BONUS TRACKS!
1960 - 1969
He aquí una verdadera ensalada incoherente y desarticulada, pergeniada por mi perversa mente para confundirte. Básicamente, en esta sección encontrarás revisiones de algunos discos sueltos, aislados y surtidos de grupos y solistas de los 60' para los cuales no tengo una página propia prevista en el corto plazo. Son álbumes que me siento con ganas de revisar sin obligatoriamente conocer los demás del grupo, a veces porque los escuché y me gustaron mucho, otras veces porque son demasiado famosos y legendarios como para que no los tenga contemplados en mi sitio. Con el tiempo, todos estos álbumes irán pasando a las páginas de sus respectivos grupos, de forma que esta sección puede ser considerada como una "incubadora" donde reposan algunas revisiones prematuras. Pero recuerden, estos grupos irán apareciendo con página propia en el MUY LAAAARGO plazo.
1960's
1966 - The Beach Boys - Pet Sounds
1966 - The Yardbirds - Roger The Engineer
1967 - Jefferson Airplane - Surrealistic Pillow
1967 - Love - Forever Changes
1967 - The Velvet Underground - The Velvet Underground And Nico
1967 - The Left Banke - Walk Away Renee / Pretty Ballerina
1968 - Iron Butterfly - In-A-Gadda-Da-Vida
1968 - The Zombies - Odessey And Oracle
1968 - The Pretty Things - S.F. Sorrow
1968 - Blue Cheer - Vincebus Eruptum
1968 - The Jeff Beck Group - Truth
1969 - Argent - Argent
1969 - Leslie West - Mountain
1969 - Ten Years After - Ssssh.
1969 - The Kinks - Arthur (Or The Decline And Fall Of The British Empire)
1969 - Free - Free
"God only knows where I'd be without you"
1) Wouldn't It Be Nice; 2) You Still Believe In Me; 3) That's Not Me; 4) Don't Talk (Put Your Head On My Shoulder); 5) I'm Waiting For The Day; 6) Let's Go Away For Awhile; 7) Sloop John B; 8) God Only Knows; 9) I Know There's An Answer; 10) Here Today; 11) I Just Wasn't Made For These Times; 12) Pet Sounds; 13) Caroline No.
mejor canción: Wouldn't it be nice
Pet Sounds mis amigos. Siempre tuve la impresión de que los Beach Boys fueron una decente banda surf y pop que por algún motivo fueron inflados inescrupulosamene por la crítica, hasta el punto de considerarlos como la única competencia posible para los Beatles. Digamos que como los Beatles eran europeos, los yankis no podían permitirse esa humillación: DEBIAN tener algo igual de bueno, y si no lo tenían lo inventaban. Pues esta impresión más o menos se confirma escuchando este álbum, que según una abumadora mayoría es la obra cumbre del grupo.
Seré sincero: Pet Sounds me aburre. Lo considero un álbum consistente y agradable, pero no alcanzo a entender POR QUÉ una vasta cantidad de críticos y oyentes se atreven a entronarlo como uno de los dos o tres mejores álbumes jamás grabados... Llámenme ignorante, pero es algo que me supera. No voy a negar que quizá sea una obra maestra de la música pop, pero ¡Diablos! La revista Rolling Stone lo coloca SEGUNDO en su lista de los 500 mejores álbumes del rock (después de Sgt. Pepper's) y es alarmante la cantidad de aficionados que lo ubican por encima de cualquier álbum de los Beatles, o que simplemente lo llaman el mejor disco de la historia. Maldita sea, ni siquiera The Dark Side Of The Moon ha cosechado tanta unanimidad y lisonjeo como este LP.
Evidentemente ALGO muy especial tiene que tener Pet Sounds para lograr semejante reputación, algo de lo que claramente me perdí. No es que no tenga ninguna clave; analizando un poco su música alcanzo a sospechar algo, y puedo intuir porqué le fascina a tanta gente: Pet Sounds es pop, pero la verdad es que se trata de un pop como nunca antes se había escuchado. Se cuenta que Brian Wilson (el líder absoluto y único de la banda) quedó FASCINADO con Rubber Soul, ese álbum que quebró tantos esquemas del pop tradicional, y decidió que debía ofrecer algo de competencia. En su mente se dibujó la visión de otro álbum de puro pop que fuera capaz de romper tantos preconceptos (o más) como ese LP de los Beatles. Luego de un año de arduo trabajo (claro, hacía todo el solo el pobre Brian) concluyó este ambicioso proyecto que no impresionó mucho de entrada, pero que a la larga se transformó en algo así como la reina de las vacas sagradas.
Y sí, no se le pueden negar ciertas calidades innovativas. En primer lugar, hay que tener en cuenta que los Beach Boys antes de Pet Sounds eran apenas una banda de ¡Surf! Es decir, pop de playa, con letras tontas que hablaban solo de chicas y tablas de surf... Que una banda así (casi un equivalente de los Backstreet Boys de hoy, solo que con algunos muy buenos temas) nos venga con esta elaboradísima producción de pop sinfónico y serio ES revolucionario. Por otra parte, el trabajo de composición por parte de Wilson es MUY esmerado, a un punto nunca antes visto en un disco de pop mainstream; Rubber Soul parece un álbum de garage-rock al lado de esto: todo tipo de instrumentos (ukuleles, charangos, flautas, arpas, pianos, clavicordios, armonios, violines, acordeones, saxos, tambores, congas, cornos, oboes, instrumentos hawaianos, botellas de coca-cola... DE TODO), armonías y juegos vocales imposibles, legiones de músicos de sesión, múltiples capas y doblados de sonidos, horas y horas y horas de ensayo en los estudios... en fin, un trabajo comparable al de escribir una sinfonía dirigido solamente por un tipo: Wilson; un ensayo casi científico sobre la forma y sustancia del pop escrito solamente por un tipo: Wilson. Los demás Beach Boys ni siquiera tocaron, solo aportaron sus voces. Es evidentemente una hazaña digna de recordarse. ¿No creen?
