre un amigo
llamado “Whiskey Man” es una verdadera ganga: me resulta particularmente
ocurrente que el cantante lamente que no haya espacio para su amigo (el whisky
ni más ni menos) en la habitación del hospital donde lo internaron por un coma
alcohólico.
Keith
Moon también aporta sus numerillos curiosos. Cowebs And Strange empieza con una
melodía tocada chapuceramente con ¿Un tonete? para que después entren como
una tromba los demás instrumentos, creando la más disparatada nube de música
circense y cacofonías extrañas. Esto podría ser una cosa espantosa, pero hete
aquí que la melodía principal es extraordinariamente pegadiza. Le faltaría un
buen riff de Pete como el que tenía The Ox para ser otro redondo número psicótico y
fumado. La otra canción de Keith empieza a entrar en el terreno de lo
insustancial: I Need You, además de tener la batería excesivamente alta,
no otorga una gran melodía para atesorar en la memoria, aún sin ser nada
horrendo. Lo que sí se acerca bastante a “horrendo” es See My Way, una de las tres
canciones que Daltrey firmó para los Who en toda su vida. No es que sea
horrenda, sino que la melodía es IDIOTA, y la letra, para no desentonar, es
DOBLEMENTE IDIOTA. ¡Por Dios! ¿Cómo hacés con una canción que empieza con
las líneas “BADÁ, BADÁ, BADÁ, BADÁ...” (Me hace acordar a los gritos de
Pedro Picapiedras) y cuya letra dice “Some way, some day, I’ll find a way to
make you see my way”? No hay chances; evidentemente Roger debía mantenerse
alejado de la pluma y el papel.
Sin
embargo, la canción más importante de este LP es la que le da nombre, la mini
ópera A Quick One While He’s Away
de Townshend. Está claro que en 1966 el formato es algo
completamente nuevo y especial. Pequeños retazos de melodías, todas distintas,
todas atractivas, pegadas y contando una historia. Hoy en día la suite
construida en base a varias melodías distintas es moneda corriente, y fue
explotada intensivamente por casi todas las grandes bandas de la historia. Los
Beatles hicieron A Day In The Life, Happiness
Is A Warm Gun y
la cara B de Abbey Road; los Doors hicieron The Soft Parade, Crosby, Stills
Nash And Young hicieron
Suite Judy Blue Eyes… y ni hablar de los grupos de rock progresivo.
Pero creo que la primera manifestación de este tipo de composición es esta
curiosa canción de Townshend... que además narra un cuento, algo sobre una
mujer que en la ausencia de su marido se acuesta con un camionero y termina
siendo perdonada. O sea, no solo aporta ese concepto de suite, sino que esta
composición también inaugura la ópera rock, que más adelante el mismo Pete
llevaría a su máxima expresión en Tommy y Quadrophenia. La canción en sí
es medianamente interesante y las melodías tienen potencial, pero en ningún
momento parece tomar temperatura, debido a que los arreglos suenan apurados,
desganados y huecos. En vivo, les aclaro, la historia ES TOTALMENTE DISTINTA,
pero para eso hay que esperar hasta Live At Leeds.
La
edición remasterizada de A Quick One incluye una nutrida selección de canciones
bonus y rarezas, incluidos los oscurísimos lados B In The City, I’ve Been Away y Doctor
Doctor,
las tres de John Entwistle. De las tres mi preferida es Doctor
Doctor,
que si bien está cantada en un falsette histérico un tanto excesivo, tiene un
bajo demoledor y una melodía muy creativa. Otras rarezas interesantes incluyen
las parodias de los Beach Boys Bucket T y Barbara Ann que, sobre todo la
segunda, sorpredenden por sus pulidas armonías vocales.
No
es un mal álbum, pero The Who demostraría que está para muchísimo, muchísimo
más y más allá de esas perlitas interesantes que podemos encontrar dispersas,
A Quick
One sería
el peor álbum de los Who por muchísimo tiempo.
Envíame tus comentarios sobre A QUICK ONE!
"What's for tea darling?"
1) Armenia City In The Sky; 2) Heinz Baked Beans; 3) Mary Anne With The Shaky Hand; 4) Odorono; 5) Tattoo; 6) Our Love Was; 7) I Can See For Miles; 8) I Can't Reach You; 9) Medac; 10) Relax; 11) Silas Stingy; 12) Sunrise; 13) Rael
BONUS: 14) Rael 2; 15) Glittering Girl; 16) Melancholia; 17) Someone's Coming; 18) Jaguar; 19) Early Morning Cold Taxi; 20) Hall Of The Mountain King; 21) Girl's Eyes; 22) Mary Anne With The Shaky Hand (alternate version).
mejor canción: I can see for miles
En el fantástico año de
1967 se publicó una avalancha de álbumes geniales e importantísimos, tales
como Sgt. Pepper’s, Are You Experienced?, The Piper At The
Gates Of Down, The Doors, Strange Days, The Velvet
Underground And Nico, Disraeli Gears, Their Satanic Majesties
Request, Surrealistic Pillow, Younger Than Yesterday, etc.
Entre toda esta inolvidable elite
de grandes álbumes, The Who Sell Out es muy frecuentemente olvidado por
casi todos. Es el “gran olvidado” de 1967. Esto es medianamente
comprensible, ya que seguramente Sell Out no
es tan arriesgado, ni rompe tantos esquemas, ni empuja tantos límites como
todos esos LPs fundamentales: digamos, Sell
Out no estaba realmente involucrado en la vanguardia musical de la época.
Sin embargo, en cuanto a calidad se refiere, creo que el tercer álbum de los
Who tiene un lugar innegable entre los grandes clásicos de 1967 y con su
publicación la banda de Pete Townshend comienza con una seguidilla de álbumes
inmaculados y gloriosos que los convertiría en uno de los actos más
importantes de todos los tiempos.
Sell Out es puro pop, de ahí el título irónico que sugiere
que los Who “se vendieron”. Pero no se vendieron nada: este álbum
constituye el absoluto pico de los Who como banda de pop/rock y es uno de los
bastiones imprescindibles del pop de los 60. Sell Out es un viaje fantástico y bizarro repleto de melodías
espectaculares, imaginación que vuela altísimo, un toque de experimentación
loca y psicodelia (En 1967, siempre tiene que haber), humor al por mayor y una
diversidad pasmosa que asombrará a cualquier oyente. ¡Y la tapa! Jua jua jua.
Hablando
de experimentación loca y humor al por mayor, en esta ocasión Pete ideó una
especie de “concepto” mediante el cual el oyente tiene la ilusión de estar
escuchando una estación de radio pirata (En este caso Radio
London)
en donde las canciones se suceden sin pausas de sonido, ligadas por pequeños
jingles publicitarios y cortinas radiales grabadas por la misma banda. Más o
menos hacia el final del álbum el concepto como que desaparece, pero en general
la cosa funciona de maravilla: las propagandas falsas le agregan un toque
delirante sumamente entretenido, al punto que no puedo imaginar el álbum sin
ellas. Y si sumamos las canciones mismas, brillantes gemas pop una detrás de la
otra, tenemos una experiencia musical extremadamente entretenida y distinta de
cualquier otra. Es uno de mis álbumes favoritos, sin lugar a dudas.
Basta
solamente escuchar cómo empieza Sell Out para darnos cuenta que estamos ante un viaje
excitante y repleto de sorpresas. Luego de que una voz procesada vaya enumerando
los siete días de la semana, aparece la brillante apertura Armenia
City In The Sky elevándose desde las profundidades en majesuoso
vuelo. El oscuro riff quasi-psicodélico siempre me vuela la cabeza con esos
bajos bien potentes y esa trompeta abrasiva... ¡Una trompeta! La pista vocal,
cantada por ¿Keith
Moon? con una voz de nene, es genio puro y simple, sobre todo en
el arrasador estribillo “Aaaaaaaaaarmenia, city in the skyyyyyyyyyyyyyyy” ¡WOW!
¡Qué forma imponente de abrir un álbum! Y esto recién empieza: Luego del
divertido intermezzo Heinz Baked Beans, en la que John
canta una publicidad sobre semillas horneadas para el té, pasamos a la magnífica
balada acústica Mary Anne With The Shaky Hand, donde una melodía
irresistible y una pista acústica totalmente brillante son el vehículo ideal
para hablar sobre ¡Masturbación asistida! (¿Cómo digo Hand job en
castellano?). Claro, todo convenientemente sugerido; no hay nada indecoroso en
la letra, aunque frases como “What they’ve done to her man / Those shaky
hands” como que no plantean muchas dudas ¿No? Luego pasamos directamente a
otro intermezzo publicitario: esta vez se trata de la irresistible Odorono, donde Pete canta
sobre una chica que pierde al hombre de sus sueños por no usar el desodorante
correcto. Sí, es todo una gran tontería, pero apuesto que esa melodía de
guitarra quedará girando en tu cabeza hasta el fin de tu día (De TU DÍA, no
de TUS DIAS eh?). ¡Ah y me olvidaba de los jingles! Estos aparecen
permanentemente entre canción y canción. Después de Odorono, por ejemplo, hay
uno absolutamente irresistible donde una muchachita canta “It’s smooooooth,
sailing with the highly succesful sound of wonderful Radio London” Jajaja, ¡Y
con toda esa musiquita de los años 20 de fondo! Espectacular. Y enseguida
caemos en otra mini obra maestra con Tattoo, con una melodía vocal nada trivial y una intro de guitarra acústica
sencillamente escalofriante. Mediante una transición GLORIOSA (“Go to
the church of your heaaaaaaaaaaart”) Pasamos a la exigua balada Our Love
Was,
que empieza con OTRA línea de guitarra espectacular para volarnos la cabeza. Debo confesar que en esta
canción las vocales de Pete se tornan un poco molestas para mis oídos, pero no
deja de ser pura gloria pop, sobre todo con esos “Love, love, love, love,
love” repetidos en medio del tema. ¡Ah! Y no olvidar el breve solo de
guitarra hendrixiano que Pete se manda antes de cantar la estrofa final.
La
que no es pura gloria pop es I Can See For Miles. Esto es PURA
GLORIA y punto. Me faltan las palabras para describir a esta INCREIBLE canción
de rock psicodélico. El riff ANORMAL nos hace saltar de la silla con todo ese
feedback amenazante y esos ataques eléctricos de Pete. La batería de Moon es
cosa de otro planeta, tocando un ritmo heterodoxo y sacado y la voz de Roger
suena implacable, dejando translucir con sutileza una RABIA ASESINA
espectacular. Pero lo mejor son las armonías vocales: son tan complejas e
indescifrables que resulta casi imposible tararear la melodía. I Can See
For Miles es
psicodelia pesada en su mejor expresión; esto es lo que The Piper
At The Gates Of Down de Pink Floyd intentó pero jamás logró. Con I Can
Reach You tenemos
otro brillante y liviano número pop cuyo mejor atributo esa sorprendente parte
armónica de “I can't
reach / Tryin' to get on you / See, feel or hear from you”.
Aquí
el álbum empieza a ser UN POQUITO menos contundente y por eso muchos oyentes
descartan duramente la segunda mitad. Pamplinas... las canciones no serán TAN
buenas como en la primera parte, pero siempre valen la pena. Medac es
otro numerito de comedia como Heinz Baked Beans y Odorono; suena
curiosamente como algo compuesto y cantado por Syd Barret. Es la canción más
floja del álbum, pero no lo arruina ni nada parecido ya que suena realmente
como un jingle de propaganda de cremas antiacné. Relax, una de las
canciones con menos consenso de Sell Out es excelente rock and roll, que
nos dispara con otro riff adictivo, una melodía argadable y una potente atmósfera
psicodélica realzada por un órgano y varios trucos eléctricos de Pete en la
excelente sección instrumental del medio. La canción de Entwistle Silas
Stingy también suele ser una de las menos reverenciadas del álbum. Es
comprensible, ya que no tiene tanto agarre rockero o melódico como el resto de
los temas, pero a mí me gusta... no me vuelve loco, pero me resulta bastante
hipnótica y mágica, sobre todo por el juguetón estribillo “Money, money,
money bags” y el fenomenal organito que acompaña la música. También me
encanta Sunrise, un número muy atmosférico agraciado por una
extraordinaria guitarra acústica de Townshend y una melodía extraña pero
sumamente relajante. La canción tiene ese espíritu intocable que da la sensación
de que el álbum llega a un final reflexivo y melancólico. Es hermosa; puede
que se tarde en acostumbrarse a ella, pero es hermosa. Sin embargo ese no es el
final: todavía falta Rael, la segunda mini-opera concebida por Pete. Es
entretenida y parece mucho más fumada y experimental que el intento previo A
Quick One While He’s Away, pero al mismo tiempo suena bastante desaliñada
en comparación al resto del álbum. No tengo mucha idea sobre lo que dice la
historia, algo que tiene que ver con barcos y capitanes. Las melodías son
raras, como la mayoría de las melodías del álbum, pero eventualmente se pegan
a tu oreja con las escuchas repetidas. Prestar atención a los riffs de la última
sección. Si escuchaste Tommy esto te va a sonar bastante familiar. Ahora
sabemos de dónde viene Sparks realmente...
Pero
esto no es todo. Si compran la edición remasterizada se van a encontrar con ¡DIEZ!
bonus tracks. ¡DIEZ! Ok, todos juntos no llegan a las alturas del Sell Out original,
pero las canciones individuales son sorpresivamente fuertes, están más o menos
en el estilo del álbum y cualquiera de ellas podría haber entrado en él. Es más...
si a Pete se le hubiera ocurrido incluirlas a todas para un álbum doble pues...
¡Voilá! Los Who hubieran hecho su White Album un año antes que los
Beatles. Son temas realmente copados; mis
favoritas son: Glittering Girl, con una buenísima melodía vocal cantada
por Pete y un gran riff eléctrico; Girl’s Eyes, seguramente la mejor
composición de Keith Moon en existencia, con una melodía pop inesperadamente
genial; Early Morning Cold Taxi, la segunda composición de Daltrey, años
luz mejor que See My Way, con ese gancho fenomenal de “Here I am
again” patinando en mi cabeza cada vez que la escucho; Melancholia, una
oscura balada rockera con espectaculares tintes de flamenco español en la melodía
y Jaguar, con feroces feedbacks por todos lados. También está la
sorprendente versión de The Hall Of The Mountain King del compositor clásico
Grieg, que es lo más psicodélico que el grupo haya hecho; incluso tiene esos
extravagantes CH-CH que escuchamos en el debut de Pink Floyd. El oscuro lado B Someone’s
Coming no está tan bueno, pero Glow Girl es otra gran melodía, que
denuncia que Pete tenía planes radicalmente distintos para su personaje Tommy.
En fin, no me la voy a pasar hablando de todos los bonus tracks (Aunque en realidad mencioné casi todos); basta decir que su inclusión hacen de este CD una experiencia aún más rica y diversa que ningún fan del pop de los 60 puede perderse. Uno de los mejores álbumes de los Who y, por lo tanto, uno de los mejores de la historia.
Sección COMENTARIOS DE LECTORES sobre THE WHO SELL OUT!
"Sickness will surely take the mind where minds don't usually go"
1) Overture; 2) It's A Boy; 3) 1921; 4) Amazing Journey; 5) Sparks; 6) Eyesight To The Blind; 7) Christmas; 8) Cousin Kevin; 9) The Acid Queen; 10) Underture; 11) Do You Think It's Alright; 12) Fiddle About; 13) Pinball Wizard; 14) There's A Doctor; 15) Go To The Mirror; 16) Tommy Can You Hear Me; 17) Smash The Mirror; 18) Sensation; 19) Miracle Cure; 20) Sally Simpson; 21) I'm Free; 22) Welcome; 23) Tommy's Holiday Camp; 24) We're Not Gonna Take It.
mejor canción: We're not gonna take it
La
primera ópera rock. Bueno, no exactamente: en realidad hay una ópera que
antecede a Tommy en ese sentido, un álbum relativamente oscuro de The
Pretty Things llamado S.F. Sorrow donde se cuenta la historia de una
joven niña que no sé qué corno le pasaba. También podemos argumentar que el
mismo Towshend había anticipado la fórmula de Tommy con
las mini-suites de A Quick One y Rael. Ok de acuerdo, no será LA
PRIMERA, pero sin lugar a dudas es la más importante. En todo sentido. Para
empezar, antes de Tommy los Who eran una banda más o menos conocida a
ambos lados del Atlántico pero cuyo nivel de popularidad era incomparable al de
otros gigantes del momento como los Beatles o los Stones. Tommy representó
una ruptura absoluta; los consagró como mega-estrellas en los Estados Unidos y
alcanzó un nivel de popularidad tal que el propio álbum ensombreció la figura
del grupo; nadie sabía bien de qué grupo de rock se trataba, ah no, pero el álbum
vendía como rosquillas. Pero no solo en ventas se traducen sus méritos: también
fue un disco terriblemente influyente y revolucionario, más que un álbum un
verdadero fenómeno musical. La ambiciosa idea de que
un álbum a su vez contara una historia, trasladando el concepto de una ópera
clásica al formato del rock, significó un avance relevante para el género
como nueva forma de arte. Es algo más que el típico álbum conceptual, donde
los temas están relacionados por una temática o una ideología en común,
ahora hay una historia que las canciones van contando como capítulos o
episodios. S.F. Sorrow lo hizo antes, sí cómo no, pero no se puede
comparar aquel rudimentario ensayo experimental con este monumental y faraónico
proyecto de Pete. Tommy es LA opera rock por antonomasia. Igualmente, por
más revolucionaria e influyente que fuera, la apuesta se demostraría
redituable solo en manos de ciertos elegidos... solo Quadrophenia de los
mismos Who, The Wall de Pink Floyd y The Lamb Lies Down On
Broadway de Genesis han tenido la osadía de reinventar el esquema de
Tommy y lograr más o menos sus objetivos. Si alguno se imagina, por
ejemplo, cómo sería una ópera rock de los Stones, recibo ideas.
Pero, para qué estoy contando todo esto si seguramente ya lo sabe todo el mundo. Lo importante es lo siguiente: Tommy es la opera rock por antonomasia, lisa y llanamente porque es LA MEJOR. Es cierto, en los últimos años se ha puesto bastante de moda pegarle con algún palo, ya sea descartándolo como un montón de basura pretenciosa y pseudomística, o bien negando su status de clásico absoluto a través de argumentos como que tiene mucho relleno, que la historia apesta y que la música no tiene nada de extraordinario. Pues yo les digo: tengan por bien alejarse de esos prejuicios: Tommy es demasiado especial, demasiado distinto y no hay que abordarlo jamás como se abordaría cualquier otro álbum. Ahí está el secreto. Si lo tratás como un CD convencional está claro que tiene sus fallas. Pero tomado como lo que es y pretende ser, o sea una ópera rock (¡Qué va, es una COMEDIA MUSICAL!) no nos queda otra que admitir que se trata de uno de los mejores álbumes de rock de la historia y, en mi caso, reconocerlo como el mejor disco jamás grabado por The Who. Como ocurre con los grupos legendarios en serio, no es sencillo elegir el mejor álbum, pero al analizar las fallas y méritos de cada álbum, Tommy queda primero en la lista. Al menos en MI lista.