El resultado de este verdadero tour-de-force es Pet Sounds, una especie nueva de pop que a) Suena por momentos maduro, adulto, serio e intenso, en contraste con lo insustancial de lo que venían haciendo con anterioridad; b) Tiene un estilo realmente novedoso, ya que el tradicional sonido de las guitarras es reemplazado en un ciento por ciento por todo tipo de instrumentos bizarros y c) Es fuertemente melódico, dándole los juegos de voces un armonioso aire de villancico, de himno religioso, de canción romántica a la vieja moda americana. Hasta ahí llegan mis esfuerzos por comprender el status mítico del álbum; el pop de los 60 me gusta, y este tipo de pop también me gusta, sin embargo para mís oídos hay ciertas cosas que no terminan de funcionar. Un problema grave para mí es que a pesar de la apabullante diversidad de instrumentos utilizados, y los grandes esfuerzos compositivos, las canciones suenan casi todas como fotocopias... ¿Por qué? Simplemente porque todas están atravesadas por exactamente los mismos patrones; puede ser que una tenga acordeón, la otra tenga clavicordio y la de más allá tenga flauta... pero a la larga son todas el mismo tipo de canción siguiendo la misma fórmula; baladas pop muy melódicas, suaves, orquestadas y armonizadas densamente. No hay nada que trastoque un poco la atmósfera, nada que otorgue versatilidad al conjunto, y así termino empalagándome, como quien come demasiado chocolate sin cortar un poco con agua o fruta. Otro problema es que Brian no logra que TODAS las melodías sean geniales. Cuando la melodía es fuerte, la canción brilla y se recuerda como un clásico... pero cuando la melodía es pedestre y vaga, la canción pasa por un mero ejercicio de estilo, que es agradable mientras suena pero que a la larga palidece frente a los mejores esfuerzos. Con esto estoy diciendo que Pet Sounds tiene sus picos, pero que también tiene bastante relleno... temas que suenan lindos pero que no impactan ni se distinguen demasiado. En conclusión tenemos un álbum que ES agradable pero que a la vez es bastante uniforme desde la primera a la última canción, lo cual me cansa bastante. Yo siempre lo comparo con Revolver, el otro gran mito de 1966; ese también era un álbum de pop, pero la variedad de arreglos, humores, melodías, intensidades y atmósferas que explotaban los Beatles a lo largo de sus catorce temas, simplemente APLASTA a los esfuerzos de Wilson. Si han escuchado Revolver y quieren saber cómo suena Pet Sounds, pues imaginen todos los temas en la onda de Here There And Everywhere, con melodías a veces superiores, a veces inferiores y arreglos más densos y orquestados.
Básicamente eso me molesta de Pet Sounds. No, no es que me moleste realmente, pero en mi caso es un GRAN impedimento para compartir los babeos y eyaculaciones que el público general derrama sobre el álbum. A alguno quizá le haga "click" el estilo y logre enamorarse del disco, pero yo prefiero algo más variado y de más agarre. Cuando digo "agarre" me refiero a algo que me sacuda un poco, que me levante de la silla y me deje boquiabierto de puro asombro. Pet Sounds no hace eso conmigo; estoy seguro de que a mucha gente SÍ, porque he oído todo tipo de testimonios, pero mi obra maestra ideal no tiene ciertamente mucho que ver con trece clones de una músca pop (por más experimental y novedosa que sea) que no se gasta en garantizarme algo realmente nuevo en la siguiente canción. ¿Escuchaste Wouldn't It Be Nice? ¿Escuchaste God Only Knows? Ok, entonces ya no habrá sorpresas para tí, porque es como que eso es todo. Es verdad (y aquí me estoy anticipando a las quejas de muchos) que existen álbumes bastante monótonos a los que les tengo más estima... pues si quieren mi secreto, aquí se los confieso: siempre ayuda algo de buen rock n' roll para entrar en el máximo estado de disfrute. Esa es la única explicación para que un álbumes igualmente uniformes como Led Zeppelin 2, Animals o Tommy me lleguen más al corazón... ROCK NENA! Rock! Y si no hay NADA de rock, pues que haya más variedad (como en Flowers o Sell Out por ejemplo). Una cosa o la otra por favor. Si no hay ninguna de las dos me suicido.
Bien, yo creo que ya me quejé suficiente y dejé más o menos claro mis reparos para con esta vaca sagrada. Ahora tengo que decir que al menos tres de estas canciones son ABSOLUTAMENTE geniales. Wouldn't It Be Nice por ejemplo tiene una melodía tan, pero tan, pero TAN memorable y pegadiza que no tengo otra que considerarla la mejor canción del álbum y quizá la mejor de toda la historia de la banda. Cada línea, cada frase, cada coro parece directamente caído del paraíso, y ni hablar de esa introducción desafinada que de pronto se resuelve en la fantástica melodía vocal, empezando en un tono más alto del que nuestros oídos esperan... Y cuándo en el segundo verso entran los coritos haciendo esos irresistibles bop, bap, bop, bap pum bap... AHHHHHHH! Alegría pura, eso es lo que es esta canción. Por su parte, You Still Believe In Me es hermosa, parece una especie de villancico, o una de esas canciones anticuadas llenas de coros que utilizaban para las viejas películas americanas. La melodía inicial de qué-instrumento-será-ese tiene algo de religioso y trascendente... y cuando los coros entran con ese somnoliento y etéreo "Youuu stiiiiill beeeeelieeeeve iiiiin meeee", estoy flotando en el paraíso. Y si eso aún no te convence, espera a escuchar las armonías vocales del final... AH MIERDA, LAS ARMONIAS VOCALES DEL FINAL. Te caerás de espaldas y morirás de felicidad! Te lo aseguro! La última gran joya es Don't Talk (Put Your Head On My Shoulder)... Si pudiera explicar con palabras la atmósfera CELESTIAL de este tema... es una de las pocas canciones realmente melancólicas del álbum, y su melodía vocal es de otro mundo, de otro planeta, de otra galaxia; es la canción definitiva para escuchar con tu novia en un momento especialmente romántico (en el que no haya sexo explícito involucrado)... simplemente genial. El efecto romántico es tan intenso que logra llevar el amor sexual hasta alturas religiosas y eso es bastante mérito si me preguntan a mí; es exactamente como un Here There And Everywhere, pero el doble de intensa. Hay otra canción digna de mención de la cual no soy tan fanático, y esa es la celebérrima God Only Knows. Creo que Paul McCartney dijo que era "la mejor canción jamás escrita"... y la verdad no se de qué estaba hablando el tipo ese; él mismo debe haber escrito como veinte temas que la superan. Aún así, debo admitir que tiene una melodía ultra-placentera y atemporal que es clásica. Si al menos lograra la intensidad sobrenatural de las otras tres canciones... pero no.