Analicemos hasta qué punto las críticas a Tommy son acertadas. En primer lugar, vamos al argumento. El Capitán Walker parte a la guerra dejando a su mujer embarazada de Tommy. Lamentablemente Walker nunca vuelve a casa y se lo da por muerto en combate (Overture). La viuda, sola y con una criatura recién nacida (It’s A Boy), se junta con un pobre diablo para empezar una nueva vida. Ahora bien, unos años después el Capitán Walker (¡Estaba vivo!) aparece de improviso en casa de Tommy y al ver a la esposa con otro hombre se enfurece y mata al pobre diablo (¡Qué mal!). El joven Tommy Walker accidentalmente presencia el asesinato y sus padres le meten en la cabeza que no vio ni escuchó nada y que no le diga una palabra a nadie (1921). A partir de entonces nuestro héroe cae en un estado de autismo en el cual pierde el habla, la vista y la escucha, sumergiéndose en su propio mundo de sueños y fantasías (Amazing Journey). Lo único que SI puede ver es su imagen en el espejo, frente al cual se la pasa día y noche. Preocupados, sus buenos padres recurren a cualquier cosa para sacarlo de su sopor (The Acid Queen; There’s A Doctor), pero todo es inútil; mientras tanto el chico va creciendo y desarrolla una increíble habilidad con el pinball (Pinball Wizard) para asombro de amigos y conocidos. Un buen día la pobre madre se vuelve loca tratando de despertar a Tommy (Go To The Mirror) y decide romper el espejo en pedazos (Smash The Mirror) Oh maravilla! El chico recupera de golpe las facultades perdidas. La noticia de la milagrosa cura se esparce rápidamente por la ciudad (Sensation) y nuestro amigo Tommy se convierte en una especie de nuevo Mesías, con seguidores devotos y todo. El furor que genera no tiene límites, y Tommy, tomando su nuevo papel muy en serio, organiza un gran campamento con los fans para predicar sus enseñanzas (Tommy’s Holiday Camp). Sin embargo tiene planes un tanto demagogos y autoritarios, por lo que sus desilusionados seguidores lo abandonan (We’re Not Gonna Take It) y el pobrecito Tommy vuelve a caer en su estado de autismo. The end.
Ok, acepto, la historia ES ESTUPIDA, más que nada hacia el final con todo ese asuntillo del pinball, los campamentos de scouts y los seguidores decepcionados. Todo el mundo se va a quedar con eso, con que la historia es una reverenda porquería. Pero yo pienso: ¿Estamos hablando de una novela de Wells? NO, estamos hablando de una maldita COMEDIA MUSICAL ¿Y qué es una comedia musical sin una buena historia estúpida, inverosímil, exagerada y cursi para contar? Para una comedia musical, el argumento de Tommy es absolutamente fantástico: no es nada particularmente profundo o conmovedor, pero tiene todos los elementos argumentales retorcidos que hacen a un buen musical de Broadway, sobre todo en el cliché del bicho feo que se transforma en sensación avasalladora. Así que sí... es una historia boba, y entiendo que para más de uno la cosa arruine el álbum. Pero en el fondo es todo una cuestión de género... SE SUPONE que tiene que ser boba. Claaaaaro, no hay que esperar la gran historia con la gran verdad de la vida. Es la estúpida historia del estúpido de Tommy y está bien que así sea.
Y además... ¿Qué problema nos vamos a hacer con una historia de cuarta cuando la música es COMPLETA y ABSOLUTAMENTE maravillosa? Eh? Ahí está la carne del disco ¡En la música! Quienes descartan a Tommy como un abuso pretencioso y perimido (los hay, y muchos) no se han sentado realmente a escuchar la música. Y no me vengan con que el disco está lleno de canciones cortas y tontas que no hacen otra cosa que ocupar espacio y quitar fluidez. En primer lugar, TODAS estas pequeñas viñetas como There’s A Doctor, Miracle Cure, Cousin Kevin, Tommy Can You Hear Me etc. son pegadizas y melódicas, es decir, no hay nada horrible que tengamos que soportar. En segundo lugar, Tommy no es un álbum para andar juzgando canción por canción como se hace tradicionalmente. Para mí está claro que, como en toda ópera rock que se precie de tal, siempre va a haber piezas centrales (como Pinball Wizard o Go To The Mirror) y pequeñas viñetas de transición que tomadas aisladamente son intrascendentes, pero enmarcadas con el resto del álbum cobran sentido. No vayamos a cometer la estupidez de condenar a Tommy por todas estas cancioncillas. Nada de eso. Antes que una colección de canciones, es preferible ver al álbum como una colección de hermosas melodías, distintos leitmotivs y maravillosos riffs de Pete que van floreciendo, nadando en el espacio, apareciendo y desapareciendo en las diferentes canciones de la forma más original y emotiva. Si te gusta el rock, si te gusta la guitarra de rock, Tommy es para vos. Porque la denominación “ópera” responde tan solo a un problema estructural; en rigor la música es excelente y no-pretencioso rock and roll, con riffs de la gran puta en todas partes y con la seguidilla de melodías y armonías vocales más asombrosa que podamos pedir. Y, contrariamente a lo que sucederá en siguientes álbumes, los arreglos son sobrios y simples: muchas guitarras acústicas, toques de piano y órgano de fondo para embellecer un poco, el bajo excelente de John y los riffs de Pete. No mucho más. O sea, que la música no solo es sublime sino que también es fácil de digerir y gustar. El resultado es una vivencia musical extraordinaria, que tiene una mística intangible... un aura, algo especial que uno siente sin saber bien de dónde sale. Escuchar Tommy con las luces apagadas y a buen volumen es una experiencia única en el mundo del rock. La emoción, la magia, la mística que se palpa en cada acorde es algo que para mí no tiene precio y de veras que no encuentro ningún defecto importante como para no ponerle un redondo diez.
¿Por dónde empezar con semejante seguidilla de canciones? El número más conocido es Pinball Wizard, donde The Who demuestra que más allá de todo el asunto de la ópera en ningún momento se habló de dejar de rockear. La intro acústica es clásica y el riff principal, inteligentemente situado después del primer verso, me vuela la cabeza cada vez que lo oigo. Sin dudas que el elemento del pinball es lo más traido de los pelos que tiene la trama, ya que no tiene sentido alguno que un tipo ciego y sordo sea un maestro, jugando “por olfato”, en un juego que requiere agudeza con el oído y la vista. Todo tiene su explicación: Pete incluyó el elemento del pinball a último momento para complacer a un influyente crítico de rock fanático de este jueguito ridículo, para lo cual tuvo que componer a las apuradas esta canción. Perdonemos esta discutible maniobra porque Pinball Wizard es una enorme canción, todo lo gastada que quieran. Pero los puntos altos aparecen por todas partes: Christmas, que trata el tema de la religiosidad de Tommy, tiene una melodía vocal avasalladora y exuberante como pocas, además de la primera aparición del famosísimo subtema See Me Feel Me, una plegaria extática y conmovedora del Tommy autista que aparece en tres canciones distintas. También está la espectacular balada 1921, cuya principal atracción es un juego de voces impresionante en el estribillo. La rockera y dramática Go To The Mirror contiene una de las mejores melodías vocales de todo el álbum y la primera aparición de la antémica Listening To You, el otro gran leitmotiv del disco. Aún mejor resulta I’m Free, con otro riff excelente de Pete. ¿De dónde diablos los saca? Digo, porque I’m free es uno de los últimos temas de Tommy y aún así logra sacar de la galera este riff totalmente nuevo, cuando en realidad ya esperaba una repetición del tema de Sparks.
Y queda mucho más: está la mística Amazing Journey donde Roger canta sobre los mundos nuevos que Tommy descubre en su autismo; la melodía no parece muy adictiva al principio, pero ese trasfondo instrumental es extrañamente excitante en su avance. Lo mismo ocurre con la simplona pero antémica The Acid Queen. Sobre el final tenemos una página alegre y jovial con Sally Simpson, una chica que se enamora de Tommy pero es golpeada por sus guardaespaldas cuando intenta llegar a él mientras predica en un escenario. Uno de los números más odiados es Welcome, debido a que el tema de su letra es de lo más idiota (Cómo hacer para que todos los "fieles" quepan en el campamento) y a que su melodía es un poco aburrida. No obstante estos problemas, tiene un fantástico aire solemne, muy adecuado para el final de la historia y por eso no la descarto como algo odioso.
Los
numeritos cortos son pura diversión. Están Cousin Kevin y Fiddle
About, dos viñetas caricaturescas a cargo de Entwistle donde se dan a
conocer a dos personajes nefastos: El primo Kevin y el Tío Ernie. Dos amores:
el primero se queda solo con Tommy y le rompe las pelotas: el segundo se queda
solo con Tommy y lo sodomiza. La nada trivial y compleja melodía de Cousin
Kevin puede limarme un poco de vez en cuando, pero en general me parece una
de las cosas más maravillosas, cúlmines e hipnóticas del álbum. Fiddle
About en cambio me parece la viñeta más floja del álbum, básicamente
porque los interminables “Fiddle, fiddle, fiddle” son molestos y nada más
que eso; molestos. Del resto de los números cortos me encantan Smash The
Mirror, con el enésimo riff espectacular y una melodía vocal que no se
puede creer, Tommy’s Holiday Camp, una cosa divertidísima y
pretendidamente tonta que aparece sobre el final sin ser anticlimática y
Miracle Cure,
que a pesar de durar solo doce segundos es una de las cosas más pegadizas que
escuché en mi vida.
Y
como si fuera poco Tommy
también trae instrumentales. Y ¡Qué instrumentales! Overture
resume todas
las melodías y temas del álbum en cinco maravillosos minutos. Sparks arrecia
como un vendaval con un primer riff oscurísimo y retumbante, para pasar después
al más celebre e inmortal riff tomado de Rael.
El dramatismo, la musicalidad y el histrionismo de esta canción, con los
gloriosos tambores de Keith y el asombroso bajo de John no tiene paralelo en
ningún otro disco de rock. El desmedido instrumental Underture
es la canción más polémica de todo el álbum: básicamente se trata
del riff de Sparks
repetido sin
mayores matices durante diez minutos. Casi todos los mortales condenan su
inclusión argumentando que es aburrido e innecesario. Es cierto que se hace
eterno, pero para mí esto no es otra cosa que un intermezzo. No es parte de la
historia y no se supone que el oyente tenga que escuchar con atención. En
realidad es un descanso y su función es proveer música ambiental y emotiva que
nos haga reflexionar sobre la primera parte mientras entramos en calor con
creciente expectativa para la
segunda. Imaginen que están en un teatro y el primer acto acaba de
terminar. Imaginen Underture
sonando en el
fondo mientras el telón permanece cerrado y la gente se levanta de las butacas
para estirar las piernas. Así para mí el tema tiene todo el sentido del mundo;
me genera imágenes en la cabeza y me hace pensar en la historia de Tommy.
En definitiva: me gusta.
Y
todo junto para el grand finale: la perfecta We’re Not Gonna Take It que
son tres canciones en una: La primera parte arranca con una melodía simplemente
clásica y un estribillo hiper-super-ultra pegadizo. Después aparece See Me Feel Me en
toda su contemplativa sencillez, antes de lanzarnos hacia un emotivísimo Listening
To You, donde las maravillosas e interminables armonías llenan la piel de
entusiasmo y los ojos de lágrimas para un arrebatador clímax final.
¡Qué revisión larga! Me harté de escribir. Pensandolo bien, todo esto se podría haber dicho de una forma mucho más económica e igualmente contundente: ¡Qué música! ¡Qué album! El mejor de estudio de los Who, para mí. No es muy común considerarlo el mejor hoy en día, pero no me importa. Un diez.
Sección COMENTARIOS DE LECTORES sobre TOMMY!
"I said a young man ain't got nothing in the world these days"
1) Heaven And Hell; 2) I Can't Explain; 3) Fortune Teller; 4) Tattoo; 5) Young Man Blues; 6) Substitute; 7) Happy Jack; 8) I'm A Boy; 9) A Quick One While He's Away; 10) Amazing Journey/Sparks; 11) Summertime Blues; 12) Shakin' All Over; 13) My Generation; 14) Magic Bus.
El mejor álbum de rock en
vivo de la historia. Pasemos al siguiente.
Ok, reconozco que no he
descubierto la pólvora con esta aseveración ¿Verdad? Existe un consenso
bastante generalizado, entre los fans del rock clásico, de que Live At Leeds
es efectivamente el mejor álbum en vivo jamás grabado. (Aunque aquí en
Argentina te dirían que es, qué se yo... el Unplugged de Nirvana). Ya
que tengo una página de internet sobre rock y ya que estoy expresando mis
gustos personales, realmente me argadaría ser ese tipo revolucionario, ese
outsider total, y decir que no estoy de acuerdo, que es todo mentira, que está
sobrevalorado y bla bla bla, BLA BLA BLA. Pero, gente, no hay con qué darle. Es
así. El mejor álbum en vivo de la historia. Y no hay prácticamente nada más
para decir.
¡Pero qué me importa! Yo
voy a decir todo lo que se me antoje. Este álbum fue publicado originalmente en
1970 con solo seis canciones, seleccionadas de un concierto que The Who había
ofrecido en la Universidad de Leeds el año anterior. Mucho más tarde se publicó
una reedición en CD que agrega la nada despreciable cifra de OCHO temas
adicionales de ese mismo show. Esta es la versión que aquí reviso, claro, no
voy a cometer la tontería de centrarme en la publicación original cuando puedo
escuchar el concierto entero. ¿Concierto entero dije? No, en realidad el
concierto entero incluye una toma completa de Tommy, la cual solo
se puede encontrar en la edición DELUXE que no revisaré porque no tiene
sentido... ¿Tommy de nuevo?. Igual si podés comprarte esta versión
definitiva hacelo, pero la edición remasterizada de catorce tracks no está
nada mal.
En un principio estuve a
punto de caer en esa onda de establecer que este álbum no era tan impresionante
como decían y que no merece todo el aplauso que tiene. Es que para los no
iniciados Live At Leeds puede ser jodido: uno escucha una espantosa
cacofonía de ruido desencajado, feedbacks densos y tambores enloquecidos y no
se puede sacar nada en limpio sobre qué carajo está ocurriendo sobre el
escenario. Para colmo todas las canciones suenan igual, siempre con los mismos
instrumentos y los mismos tonos de guitarra y para colmo la guitarra de Pete
SIEMPRE a la derecha, y el bajo de John SIEMPRE a la izquierda... uff! Era algo
ABRUMADOR. Pero, siempre hay una segunda escucha. Y después una tercera, y una
cuarta... y más o menos para la quinta escucha (y a buen volumen) cae como un
chaparrón la revelación: esta maldita cosa ROCKEA COMO LA REPUTISIMAMADRE QUE
LOS REPARIO A TODOS.
Ehem, disculpen el
exabrupto, sobre todo las madres o las feministas; verán, no suelo desubicarme
de esta forma en mis revisiones, pero en esta ocasión no encontré mejor forma
de expresar cómo rockea este álbum. Es
in-cre-í-ble. Porque, ¡Diablos! ¿Qué es
lo que pasó? ¿Este es el mismo Who chapucero de A Quick One? ¿El mismo Who poppy de Sell Out? ¿El mismo Who histriónico y moderado de Tommy?
De repente, así nomás, los tipos suben a un escenario y LA DESCOSEN TOTALMENTE
con su inagotable potencia, su imparable adrenalina y su incendiario huracán de
watios. Y ojo que no se trata de esos Who loquitos y desaliñados que la
deliraban en el escenario y destrozaban aparatosamente todos los intrumentos:
NADA DE ESO. Tenemos en su lugar unos Who virtuosos, maduros, superprofesionales
y superajustados TIRANDO LA CASA ABAJO con una performance LEGENDARIA repleta de
energía y volumen. De hecho, es quizá el único álbum de genuino hard-rock
que hayan hecho The Who, pero es tan, tan pero tan espectacular que se los
recordará eternamente como la mejor banda en vivo que haya pisado el planeta.
Esto es así, si alguna vez necesitás saber exactamente el sentido de la
palabra “rockear”, solo ponete una copia de Live At Leeds, subí el
volumen, apretá play y caete de espaldas.
Como ocurre con el casi tan
bueno Get Yer Ya-Ya’s Out de los Stones, Live At Leeds tiene el
famoso problema de la falta de matices. Al no haber doblados ni instrumentos
adicionales, las canciones suenan todas bastante parecidas y encima que son una
más heavy que la otra... puede cansar bastante. Pero todo eso está más que compensado por la
GROSERA energía que hay concentrada aquí: Pete no toca su guitarra, la
DESTRIPA; John no toca su bajo, hace MALABARES IMPOSIBLES con las cuerdas; Keith
no toca la batería, ASESINA a sus tambores sin piedad y Roger no canta, Roger
RUGE. En conjunto tenemos la mejor banda en vivo de todos los tiempos en una de
sus más inspiradas noches. Obviamente que los Who han dado varios shows
espectaculares, pero Live At Leeds tiene todas aquellas ventajas que la
gran parte de los álbumes en vivo no poseen. En principio suena muy bien, la
calidad de sonido es impecable; cuando lo esucho siento que estoy ahí en el salón
Leeds (un salón, nada más) y me sumo a la algarabía del impresionado público.
Después, no es de esos conciertos donde la banda es pura energía y poca
presición: aquí los tipos no solo desbordan de energía sino que lo hacen todo
con inexplicable profesionalidad y convicción, sin equivocarse, sin vacilar, ni
ofrecer una sola performance mediocre. Por ejemplo me pregunto: ¿Es pensable
que una banda ofrezca tamaña versión de A Quick One While He’s Away EN
VIVO? Nah, todos en buena forma, incluso Roger que se canta la vida sin
desafinar una sola nota. Resumiendo: energía a raudales, performance más
ajustada que un slip y excelente calidad de sonido. Resultado: una excitación
rockera que te va a poner LAS PELOTAS CONTRA LA GARGANTA.
Y ahora, al setlist. La mayoría de los tracks de Live At Leeds son
singles; los cuatro LP’s están representados por una canción cada uno. La
forma en que la banda transfigura simpáticas y moderadas cositas pop en
gloriosos y aplastantes himnos rockeros es una cosa digna de escucharse. Por
ejemplo... ¿Alguno se acuerda de la infausta mini-suite A Quick One While
He’s Away? Esa modesta opereta del segundo álbum, un tanto opaca y un
tanto tímida... ¡Olvídense! Aquí se convierte en una cosa apabullante
repleta de emocionantes melodías y espeluzantes riffs uno tras otro... ¿Y ese
pegadizo single pop, Substitute? Tenemos acá una cosa demoledora de dos
minutos de pura energía reconcentrada y un riff impecable... ¿Y ese simpático
numerito acústico Magic Bus? ¿En qué creen que se transformó? Pues en
una ÉPICA ESPECTACULAR de ocho minutos... ah... ESA INTRO MAAAAN. ¿Oíste ese
inofensivo toc-toc del comienzo y la gente ovacionado, intuyendo lo que se
viene? Pues ahí entra Pete improvisando con su guitarra y es UNA MASACRE. Una
verdadera y masiva masacre de rock and roll... y las jugosas líneas de bajo
distorsionado marcando peligrosamente el ritmo... La canción va aumentando la
tensión de a poco, como una verdadera épica, hasta que estalla, estalla y todo
vuela por los aires... y yo me vuelvo loco, y cuando todo parace haber terminado
salta Pete y se inventa un ESPECTACULAR RIFF DE LA NADA para llevar la canción
al final como una montaña rusa ¡Qué final! Claro, ese es el final del álbum. No tenía idea lo que
se podía hacer con una cosita como Magic Bus.