Claro, con canciones así es natural que todo el mundo delire con Pet Sounds, pero el resto se me hace como tibio. Lindas viñetas de melódico pop, hermoso pop, agradable pop... pero nunca tan intenso como las demás. No hay ninguna que no me guste, pero si muchas que podrían desvanecerse de la faz de la tierra sin que me apene demasiado. Nunca me interesaron demasiado los temas como That's Not Me y I Just Wasn't Made For These Times... no hay nada especialmente memorable aquí, solo rutinaria repetición de fórmula. También tenemso Sloop John B., que es el único cover del álbum. Tiene una linda melodía de folk americano y exuberantes coros, es agradable... también destacaría los dos instrumentales Let's Go Away For A While y Pet Sounds, que aunque son mayormente irrelevantes se escuchan con gusto e interés; especialmente el primero, con una progresión de acordes orquestados que ciertamente es uno de los momentos más memorables del álbum. Y no voy a seguir describiendo canciones, porque no hay mucho nuevo que decir. Solo sepan que los números que quedan son siempre agradables, alegres y melódicos, pero que me cansan por insistir tanto en los mismos elementos. Ahhh, si a Brian Wilson se le hubiera ocurrido tirar algún riff de guitarra por ahí le habría subido un puntito al álbum.
No se vayan a creer que detesto a Pet Sounds. Nada más alejado de la verdad. Me gusta, pero no lo adoro, no lo tengo en ese altar en el que todos parecen ponerlo. Disfruto en GRAN medida una pequeña parte y soy más o menos indiferente sobre el resto, aún cuando no me ofende ni nada. Reconozco su aporte al mundo de la música pop (Es norma constitucional del rock que Sgt. Pepper's estuvo directamente influencido por él) y reconozco el esfuerzo y genio involucrado. Pero si juzgo por el disfrute que efectivamente me otorga, Pet Sounds es tan solo un álbum más.
"All the things they said were wrong are what I want to be"
1) Lost Woman; 2) Over, Under, Sideways, Down; 3) The Nazz Are Blue; 4) I Can't Make Your Way; 5) Rack My Mind; 6) Farewell; 7) Hot House Of Omagarashid; 8) Jeff's Boogie; 9) He's Always There; 10) Turn Into Earth; 11) What Do You Want; 12) Ever Since The World Began.
BONUS: 13) Psycho Daisies; 14) Happenings Ten Years Ago.
mejor canción: ni idea
Los Yardbirds. Muy inglesitos ellos. Una banda de los años 60's sobre la que probablemente nadie gastaría demasiadas palabras si no fuera por el pequeño detalle de que tuvo en sus filas nada más ni nada menos que a Eric Clapton. Y a Jeff Beck. Y a Jimmy Page. Parece una fábula china, pero es la pura verdad. Hoy en día hay que andar armando esos circos del G3 con muertos ambulantes como Steve Vai y Joe Satriani y allá por los 60's esta banda de medio pelo se daba un lujo babilónico al disponer de los tres guitarristas más legendarios de todos los tiempos no llamados Jimi Hendrix. No simultáneamente, claro (¿Qué banda necesita TRES guitarristas?), pero aún así... Clapton, Beck, Page dando sus primeros pasos en la MISMA banda... Dejate de joder; es un mito griego casi. Pavada de leyenda.
Lo curioso es que todo el mundo habla de los Yardbirds por este motivo, pero no son muchos los que realmente han escuchado su música. Cualquier pánfilo que conozca a Cream y a Zeppelin sabe que Clapton y Page tocaron en los Yardbirds, pero pocos pueden nombrar sus grandes singles clásicos, mucho menos repasar de memoria la discografía entera y MUCHÍSIMO menos, decir quiénes eran los demás músicos. Para el público general son más el repollo incipiente y difuso del cual nació Led Zeppelin que una banda con legado propio. Lo cual es lamentable por un lado y comprensible por el otro. Lamentable, porque fueron una de las bandas que más innovó con la música de su época; comprensible, porque no escribieron ninguna canción antológica y grabaron UN SOLO álbum legítimo de estudio, el cual no es precisamente una gran obra maestra. Ese álbum se llama Roger The Engineer y aquí se los presento con todo gusto.