Y ni hablar de los covers de blues. Tanto Young Man Blues como Summertime
Blues fueron singles de estudio, pero a quién le importa cuando podemos
esuchar estas ATRONADORAS versiones de Leeds. Summertime Blues tiene ese
riff simplísimo que destroza todo en su camino… pero aún mejor es la épica
de Young Man Blues, quizá la cosa más voluminosa y escandalosamente
violenta que ningún grupo ha hecho jamás. Todo empieza con un fenomenal duelo
entre los estertores de Roger y la insana batería de Keith, pero después entra
Pete con un par de riffs y ¡AY MADRE MIA! ¡AY VIRGEN SANTISIMA! La guitarra de
Townshend literalmente EXPLOTA en algunos de los riffs más viciosos y
retumbantes que esuché en mi vida. Para que se den una idea, Keith Richards en Monkey
Man parece, justamente, un MONO al lado de esto. Y también está la
excelente, perfecta Shakin’ All Over: De nuevo, los riffs son anormales
(sobre todo en el jam del medio donde directamente me ponen fuera de mí) y esta
vez Roger se canta todo con sus perfectos rugidos. Robert Plant hubiera pegado
un par de alaridos, Roger RUGE, esa es la diferencia. (Ojo, me gusta Plant, pero
seguro que de haber estado en Shakin’ All Over lo arruinaba todo).
¿Qué mas? Mucho más. Está la poderosa overtura Heaven And Hell,
un single de Entwistle expresamente compuesto para ser tocado en vivo (La versión
de estudio solo se consigue en box-sets). Y vaya si funciona; los Who abren el
disco con un BIG BAND de energía en medio del silencio. La melodía de la canción
es la típica melodía retorcida y extraña de John, (quien además canta, por
supuesto) pero vaya que hay algunos riffs interesantes para tirar aquí. También
está el cover de Fortune Teller, en una versión más lenta, y por lo
tanto más lánguida, que la de los Rolling Stones. No importa, porque el riff
que abre es espectacular y el bajo la rompe. Bah, el bajo de John la rompe
SIEMPRE y resulta ridículo mencionar alguna parte en especial. Ah! y hablando
de bajos, no olvidarse de Amazing Journey / Sparks, el único corte de Tommy
rescatado en esta edición. La versión de Tommy era impecable, pero
esto que esta acá (y se me van agotando las palabras) DESPEDAZA al oyente con
su viciosidad. Ok, no tiene ese misticismo de la versión original, pero Sparks
particularmente avanza con una justeza y una adrenalina que no tienen
comparación. El bajo de John, como siempre, la rompe.
Entre las cosas más moderadas del álbum, o sea más “tranqui”,
aparecen algunos singles como la famosa I Can’t Explain, que no
obstante cuenta con su excelente riff. También están I’m A Boy y Happy
Jack, que nunca fueron de mis singles favoritos. Los tomo como un simple
descanso... y reconozco que I’m A Boy también rockea, sobre todo la
parte donde entra Roger... es una puñalada. Por último hay una correcta versión
de Tattoo que no agrega mucho a la excelente orginal de Sell Out pero
que está muy bien (inteligentemente unida a Fortune Teller).
Pero ¿Quién quiere moderación? Sin lugar a dudas lo más carnoso está
en la desproporcionada versión de My Generation que es convertida aquí
en un DINOSAURIO MITICO de quince minutos de duración. Obviamente la cosa
rockea con uñas y dientes, aunque el tema de My Generation en sí ocupa
solo un par de minutos: en el resto veremos a Pete, John y Keith ensayar un
gigantesco jam con fragmentos de Tommy (See Me Feel Me y Listening
To You incluídas) e incluso de Naked Eye!!!, una canción
espectacular que no vería la luz hasta Odds And Sods. Como si eso fuera
poco, Pete se inventa todo tipo de riffs en el momento (prestar atención al que
aparece a los ocho minutos cuarenta segundos) y deja exaustos a todos. Sí, quizá
quince minutos de esto puede ser (ES) excesivo, pero no por eso deja de ser
grandioso. Sencillamente grandioso.
Te lo pongo así: un fan de hard-rock sin su copia de Live At Leeds es un... un auto sin ruedas, una flor sin perfume, un escenario sin actores... ¡Qué va! es un COMPLETO Y TOTAL IDIOTA QUE NO TIENE LA MENOR IDEA DE LO QUE ES LA VIDA. Quizá eres uno de esos que se apasiona con cosas como Kiss, Aerosmith, Guns And Roses, Metallica y todo eso... pues dale una oída a esto y seguramente te vas a AVERGONZAR de esos grupúsculos. Así de sencillo. Led Zeppelin en su dos primeros álbumes y los Stones de Ya-Ya's son las únicas bandas que pueden aspirar a competir con estos Who (De hecho, ¿No será Live At Leeds una respuesta a los dos primeros álbumes de Zepp?) Como sea, este es el mejor álbum en vivo que haya escuchado; no es ese hard-rock blusero y sexy... pero en cuanto a adenalina, energía y pelotas, NADA supera a esto.
Sección COMENTARIOS DE LECTORES sobre LIVE AT LEEDS!
"Let's get together before we get much older"
1) Baba O'Riley; 2) Bargain; 3) Love Ain't For Keeping; 4) My Wife; 5) Song Is Over; 6) Getting In Tune; 7) Going Mobile; 8) Behind Blue Eyes; 9) Won't Get Fooled Again.
BONUS: 10) Pure And Easy; 11) Baby Don't You Do It; 12) Naked Eye; 13) Water; 14) Too Much Of Anything; 15) I Don't Even Know Myself; 16) Behind Blue Eyes (alternate version).
mejor canción: Won't get fooled again
Unos nuevos Who se presentan
al mundo con Who’s Next; unos Who más exagerados, más grandilocuentes
y bombásticos que nunca. Las nuevas canciones ya no son los tímidos rhythm and
blues de los primeros años, ni el pop bizarro y livianito de Sell Out,
ni tampoco las moderadas viñetas acústicas de Tommy. Esta vez las
canciones son verdaderos MONSTRUOS de sonido que aplastan y devoran al oyente en
inacabables orgías de power-chords y climáticas progresiones. Live At Leeds
ya había demostrado lo poderosos que podían ser estos muchachitos en público;
pues Who’s Next viene a probar que también eran capaces arrasar con el
estudio. Como es de esperar; Who’s Next ROCKEAAAA.
Hay gente a la que le cuesta
digerir el nuevo sonido de The Who en este álbum. Claro, si amas a The Who por
canciones sutiles y entretenidas como Happy Jack, Substitute, I’m
A Boy o Magic Bus pues estás en problemas con Who’s Next.
Los Who experimentales y sutiles de los 60 han pasado a la historia y la nueva década
los ha sorprendido con sus nuevos paradigmas de producción, con su tendencia
hacia la exageración, la desmesura y la grandiosidad. De hecho, Who’s Next
es, desde mi punto de vista, uno de los tres grandes álbumes de 1971 que
sentaron los paradigmas de actitud e intención que dominarían los 70’, junto
a Sticky Fingers y Led Zeppelin 4. Lo que estos tres álbumes,
diferentes musicalmente, tienen en común es la tendencia a exagerar las cosas,
inflarlo todo, dejar de lado cualquier tipo de sutileza, con el fin de alcanzar
un impacto grandioso, antémico y catárquico en los oyentes. Para abordar esta
nueva onda, los Who de Who’s Next no se andan con mucha vuelta y atacan
las fibras del oyente por todos sus flancos: toneladas de trallazos metálicos
de Pete, una batería de Keith más descontrolada que nunca, sinfónicos sonidos
de piano y órgano, espectaculares rugidos de Roger y cantidades industriales de
sintetizador se aglomeran resultando en un poderoso torrente sonoro uniforme
donde todo es pesado, todo es gigante, todo te aplasta. Y ese es el asunto: al
oyente le viene bien de vez en cuando un rock que lo haga explotar desde bien
adentro, pero siempre y cuando se balancee con cositas más sutiles y discretas
que ofrezcan la posibilidad de escuchar con atención y deleitarse con pequeños
matices. Por esta razón, estos nuevos Who (que seguirán con el mismo sonido
hasta la muerte de Keith) pueden llegar a ser chocantes y agobiantes para cierto
tipo de oyentes.
Pero yo no tengo mayor
problema. Admito que toda esta pirotecnia de acordes, tambores y pianos puede
cansar después de un rato por su falta de matices y variantes; admito que los
riffs de Pete de esta época suenan similares entre sí; admito que la voz de
Roger así como a veces es poderosa (Baba O’ Riley), también puede
fastidiar (Water) y ciertamente es más agotador escuchar Who’s Next
que, por ejemplo, Sell Out. Sin embargo el soberbio nivel compositivo
de Pete y la enorme creatividad desplegada por el grupo alcanza y sobra para
poner estos paradigmas al servicio de grandes e inolvidables canciones. Hay
trallazos metálicos poco sutiles, pero Pete es el aquí el rey del riff y salvo
alguna excepción sus ataques están llenos de vida, garra y frescura (en
oposición a lo que sucede con álbumes como Presence de Zeppelin); Roger
ruge, pero en ese rugido atronador y emotivo se halla su absoluto pico como
cantante: de hecho, no es fácil determinar que este Roger es el mismo que
cantaba I Don’t Mind unos cinco o seis años atrás. Keith destartala
los tambores como un maníaco, pero en esa locura nos procura algunas de las
performances más originales y creativas que se hallan hecho en la batería. Y
ni hablar de los sintetizadores, la mayor innovación que Who’s Next aporta
al mundo de la música. Para un amante del hard-rock la palabra
“sintetizador” puede inspirar todo tipo de insultos y maldiciones, pero en
este caso Pete les da un excelente y original uso: los sintetizadores no solo no
arruinan las canciones sino que en ocasiones realzan su poder rockero y su
cadencia rítmica. Así mismo, tampoco TODO se trata de desmesura y bombástica,
tal como lo demuestran la exquisita sección media de Bargain o la
liviana y cálida viñeta de Goin’ Mobile. En fin: no es el sonido
grandioso, uniforme y agobiante de Who’s Next lo que lo hace imperfecto
a mis oídos. Al menos no es la principal razón.
Lo que lo hace imperfecto a
mis oídos tiene que ver casi exclusivamente con la selección de temas. En
principio, un álbum que tiene canciones como Baba O’Riley, Behind
Blue Eyes, Bargain y Won’t Get Fooled Again, COEXISTIENDO en
el mismo pedazo de plástico, va camino al diez clavado. Sin embargo la realidad
es que podría haber sido considerablemente mejor. En su génesis, Who’s
Next empezó como una ópera rock multimedia (porque preveía la filmación
de una película) de Pete llamada Lifehouse, influida por sus nuevas
incursiones en la meditación trascendental oriental. Claro, con Tommy no
había tenido suficiente de este tipo de cosas; había que ser MAS pretencioso y
mesiánico todavía. No pudo ser: la trama era DEMASIADO compleja y filosófica
para ser traducida a un mero álbum de rock, los demás miembros de la banda
nunca estuvieron metidos en el asunto y a Pete terminó por darle un ataque de
nervios que lo llevó a abortar el proyecto. Claro que en el proceso de componer
Lifehouse el tipo sacó de la galera unos cuantos temazos, algunos de los
cuales terminaron en Who’s Next. Mi problema es que quedaron afuera
algunos temas de Lifehouse que hubieran venido muy bien. El album así
como está es excelente... pero no puedo dejar de imaginar cómo hubiera quedado
con Naked Eye, con I Don’t Even Know Myself, con Long Live
Rock, con Pure And Easy, con Time Is Passing, con The Relay,
con Let's See Action. Eh? Digamos que quedó
bastante calidad afuera. Si esto hubiera sido un álbum doble... MAMA MIA!
Pero basta, después de todo
lo que está afuera está... bueno... afuera. No voy a juzgar un álbum por las
canciones que NO tiene ¿Qué clase de tonto creen que soy? El asunto es que
en detrimento de estas joyas entraron algunas canciones que, sin ser nunca
mediocres, no llaman mucho la atención y cansan un poco. El principal ejemplo es Love Ain’t For Keeping. La canción está bien, tiene una gran melodía,
linda letra y bonitos arreglos acústicos. Pero una vez escuché la versión eléctrica
cantada por Pete ¡Para qué! En comparación, esta versión parece un demo, una
cosita agradable pero insustancial que nunca llega a un clímax que la haga
valer. Y también están las dos grandes y épicas baladas de la mitad del álbum
que son un problema para casi todos los oyentes, Federico Fernández incluido. Getting
In Tune y, sobre todo Song Is Over empiezan MARAVILLOSAMENTE, con
melodías indescriptiblemente hermosas, sutiles y emocionales. Pero así como
empiezan se degeneran en dinosáuricos “jams-crescendos” en donde la suma de
pianos genéricos, melodías repetitivas, rugidos exagerados de Roger y
power-chords mal utilizados las torna endebles, rancias y difíciles de digerir.
Particularmente molesta me resulta
esa torpe repetición de “I’m getting in tune to the straight and narrow”
en Getting In Tune y esos sobredramatizados “I’ll sing my song to the
wide open spaces” en Song Is Over. Aclaro
que no son temas horribles, me gustan y seguramente yo no las hubiera retirado del
proyecto, pero sin duda que quedarían mucho mejor sin tanto aporreo rutinario y
abusivo sobre el final. Y el tema de las letras tampoco es muy convincente:
nadie se puede sentir identificado con semejante pretención semidivina: somos
todos pequeños hombres de carne y hueso Pete. También está Goin’ Mobile: mucha gente la odia pero a mí ME ENCANTA. Ojo, la incluyo dentro del
grupo de temas insustanciales y ¡Dios! que esos “beep-beeps” y
“mobiles” que Pete chilla en la mitad como un disco rayado me sacan de
quicio, pero al menos ésta se las arregla para ser distinta a todo: su
saltarina pista acústica y la pegadiza melodía vocal son genio puro, así como
la inolvidable performance de Moon y los brillantes sintetizadores.
Y
así quedamos: dos canciones agradables pero bastante insustanciales (sobre todo
Love Ain’t For Keeping) más un par de himnos sobrepasados de rosca.
Cuatro razones por las cuales Who’s Next no termina de cerrarme. Igualmente las otras
cinco canciones son fabulosas. Y cuando digo fabulosas, me estoy refiriendo a
que son EXTRAORDINARIAS, al punto que las considero entre las mejores canciones
de la década y me hacen ponerle al disco un 9+ a pesar de todas sus
debilidades. Considerenme fanático de My Wife, la cual me parece
la mejor composición de John Entwistle: es un rocker bizarro repleto de
trompetas y demoledores riffs en el cual el bajista pide protección contra su
esposa, quien lo persigue por haberse escapado de la casa a tomar alcohol. En
principio puede sonar un tanto irritante, sobre todo por el tono de la voz de
John, pero las sucesivas escuchas dan cuenta de una melodía muy adictiva (no
lejos de la onda de Heaven And Hell) y un aire trepidante, frenético y de últimatum
absolutamente impagable. Y qué bueno tener una cosa graciosa y humorística así
para cortar un poco con la solemnidad de Townshend.
Pero
claro, My Wife no es exactamente un clásico de clásicos, a pesar
de ser una favorita del público en los recitales. Para eso tenemos las
restantes cuatro canciones que son TEMAZOS incomparables. Podremos insistir con
las fallas de Who’s Next durante años, pero es difícil negar que es en este
álbum y en ningún otro donde se encuentran las mejores composiciones del grupo
de todos los tiempos. Una de ellas es la BESTIAL Bargain, un himno
espiritual IMPONENTE que palpita de emoción y en cada nota. La letra juega con
los conflictos espirituales de Pete, pero también podemos interpretarla a nivel
más universal como un canto a la búsqueda del amor verdadero, y eso, gente,
hace que la cosa resuene como la granputa, sobre todo en la adolescencia.
Musicalmente podría sonar como un rocker un tanto genérico, de no ser porque
Keith Moon se manda una performance DEVASTADORA y porque cuando Roger explota en
nuestros oídos con la inolvidable frase “The best I ever
haaaaaaaaaaaaaaaaaaad” sabemos que estamos ante una legendaria canción. Pero
la parte que más me gusta, la que me hace temblar de pura emoción,
es el sobrio pero hermoso middle eight cantado por Pete donde aparece de la nada
una SUBLIME melodía de sintetizador. Y ni hablar ya de Behind
Blue Eyes,
una de las baladas mas atormentadas, torturadas y desgarradoras que jamás haya
escuchado. No quiero decir que me identifico plenamente con la oscura psiquis de
la letra, pero a veces esa sensación que la canción transmite, de no ser
comprendido por nadie, de estar solo y de tener miedo a la gente se mete debajo
mi piel y me pega como cien caños. El dolor, la soledad, el miedo, la ira que
destila esta cosa es algo que hay que escuchar para creer; es una de las cosas más
emocionalmente resonantes que Pete haya escrito. Y la música crea el clima de
forma perfecta, pasando de una balada oscura a un feroz rocker catárquico en un
glorioso segundo. Me molesta un poco el tono de voz que adquiere Roger en la
parte rockera: suena demasiado machón y tosco para mi gusto. La versión
alternativa que aparece al final entre los bonus tracks es mejor en este sentido,
Roger canta la parte heavy mucho mejor, y además agrega un FENOMENAL acorde eléctrico
al final la frase “And my dreams they aren’t as empty / As my concience
seems to be”... BAM!!! Un peligroso acorde de Pete que parece concentrar toda
la vena, toda la ira, toda la rabia que permanecía latente en la canción,
antes de lanzarse de lleno a la sección rockera. Claro, yo escuché primero
esta versión alternativa y me cuesta acostumbrarme a la versión original:
simplemente no puedo vivir sin ese acorde.
Pero
como si esto no fuera suficiente, Who’s Next nos ofrece lo que seguramente es el mejor dúo
de apertura y cierre jamás puesto en un álbum de rock. Tanto la apertura Baba
O’Riley como
el epílogo de Won’t Get Fooled Again son demoledoras épicas incomprables y parece
mentira que tamaños himnos formen parte del mismo álbum. La descomunal Baba O’ Riley en particular se me antoja una composición PERFECTA
en todo sentido, desde el hecho de que es totalmente original hasta que rockea
como cien demonios y es tan emocionante que puede arrancarme lágrimas. El loop
de sintetizador que sirve de introducción suena confuso y retorcido la primera
vez, pero una vez que te acostumbras esas primeras notas son instantáneamente
clásicas. Pero es difícil detacar una parte sobre otra: son cinco minutos de
éxtasis y rebelión juvenil que apenas puedo cuadrar con palabras de lo pequeño
que me siento ante su imponencia. ¿Qué es mejor? ¿La INCOMPARABLE performance
vocal de Roger, que canta con alma y vida? ¿El CELESTIAL solo de guitarra de
Pete? ¿El descomunal crecsendo final con violines? ¡WAW! Ni idea! Solo sepan
que si en algún momento quieren escuchar la DEFINICION de épico, prueben con Baba O Riley. O si no con Won’t Get Fooled Again, una épica aun
más extraordinaria que concentra en ocho legendarios minutos toda la energía
rockera que los Who podían entregar. Ésta también se basa en un loop de
sintetizador, aún más clásico y memorable que el de Baba O Riley; esos primeros
segundos de la canción son inolvidables: cada vez que los escucho siento
erizarse toda mi piel ¡Y Pete! ¿Qué puedo decir yo sobre lo SALVAJES y
VICIOSOS que son sus riffs / solos / feedbacks / arpegios en todo momento y
lugar? ¡Y Keith! ¿Cómo expresar lo asombrosa que suena su batería? El
resultado es hard-rock en su máxima expresión, una locomotora aplastante que
despedaza todo en su avance vicioso y avasallante. La letra es un potente y
devastador manifiesto anti-revolución y anti-política en donde Pete critica
con indecible vena e ira todos los proyectos revolucionarios de la historia que
no condujeron a otra cosa que a la miseria, la opresión y la mentira. “No
seremos engañados de nuevo” clama Roger Daltrey, y es un grito tan poderoso
que me sacude aún hoy cuando veo todas las manipulaciones y abusos del poder
polítco para su gente. Y si quieren escuchar algo REALMENTE DESGARRADOR esperen
hasta el final, donde Roger Daltrey se manda el más IMPONENTE y ATERRADOR
alarido de rock jamás grabado. ¿Qué? ¿Esto dura OCHO minutos? ¡Parecen
tres! Increíble. Obviamente, la canción DEFINITIVA de The Who.
Como
ya es costumbre, Who’s Next trae algunos bonus tracks. Hay una versión
de Pure And Easy, un tema no muy alejado del espíritu de Song Is
Over pero
con una melodía superior. Igualmente esta toma no es tan buena ni pulida como la de Odds And
Sods.
También hay versiones en vivo de Water y Naked Eye, el primero un
rocker un tanto estúpido con horribles vocales de Roger y el segundo una de las
épicas más trascendentales y poderosas del grupo que aún no me cabe cómo fue
dejada de lado. La versión de Baby Don’t You Do It es mejor que la de Odds And
Sods pero
realmente esta canción no hace mucho por mí; los riffs de Pete así como te
vuelan la cabeza también pueden cansarte. Too Much Of Anything es una balada de Lifehouse
también
descartada de Who’s Next, que no cae en el sinfonismo aparatoso de Song Is
Over o
Getting In Tune pero que tampoco es gran cosa. Ya mencioné la versión
alternativa de Behind Blue Eyes que, en mi opinión,
supera a la original. Mi favorita de todo este lote es la magnífica I Don’t
Even Know Myself que cuenta con una introducción EJEMPLAR de armónica
y una excelente melodía, de esas que entusiasman.
Y bueno. Para muchos este es el mejor álbum de The Who y ciertamente HAY algo de verdad en eso. Los puntos altos son increíbles y superan cualquier cosa que los Who hayan hecho antes o después. Quizá no merezca tanta reputación por lo insustancial o exagerado de los temas menos estelares, pero cualquier discoteca de rock clásico sin Who’s Next es... cómo decirlo... NO EXISTE.
"Have you seen the real me mother?"
1) I Am The Sea; 2) The Real Me; 3) Quadrophenia; 4) Cut My Hair; 5) The Punk And The Godfather; 6) I'm One; 7) The Dirty Jobs; 8) Helpless Dancer; 9) Is It In My Head; 10) I've Had Enough; 11) 5:15; 12) Sea And Sand; 13) Drowned; 14) Bell Boy; 15) Doctor Jimmy; 16) The Rock; 17) Love Reign O'er Me.
mejor canción: The punk and the godfather
Lo confieso: una GRAN parte
de mi quiere darle un diez a este formidable disco doble. Es que en ciertos
aspectos Quadrophenia es TAN perfecto que a veces prefiero olvidarme de
sus escasos defectos y subirme al caballito de quienes piensan que esta es la
obra definitiva de The Who. Claro, no puedo: después de todo otra parte de mí
siente que no todo salió tan bien para Pete, pero eso lo sistematizaré más
adelante.
Quadrophenia es otra ópera rock, la segunda de The Who
después de ya-saben-cuál. Y claro, después del éxito arrasador de Tomás
juega al Pinball era bastante predecible que Pete volvería a ahondar en
este tipo de cosas. El fracaso de Lifehouse fue un grave traspié, pero
parece que Townshend es un tipo bastante persistente y aquí lo tenemos de
nuevo: componiendo él solito un flamante y espectacular álbum conceptual
(letra y música) a los veintisiete años de edad. Diría que bastante bien ¿No?
Me pregunto que estaremos haciendo nosotros a los veitisiete. Por fortuna, al
concebir Quadrophenia Pete se cuidó muy bien de los Magos del Pinball y
los Espejos Mágicos y los Campamentos de Vacaciones y todo ese tipo de
pirotecnia; se trata de un concepto muchísimo más profundo, personal y
emocional en cuya comparación toda la epopeya de Tommy parece una
lastimera telenovela venezolana. Había dicho que la historia de Tommy no
irritaba mi inteligencia porque entendía que su estupidez y exageración era más
o menos aceptable dentro del marco de una ópera rock. Pero claro, ¿Para qué
quiero ese tipo de cosas si puedo optar antes por un desgarrador y reflexivo
poema sobre la adolescencia como lo es Quad? Así es: en un aspecto
puramente conceptual, Quadrophenia APLASTA a su antecesor y a cualquier
otro álbum de la banda.
Lo cual no significa que el
concepto sea mucho menos rebuscado que el de Tommy. El protagonista de Quadrophenia,
llamado Jimmy (Al parecer, a Pete no le quedaba mucho tiempo para pensar los
nombres de sus héroes) no solo es un adolescente esquizofrénico, sino que es
¡QUADROFÉNICO! O sea, se debate entre cuatro personalidades y no tiene la
menor idea de cuál es su veradera identidad. Pero esto es solo el principio:
cada personalidad de Jimmy está representada por un miembro de la banda (Pete,
Roger, John o Keith), y a su vez cada uno de ellos se identifica con un tema
musical que aparece varias veces entre las canciones. ¡JA-JA! ¡Ahí el cretino
de Pete tiene un concepto rebuscado para VOS! Obviamente no tengo la menor idea
en qué consisten estas cuatro personalidades de Jimmy y la verdad es que me
importa un cuerno; mi recomendación para el oyente es que se olvide de este
aspecto pseudointelectual del disco y lo tome simplemente como una contundente,
vívida, inteligente y hermosa semblanza de la adolescencia y las encrucijadas
terribles que esta etapa de la vida presenta. Yo mismo, siendo un adolescente y
habiendo pasado alguna vez por esos momentos en los cuales todo es una mierda,
todo deja de tener sentido y no tenés la menor idea de qué carajo que querés
hacer con tu vida, puedo asegurar que las letras de Pete en Quadrophenia son
de lo mejor que haya dado el rock. Profundas, sabias, cuestionadoras, duras, irónicas,
desesperadas... Nunca antes, y ciertamente nunca después, fueron la ira, la
urgencia y la confusión del adolescente plasmadas de forma tan brillante en un
álbum de rock. Jimmy no sabe exactamtente quién es ni qué quiere; por
momentos se siente un gusano insignificante, al día siguiente cree que puede
tomar al mundo por asalto. De a ratos quiere seguir las modas de sus amigos,
pero de repente se detiene y se da cuenta que todo es absolutamente falso.
Borracheras, peleas callejeras, sexo, drogas... nada de eso parece real, nada en
el mundo parece querer encajar con Jimmy, quien lo único que necesita con
desesperación es un amor verdadero. La historia sugiere que al final Jimmy huye
hacia el mar y llega a una isla lejana donde encuentra, al fin, la verdad de la
vida, pero eso le costará la vida misma. No importa mucho el final, lo
importante ya se ha dicho. Es un concepto hermoso, muy actual y muy importante.
Con todo lo que me gusta The Wall de Pink Floyd, la ópera-rock mas
parecida a ésta, debo decir que no tiene NADA que hacer con Quadrophenia.
Y les digo; en general las letras de las canciones no me resultan muy
importantes para juzgar un álbum, pero en esta ópera cumplen un papel
fundamental y línea a línea que voy escuchando siento escalofríos en la
espalda.
Ejemplos hay a cada rato:
“Why do I have to move with a crowd / Of kids that hardly notice when I’m
around / I have to work myself to death just to fit in” (Cut My Hair);
“I got a Gibson without a case / But I can’t get that even tan look on my
face / Ill fitting clothes, I blend in the crowd / Fingers so clumsy, voice too
loud” (I’m One); “I’ve had enough of dancehalls / I’ve had
enough of pills / I’ve had enough of streetfights / I’ve seen my share of
kills / I’m finished with the fashions / And acting like I’m tough / I’m
bored with hate and passion / I’ve had enough of trying to love” (I’ve
Had Enough); “Girls of fifteen, sexually knowing / The ushers are sniffin,
eau-de-cologning / The seats are seductive, celibate sitting / Pretty girls
digging prettier women” (5:15); “The girl I love she’s a perfect
dresser / Wears every fashion, gets it to the tee / Heavens above I got to match
her / She knows just how she wants her man to be, leave it to me” o “So how
come the other tickets look much better / Without a penny to spend they dress to
the letter / How come the girls come on oh so cool / Yet when you meet’em
every one’s a fool?” (Sea And Sand) “Is it me? / For a moment / The
stars are falling / The heat is rising / The past is calling” (Doctor Jimmy).
Y aquí me detengo porque serían infinitas las frases emotivas que
Pete arroja en estas canciones. Evidentemente el tipo entendía exactamente qué
es realmente ser un pendejo de diecitantos años arrojado en medio de este falso
y egoísta mundo. El resultado es el álbum más emocionalmente resonante de
todos los tiempos.
Ahora bien, resulta
contradictorio que habiendo elegido un tema tan personal y profundo, Pete se
haya inclinado, siguiendo las tendencias de Who’s Next, por una música
tan pomposa, grandiosa e inflada. Y aquí aparecen los primeros rastros de que
no todo es tan perfecto. En general la música de Quadrophenia es
EXCELENTE en su mayor parte, con algunos de los más fascinantes rockers y
baladas jamás concebidas por Townshend y las melodías más potentes y bellas
que puedan imaginarse. Pero es cierto también que un concepto tan meditabundo y
reflexivo necesitaba un poco más de sutileza, calma y sobriedad en los
arreglos, después de todo ya no estamos hablando de aspiraciones mesiánicas
universales a la Song Is Over sino de humildes reflexiones sobre la vida
y los valores de la juventud. Entonces: la música está bien y las brillantes
melodías garantizan que no sea monótona,
pero cae con muchísima frecuencia en excesos de sobreproducción: los
prominentes sintetizadores y bronces (sí, a Pete le encantó la idea de los
sintetizadores) dan un intensidad inolvidable a algunas canciones (The Real
Me, 5:15) pero se tornan molestos en otras (Helpless Dancer,
Doctor Jimmy); los riffs de guitarra pueden ser inolvidables (The Real Me,
The Punk And The Godfather) pero en repetidas ocasiones se vuelven
insulsos y machacones (Sea And Sand, I Had Enough, Drowned)
y la sobreproducción tiende a hacer demasiado monolíticas y exageradas a
algunas muy buenas canciones (Doctor Jimmy; Drowned). Ese es básicamente
el asunto: habría que haber balanceado un poco más la producción hacia
terrenos de mayor sutileza: tanto bronce, power-chord, sintetizador y redoblante
puede hacerse empalagoso para una historia tan humilde. Es en ese sentido que
prefiero a Tommy como álbum de estudio, ya que si bien no puede jactarse
de ser tan emotivo o de tener mejores canciones, funciona mejor como álbum de
rock: donde Quadrophenia suena a veces rancio y excesivo, Tommy suena
luminoso y fresco. Pero eso es todo: en general los sintetizadores son efectivos
y usados con maestría, los bronces patean traseros a cada rato, las melodías
son maravillosas, los riffs de Pete parecen hechos por dioses, Moon la descose
demostrando por qué era el mejor del mundo, Roger Daltrey canta con una polenta
increíble y John Entwhistle da una cátedra definitiva de cómo se toca el
bajo.
A diferencia de Tommy,
Quadrophenia no utiliza esos pequeños “intermezzos” entre canción y
canción para presentar personajes o hacer avanzar la historia. Nada de eso:
todas las canciones son de larga duración, grandes y significativas. En general
fluyen de forma excelente y funcionan a la perfección como temas individuales,
agregando un puñado de clásicos inmortales al repertorio de la banda. La
apertura con I Am The Sea no es más que un trasfondo de oleaje oceánico
sobre el cual se enumeran brevemente los cuatro temas principales del álbum.
Como dije antes, el asunto de “los cuatro temas” es algo un tanto confuso;
en realidad es lo mismo que ocurría en Tommy con los temas de Sparks,
See Me Feel Me y Listening To You, solo que aquí estos
cuatro temas no solo aparecen aleatoriamente en distintos puntos del álbum sino
que también tienen su propio espacio titular. Es así que Helpless Dancer es
la canción de Roger, Bell Boy es la canción de Keith, Is It Me? (que
aparece dentro de Doctor Jimmy) es la canción de John y Love Reign
O’er Me es la canción de Pete. Ojo! Todas estas melodías las compuso
Pete, por eso no sé bien qué tanto aspaviento con darle un tema a cada miembro
del grupo. La verdadera cuestión es que estos cuatro temas son positivamente
gloriosos y el efecto de escucharlos intercalados a lo largo de todo el álbum
como si se tratara de una sinfonía es simplemente fantástico.
No en I Am The Sea ,
donde simplemente se reducen a un par de frases antes de la VERDADERA apertura
con la explosiva The Real Me, una de las más demoledoras y emocionantes
canciones jamás escritas por Pete. Se nos presenta en toda su cruda realidad la
situación de Jimmy; evidentemente las cosas no andan bien en su cabeza. Los
riffs de Pete son totalmente primitivos, pero están tocados con una vena y una
furia tal que me hacen saltar de la silla y las líneas de bajo de John
Entwistle deberían ser estudiadas minuciosamente por todo bajista vivo sobre la
faz de la tierra: las escuché setenta mil veces, pero cada nueva escucha me
saca el alma del cuerpo. Sumado a los majestuosos bronces (también de John) la
cosa arrastra toda una montaña de sensaciones que más de una vez me han dejado
la mandíbula temblando. Y la experiencia de este álbum apenas está empezando.
Enseguida llega la pista titular, un BRILLANTE instrumental que parece una
verdadera sinfonía, donde Pete combina los mencionados cuatro temas principales
de una forma impecable: no hay mejor canción para identificar estas cuatro
melodías en toda su magnificencia. El primer riff es Bell Boy, el tema
de Keith y es sencillamente una forma GLORIOSA de comenzar el tema; en seguida
llega la HERMOSA melodía de Is It Me?, el tema de John. El tema de
Roger, Helpless Dancer es fácilmente identeficable por un complicado
solo de sintetizador al que se le van sumando contramelodías de guitarras y más
sintetizadores. Y todo cierra de forma majestuosa con el tema de Pete Love
Reign O’er Me, una IMPONENTE melodía de sintetizadores que anticipa
deliciosamente las cosas más grandes que están por venir.
Excelente manera de abrir el
álbum. Pero las cosas siguen en gran nivel durante los siguientes tracks,
especialmente en la hermosa Cut My Hair, con uno de los estribillos más
poderosos y pegadizos que haya escuchado en mi vida, donde los staccatos de Pete
hacen saltar todo y la voz de Roger destila fuerza y confianza. Interesante
también como en el fade out se puede escuchar un televisor encendido ¿A qué
les hace acordar? A The Wall, claro... ahora sabemos de dónde sacó
Waters algunas ideas. El momento más estelar del álbum es, según mi importantísima
opinión, el adictivo rocker The Punk And The Godfather; no termino de
entender la función que cumple esta canción dentro de la trama (tiene algo que
ver con las irreconciliables diferencias entre las estrellas de rock y su público
y, en todo caso, las letras son perfectas) pero ¡Madre santa que esta cosa
rockea! El riff es sensacional, Roger se manda la performance definitiva de su
carrera, cantando con una convicción y una ira que hay que escuchar para creer,
John nuevamente la mata en el bajo (debe haber tenido que tirar el pobre
instrumento a la basura después de esta toma) y Pete se lastima las manos con
sus inacabables ataques. Todo alcanza su clímax en el reposado y HERMOSO
middle-eight de Pete, con una de las melodías más etéreas y conmovedoras del
álbum, y el efecto que se produce al volver de este intermezzo melódico al
riff principal es sencillamente DEVASTADORA, y te va a tener saltando de una
pared a otra de tu habitación.
Luego de este inmejorable
comienzo las cosas empiezan de ser “absolutamente geniales” a
“moderadamente geniales”. I’m one es otro gran himno de Pete, pero
aquí solo las letras están a la altura; la música es agradable pero nada del
otro mundo. The Dirty Jobs, encargada de retratar los empleos fastidiosos
que el adolescente debe hacer, me gusta bastante más; la mayoría suele
considerarla relleno puro y yo podría decir lo mismo de no ser por otro
ESTUPENDO estribillo, donde la melodía es tan original y atractiva que tuve que
escucharlo varias veces hasta poder creerlo. Helpless Dancer, el “tema
de Roger”, es la única canción del álbum que podría vivir sin. El solemne
y plomo corno francés que sirve de introducción no me resulta particularmente
memorable y aunque la melodía principal funciona a la perfección en los
instrumentales de Quadrophenia y The Rock, acá la voz
excesivamente teatral de Roger aurrina un poco la cosa. Este es el tipo de
canciones por las cuales no puedo darle un diez al álbum. Is It In My Head es
mucho mejor, aunque no está entre las más sobresalientes del álbum; se trata
de una balada épica muy en la vena de Song Is Over y Getting In Tune,
solo que bastante más moderada y con un gran estribillo. Para culminar el
primer CD tenemos la mini-suite de I’ve Had Enough, que agrupa tres
melodías totalmente diferentes: una trepidante sección rockera, potente pero no
demasiado inspirada, el hermoso tema de Pete Love’ Reign O’er Me y un
fantástico fraseo con ¡banjos! y ¡tablas! que resulta ser una de las más
hermosas melodías del disco y también uno de los momentos líricos más
terminantes y duros.
La verdad es que el segundo
CD no puede mantener la calidad del primero, aún con un clásico inolvidable
como 5:15 como apertura. Este rocker es, con justicia, uno de los clásicos
eternos de The Who. La introducción es un efectivo reprise de Cut My Hair que
enseguida explota en un rocker bombástico (con bronces y furibundos pianos) con
un nivel de energía comparable al de cosas como Won’t Get Fooled Again.
Se trata del momento más iracundo, salvaje, sexual y catárquico de todo el álbum.