Repito: me temo que Roger (Waters) The Engineer lejos está de ser una obra maestra, pero al menos reviste importancia capital por un buen motivo: es el primer vestigio de psicodelia inglesa del que tenga noticias. Al mismo tiempo que los Byrds y un año antes de Disraeli Gears de Cream, los Yardbirds ya se animan a fusionar blues rock crujiente con ciertos sonidos, grooves y tonos peligrosos que anuncian por los altoparlantes un aterrizaje lisérgico en las Islas Británicas. Aterrizaje lisérgico que se hará evidente al año siguiente con Sgt. Pepper's, Piper At The Gates Of Down, Disraeli Gears y todo ese corso de imitaciones baratas. Claro que no estamos tampoco ante un disco volado, pasado de ácido ni nada de eso. Se trata de una psicodelia mesurada, híbrida, que todavía tiene muchos elementos del R&B y que explota algunas ideas relativamente atípicas pero no demasiado extremas. El sonido más interesante de todos, por supuesto, está en la estelar guitarra de Jeff Beck, quien ya se revela como un maestro de los experimentos sónicos, los trucos extraños y los tonos eléctricos ridículamente geniales. A él se le agregan ritmos de sabores variados, coros vocales cavernosos, algunos pianos y no mucho más. En conjunto, Roger (Taylor) The Engineer resulta una escucha más o menos potente, consistente y, sobre todo, muy singular. Hay que darles a los muchachos el crédito de haber dado el primer paso hacia el psycho-blues que Cream perfeccionaría al año siguiente; claro está que acá no hay ningún Sunshine Of Your Love ni nada parecido, y quizás ahí esté el principal problema del álbum: las canciones parecen bastante ordinarias e indistinguibles más allá de las innovaciones valiosas que proponen. No están mal, solo que no alcanzan a ser grandes himnos y mi memoria tiende a olvidarse de ellas con suma rapidez. Pero no me quejo, porque esta debilidad compositiva está compensada con una gran solvencia performativa y una carga importante de ideas y sonidos interesantes.
Ahora, para no quedar como un ignorante, paso a informar la formación musical que se encarga de todo: además de Jeff Beck, la banda se compone del vocalista de siempre, el asmático Keith Relf con su voz nasal, el guitarrista Chris Dreja (también dibujante, fotógrafo y diseñador), el bajista Paul Samuel Smith y el baterista Jim McCarty. ¿Listo? Bueno, ahora a los temas. Las tres primeras canciones son mis favoritas. En realidad no diría que son claramente superiores al resto, pero como están al principio son las que me pegaron. Las demás como que son más de lo mismo, o parecido. Eso sí, Lost Woman y The Nazz Are Blue lisa y llanamente ROCKEAN, con una furia que NO se repetirá en el resto de los temas. Lost Woman al principio parece un numerito de blues común y corriente (con una electrizante explosión de guitarras en el estribillo) hasta que a los cincuenta segundos la cosa se degenera de golpe en un duelo entre feedbacks y una armónica FILOSA, que va aumentando y aumentando su potencia hasta alcanzar un clímax y volver al sencillo tema principal. Nada grandioso, realmente, pero sí una buena forma de arrancar el álbum a todo trapo. The Nazz Are Blue no es muy diferente, solo que los riffs y solos de Jeff Beck son incluso más devastadores. Blues-rock de calidad... eso es lo que hay en estos dos temas; no hay casi nada de psicodélico o de atípico en ellos.
Muy distinto es el caso de la cancioncilla que aparece en el medio, Over, Under, Sideways, Down (el single principal del disco), que se destaca más que nada por uno de los riffs más extravagantes que se pueden escuchar antes de 1967. Casi que ni siquiera puedo describirlo: no suena muy violento, ni muy distorisionado, ni nada... pero tiene un efecto de disonancia muy peculiar, produciendo la sensación de que el tipo no se sabe bien qué tonalidad usar y se la pasa saltando subrepticiamente de semitonos. Bah, ni siquiera me acerco; son esas cosas que hay que escuchar para saber de qué hablo... y cuando lo hagas ya perderá todo sentido mi explicación... Siempre salgo perdiendo, maldición. Como sea, la canción en sí, una melodía pop poco pegadiza, está buena, pero apenas pasa de ser una excusa para que Beck despliegue ese riff de otro planeta. Con I Can't Make Your Way ya nos vamos acercando cada vez más hacia terrenos psicodélicos: esta vez gracias a otro tono de guitarra muy sugestivo que subraya todo el tiempo el devenir de las notas. Por su parte, Rack My Mind es solo otro blues, mientras que Farewell es una discretísima balada de piano adornada con esas voces corales. Nada del otro mundo.
Otro de los mojones llamativos es Hot House Of Omagarashid, que se destaca por ser muy, muy, muuuuuy estúpida. Aunque debo reconcer que un jam como este, de tintes marcadamente latinoamericanos, constituía toda una hazaña intrépida para un disco de la British Invasion (¿Y los Stones se creían que la samba de Sympathy For The Devil era muy original?); pero la combinación que se da entre esos sonidos de burbujitas y los interminables cantos de "iaiaiaiaiaia" que se mandan suena cualquier cosa menos imponente. Suena estúpida, para ser más precisos. Eso sí, zafa de que la descartemos totalmente por ser tan experimental. Buen truco. La intrascendencia general del disco continúa vigente con Jeff's Boogie, que como su título bien se toma la molestia de indicar, es un boogie compuesto por Jeff. O sea, una pequeña artesanía guitarrística con bastantes recursos interesantes e mano: suena compleja, funky y todo, pero lamentablemente se olvida apenas se acaba. En todo caso, demuestra que Beck era un amo de la guitarra.
Por el tono de mis palabras, a esta altura ya deben estar empezando a intuír que el álbum me aburre considerablemente. Me parece bien, no estarían lejos de la pista correcta. En realidad no es que me aburra, pero es muy difícil hablar de estas canciones cuando francamente no tengo mucho para decir de ellas. Son en su mayoría muy olvidables. Suenan medianamente interesantes, pero no queda nada espectacular flotando en el aire cuando se acaban. Esto se aplica a He's Always There, por ejemplo, una canción que desafía como pocas mi gran capacidad para escribir palabreríos sobre algo totalmente inocuo que no me incita a decir nada. La acabo de escuchar y no me acuerdo ni de una nota. Así que dejaré el desafío para más adelante. Ahora no. Turn Into Earth amenaza con tomar el mismo camino. Diré que por lo menos acá la atmósfera es bastante extraña, y oscura: los juegos de voces influyen muchísimo, la melodía es inquietante... No sé, ALGO hay para que esta canción sobresalga un poco, aunque ese ALGO no hará que quiera volver a escuchar la canción muy pronto. En What Do You Want, un furioso solo de Beck salva las papas a último momento.