Los primeros versos son particularmente poderosos: “Girls of fifteen, sexually
knowing”... no solo por la DEMOLEDORA fuerza de Daltrey, sino porque...
ejem... ¡¿A quién no le calientan las chicas de quince cuando se hacen un
poco las seductoras?! Eh? Qué bien que Pete también diera cuenta de ESTE aspecto de
la adolescencia. En todo caso, tenemos este maravilloso rocker cargado de tensión
sexual, donde tanto Keith Moon y John Entwistle demuestran al mundo por qué son
la sección rítmica más espectacular que jamás tocara. Hay que prestar atención
a los FASCINANTES trucos que hace Keith bien sobre el final, donde pareciera
estar imitando el avance de un tren sobre los rieles. Y como si eso fuera poco
¡Pete se manda un solo! Clásico. Sea And Sand, si bien tiene una de las
mejores y más devastadoras letras jamás escritas por Pete, es un rocker un
poco ordinario y pálido con un estribillo tomado de I’ve Had Enough,
exepción hecha de la parte de “The girl I love...” que es SUBLIME. Es la
canción más desesperadamente romántica del álbum, así que al menos tenemos
asegurada una gran resonancia emocional. El rocker Drowned tampoco es muy
memorable, aunque la melodía se hace bastante agradable después de algunas
escuchas (Hay un reprise del riff de 5:15 aquí, presten atención). Pete
le tenía un gran aprecio y la convirtió en uno de sus números en vivo
favoritos.
Es a partir de Bell Boy que
el álbum retoma la aplastante carga emocional que había tenido al principio. Bell
Boy, donde Jimmy se encuentra a un ex-líder de su juventud trabajando de
botones en un hotel, es otra de mis favoritas. El riff principal, aunque
simple, es increíblemente penetrante y ni hablar de la pista vocal de Roger
(“A beach is a place where a man can feel / He’s the only soul in the world
that’s real"). Particularmente impactante me resulta el uso de los
sintetizadores, que le dan a la canción un aire etéreo y trascendente. El
estribillo, con Keith Moon cantando, es otro momento memorable. La monolítica
épica de ocho minutos, Doctor Jimmy es uno de los momentos críticos del
álbum, ya que Jimmy empieza a perder seriamente la cabeza y a concluir que todo
en su mundo se ha derrumbado definitivamente. Musicalmente es muy buena, pero es
un tanto excesiva y operística para mi gusto, sobre todo por la cantidad de
bronces y sintetizadores que incluye. El frenético y pegadizo estribillo
“Doctor Jimmy and Mister Jim / When I’m pilled you don’t notice him” es
la única parte de la canción que realmente me vuela los sesos, además del
precioso y reflexivo intermezzo de Is It Me?, un momento donde la vorágine
asesina de la canción pareciera detenerse a favor de una reflexión pacífica y
madura. El recurso musical de Is It Me me recuerda bastante a See Me
Feel Me del álbum Tommy, pero al mismo tiempo me gusta más esta
“actualización”. Doctor Jimmy, aunque cansadora y dinosáurica es
emocionalmente APLASTANTE. Acercándonos ya al final, The Rock es un
nuevo intrumental similar a Quadrophenia, donde Pete vuelve a mezclar los
cuatro temas principales, aunque sin dar la impresión que es un Quadrophenia
2. El tipo tenía inventiva.
Y entonces sí, llega el
grand finale de Love Reign O’er Me, la más hermosa, eterna y
majestuosa melodía de Quadrophenia, donde vemos a Jimmy acostado sobre
una isla en medio del mar, esperando que la marea se lo lleve para siempre. Esta
melodía ya había aparecido varias veces en el álbum, pero solo al llegar aquí
nos damos cuenta de cuán potente y solemne es. La intensidad, la emotividad, la
catarsis que despliega esta épica de seis minutos todavía debe ser igualada en
el mundo del rock; desde la impresionante cascada de piano del principio hasta
los poderosos gritos de Roger sobre el final, la cosa aplasta todas nuestras
sensaciones y nos revela que todo en nuestro mundo es falso, es efímero y se
desploma enseguida con los vaivenes del viento: solo el amor verdadero puede
darle sentido a la vida. Sobre el final, Roger nos canta unas hermosas líneas
de sufrimiento mezclado con esperanza que, en su contexto, suenan como lo más
trascendental, hermoso y verdadero que se haya escrito en un álbum de rock:
“On
the dry and dusty road
The nights we spend apart alone
I need to get back home to cool cool rain.
The nights are hot and black as ink
I can't sleep and I lay and I think
Oh God, I need a drink of cool cool rain”.
Y yo no tengo mucho más para decir.
Sección COMENTARIOS DE LECTORES sobre QUADROPHENIA!
"But it don't really happens that way at all"
1) I'm The Face; 2) Leaving Here; 3) Baby Don't You Do It; 4) Summertime Blues; 5) Under My Thumb; 6) Mary Anne With The Shaky Hand; 7) My Way; 8) Faith In Something Bigger; 9) Glow Girl; 10) Little Billy; 11) Young Man Blues; 12) Cousin Kevin Model Child; 13) Love Ain't For Keeping; 14) Time Is Passing; 15) Pure And Easy; 16) Too Much Of Anything; 17) Long Live Rock; 18) Put The Money Down; 19) We Close Tonight; 20) Postcard; 21) Now I'm A Farmer; 22) Water; 23) Naked Eye.
mejor canción: Naked eye
En 1974, los Who estaban sin
material fresco para un nuevo álbum y, para colmo, la inmensa cantidad de temas
inéditos y rarezas varias que habían acumulado para estas épocas estaba
circulando sin control en múltiples bootlegs de mala calidad que los fans
consumían famélicamente. Un doble problema con una sola solución: esta
curiosa compilación llamada Odds And Sods, que por un lado llena el vacío
ocasionado a falta de álbum nuevo y, por el otro, publica oficialmente un buen
puñado de temas oscuros y no tan oscuros que andaban perdidos por ahí.
Originalmente Odds And Sods, recopilado por John Entwistle en 1974,
contenía solo once canciones, lo cual era francamente una tomada de pelo
teniendo en cuenta la CANTIDAD de inéditas interesantes que tenía el grupo por
aquel entonces. Una reciente re-edición se encarga de remendar tal error,
agregando la nada despreciable cifra de ¡DOCE! canciones nuevas, reordenando el
track-list en orden cronológico. Jaja ¡A esto le llamo yo un álbum con bonus
tracks! El resultado es una compilación sumamente variada que, si bien es
demasiado irregular y desarticulada para ser considerada infaltable, contiene un
puñado de clásicos del grupo que ningún fan puede darse el lujo de omitir.
Dicho esto, Odds And Sods
está MUY lejos de ser la compilación definitiva de The Who. El problema
con esta condenada banda es que tiene una carga INGENTE de singles que no
aparecen en LP’s y una carga ENORME de canciones descolgadas y outakes. Odds
And Sods solo brinda arbitrariamente una pequeña parte de todo ese arsenal
de rarezas y aún en día no existe una sola maldita colección que aglutine
TODAS las rarezas y singles. Este álbum se concentra más en los descartes de
sesiones anteriores que en los singles: es decir, en canciones (como Naked
Eye o Pure And Easy) que nunca antes habían visto la luz, ni en
single ni en LP’s. Muchas de estas no se hallan aquí porque se han agregado
como bonus tracks en álbumes anteriores (Melancholia, Desguises, I
Don’t Even Know Myself) pero también hay canciones que al mismo tiempo
aparecen aquí y como bonus en otros álbumes (Too Much Of Anything) Así
mismo, hay rarezas que no aparecen ni aquí ni en ningún otro álbum (Relay,
Let’s See Action). Y ni hablar de los famosos singles y oscuras caras
B... Todos esos están diseminados en otras cuantas compilaciones, grandes éxitos
y box-sets ¡Qué fastidioso que es el catálogo de The Who! ¡Por favor! ¿Quién
lo diseñó? ¿¡¿Homero Simpson?!?
Ok, basta ya con eso porque
estoy seguro que voy a marear a muchos (incluída mi persona). Para resumir, Odds
And Sods ofrece unas cuantas rarezas perdidas y un par de singles
interesantes agrupados en un largo y variopinto LP que si bien es una lotería,
también es un gran entretenimiento; de hecho se trata de una de las mejores
colecciones de outakes que me ha tocado escuchar. Los puntos más altos están a la altura de cualquier clásico de The Who. Por ejemplo Naked
Eye, un temazo cuyos bosquejos podemos escuchar ya en el jam de My
Generation de Live At Leeds, es sin lugar a dudas el último clásico
verdadero de la banda y todavía no me entra en la cabeza por qué DIANTRES no
entró para Who’s Next. No solo transmite la vena solemne y trascendente
de aquel álbum sino que está en la categoría de cualquier Behind Blue Eyes
o Baba O’ Riley. Se trata de un rocker fascinante y mordaz con una
fenomenal performance vocal de Roger, una genial y atípica aparición de
teclados jazzeros y un clásico riff de Pete que patea culos por kilogramo. La
segunda mitad de la canción es un crescendo simple pero increíblemente melódico
y emocional. Clásico absoluto. Otro descarte del proyecto Lifehouse es la magnífica Pure And Easy en su versión más lograda; la re-edición
de Who’s Next incluye su propia versión, pero ésta es la POSTA, la
DEFINITIVA. La pomposidad de sus arreglos y la universalidad de su letra la
acercan a la onda dinosáurica de Song Is Over, pero en mi opinión el
tema nunca se anquilosa demasiado y además ¿Quién puede resistirse a esa
melodía? ¿”I listened and I heard music in a word / And words
when you play your guitar”? ¿EHHH?
Una de esas melodías que SE DERRITEN en nuestros oídos. El último gran mojón
de Odds And Sods es el clásico cantado por Pete Long Live Rock,
uno de los pocos temas de aquí que fueron publicados como singles. A mis oídos
se trata de un rock and roll pedestre y no demasiado logrado: los arreglos
suenan lentos, torpes y faltos de gracia. Evidentemente los Who que yo conozco
pueden rockear mejor que esto, más allá de que el tema en sí sea un decente
tributo al rock como género.
Pero aunque estas tres sean
las más famosas de Odds And Sods, todavía hay música para rato. Entre
las curiosidades más tempranas tenemos el primerísimo single de los Who ¿I
Can’t Explain? NO!, I’m The Face, un pegadizo número de rhythm
and blues de cuando los Who eran conocidos como The High Numbers y se
identificaban con el movimiento de los Mods de Londres (una cierta pandilla de
drogados rebeldes). La canción es tonta, pero la música en sí está perfecta
y demuestra que The Who tenía potencial para competir con los Stones en este
tipo de música. Los intentos similares de este período, sin embargo, no son
gran cosa. Leaving Here tiene un buen riff y un estribillo pegadizo, pero
el cover de Marvin Gaye Baby Don’t You Do It es de lo más BOBO que
haya grabado el grupo: “Ahhhh baby don’t you do it, don’t do it baby,
don’t you break my heart!” Buh!!! ¡Qué mala canción! Para una versión un
poco más rockera consultar los bonus tracks de Who’s Next, pero es lo
mismo... una canción con esa melodía NUNCA va a ser gran cosa. Otros covers
incluyen la disfrutable My Way de Eddie Cochran, Young Man Blues y
Summertime Blues, en sus versiones originales (Summertime Blues fue
single en 1970), que aunque decentes suenan tímidas y somnolientas en comparación
a las SISMICAS versiones de Live At Leeds. ¡Ah! Y también una de las
rarezas más raras de los Who: el cover de Under My Thumb de los Rolling
Stones, publicado junto a The Last Time en solidaridad con sus colegas
Mick, Keith y Brian, arrestados por posesión de sustancias ilícitas. Obviamente,
tamaño clásico no se arruina así nomás pero esta versión es terriblemente chapucera y desaliñada,
sin contar que sin sus clásicas marimbas (Y sin Entwistle que estaba de
vacaciones) no hay chance que funcione.
De los días de Sell Out tenemos
una versión con órgano de Mary Anne With The Shaky Hand que si bien no
puede competir con la acústica original es bastante buena. Desde que esta toma
fue publicada como bonus en The Who Sell Out se hace un poco redundante
aquí, lo mismo que ocurre con la respetable Glow Girl, que contiene el
embrión de lo que sería It’s a boy de Tommy, solo que aquí...
“¡It’s a girl! Mrs.
Walker ¡It’s a girl!”. Me pregunto como pesaba Pete
llamar a su heroína ¿Annie? ¿Tillie? ¿Winnie? Algo por el estilo seguro. No
redundantes son Little Billy, un brillante jingle anti-tabaco que debería
haber aparecido entre los temas titulares The Who Sell Out, y que incluye
adictivos “A-ha-haha. A-ha-haha, Little Billy doesn’t mind” contando una
TETRICA historia de cigarrillos, cáncer y muerte. De hecho, la organización
que la encargó no la aceptó porque era demasiado tenebrosa. Me pregunto si
alguno de los Who fumaba; si lo hacían eran unos cínicos totales. Pero la
mejor de todo este lote es la hermosa e ingenua Faith In Something Bigger,
otra que no hubiera desentonado para nada en Who Sell Out, con ese aire
naive y esas fantásticas armonías vocales.
De las óperas Tommy y
Quadrophenia tenemos un par de outakes. De Tommy tenemos la
pegadiza Kousin Kevin Model Child que se suponía iba a ser la intro para
Cousin Kevin pero por algún motivo fue retirada del proyecto. Se trata
de otro de esos números humorosos de Entwislte, donde describe de forma maestra
a Kevin como “el niño modelo que hace todo bien”. El coro del final es
irresistible como un helado de sambayón: creo que debería haber aparecido en Tommy.
El descarte de Quad, We Close Tonight, por el contrario, no se extraña
demasiado ya que su temática y melodía son similares a la ultra-superior Bell
Boy. Igualmente, no es nada horrendo y tiene un par de ganchos pegadizos
para salvar.
Y después, más y más
descartes de Lifehouse. Además de Naked Eye y Pure And Easy tenemos
la melódica y antémica Time Is Passing, con una melódica clásica que
parece mentira que haya sido hecha por Pete, suena como algo que existió
siempre; Too Much Of Anything, una agradable pero rutinaria balada que ya
está entre los bonus de Who’s Next; Put The Money Down, un
rocker que si bien tiene una buena melodía en el estribillo (“Before I walk
on the water, put the money down”), no le hace ni sombra a al similar I
Don’t Even Know Myself ; la DEVASTADORA versión eléctrica de Love
Ain’t For Keeping cantada por Townshend (con la guitarra invitada de Leslie West) que nos revela
la verdadera grandeza de dicha canción, y el espectacular rocker Water
que, si bien contiene una letra embarazosamente tonta y una perfomance demasiado
chillona y rasposa de Roger, ostenta una de las más brillantes melodías de
guitarra de Pete y un solo eléctrico sobre el final cuyo sonido es
verdaderamente prodigioso. Las
versiones en vivo de Water, una de las cuales se puede hallar entre los
bonus tracks de Who’s Next, son muchísimo más épicas, pero ahí
Roger directamente LADRA y Pete se entusiasma demasiado con sus power-chords. Me
quedo con esta económica e inolvidable versión original
(Creo que fue lado B del single 5:15 en Europa), también porque
al final de del tema, luego de que Roger dejara bien en claro que lo que
necesita es WATER (Agua) algún desaforado borracho empieza a gritar “¡Champagne!
¡Champagne!” Apuesto MI OREJA a que fue Keith Moon. Faltarían I Don’t
Even Know Myself, Let’s See Action y The Relay para tener
completa la serie de temas de Lifehouse que (lamentablemente) no entraron
en Who’s Next. Andá a encontrarlas.
Me quedan descolgadas un par
de cositas que aparecen sobre el final: La extravagante Postcard es otra
composición de John y aunque todo el mundo parece empeñado en maltratarla yo
no veo bien qué tiene de malo. Es un poco repetitiva, es cierto... pero Boris
The Spider también lo es y todo el mundo la reverencia. En todo caso la
melodía nada trivial (típica melodía de John) y los pegadizos bronces
funcionan para mí. El número de comedia Now I’m A Farmer es
medianamente divertido pero seguro que no se trata de una gran canción. El
final, donde oímos a Keith Moon decir en acento británico (Me encanta el
acento británico) “Tomatoes, Potatoes...” Es MUY gracioso.
Y listo! Eso es todo. Vaya que hay buenas canciones aquí. La realidad es que si querés tener una colección decente de los Who no podés pasar por alto Odds And Sods, aunque sea por la versión original de Naked Eye que no aparece en nigún otro lado. Hay versiones en vivo, claro... pero no tienen ese tecladito ¡Aguante el tecladito de Naked Eye! Digo yo.
Envíame tus comentarios sobre ODDS AND SODS!
"It's alright when you are around, rain or shine"
1) Slip Kid; 2) However Much I Booze; 3) Squeeze Box; 4) Dreaming From The Waist; 5) Imagine A Man; 6) Success Story; 7) They Are All In Love; 8) Blue Red And Grey; 9) How Many Friends; 10) In A Hand Or A Face.
BONUS: 11) Squeeze Box (live); 12) Behind Blue Eyes (live); 13) Dreaming From The Waist (live).
mejor canción: Blue, red and grey
Más depresivo que el
infierno. Así suena este álbum por momentos, y ¡Ojo! no me crean enemigo de
los álbumes depresivos: soy una persona tan poco depresiva que los discos de
estas características suelen FASCINARME (de otra forma ya hubiera intentado algún
tipo de suicidio escuchándolos) como una forma de explorar los horrores y los
fantasmas que ciertos artistas tienen adentro. Desde Animals y The
Wall, hasta Ok Computer y no se cuántos más... Hey! incluso Quadrophenia
es un álbum con momentos sumamente deprimentes. Pero mientras en esa ópera
doble Pete se ocupó más que bien de los aspectos musicales y melódicos
de sus composiciones, en Who By Numbers parece haberse concentrado
exclusivamente en escupir toda su frustración y su impotencia con el horrible
mundo que nos rodea, relegando lo músical a un segundo plano.
El resultado es un álbum
que estilísticamente no se aleja mucho de Quad pero que a la vez resulta
gris, poco inspirado y carente de ganchos o melodías interesantes. Podría
suponerse que en realidad no se trata de que Pete simplemente “relegó lo
musical a un segundo plano”, sino que un esfuerzo cúlmine como lo fue Quadrophenia
agotó creativamente a todo el grupo. Suena como si así fuera; antes a Pete
las buenas melodías le surgían naturalmente como quien se hace una tostada, es
decir, no tenía que esforzarse realmente por ello. Pero ahora de repente apenas
puede arreglárselas con un puñado de canciones que en general son decentes y
algo emotivas pero que no pueden volarme la cabeza o siquiera engancharme. Había
dicho en la introducción que Townshend vivía con ataques de nervios y depresión;
las canciones de Who By Numbers pertenecen a uno de estos momentos de
confusión y las letras no dejan ninguna duda de que todo alrededor es una
condenada mierda y la vida no tiene sentido. Las noche es un solitario encierro
para emborracharse como un perdedor, los “amigos” que nos rodean son
mentirosos egoístas y vaya uno a saber qué otras pálidas surtidas ¡Wow! Pete
sigue mordiendo, lástima que en esta ocasión no haya encontrado las mejores
melodías; lástima que las guitarras suenen bobas y genéricas; lástima que la
voz de Roger no parezca muy adecuada para la mayoría de los temas. En
definitiva, está más que claro que The Who By Numbers, aún sin ser un
mal disco, marca el comienzo del final para The Who. Pienso que todos los grupos
terminan cayendo en la decadencia: suerte que The Who lo hace de forma
mucho más decorosa que bandas como Led Zeppelin o Pink Floyd.