Me harté, no voy a decir nada más de ninguna canción SALVO de Happenings Ten Years Ago. Esta grabación, publicada originalmente como single y agregada aquí como bonus track, es de una inmensa importancia histórica por ser una de las pocas en las que aparecen Jeff Beck y Jimmy Page tocando juntos. Todo el mundo conoce el Beck's Bolero grabado para la Jeff Beck Band, pero esta no la conocen muchos. El riff inicial es suena bastante hindú, bastante oriental y bastante patea-culos, pero el plato fuerte del tema está, sin dudas, en los ataques guitarrísticos a puro feedback y disonancia que irrumpen ahí en medio, en las manos voraces de Beck y Page. Brutal, histórico, excitante, bla, bla y re-bla.
En fin. Quería ponerle un ocho a Roger (Daltey) The Engineer... LE IBA a poner un ocho. Pero, francamente, no vale esa nota para un álbum que me deja inerte prácticamente desde que empieza hasta que termina. Buen disco, claro que sí. Un poco innovador, interesantes pasajes de guitarra, pero las canciones son MUY flojotas. Algún que otro blues interesante aquí y allá y una parva de viñetas intrascendentes que no hacen nada. Es una decepción. No le voy a poner un seis porque después de todo el sonido general tiene una frescura perceptible, y un aura sesentosa que transmite... transmite... sesentatez??? Bah! Ustedes saben a qué me refiero. La conclusión puede definirse con una paradoja: el disco me gusta pero no me entretiene. Me atrae pero me aburre. Lo escucho con interés pero lo olvido completamente ni bien se acaba. ¿Vale la pena? Claro, como documento histórico, como forma de conocer más música y quién sabe: seguro que te gusta más que a mí.
"Feed your head"
1) She Has Funny Cars; 2) Somebody To Love; 3) My Best Friend; 4) Today; 5) Comin' Back To Me; 6) 3/5 Of A Mile In 10 Seconds; 7) D.C.B.A.-25; 8) How Do You Feel; 9) Embryonic Journey; 10) White Rabbit; 11) Plastic Fantastic Lover.
mejor canción: Somebody to love
Absolutamente esencial. Es lo primero que se me ocurre para definir esta obra maestra infravalorada, otra de las tantas que vieron la luz en aquel maravilloso año de 1967. Surrealistic Pillow, el segundo álbum de Jefferson Airplane, es la epítome de todo aquel masivo movimiento contra-cultural con epicentro en San Francisco y cuyo apogeo fue el famoso "summer of love" de 1967; el flower-power, los hippies, el LSD, la psicodelia, los grandes festivales, viajes alucinógenos colectivos, paz, amor y sexo libre. Simplemente se sentía en el aire californiano que el mundo estaba por cambiar, y que el cambio sería grande y trascendente. La ola del flower-power se vino al humo a través de artistas, músicos, políticos, escritores, intelectuales y gurús oportunistas que predicaban la nueva religión del LSD y la psicodelia. Mas allá de las simples manifestaciones culturales todo ese movimiento no llegó muy lejos; para 1969 la ilusión de un mundo nuevo se había diluído y los hippies drogones eran recordados con no poco desdén. Pero lo cierto es que, más allá de si fue o no una tontería ingenua y sin sentido, el flower-power dejó algunas páginas de valiosísima música rock, y Surrealistic Pillow es quizá la más acabada, la más excelsa y clásica de todas.
El flower-power se canalizó, entre otras formas, a través de una total revolución de las formas musicales de su tiempo; el LSD abrió nuevos caminos mentales y nació la música psicodélica. Una revolución que, como sabrán, afectó a casi todos los grupos importantes de su momento: desde los Byrds hasta los Doors, desde los Beatles hasta Cream, desde los Rolling Stones hasta Hendrix y The Who. Todavía hay disputas sobre cuáles fueron las primeras manifestaciones de este tipo de música; que los Kinks de Lazy Old Sun, que los Byrds de Eight Miles High, que los Beatles de Tomorrow Never Knows... nunca se sabrá, ya que las innovaciones basales de la psicodelia fueron surgiendo de a poco, secretamente y en varios lugares distintos más o menos a partir de 1965. Sin embargo no me cabe duda de que los Jefferson Airplane fueron pioneros del género, con su álbum debut Takes Off publicado en 1966, y con su sucesor Surrealistic Pillow, que lleva aquello que conocemos como "música psicodélica" a su expresión más acabada, definitoria y perfecta, derrotando prácticamente a toda competencia del "San Francisco sound" y unos cuantos meses antes de que los británicos hagan sus incursiones en el género (Magical Mystery Tour, Satanic Majesties, The Piper At The Gates Of Dawn, Disraeli Gears) con igual o superior calidad pero con ribetes estilísticos significativamente distintos.
¿Cómo definir las particularidades de la psicodelia californiana presente en Surrealistic Pillow? El elemento distintivo es claramente el folk americano, pletórico en plácidos toboganes de guitarras acústicas, combinándose de forma revolucionaria con ácidos riffs eléctricos, flautas etéreas y melodías vocales deliciosas, intrincadas y levemente oscuras a la vez. De esta forma, Jefferson Airplane logra un sonido rico, versátil y fascinante, donde los quiebres instrumentales oníricos, amenazantes e infestados en ácido son el plato principal, pero sin desentonar con algunos ganchos atrapantes y algunos riffs rockeros de primera categoría. Además, se trata de un álbum atravesado por un sutil filo de ominosa oscuridad. Algún desprevenido, engañado por las asociaciones con el flower-power, se imaginará quizá algo risueño y luminoso como The Mamas And The Papas. Grave error; Surrealistic Pillow tiene un sus acordes, en sus melodías, en sus atmósferas, un aura de amenaza, de ruina, de tragedia y oscuridad trascendente que lo convierte en una experiencia para recordar. Simplemente clásico.
Otra de las razones por las cuales el álbum me resulta tan fantástico tiene nombre y apellido: Grace Slick. Esta chica, además de estar bastante buena, tenía una voz de la gran siete capaz de ofrecer algunas de las performances vocales más intensas que haya escuchado. Lamentablemente, todavía no se le da mucho espacio para participar como vocalista principal, ya que Surrealistic Pillow es su debut con el grupo (venía de The Great Society) y tanto Marty Balin y Jorma Kaukonen seguían cantando sus propias composiciones. Pero Grace Slick ES importante, ya que escribió un par de temas que, a la larga, serían los más celebrados del álbum y eso tiene mucho que ver con la entrega y poder de su performance vocal: un canto trepidante, repleto de agallas, histeria, pasión. Este par de composiciones tienen nombre propio: Somebody To Love y White Rabbit. Somebody To Love es sin lugar a dudas uno de los momentos más espectaculares de la música rock estadounidense y el himno definitivo del flower-power; su melodía es inolvidable (si no la conocés sos un topo enterrado diez mil metros bajo cemento, infeliz, muy infeliz), pero la voz de Grace es totalmente aplastante, revienta de intensidad y la performance atronadora del resto de la banda es excelente, alcanzando su pico en el electrizante solo psicodélico de guitarra. La oscura y climática White Rabbit es melódicamente menos atractiva, pero la atmósfera fiera y amenazante que despliegan Grace con su obsesivo canto, Spencer Dryden con su impecable ritmo marcial y Jack Cassidy con sus fantásticas líneas de bajo, en un crescendo lento y enervante, es algo digno de recordarse.
Pero más allá de estas dos gemas el álbum tiene mucho más para ofrecer y deleitar, y aunque Grace Slick no regala otra peformance como cantante principal, su hermosa voz siempre está omnipresente como trasfondo coral. Y lo cierto es que las voces de los cantantes masculinos tampoco están nada mal. Los cinco primeros temas son magníficos, empezando claro está con la eterna Somebody To Love. She Has Funny Cars abre el álbum en un nivel de cinco estrellas gracias a un ritmo jazzero similar al que abría el debut de los Doors, un riff punzante de guitarra eléctrica (parecido al de Run For Your Life de los Beatles pero diez veces más heavy y distorsionado) y una melodía vocal totalmente deliciosa que alcanza su apogeo en el estribillo, cuando cantan todos en armonía "Your mind's guaranteed / It's all you'll ever need / So what do you want with me?". La byrdiana My Best Friend es una pequeña gema pop cantada en perfecta armonía y acompañada por guitarras acústicas. Se destaca por su agradable y placentera melodía y sus alternancias de velocidad; hay una parte lenta bien melódica y otra agradablemente rápida, donde las guitarras se ponen bien bluseras y la cortante voz de Grace ataca con unos soberbios contrapuntos que llenan de entusiasmo. Luego llegan dos preciosas baladas. Today es una de las más sobresalientes, un canto trascendental y profundamente melancólico que va aumentando su grandeza de a poco, a través de armonías vocales indescriptiblemente hermosas, hasta finalizar en una épica rotunda y emocionante. Coming Back To Me es mucho más letárgica, muy suave y romántica; tan solo unas líneas acústicas y una triste melodía de flauta (cortesía de Slick) constituyen el único esqueleto musical para que la estupenda voz de Marty cante su poema de amor. La melodía no está exactamente llena de ganchos y la cosa puede sonar un tanto plomaza si uno no está preparado, pero si en cambio se deja envolver por la suave y trascendente atmósfera encontrará una gema absoluta, capaz de despertar sensaciones, imágenes y sentimientos.
Después el álbum entra en terrenos levemente menos consistentes pero enteramente disfrutables. 3/5 Of A Mile In 10 Seconds es un arremolinado y feroz rocker psicodélico, con un riff de antología embebido en ácido y vocales armónicas que destilan potencia en todo momento. D.C.B.A -25 es un suave shuffle eléctrico, con panderetas y una nueva pista vocal armónica bastante competente y atmosférica, que alcanza su máximo apogeo en las mágicas líneas melódicas "Time's been good to us my friend...". El único número que no me agarra mucho es el cover de How Do You Feel, que más allá de su decente melodía de flauta parece un divague de aleatorias armonías que no entregan demasiados ganchos. No obstante, la cosa no deja de ser inofensiva y placentera para lo oídos, solo que no muy inspiradora. Luego de la agradable viñeta acústica instrumental de Embryonic Journey, tocada por Jorma Kaukonen, llegan la gran White Rabbit y el cierre a todo trapo con el excéntrico rocker Plastic Fantastic Lover, que soprende con unos versos casi de rap y unos ASESINOS ataques de guitarra eléctrica que parecen serpientes rabiosas listas para morder a alguien.
Todavía no escuché los demás trabajos de Jefferson Airplane, pero me sorprendería si Surrealistic Pillow no fuera su pico. Este álbum es casi la biblia de la psicodelia americana, destilando un sonido revolucionario, cautivante, capaz de balancear ganchos pop, belleza poética y fiereza rockera, todo rematado por la fenomenal Grace Slick. Además de entregar una consistencia compostiva que me permite asegurar que no hay una sola canción mala y sí un montón bien buenas. Otro clásico imprescindible en cualquier colección.