Si tengo que señalar una
canción aquí que realmente se me haya pegado como un clásico, esa sería la
deliciosa y emotiva balada Blue Red And Grey, un número de Pete solo con
la mejor melodía de todo el álbum y un acompañamiento ultra-sobrio de ¡Ukulele!
¡Y OBOES! ¡Qué bien! No solo es una melodía SUBLIME que probablemente te
haga llorar, sino que además se trata de una de las canciones más creativas
del álbum. Por suerte Pete abandanó esa costumbre de inflar las baladas con
capas y capas de sonidos. Además de Blue Red And Grey, el álbum tiene
un par de baladas más y, aunque ninguna alcanza semejantes alturas, se las
ingenian para agradar. Imagine A Man es la que más se me ha quedado en
la memoria, aunque sea por tener una melodía de guitarra espeluznantemente
hermosa y un extático estribillo realmente memorable: “And yooooou wiiiiiiiil
seeeee theeeee eeeeeend”. La melodía de los versos, por otro lado, es un
desvergonzado reciclaje de Pure And Easy, pero en líneas generales esta
balada vuelve a demostrar como arreglos convenientemente sobrios pegan cientos
de veces más que esos excesos como Song Is Over. Lástima que Pete no
haya mantenido la misma filosofía para How Many Friends, otra balada
decente pero eventualmente olvidable y mediocre con un estribillo genérico que
no me mueve un solo pelo. Otra balada es They’re All In Love y tengo
que admitir que aunque no me pega gran cosa, la melodía de los versos es tan
hermosa como la más hermosa de las mujeres, al menos cuando Roger no intenta
cantar con esa irritante voz machona. Y así es el “costado suave” del álbum:
agradable pero intrascendente.
El lado rockero del álbum
no es un mayor triunfo: de hecho, se podría decir que aquí The Who ¡No
rockea! No como lo había hecho en temas como Won’t Get Fooled Again o The
Real Me. ¡Qué vergüenza! Supongo que los ánimos de Pete estaban
demasiado marchitos como para sonar jubiloso y exhuberante. Lo más parecido a
un gran riff que encontraremos aquí está en Slip
Kid, la canción encargada de abrir
el álbum. Y aún así ni siquiera se trata de un gran riff, solo una sucesión
de notas más o menos pegadiza que no te va a pegar demasiado. La canción, sin
embargo, está entre lo mejor del álbum, aunque sea por que tiene un fantástico
estribillo: bue, no diría “fantástico” pero sí muy bueno quizá. Y así
seguimos... canciones que no nos harán vomitar pero que nos mantendrán
clavados frente al equipo de audio, esperando ese sonido, ese gancho vocal, ese
solo de guitarra que nos haga saltar de la silla... en vano. Es ese tipo de música;
que va y viene agradable e inofensiva, sin hacer nada por nosotros. La
terriblemente auto-despreciativa However
Much I Booze es casi sin dudas lo más
descartable del álbum: el riff de banjo es RELATIVAMENTE rescatable, pero la
melodía vocal directamente NO EXISTE y no veo ninguna razón para que se
extienda por más de cinco minutos. Otro “rocker” que se extiende y se
extiende sin que pase nada es Success
Story, la única composición de
Entwistle, quien evidentemente también estaba lejos de su pico creativo. El
riff es soberanamente estúpido y seguramente Marte colisionará con la Tierra
antes de que pueda memorizar la melodía vocal. ¡Hey! ¡Hasta Postcard es mejor canción
que ésta! Mucho más decente es Squeeze
Box, el único número liviano,
amigable, no-torturado y no-atormentado del álbum. Todavía no tengo una clave
acerca de qué trata la letra, o qué demonios es la “squeeze box”: ¿Un
acordión quizá? No! sospecho que tiene que haber un doble sentido por ahí.
Acepto las ideas que puedan tener los lectores sobre esta críptica metáfora.
En todo caso la melodía es SUMAMENTE memorable en comparación con el 90% del
álbum, y eso basta para que esté entre mis favoritas (Aun cuando todo el mundo
parece odiarla). También puedo tolerar Dreaming
From The Waist, al menos porque la
melodía vocal de Roger es medianamente pegadiza y vibrante y porque ostenta las
mejores líneas de bajo de todo el álbum, pero más allá de eso no es más que
otra cosa mediocre. La canción que cierra el álbum, In A Hand Or A Face, está
a medio camino entre un rock y una balada y es un pañal descartable usado con
la excepción de esas hipnóticas líneas vocales que dicen “I am going round,
and round”. Realmente, la canción NO EXISTE salvo este maravilloso fraseo que
da vueltas como una aguja enloquecida en mi cabeza cada vez que escucho el álbum.
Las
últimas ediciones de The Who By Numbers traen tres temitas
bonus en vivo: uno es nada menos que Behind Blue Eyes, y aunque está bien interpretada
sinceramente no necesito una versión en vivo de esta canción. Y tampoco
necesito las versiones en vivo de Squeeze Box y Dreaming From The Waist. ¡Qué mal! Hasta
los bonus tracks son insustanciales.
En
resumen, The Who By Numbers es la caída de The Who que pasa de ser una de las
bandas más gloriosas de la historia al estado de dinosaurio legendario incapaz
de publicar material relevante. Aún así, las canciones del álbum, todo lo
grises y mediocres que sean, guardan algún pequeño disfrute. Nada que vaya a
volarte la cabeza como antes, pero tampoco nada horrible que te provoque
diarreas. Si no te importa que la música te revuelva las venas y te acelere el
pulso, entonces no tendrás mucho problema con Numbers. Yo, por mi parte,
prefiero volver a escuchar Quadrophenia.
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"Goodbye Sister Disco, with your trashing flash lamps"
1) New Song; 2) Had Enough; 3) 905; 4) Sister Disco; 5) Music Must Change; 6) Trick Of The Light; 7) Guitar And Pen; 8) Love Is Coming Down; 9) Who Are You.
mejor canción: Sister disco
Este álbum siempre genera alguna que otra polémica entre los fans de The Who, y las opiniones por lo general se dividen en puntos extremos; Who Are You es visto como un excelente y maestro regreso de los mejores Who, a hacer música creativa y significativa, o bien como una asfixiante, chapucera y grisásea porquería. Voy a decirles la verdad: en un principio tendía a hacia la segunda consideración; por alguna razón no podía digerir esta música, me aburría mortalmente y todos los detalles de las canciones se me volatilizaban de la memoria apenas las apagaba. Hoy, para hacer la revisión, lo vuelvo a escuchar y la cosa me pega de una forma completamente distinta. No quiero siquiera sugerir que volvemos al nivel cuasi-galáctico de álbumes como Quadrophenia y Who's Next, porque esto NO ES ASI, pero sí puedo declarar que se aprecia una LEVE mejoría con respecto al pálido By Numbers.
¿Qué música nos encontraremos aquí? En un plano estilístico, apenas se diferencia de By Numbers; no se trata de una música demasiado original o fuera de lo común. Algunas baladas que podemos llamar formulaicas, algunos rockers que podemos llamar rancios, lo típico que The Who venía mostrando en los últimos tiempos. Las melodías, sin embargo, parecen más VIVAS que las del álbum anterior, y en general los arreglos musicales tienden a sorprender más seguido, ya sea porque Pete saca algún gancho inesperadamente fresco de su guitarra, o porque aparece alguna armonía interesante o algún sintetizador creativo. De hecho, el aspecto más sobresaliente de Who Are You es una vuelta A TODO TRAPO a los sintetizadores, en un papel incluso más prominente que el que tenían en Who's Next y Quadrophenia, ensombrciendo significativamente la guitarra de Pete. Sí, es cierto es que estos sintetizadores suenan un poco defasados, cursis, banales y pasados de moda, pero la verdad es que uno eventualmente se acostumbra y llega a disfrutarlos en parte. La razón es que en la mayoría de las ocasiones hacen cosas más o menos creativas. Pareciera como si los Who hubieran puesto más esfuerzo en la composición.
Ahora, Who Are You no es la octava maravilla del mundo. Sigue siendo un álbum discreto e irregular, con un nivel compositivo desparejo y algunos momentos que suenan realmente excesivos, faltos de gracia o simplemente ordinarios, pero en general todas las canciones se disfrutan y guardan algún gancho atractivo. Mi favorita del lote es Sister Disco, una feroz diatriba en contra de la música disco (que estaba ardiendo en ese entonces) que en principio puede sonar INFERNALMENTE IRRITANTE por sus exagerados arreglos de sintetizador azucarado. En efecto, esos sintetizadores con los que abre pueden ser su atributo menos feliz, sin embargo tiene un estribillo ARREBATADOR ("Goodbye Sister Disco..."), donde la estupenda voz de Roger entra en duelo con los sintetizadores y el perforador stacatto de John en medio de una melodía eterna y clásica. A eso hay que sumarle la gran cantidad de secciones y melodías que van apareciendo en el medio y la fenomenal coda acústica, donde Pete vuelve a destripar su guitarra acústica como en los mejores momentos de Tommy. La otra canción que realmente me atrae es Music Must Change, otra reflexión metadiscursiva (el título es autoexplicativo) enmarcada en un atípico groove maravillosamente jazzero y bizarro donde el ritmo está marcado por el zapateo de Pete, quien además hace cualquier cantidad de truquitos copados con su guitarra. La última de mis preferidas es New Song, cuyo atractivo principal es su pegadiza melodía vocal que se disfruta a pesar de las frecuentemente empalagosas líneas de sintetizador.
En el polo opuesto colocaría a Had Enough, un tema de Entwistle que roba su título de un tema (superior) de Quadrophenia. ¿Cuál es el problema con la canción? Que está SATURADA de sintetizadores bochornosos y orquestaciones innecesarias que la convierten en un número demasiado "caramelizado" y dolorosamente cursi para mi gusto. La melodía, no obstante, es buena. Otra canción que nunca llamó mucho mi atención es la pista titular, Who Are You, que si bien está considerado ampliamente como un verdadero clásico, a mi juicio no tiene mucho que ofrecer. Me gusta la parte instrumental intermedia, donde Pete vuelve a la carga con otro solo acústico IMPRESIONANTE y más tarde con una exquisita y atmosférica melodía de piano; también debo resaltar que esta es la única canción del álbum donde Moon realmente toca como Moon (en el resto de las canciones aparece extrañamente calmado). Pero en contrapartida tenemos una performance vocal de Roger demasiado rasposa y sucia para mi gusto, un estribillo bastante tonto y un trasfondo musical eminentemente pedestre que no me mueve un pelo.
Dos números más de Entwistle: 905 es una historia de ciencia ficción sobre un robot, cuya única característica rescatable pasa por los extraños sonidos que aparecen en los quiebres instrumentales y por su melodía dulzona. Mi favorito de John es sin dudas Trick Of The Light, que en realidad pasaría por un metal-rock totalmente ordinario de no ser por el extraordinariamente potente estribillo. Me quedan en el tintero la balada de Pete Love Is Coming Down, decente, robustamente orquestada y repleta de ganchos vocales inusuales, y la extraña Guitar And Pen, que por sus melodías cursis y teatrales parece pensada para un musical de Broadway, de la cual rescato los quiebres instrumentales de piano y guitarra (sobre todo las ESTUPENDAS frases de guitarra eléctrica que se manda Pete a partir del minuto y cuarto de duración).
Who Are You es realmente un álbum decente. No hay nada masivamente espectacular como ciertos viejos clásicos de antaño, pero mentiría si dijera que hay canciones malas aquí. En todo caso, la discreta inteligencia de algunos arreglos ayudan enmascarar y realzar lo que en principio es el producto de unos Who cansados y agotados.
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"This is no social crime, this is you having fun"
1) You Better You Bet; 2) Don't Let Go The Coat; 3) Cache Cache; 4) The Quiet One; 5) Did You Steal My Money; 6) How Can You Do It Alone; 7) Daily Records; 8) You; 9) Another Tricky Day.
mejor canción: Another tricky day
Malas noticias. Keith Moon, poco después de haberse publicado Who Are You, se murió. Sobredosis de drogas, claro está, qué otra cosa se podía esperar de un tipo tan rallado, adicto, borracho y excesivo como él. Pete Townshend siempre sintió que Keith lo había hecho a propósito, tal como lo escuché una vez, quebrándose en llanto, en un reportaje que dio para la TV y siempre se lo reprocha al fantasma de su amigo. Como sea, el grupo tomó la decisión de seguir adelante sin Moon. ¡Sin Moon! Realmente no se entiende mucho el asunto; dicen que después de Quadrophenia Pete ya se había hartado bastante de los Who y se había focalizado más su carrera como solista y guionista... ¿Qué mejor oportunidad que ésta para deshacerse por siempre de la banda? Pues no, al parecer cambió de opinión y tres años después, con el ex-baterista de los Small Faces Kenny Jones, el grupo renacía de las cenizas como el Ave Fénix, publicando Face Dances.
Todos dicen que este álbum está de más, que The Who debería haberse terminado con la muerte de Moon. Es que, vamos a decir la verdad, es un tanto imposible pensar en The Who sin Keith. Está bien, es el baterista y compuso ¿Cuántas? ¿Tres canciones para el grupo? Pero dejémonos de joder, Moon era el ALMA de los Who... su toque de batería era inimitable, irreemplazable, inconmensurable para el sonido de la banda, y su personalidad avasallante era ciertamente uno de los principales motores por los cuales ésta alcanzó su status mítico. Basta viste... se acabó. Led Zeppelin aprendió la lección, y cuando Bonham siguió los mismos pasos de su colega, el grupo dijo "no va más". Y eso que Bonham no era tan importante para Zeppelin como Keith lo era para The Who! Era importante, sí, pero no era Keith Moon. Además, ¿Cuál es el sentido de seguir cuando incluso la performance artística está también en declive? Porque, claro, estaría bien darle para adelante si estás en pleno paroxismo creativo, escribiendo clásico tras clásico y con las melodías e ideas desbordándote la cabeza... Sin embargo los dos últimos álbumes de estudio demostraban que esto estaba lejos de ser verdad, y que creativamente los Who no eran más una fuerza musical para tener en cuenta. Encima ahora desaparece Moon... ¿Qué chances hay de que saquen un buen disco?
Bueno, sí, pienso así. No fue afortunado que los Who siguieran adelante, no había realmente más para entregar. Pero eso no significa que Face Dances sea una porquería total o una basura inservible. De hecho, eso es lo que esperaba hasta que lo escuché, y ahora que lo hice simplemente pienso que no es tan malo como muchos de los oyentes han clamado. Sí, obviamente Pete está bien lejos de su mejor forma como compositor, obviamente ninguna de estas canciones está a la altura de los clásicos de diez años antes y sí, es un álbum mediocre en líneas generales. Pero diablos, comparado con los últimos esfuerzos de Led Zeppelin, o lo que los Stones habían comenzado a pergeniar en la misma época, Face Dances suena a gloria y triunfo. El problema para mí es que con este disco la banda se consolida definitivamente como un acto anónimo y pedestre de FM-pop contemporáneo que NADA tiene de esa rabia, esa vena y esa épica rockera de los viejos días de gloria. Simplemente dan la impresión de unos jovatos cansados, abatidos y sin mucha inspiración que siguen haciendo su música porque ese es su trabajo y de eso viven. Pero más allá de esta realidad no hay nada DESAGRADABLE aquí en Face Dances, nada ofensivo, nada atroz, nada que nos incite a correr y vomitar el piso. Es pop inofensivo y lavadito, con algunos sobrios toques de guitarra típicamente AOR, algunos sintetizadores ahí en el medio (no los sintetizadores creativos de Quad, sino los sintetizadores promedio de cualquier FM-pop ochentoso) un moderado toque de batería y melodías placenteramente livianas pero rápidamente olvidables. No, no es nada excitante realmente, pero lo cierto es que Face Dances no hace más que confirmar la tendencia de By Numbers y Who's Next, sin presentar nada mucho peor que habíamos escuchado ahí. En definitiva el álbum ME AGRADA. Le pongo un seis porque suena dolorosamente intrascendente y ordinario de principio al fin, porque no hay verdaderos clásicos, porque en rigor la cosa podría esfumarse de la faz de la tierra sin que me apene mucho, pero por otra parte las canciones son inofensivamente placenteras, no hay nada desagradable y cada tanto, cuando le pegan con algunas melodías de calidad, no puedo decir que no me guste lo que oigo.
Mi favorita es la última, Another Tricky Day, que contiene un buen riff genérico típico de Pete (¿Se han dado cuenta de que los riffs de Pete en los Who tardíos siempre suenan iguales?), pero sobretodo una melodía vocal pop cantada a dúo por Roger y Pete que, sin ser maravillosa, fluye placenteramente sin falla alguna, con sus buenos ganchos pegadizos y una buena dosis de energía. Hey, ¡Hay canciones en QUADROPHENIA que suenan peores que ésta! Un tema que quizá no muera por poner en mi compactera a todo volumen, pero que me agradaría encontrar por fortuna en la radio. Ahí está, Another Tricky Day es un pop-rock ideal para la radio, pero de buena calidad. Lo mismo puede decirse del gran hit del álbum, You Better You Bet, que muchos consideran como un gran clásico legítimo de la banda. Yo no, pero aún así se trata de un buen tema pop, con sus densos arreglos de sintetizador, su ritmo empalgoso e irresistible y sus imbricadas armonías vocales que parecen llenarlo todo. Dicen que su letra es estúpida, pero ¿A quién le importan realmente las letras de estas canciones? Parece que en esa época Pete estaba reservando lo mejor de su pluma para su disco solista Empty Glass, pero con estas dos canciones realmente favoreció a su grupo de toda la vida. No es que sean grandiosas ni nada así, pero ponelas en un disco como In Through The Out Door de Zeppelin o Emotional Rescue de los Stones y creeme que serán absolutas piezas de arte.
Ah! también John Entwistle sigue componiendo, y esta vez provee los dos únicos rockers del álbum. Muchos coinciden en señalar que el pobre bajista estaba completamente arruinado como compositor, pero si me preguntan a mí opino que sus (bastante criticadas) The Quiet One y You no representan ningún declive con respecto a Had Enough, o 905, o Success Story... es más, voy a subir un escalón más y declarar que las prefiero por sobre cualquier canción escrita por John desde My Wife con excepción de Trick Of The Light, que está a la misma altura. Es más, Trick Of The Light es el modelo para ambos temas... dos rockers genéricos bastante furibundos para lo que es el tono general de Face Dances. The Quiet One, en la que Entwistle satiriza su fama de ser un tipo tranquilo, pacífico e inofensivo, es quizá el más flojo de los dos, pero tiene un excelente riff de genuino hard-rock, tocado con una dinámica y una frescura que no se sentía en los Who desde los días de Quad (buena performance del reemplazante de Moon aquí). Es cierto que la voz de John no suena muy bien y que en general el tema aburre... pero no voy a negar ese riff. Por su parte, You se destaca por tener uno de los ganchos vocales más memorables de todo el álbum en su estribillo (¡Save me! ¡Save me!) y por ser Roger el cantante principal, la performance vocal es superior a la de The Quiet One.