"And if someone asks you, you can call my name"
1) Alone Again Or; 2) A House Is Not A Motel; 3) Andmoreagain; 4) The Daily Planet; 5) Old Man; 6) The Red Telephone; 7) Maybe Be The People Would Be The Times Or...; 8) Live And Let Live; 9) The Good Humor Man He Sees Everything Like; 10) Bummer In The Summer; 11) You Set The Scene.
mejor canción: Alone again or
Probablemente tenga que responder a varios reproches, e incluso insultos, por haberle puesto solo un siete a Forever Changes. El grupo estadounidense Love es uno de esos que en su época no generaron demasiado entusiasmo (y que aún hoy no son masivamente conocidos), pero que con el paso del tiempo han adquirido entre los entendidos un status de "grupo de culto" sumamente importante. Esto es así al punto que este álbum que aquí tenemos entre manos es frecuentemente citado regularmente por muchos críticos como uno de los diez mejores jamás grabados. Exactamente, tal como lo han oído; y yo caigo como un pelmazo y le pongo un siete. Apenas un mugroso y hediondo siete.
Love es uno de los tantos grupos de folk-rock y música psicodélica que invadieron la costa oeste de los Estados Unidos en la segunda mitad de los sesenta, junto a nombres tan conspicuos como Jefferson Airplane, Grateful Dead, Janis Joplin, Iron Butterfly, Buffalo Springfield y toda esa onda de bandas psicodélicas livianas que seguían de alguna u otra manera la huella de los Byrds. No obstante, hay que admitir que Love no era "uno más" de esos grupos: su fusión de folk acústico y psicodelia no tendrá en principio mucha diferencia con las bandas mencionadas, pero Love agrega otros toques personales definitivamente no tan comunes, como elementos del jazz, el hard-rock y, esto es lo más singular, flamenco (¡¡¡FLAMENCO!!!). Forever Changes es, supuestamente, la obra cumbre del grupo, el momento en el cual todas aquellas vertientes musicales logran sublimarse en una unidad coherente, una sucesión de brillantes gemas compositivas que fluyen sin costura alguna, desplegando un inimitable mundo de poesía y belleza lírica ante nuestros sentidos. ¡Una verdadera obra maestra del folk-rock de los sesenta! ¿Es así?
Definitivamente NO, si es a mí a quien interrogan. Verán, no niego que Forever Changes tiene sus encantos, pero elevarlo al nivel de "obra maestra" o "producto de genio", como parece hacer todo el mundo (consultar, por ejemplo, la AMGuide) es inflarlo más allá de lo que mi sentido común me permite tolerar. Esencialmente, lo que encontrarán aquí es una sucesión de viñetas acústicas y folky, matizadas ocasionalmente con discretos arreglos de cuerdas, trompetas y, muy de vez en cuando, algún solo de guitarra eléctrica. Y todas, cada una de las once canciones, cumplen exactamente con la misma receta. Evidentemente NO ES como para ponerse a babear de exitación ¿Verdad? Ok, bueno, admitamos que la fórmula puede ser absolutamente genial y desestimar así el problema de que se repita en todos los temas. Admito la posibilidad, la admito. Voy a escucharlo de nuevo... y que me chupe la tierra si es obra de GENIO esta música: son apenas melodías acústicas COMUNES y CORRIENTES que, SÍ son agradables, pero no hacen que me ponga a llorar de felicidad, no me mueven mucho, no me hacen llamar a un amigo y recomerdarle el disco. Que me perdone la historia oficial, pero no creo que Arthur Lee (el cerebro creativo de la banda) ni el guitarrista Bryan McLean sean genios. No por lo hecho en este álbum al menos.
Para mis oídos, Forever Changes es un álbum TIBIO, que no sobresale demasiado en ningún aspecto. a) No es especialmente revolucionario; la inclusión de tintes de flamencos y españoles en un par de temas sí sorprende, pero por lo demás, esto es genérico y pedestre folk-rock, sin un momento musical que me vuele la cabeza con su evidente genialidad. b) No es especialmente melódico; las melodías vocales, salvo contadas excepciones, me parecen bastante asépticas, olvidables e irritantemente vagas, como si hubieran sido inventadas ahí en el momento para coincidir con los arreglos acústicos. Hablando de arreglos acústicos; por momentos éstos logran pegarla con alguna cosa interesante (como la intro de Alone Again Or), pero en general no pasan de meros firuletes aleatorios, fabricados en serie como relojes taiwaneses. Algo es cierto: estas melodías NO son pegadizas y NO me transmiten belleza alguna. Para colmo Alan Lee, aún teniendo buena voz, no entona muy bien que digamos ¿Soy yo el único que advierte que el tipo DESAFINA con bastantes ganas? Escuchen AndMoreAgain y vean una buena balada arruinada por un inútil que no sabe cómo entonar. c) No es especialmente potente; ¡Todo lo contrario! Es pálido, aburrido y monótono, sin momentos que realmente sorprendan al oyente. Entiendo que no se supone que Forever Changes deba rockear, pero al menos alcanzar cierta intensidad en algún momento... al menos eso. d) No es especialmente atmosférico; las canciones tienen un "aire" que resulta agradable como música incidental para llenar la casa de una onda "sesentosa", pero no mucho más que eso. e) No es especialmente resonante; es poético y todo (surrealista, como lo atestiguan algunos títulos absurdos), pero francamente ninguna de estas canciones me mueve un pelo ni me llega al corazón. Con esto no quiero decir que todos los álbumes de la historia tengan que ser revolucionarios, rockear, tener excelentes melodías, ser variados y ser emocionantes para funcionar; pero ALGUN ASPECTO especialmente fuerte tiene que tener. Forever Changes, para mí, no lo tiene. Es un álbum tibio, tibio como una sopa que necesita recalentarse.