El resto de las canciones, todas de Pete, no son más que viñetas completamente formulaicas de pop para adultos que a veces parecen escritas por una de computadora de acuerdo a fórmulas preprogramadas. Como dije antes, no suenan feas ni excesivamente melosas (no es el tipo de FM-pop repulsivo que podría ofrecer Phil Collins), pero ciertamente me dan lo mismo. La más memorable de todas es Don't Let Go The Coat, un tema ultra-suavecito y placentero, con buenas líneas de guitarra y un estribillo ultra-comercial que por momentos agrada y por momentos suena demasiado perezoso. Cache Cache, por otro lado, es la más molesta: por alguna razón a Roger le subió una manía de cantar como su estuviera en una opereta o una comedia de Broadway... y vaya que irrita... Los quiebres instrumentales de Cache Cache no están nada mal, y los momentos vocales mas lentos son bastante agradables... pero la canción no es buena realmente, ¿Qué canción con un estribillo como "There ain't no bears in there" puede tener sentido? El resto del disco es más de lo mismo, las melodías apenas se pueden retener en la memoria, los instrumentos no hacen nada interesante y todo suena livianito y placentero sin impresionar en lo más mínimo.
Teniendo en cuenta las ATROCIDADES que se dicen sobre Face Dances, puedo concluir que se trata de la obra más infravaluada del grupo, pero creéme que no se trata de un álbum que necesites ir corriendo a buscar. Si en algún momento de tu vida te conviertes en un completista de tus bandas favoritas, pues bien, cómpralo... pero si no, esto es totalmente prescindible. Por cierto, gran idea para la cubierta... parece una versión "artística" de A Hard Day's Night, pero claro... con cuatro cuadritos menos: sin dudas la prueba más contundente por la cual los Beatles superan a los Who.
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"Won't you come and join the party"
1) Athena; 2) It's Your Turn; 3) Cook's County; 4) It's Hard; 5) Dangerous; 6) Eminence Front; 7) I've Known No War; 8) One Life's Enough; 9) One At A Time; 10) Why Did I Fall For That; 11) A Man Is A Man; 12) Cry If You Want.
mejor canción: Eminence front
Es el álbum que demostró de una vez y para siempre que The Who estaba acabado en todos sus niveles. Es tan aburrido y monótono que me desespera, me desmotiva y me pone de mal humor, incitándome a enterrarme en mi cama, lamentar haber nacido y no salir por muchas horas. Si alguno está interesado en saber cuál es el exacto significado de estar SIN INSPIRACIÓN, solo tiene que escuchar un poco este disquito. Verán: álbumes mediocres y malos he escuchado algunos en mi corta vida, pero entre ellos casi siempre había algo de experimentación y variedad... Pienso en cosas como In Throught The Out Door, el disco de Zeppelin en el cual, si bien las canciones son una peor que la otra, por lo menos recuerdo perfectamente cómo suena cada una de ellas. Pienso en cosas como The Division Bell, donde a pesar de lo aburrido de los arreglos e ideas musicales, al menos había un par de melodías memorables o agradables para flotar un poco antes de hundirse. Acá ni eso. Pete está mentalmente ausente, y estas canciones, que suman nada menos que DOCE, suenan como si fueran todas la misma maldita cosa.
Y si esa "maldita cosa" tuviera más o menos un mínimo atractivo, no me importaría tanto que se repita la fórmula. Pero ocurre que la música es tan PLANA, tan ÁRIDA, tan INSÍPIDA que las canciones se me antojan como azulejos de un jodido hospital municipal; todos iguales, todos descoloridos e insignificantes. Busquemos, intentemos encontrar algo aquí ¿Qué busca uno en una canción? ¿Ganchos melódicos fuertes que te impacten de primera oída? Cero; ¿Ganchos melódicos sutiles que se vayan enroscando en tu cabeza con las repetidas escuchas? Cero; ¿Energía y polenta rockera? Cero; ¿Riffs de guitarra memorables y disintivos? Cero; ¿Pasajes instrumentales que estimulen nuestro instinto creativo? Cero; ¿Impacto emocional que nos haga pensar y vibrar un poco? Cero, cero periódico.... Y así todo el tiempo. Cero, cero, cero. Es frustrante... FRUSTRANTE en serio. Son canciones cuyas melodías se suceden frías y vagas, sin ir a ningún lado, sin ideas, revestidas de una instrumentación de rock GENERICA y CANSADA (un pasticho de acordes rutinarios y sintetizadores cursis), que no hacen el más mínimo esfuerzo para decir aunque sea "estoy aquí sonando, préstenme atención por un momento". Es bastante parecido a lo que habíamos oído en Face Dances, pero si en aquel se podían desenterrar algunos momentos redentores en las canciones, aquí esto se hace muy complicado.
Tal es así que It's Hard es uno de esos discos que NO PUEDO repasar a fondo canción por canción, porque no tengo NADA para decir de ellas. Eso es lo que más me frustra; a veces es muy divertido reseñar los malos álbumes porque uno se entretiene burlándose sin piedad de todas las partes atroces y tontas que aparecen... pero acá NI ESO. Son canciones TAAAAN anónimas y vacuas que ni siquiera se destacan por ser extraordinariamente horribles. Son aburridas en extremo, pero no peor que eso. Esto garantiza, por un lado, que la nota no se vaya MUY abajo, pero por otro lado, determina que este sea uno de los discos más olvidables e irrelevantes que escuché en mi vida. No me malinterpreten, no estoy quejándome de que It's Hard no sea lo suficientemente horrible, solo estoy subrayando lo INOCUO de las composiciones de Pete, el hecho de que no llaman la atención ni sobresalen en NINGUN aspecto. Sin melodía, sin gancho, pero además sin una fealdad sobrenatural que te haga recordarlas y distinguirlas una de otra. Por esto, siempre se me hace que estas canciones no existen, no están, no son REALES. Resultado: esta será una revisión bastante corta.
Hay una excepción, sin embargo, y creo que pocos discos han existido en donde la mejor canción sea tan unánime y obvia. Hablo de Eminence Front y desde ya te recomiendo que si encuentras a alguien que no opina lo mismo, asegurate de internarlo en un manicomio. Es que la diferencia es tan abismal que parece un chiste: tenemos una canción casi clásica, digna de estar considerada entre las mejores de la historia del grupo, rodeada de las más rutinarias y estúpidas cosas jamás compuestas por Pete. De Eminence Front me gusta sobre todo la brillante introducción, un pasaje musical fantástico que me hipnotiza y me sumerge en alguna oscura película detectivesca europea. El tema está compuesto en la vieja y sana tradición de Baba O' Riley, basándose en unos intrincados loops de sintetizador y algunos maestros toques atmosféricos de Pete. La canción se pone levemente aburrida después porque no tiene grandes anzuelos melódicos, pero el groove es indescriptible y nunca decae.
Lo demás es esa nada que antes traté de describir. No voy a decir que es una basura, pero está muy cerca de serlo. Entre toda la resaca, hay ciertas cosas que me permitiré rescatar para no quedarme tan corto. En la primera mitad del álbum, Athena e It's Hard son medianamente interesantes mientras suenan, y por momentos amenazan con tener cierta melodía. Athena, por ejemplo, es bastante pasable después de todo; hay una melodía vocal más inspirada de lo normal, sobre todo en la parte donde Pete canta suavemente "Just a girl, just a girl"... Para mí, la arruina un poco ese ESTUPIDÍSIMO estribillo de "She's just a girl... She's a BOMB!", pero no me voy a quejar mucho tratándose de un disco en el cual la mínima dosis de gracia es un oasis: Athena zafa. Lo mismo va para It's Hard, que repunta más que nada por las líneas de guitiarra de Pete, una performance bastante robusta que nos hace perdonar la ridícula melodía. Por el contrario, el resto de las canciones en la primera mitad apesta con apasionado ahínco. It's Your Turn, firmada por un acabado Entwistle, es una firme candidata a ser la peor canción jamás hecha por The Who... Es tan indistinguible que hasta dan ganas de llorar, con sus toscos riffs de sintetizador por todas partes y sin melodías a la vista. Cooks County no es mucho mejor; apenas puedo soportar el berreo de Roger "People are SUFERING!" respaldado por un aleatorio acompañamiento instrumental. Dangerous, otra vez de John, tampoco es una maravilla; más sosos sintetizadores haciendo nada de nada. Bostezos pronunciados que no puedo dominar. Ayuda por favor.
En la segunda parte las malas canciones perpetúan su gloriosa hegemonía: I've Known No War es muy floja, no sirve para nada, no deja más que una orgía de power-chords pedorros y salvo el riff decente que irrumpe en el primer estribillo, el resto está para el tacho. One Life's Enough es una pedestre balada de piano con sabor a nada; One At A Time, la última de John Entwistle, arranca con una introducción de sintetizadores BASTANTE fea y después se hunde en la indiferencia. A pesar de que el track tiene algo más de vida que el resto y el ritmo de batería es vagamente interesante, no deja de ser hard-rock en su máximo nivel de sinsabor. Por su parte, Why Did I Fall For That es tontísima, parece como si la hubieran compuesto sin ganas en dos minutos antes de grabarla; su estribillo armónico más o menos genera ALGO, pero no lo suficiente para lograr que me despierte de esta insondable modorra. La balada A Man Is A Man no es tan terrible, pero sigue siendo un fracaso; se supone que una balada tiene que tener una melodía... ¿Se entiende? O sea... una MELODÍA... Pete! Hey.. PETE!!! ME-LO-DÍ-A... Digamos que el estribillo es un poco más melódico, pero está cantado con menos ganas de las que tengo yo para levantarme a la mañana temprano para ir a la facultad. Finalmente Cry If You Want cierra el álbum con otro monumento a la abulia, un pastiche cargado de irrelevantes borboteos de Roger... ay mamita me voy a poner a llorar como un bebito sin chupete si sigo escuchando ésto mucho tiempo más.
¡Qué aburrimiento por favor! El aburrimiento en general genera indiferencia, pero esto es TAN, pero TAN aburrido que francamente me exaspera. Ya lo dije y lo vuelvo a decir ahora: no son canciones para VOMITAR por todo el living. No son horribles ni lastiman el oído, ni invocan a los más profundos espíritus de lo aberrante... pero tienen una carga de irrelevancia e intrascendencia tan vertiginosa que para el caso es exactamente lo mismo. Todo lo que se dice de éste álbum es cierto. No existe, no tiene razón de ser, merece ser olvidado para siempre. Solo me quedo con Eminence Front... el resto está para que nadie, nadie, nadie lo note. Si en alguna ocasión Live At Leeds llegara a encontrarse con esto, jamás lo reconocería como un hermano. La distancia que hay entre ambos es un abismo ancho y profundo que nadie puede explicar.
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"Don't pretend that you know me, cause I don't even know myself"
1) Heaven And Hell; 2) I Can't Explain; 3) Young Man Blues; 4) I Don't Even Know Myself; 5) Water; 6) Overture; 7) It's A Boy; 8) 1921; 9) Amazing Journey; 10) Sparks; 11) Eyesight To The Blind (The Hawker); 12) Christmas.
1) The Acid Queen; 2) Pinball Wizard; 3) Do You Think It's Alright; 4) Fiddle About; 5) Tommy Can You Hear Me; 6) There's A Doctor; 7) Go To The Mirror; 8) Smash The Mirror; 9) Miracle Cure; 10) I'm Free; 11) Tommy's Holiday Camp; 12) We're Not Gonna Take It; 13) Summertime Blues; 14) Shakin' All Over; 15) Substitute; 16) My Generation; 17) Naked Eye; 18) Magic Bus.
mejor canción: Shakin' all over
¿Cómo, cómo? ¿Más Who en vivo? ¡Perfecto! ¡Lo tomaremos! Realmente, esto es The Who EN VIVO, y si ustedes tienen alguna idea de lo que es el rock and roll, sabrán que The Who en concierto es más o menos lo mismo pero con otro nombre. Este archivo publicado apenas hace ocho años como CD doble, contiene la grabación íntegra del show que los Who dieron en el legendario y multitudinario Festival de la Isla de Wight, Reino Unido, en 1970, cuando la banda estaba al tope de su forma, demostrando una vez más lo que podían hacer sobre un escenario con unos intrumentos en las manos. La performance es más jugosa que un bife de chorizo a punto: incluye los clásicos infaltables de Live At Leeds, algunos temas nuevos del proyecto Lifehouse, que por ese entonces se estaba gestando, y una rendición casi íntegra del genial Tommy. Eso ya es una buena razón para ir a comprarlo verdad? NADA de lo que los Who hayan grabado en vivo en sus días dorados tiene desperdicio.
Ahora bien, también me vienen a la mente algunas razones para NO comprarlo. En rigor Live At The Isle Of Wight es el hermano gemelo de Live At Leeds. Ambos recitales tienen apenas unos meses de diferencia en la línea del tiempo, el repertorio es casi idéntico, el estilo de ejecución es más o menos el mismo; parecen como dos recitales de una misma gira. ¿A qué voy? Mi punto es que, de verdad, este disco se me hace poco redundante para quien ya posea y haya escuchado Live At Leeds. Es cierto que, como dije antes, no se puede rechazar así como así un concierto de la mejor banda en vivo de la historia, pero salvo un par de detalles menores no veo nada realmente novedoso en Wight con respecto a Leeds como para nombrarlo "imprescindible". Es OTRO concierto ESPECTACULAR, no hay dudas, pero es demasiado similar al de Live At Leeds como para tener un peso propio, un encanto independiente, algo que lo distinga. Nunca me crucé con dos álbumes en vivo tan, tan, tan similares. Esa es una de las razones por las cuales Live At The Isle Of Wight nunca me entusiasmó tanto: más allá de la evidente excelencia del concierto, no hay sorpresas suficientes: es ver la misma película dos veces, ya sabés el final y no es lo mismo. Si lo hubiera escuchado antes de Leeds quizá me hubiera emocionado más.
Pero, como ya dije alguna vez, toda semejanza implica una diferencia, y en este caso las diferencias favorecen levemente a Leeds. Es en la comparación donde Wight no termina de fascinarme, porque en definitiva este concierto toma elementos tanto de Tommy como de Live At Leeds, y en ninguno de los dos casos, a mi jucio, logra superar a las fuentes. De esta forma se da que ciertamente PUEDO poner este concierto a todo volumen y disfrutar, pero nunca logro sacarme totalmente de la cabeza la idea de que disfrutaría más Leeds o el Tommy original. Con respecto a mi preferencia por Leeds, la razón es sencilla: mientras Live At The Isle Of Wight es más impresionante en el nivel de ENERGÍA y FUERZA que impone la banda desde el escenario, Leeds es superior en cuanto a PRECISION y JUSTEZA. ¿Cómo es esto? En el festival de Wight, la banda tocó en un gran descampado a cielo abierto, frente a una multitud gigantesca de ingleses drogados y borrachos que solo querían rock and roll, independientemente de qué banda estuviera sobre el escenario y cómo tocara. No era precisamente la audiencia más exigente y refinada. Por ese motivo, los Who en este álbum no suenan demasiado preocupados por la buena técnica y los errores; en cambio hacen hincapié en la mera fuerza bruta, la pura energía, que son los elementos que ESE público más apreciaría. Y está bárbaro que así sea, pero por momentos la cosa suena bastante desencajada y chapucera, al menos comparada con Leeds, en donde buena parte del mérito pasaba por lo ajustado, virtuoso y preciso de la performance. Cuando digo "chapucero y desencajado" me refiero a que la guitarra de Pete muchas veces parece estar haciendo puro ruido ciego, que las voces vacilan a menudo, que el ritmo muchas veces se nota desencajado, y que los instrumentos no terminan de ajustarse entre sí. Y si ponemos en una balanza lo que se pierde en justeza y lo que se gana en energía con respecto a Leeds, pues gana este último. Es decir, Live At Leeds tenía ya BASTANTE energía demoledora, casi la misma que Wight, pero la banda tocando para ese público selecto y escaso sonaba bastante más ajustada y divina.
Si hay algo que Wight ofrece y Leeds no (salvo su versión "deluxe"), es la performance casi completa de Tommy, aunque por algún motivo quedaron afuera Cousin Kevin, Overture, Sensation, Sally Simpson y Welcome. Quizá quieras conseguir Wight por este motivo, pues estas interpretaciones en vivo de la obra cumbre del grupo son más que legendarias. Yo sin embargo extraño mucho las guitarras acústicas y los pianos; para mí, éstos le daban al álbum original de estudio una buena parte de su atractivo... Aquí la banda le imprime un tratamiento despiadadamente duro e infernal que ciertamente impresiona, pero en mi imaginación Tommy no mejora necesariamente con decibeles y tripas, porque su esencia no pasa por el hard-rock. El encanto de Tommy está en las melodías, los temas musicales intercalados y los pequeños toques de sutileza y matiz... Por este motivo, estas interpretaciones casi animales se me antojan un tanto exageradas por momentos. Impresionantes, pero excesivas para lo que Tommy realmente requiere. De este modo la otrora sutil ópera-rock queda convertida en una seguidilla monótona de ataques monstruosos y descuidados que de alguna manera la desvirtúan... En un álbum como Get Yer Ya-Ya's out de los Stones este mismo tipo de transformaciones funcionaban porque las canciones eran sucias, pesadas y bluseras de alma... No es el caso de Tommy. Seguramente muchos no coincidirán conmigo y agradecerán la inyección de adrenalina insertada por Pete en su magnus-opus... Yo también lo aprecio hasta cierto punto, pero pasado un límite me cansa un poco y extraño el pulido y más diverso original.
Ahora bien, si omitimos esas comparaciones, que en este caso eran inevitables, el concierto en sí es maravilloso. La potencia de la banda vuelve a asombrar, y más allá de la mencionada falta de justeza, la cosa destila rock and roll a raduales que orillan lo grosero, con un Pete practicándole una VIOLACION ANAL a su pobre guitarrita y un Roger en su mejor forma vocal. Las canciones son las mismas de siempre: Heaven And Hell, Summertime Blues, Young Man Blues, Shakin' All Over, Substitute, I Can't Explain, My Generation y Magic Bus son casi las mismas de Live At Leeds, todas rockeando con estupenda frescura y vena. Algunas diferencias interesantes son dignas de mención: La eterna Shakin' All Over incluye esta vez algunos fragmentos de viejos covers bluseros: Spoonful (incluído por los Cream en su primer álbum) y nada menos que Twist And Shout (incluído por los Beatles en su primer álbum). Este jam inesperado y divertido constituye uno de los absolutos puntos altos de todo el concierto y hace de esta versión de Shakin' All Over un tesoro especial que no puede reemplazarse con la versión de Leeds. Por su parte, Magic Bus vuelve a rockear a lo grande con su trepidante introducción, aunque en definitiva no sobrevive a una comparación con su ORGASMICA hermana de Leeds.
Antes de empezar con Tommy la banda ofrece además dos cortes inéditos que estaban preparando para Lifehouse (que luego se convertiría en Who's Next sin incluir ninguno de los dos): Water y I Don't Even Know Myself. Water está realmente bien, pero la voz de Roger suena muy rasposa y sobredramatizada para mi gusto; como dije en la revisión de Odds And Sods, me quedo con la sutil original. Por su parte, I Don't Even Know Myself siempre fue de mis favoritas y en este caso no hay excepción; siempre me pareció un tema ideal para conciertos, con esa melodía avasallante y enérgica que simplemente levanta al público. Sobre el final, antes de Magic Bus, el grupo ensaya también un jam tremendo sobre el tema de Naked Eye, que esta vez ya tiene sus propios versos, cosa que no se veía en la embrionaria y fugaz aparición de Live At Leeds.
Así que mi conslusión es la siguiente: si ya tenés Live At Leeds y no sos un fanático completista de la banda, realmente no te perderás nada importante sin Live At The Isle Of Wight. Si REALMENTE estás fascinado con Leeds y quieres todo el Who en vivo que tu estómago pueda digerir, pues adelante, esto es lo que buscabas; no encontrarás nada nuevo pero podrás saciar el vicio. El concierto es excelente en sí mismo y merece al menos un nueve, pero el hecho de parecerse tanto a Live At Leeds sin lograr superarlo ciertamente le quita un poco de sentido e interfiere en el nivel de disfrute generado. Pero hablo por mí y mis oídos... puede también que se convierta en tu álbum preferido del grupo si no te preocupan demasiado la precisión y la justeza. De última, se trata de un álbum en directo de la mejor banda en directo de todos los tiempos en su mejor momento. Sacá tus propias conclusiones.
Envíame tus comentarios sobre LIVE AT THE ISLE OF WIGHT 1970!
"Don't follow the lines that been laid before"
1) I Can't Explain; 2) Anyway, Anyhow, Anywhere; 3) My Generation; 4) The Kids Are Alright; 5) A Legal Matter; 6) Substitute; 7) I'm A Boy; 8) Boris The Spider; 9) Happy Jack; 10) Pictures Of Lily; 11) I Can See For Miles; 12) Call Me Lightning; 13) Magic Bus; 14) Pinball Wizard; 15) I'm Free; 16) See Me, Feel Me; 17) The Seeker; 18) Summertime Blues (live); 19) My Wife; 20) Baba O' Riley; 21) Bargain.
1) Behind Blue Eyes; 2) Won't Get Fooled Again; 3) Let's See Action; 4) Pure And Easy; 5) Join Together; 6) Long Live Rock; 7) The Real Me; 8) 5:15; 9) Love Reign O'er Me; 10) Squeeze Box; 11) Who Are You; 12) Sister Disco; 13) You Better You Bet; 14) Eminence Front.
mejor canción: buuuuuuuuuu
A ver, a ver, un consejito humilde para mis amigos lectores... Si están pensando en comprar una compilación de The Who, asegurénse de que sea ésta y no otra. ¿Pero qué estoy diciendo? Si están pensando en comprar una compilación DE CUALQUIER GRUPO, asegurénse de que sea ésta y no otra. Tal como su nombre indica, The Ultimate Collection... no necesitás nada más para encontrar la felicidad. Doble felicidad diría yo, ya que se trata de un álbum doble.
La discografía de los Who siempre fue harto complicada, tal como detallé en la reseña de Odds And Sods: toneladas de singles descolgados inhallables en LP's, oscuros lados B que solo conocen Pete y su abuela, descartes sueltos que no pertenecen a ningún lado y tomas alternativas de todo tipo dando vueltas por ahí, algunos de ellos de valor relativo, otros realmente esenciales, y ninguna colección que los reúna y catalogue comprensivamente. Eso sí, hubo un EJERCITO de "hit-packages", compilados y colecciones que reunían ALGUNAS de estas canciones, pero que siempre se aseguraban de dejar algo afuera, lo cual solo contribuye a la confusión y la dificultad de coleccionar esta música. A diferencia de lo que ocurrió con los Beatles y los Stones, los Who jamás tuvieron un recopilatorio de singles a la altura de Past Masters y The London Years. En realidad miento, sí lo tuvieron, en el BRILLANTE álbum Meaty Beaty Big And Bouncy, pero como aquel apareció en 1971 (en el mismo año que Who's Next), no contempla algunos de los descartes claves del proyecto Lifehouse, concentrándose exclusivamente en los singles más relevantes de la década de los 60 (lados B, brillando por su ausencia). Los singles más importantes, en general, suelen encontrarse también en las diversas selecciones de hits que han aparecido en el mercado: es digno de mencionarse el Greatest Hits de 1983, pero solo para recordar el payasesco dato de que omitía temas como I Can See For Miles... ¿¡¿¡Qué maldito compilado de "GRANDES EXITOS" puede darse el lujo de prescindir del más grande éxito de la banda en los 60?!?! En 1985 apareció una colección titulada Who's Missing, que reunía, esta vez sí, algunos de los más oscuros e inhallables lados B del grupo. Pero ahí está el problema... solo ALGUNOS, nunca todos. Por último, un esfuerzo digno de destacarse y recomendarse es el reciente My Generation: The Very Best Of The Who, que provee al coleccionista los singles clave del grupo, combinados con algunos de sus más celebrados y exitosos temas de LP.
En realidad, The Ultimate Collection no es más que una extensión de este último compilado, y por lo tanto es la colección más abarcativa y coherente que existe hoy en día de los Who. Si compras esto serán totalmente redundantes las mencionadas compilaciones, incluida Meaty Beaty Big And Bouncy. Todos los singles infaltables, las joyas inolvidables y los clásicos eternos están aquí, y como yapa se incluyen algunas sorpresas y rarezas valiosas que le dan un plus sobre otros rejuntes de hits. El fan moderado de The Who sin dudas se conformará con My Generation: The Very Best Of The Who, ya que aquella también reúne los simples más importantes... sin embargo, este volumen doble es más comprensivo en el material de LP's: por ejemplo. Mientras My Generation solo toma, por ejemplo, una sola canción de Quadrophenia, The Ultimate Collection ofrece TRES, que es en realidad lo más lógico.
Pero yo parto de la base de que ningún coleccionista de rock más o menos en sus cabales va a prescindir de Quadrophenia o Tommy o Who's Next, así que diría que lo importante no es tanto la selección de temas de LP sino la lista de singles y rarezas valiosas. Para los no iniciados, obviamente se trata de una excelente introducción a la banda ya que abarca desde el primer single hasta los días de It's Hard, pero nosotros los que sabemos solamente la necesitamos por los singles. Los singles, los singles, los singles. ¡AHHH LOS SINGLES!
Voy a decir una locura, pero tengo la sensación de los Who son la mejor banda de singles de la historia. Está bien, los Beatles han sacado más y mejores quizá, pero estos singles de los Who seguramente son más importantes a nivel personal... Es decir, Pete Townshend REALMENTE trataba los temas más espinosos de la adolescencia, con humor, con poesía, con inteligencia, mientras los Beatles en realidad no pasaban de una genérica canción de amor (Ticket To Ride) y más tarde algún devaneo pseudofilosófico (Strawberry Fields) o manifiesto político de manual (Revolution). Eran buenas letras las de John y Paul, pero no lograban (ni querían) penetrar tan profundo en la problemática del adolescente como Pete en estas canciones, y por eso los Who resuenan tanto, por eso me siento mucho más identificado emocionalmente con estos simples que con los temas de los Beatles. Es realmente admirable cómo Pete, con estas canciones, es capaz de reflejar las cosas que comienzan a dar vueltas en nuestras cabezas en esa confusa etapa de la vida, y que eso haya sido exactamente igual para él como para nosotros. ¿Estás empezando a sentir algo bastante fuerte por alguien pero en el fondo no tenés idea que CARAJO es lo que te pasa? (I Can't Explain); ¿De repente te sentís eufórico, invencible y crees que podés llevarte el mundo por delante? (Anyway, Anyhow, Anywhere); ¿De pronto te hallás saltando de un grupo de amigos a otro, buscando uno en el cual sentirte cómodo y feliz y donde no te miren con cara rara? (The Kids Are Alright); ¿Acaso tus padres, y los mayores en general, empiezan a ponerse irritantes, a ser un estorbo, a molestar hasta las lágrimas? (My Generation); ¿Te empezás a dar cuenta de que el mundo está lleno de prejuicios estúpidos, valores vacuos y modas baratas y que nadie te tratará bien si no tratas de ir con la corriente? (Substitute); ¿No soñás acaso con miles de excitantes aventuras románticas mientras no hacés otra cosa que masturbarte en tu habitación mirando pornografía? (Pictures Of Lily) ¿No te pasa que no tenés idea de qué demonios hacer con tu vida, y necesitas desesperadamente una respuesta? (The Seeker). Si sos o fuiste un adolescente varón y nunca te sentiste así, pues amigo, yo no se que decirte. Lo único que puedo hacer es repetir lo sencillamente hermosas y emocionantes que pueden llegar a ser estas reflexiones si llega uno a identificarse con ellas.
Pero claro, nadie se pondría a babear con estos singles si además no tuvieran excelentes melodías y arreglos. La fabulosa I Can't Explain es el primer single de los Who. Es odioso entrar en comparaciones si no son estrictamente necesarias, pero el primer single de los Beatles fue la semi-idiota Love Me Do y los Stones apenas debutaron con un modesto e irrelevante cover de Chuck Berry. En cambio los Who entran y debutan con uno de los clásicos definitivos de su carrera... ¿Quiere decir que los Who son mejor banda que los Beatles y los Stones? No, para nada, pero sí se me hace una clara muestra de que Pete empezó con su genio en un estado de madurez más avanzado que sus compadres. La letra de I Can't Explain es extremadamente sencilla, pero siempre funciona si uno de pronto está enamorado, o supone estarlo, pero no está seguro de nada. Pete escribía sobre él mismo, sobre esa mente insegura y pendulante del adolescente que empieza a vivir situaciones contradictorias con el sexo; la gente pedía más, porque así se siente todo el mundo en determinado momento. ¿La música? Excelente; un riff proto-punk completamente inolvidable (inspirado en los Kinks de You Really Got Me) combinado con una melodía pegadiza como el chicle, un solo de guitarra excitante y un estribillo de los más memorables y melódicos jamás escritos por Pete. En la misma vena se encuentra Anyway Anyhow Anywhere, que contiene algunos fragmentos de feroz feedback experimental ciertamente arriesgados para la época, sobre todo si están insertados en medio de esta melodía ultra-poppy acerca de esa sensación de arrogancia, de que todo es posible, de que nada puede contra nosotros ¿Quién no se sintió así alguna vez en plena juventud? Hey! ¡Yo mismo me siento así ahora mismo! ¡NADIE puede conmigo, TODO es posible para mí! Mañana salgo a la calle y deslumbro a todos con mi genio, con mis encantos, con mi tremenda facha! ¿ALGUNO OSA DESAFIARME? Claro, mañana cuando salga a la calle voy a ser el mismo timidón antipático y huidizo de siempre, pero nada evita que mi cerebro flashee con esas cosas. ¡MIERDA PETE! Sí que supiste cómo poner todas estas miserias en una excelente canción! Al carajo con toda esa idea de mods vs. rockers y pandillas juveniles que tiñe los inicios de The Who, este tipo de letras son igual de afectivas aún cuarenta años después.
Ni Happy Jack ni I'm A Boy ni Pictures Of Lily son de mis favoritas, básicamente porque las melodías no me agarran tanto como los dos himnos que mencioné anteriormente. I'm A Boy habla sobre un chico al que sus padres siempre trataron como a una niña, lo cual deriva en drásticas confusiones a la hora de definir una preferencia sexual (autobiografía?). La melodía es bien poppy, pero no tiene nada demasiado interesante o extraordinario. La humorística Pictures Of Lily narra con humor el doloroso despertar sexual en el adolescente, y cómo los pósters con chicas desnudas pueden ayudar a descargar un poco las tensiones. No es tan explícita como Mary Anne With The Shaky Hands, pero supongo que no hay que ser un genio loco para imaginar lo que hacía Pete con estas imágenes colgadas de las paredes de su cuarto... musicalmente tampoco tiene nada PARTICULARMENTE atractivo, pero nunca deja de disfrutarse. De este lote me queda Happy Jack, cuya letra no llego a interpretar del todo. ¿Se trata de un tipo adulto que juega con niños? Mmmmm No me huele bien... recuerdos de Michael Jackson surgen en mi mente, y también de que a Pete se lo acusó de pedrastra alguna vez... Quizá la letra de este tema haya servido de ayuda... Aunque puede que me equivoque.
Estas tres canciones pertenecen al nivel de "buenas pero no extraordiarias". Para volver al nivel más clásico, nada mejor que Substitute, con su genial riff acústico, su pegadiza melodía y su inteligente letra sobre las desgracias de tener menos dinero que el que la sociedad exige, o Magic Bus, que tiene un ritmo totalmente intoxicante (gracias a los toc-tocs de Moon, este tipo tocaba cualquier cosa) y las fenomenales estocadas acústicas que se mandaba Pete. En Live At Leeds aparece un buen ejemplo de cómo convertir una alegre tonadita acústica en un MONSTRUOSO jam de ultra-hard-rock, pero diría que esta versión original está repleta de encantos. Si te gusta la guitarra acústica, te la recomiendo. Y no tengo más que loas para el rocker The Seeker, el más tardío de este grupo de singles. Melódicamente puede sonar un poco genérico, eso sí, pero en cuanto a intensidad, potencia y entusiasmo, esta es una de las más grandes canciones de The Who. El riff inicial es, cómo decirlo, APLASTANTE, ANIQUILADOR y Roger canta con una convicción y un sentimiento que simplemente derrumban las paredes.
Todos estos maravillosos singles tempranos se amplían con joyas ya conocidas de los álbumes como My Generation, The Kids Are Alright, A Legal Matter, Boris The Spider y I Can See For Miles. De esta época se encuentra también una interesante rareza en Call Me Lightning, un single rockero de 1967 que raramente se halla en compilados y que ni siquera se agregó como bonus para Sell Out, cosa que sí hicieron con la mediocre Someone's Coming. Por su letra completamente liviana y hueca, no ha obtenido el mismo status que otros singles, pero lo cierto es que musicalmente Call Me Lightning no tiene desperdicio alguno; si me preguntan, es como una versión más trepidante y desarrollada de Run Run Run, con unos versos completamente adictivos.
Los grandes temas, sin embargo, no se quedan ahí. ¿Qué me dicen de Join Together? Esta jubilosa y potente canción fue escrita por Pete para Lifehouse, pero fue descartada de Who's Next y no se tuvo en cuenta para la reedición de Odds And Sods. Sí salió a la luz como single, pero esta es una de las pocas compilaciones donde se la encuentra. Si pensabas que en Who's Next Pete había agotado su creatividad con los sintetizadores, esperá a escuchar la fabulosa introducción de Join Together, y si la convicción avasallante de los antémicos versos no te conmueve, pues te diría que eres un bicho que merece acabar hecho puré en el parabrisas de algún camión. De esta misma índole es Let's See Action, otra de las rarezas de la época Lifehouse que The Ultimate Collection facilita al oyente. Realmente no es una gran canción, pero tampoco es nada mediocre; se trata de un piano rocker moderadamente pegadizo cuyo máximo atributo es la melodía vocal. Debería haber aparecido también en Odds And Sods para simplificar las cosas.
Y todo lo que queda es material conocido de los LP's. La selección es mayormente ortodoxa y, por lo tanto, acertada. De los primeros tres álbumes se rescataron nada más que los singles. Quizá habría quedado bien algún tema más de Sell Out, pero no estoy seguro que alguna de esas canciones funcionara bien fuera del conjunto; ya saben, aquel álbum es un ejemplo conspicuo donde el todo es más que la suma de las partes. De Tommy tenemos la infaltable Pinball Wizard y el excelente riff-rocker I'm Free (también publicadas como single) más una versión acortada de We're Not Gonna Take It, titulada See Me Feel Me. Básicamente lo que se hizo, fue amputar el primer tema de la canción y dejar las partes clásicas de "See me, feel me" y "Listening To You". Naturalmente no está mal, pero no veo ninguna razón coherente para no dejar la mejor canción de Tommy entera... de hecho, la primera melodía es mi favorita del tema! De Live At Leeds se eligió poner la rugiente versión de Summertime Blues, aunque yo hubiera preferido Shakin' All Over o Young Man Blues. De Who's Next se incluyó más de la mitad del álbum, y la verdad es que no había forma de evitarlo: Baba O' Riley, Bargain, Behind Blue Eyes, Won't Get Fooled Again... ja, como si existiera una excusa para no incluir esas joyas. Y como si eso fuera poca cosa, se tuvo el tino de agregar My Wife, que es la mejor canción que Entwistle le dio al grupo. De Quadrophenia se incluyen previsiblemente los grandes himnos The Real Me, 5:15 y, obviamente, Love Reign O'er Me. Odds And Sods también aporta lo suyo a través de Pure And Easy y Long Live Rock. Who By Numbers está representado por el single Squeeze Box, lo cual es algo discutible si me preguntan a mí (¿Por qué no la hermosa Blue, Red And Grey?) y de Who's Next están la infaltable Sister Disco y, cómo no, el clásico titular. Los últimos dos discos aparecen muy bien representados por sus respectivos singles y hits, la gran You Better You Bet y la aún mejor Eminence Front.
Y empecemos entonces a resumir. Los singles IMPRESCINDIBLES, esos que no encontrás en los álbumes de estudio, están todos aquí, no falta ni uno; la selección de cortes de álbumes también es sumamente acertada. Es, a todas luces, una colección casi perfecta. ¿Y por qué digo CASI? Pues porque para mi gusto exigente y notablemente hincha-pelotas, hay algún que otro problemita que me quita el sueño. Problema A: Habría que haber incluido We're Not Gonna Take It completo; vale demasiado la pena como para andar ensayando mutaciones extrañas como See Me Feel Me. Problema B: ¿Dónde DIABLOS está Naked Eye? ¿Qué clase de colección definitiva se da el lujo de descartar NAKED EYE?. Problema C: ¿Por qué no se incluyó el mejor tema de Quadrophenia, The Punk And The Godfather? Ah, maldición que esa canción tiene nivel de sobra para haber entrado. Problema D: ya que The Ultimate Collection tiene la gentileza de incluir los últimos descartes de Lifehouse que no se conseguían ni en Odds And Sods ni en la reedición de Who's Next (Join Together y Let's See Action), ¿Por qué se dejó afuera la magnífica The Relay? No es que sea la octava maravilla del mundo, pero es una canción importante para The Who y es, para mí, bastante superior a Let's See Action. ¿Ahora dónde la vamos a encontrar? Sí, en algún otro compilado oscuro que ande por ahí, te lo tendrás que comprar solo por una canción.
En todo caso, son pequeños errores en una colección 90% perfecta que, salvo quizá Squeeze Box y Who Are You, no contiene un solo punto flojo. No, no soluciona definitivamente los problemas de los singles del grupo. Temas como Zoot Suit, Daddy Rolling Stone, Bald Headed Woman, Shout And Jimmy, Heaven And Hell o Dogs siguen siendo tan oscuros y escurridizos tanto hoy como en los días en los que se publicaron. Sin embargo, los singles verdaderamente imprescindibles están aquí esperándote y vaya si los necesitás. Si no te interesa tener Call Me Lightning entre ellos, da lo mismo que te compres My Generation: The Very Best Of The Who (aunque no tiene The Kids Are Alright, así que no, olvídalo), pero si no te molesta desembolsar unos dólares más, pues esta es la DEFINITIVA colección sobre la música de los Who.
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