No me malintepreten por favor. No estoy diciendo que me parezca una porquería, porque NO ES ninguna porquería. Simplemente estoy bajándolo a tierra, y dejando claro que no encontré ninguna razón fuerte como para considerarlo la obra maestra genial que todos andan pregonando. Dicen que es un álbum que mejora MUCHO, con las escuchas. Puede ser, quizá dentro de algunos años llegue a encontrar esa esencia genial que otros han encontrado, pero por ahora nada. Descartado ya todo el ruido, el mito y la pompa que ha rodeado al álbum, puedo decir, ahora sí, que se trata de una obra agradable, placentera y mayormente disfrutable, con algunos encantos subrepticios detrás de toda la monotonía y la falta de agarre... por eso en definitiva le pongo un siete. Es débil en todos los costados, pero casi nunca llega a caer en los albañales de lo insufrible. Hay algunos temas que la verdad no hacen absolutamente nada por mí. You Set The Scene, por ejemplo, es una suite acústica de casi siete minutos de duración (Pretencioso ¡¿YO?!): NADA! Los "diferentes" segmentos se suceden cansinamente sin otorgar ninguna melodía memorable, ni relieve particularmente notable, y pongo "diferentes" entre comillas porque de diferentes no tienen nada. No sé si entienden. Siete minutos de plomo aporreo acústico con melodías desafinadas y 100% olvidables y cuerdas que no ayudan nada; aburrimiento en estado puro. ¡Pero hay más embole! ¿Qué me dicen de The Red Telephone? ¿Acaso pueden creer que durante casi cinco minutos no pasa ABSOLUTAMENTE NADA? Nada, excepto una melodía vocal IDIOTA que parece una mala parodia del Floyd de Barret, con un trasfondo insulso de guitarras y cuerdas estériles que parece cortado y pegado desde otra canción aleatoria del álbum. Y lo peor de todo viene al final, donde se ponen a recitar marchosamente "They're looking the door to door / And throwing away the key" ¡Qué bostezo por Dios!
No me voy a gastar en seguir describiendo todas las canciones; solo sepan que hay más títulos que no hacen nada por mí como The Daily Planet, The Good Humor Man He Sees Everything Like, Live And Let Live (a pesar de sus buenos solos de guitarra) y Bummer In The Summer, esta última una copia carbónica bien tarada del clásico de Jefferson Airplane Plastic Fantastic Lover. No son canciones horribles, pero son Ay! tan aburridas. TAN ABURRIDAS! Sin melodías memorables, sin emoción alguna, sin buena performance vocal, sin pasajes musicales interesantes. Sé que en este tipo de canciones sin ganchos donde uno supuestamente debe encontrar una "atmósfera", y sacarle el jugo a la canción a través de su "aire", pero en este caso no hay chance alguna; solo escucho improvisados garabatos acústicos que no van ni llegan a ninguna parte.
Dejo para el final las verdaderas gemas que en definitiva hacen que el disco valga la pena. La única canción de Forever Changes que realmente se me hace cercana al adjetivo "genial" es la apertura Alone Again Or, y vaya sorpresa que no fue compuesta por Athur, sino por Bryan. Maldita embustera; nos hace creer de entrada que efectivamente estamos ante una obra maestra. La cuestión es que las notas acústicas de la introducción son una completa delicia para los oídos y el corazón, y la melodía vocal cantada armónicamente es realmente arrebatadora. El principal atractivo de la canción, sin embargo pasa por los estupendos matices españoles de la guitarra y los toques de música mexicana (¡Mariachi!) en el uso de las trompetas. La oscura A House Is Not A Motel también gana lo suyo gracias a su ritmo insistente y su melodía, pero los que verdaderamente la hacen resaltar son los virulentos pasajes de guitarra psicodélica que irrumpen en la mitad. Por último, mi tercera favorita es Maybe The People Would Be The Times Or... también conocida como El Título Más Imbécil Del Mundo; es rockera, tiene un rítmo que realmente te lleva, excelentes arreglos de trompeta y una melodía vocal que, por una vez, suena clásica. No es algo GENIAL, pero sí algo digno de mención. También me gustan AndMoreAgain y Old Man, dos gentiles baladas que se destacan por tener melodías innegablemente hermosas, aunque AndMoreAgain tiene momentos de obvia desafinación que en parte la echan a perder.
Pues aquí está, un clásico ultra-súper sobreedimensionado. A mí me deja bien frío como un helado de limón, pero quizá a vos te guste más. Procedé a conseguirlo teniendo muy en cuenta la posibilidad de que toda la leyenda que lo rodea conduzca a una decepción, como ocurrió en mi caso.
"And I guess that I just don't know"
1) Sunday Morning; 2) I'm Waiting For The Man; 3) Femme Fatale; 4) Venus In Furs; 5) Run Run Run; 6) All Tomorrow's Parties; 7) Heroin; 8) There She Goes Again; 9) I'll Be Your Mirror; 10) The Black Angel's Death Song; 11) European Son.
mejor canción: Venus in furs
Mmm, interesante. Este álbum se grabó en 1966, sin embargo suena como surgido a mitades de los setenta; evidentemente los Velvet Underground fueron una banda MUY adelantada a su tiempo, y por eso The Velvet Underground And Nico se ha convertido parte de una selecta elite de álbumes absolutamente legendarios, ahí junto a cosas como Sgt. Pepper's, Pet Sounds, Are You Experienced?, The Doors y pará de contar. Todo crítico que se precie lo ubicará en el pedestal de los mejores álbumes jamás grabados, todo músico que se precie declarará haber sido muy influido por él y todo oyente que se precie lo tendrá en su colección de discos. Es común considerarlo también el primer álbum de art-rock y, especialmente, el primer álbum de rock alternativo de toda la historia.
¿Qué tiene este humilde servidor que decir al respecto? Pues no mucho que no se haya dicho hasta ahora. The Velvet Underground And Nico sin dudas presenta al mundo un sonido nuevo y totalmente distinto a lo que se estaba ensayando en la época. Estamos en 1967; en la costa oeste de los Estados Unidos todo está infestado de flower power, folk-rock y psicodelia, manifestados en discos como Forever Changes, Surrealistic Pillow y The Grateful Dead. En Inglaterra nadie quiere ser menos, y entonces se editan obras coloridas también embebidas por diversos vapores ácidos como Sgt. Pepper's, Satanic Majesties, Piper At The Gates Of Down, Disreaeli Gears y Are You Experienced?. La onda revolucionaria parece nadar en las aguas de la música psicodélica, en el pop sinfónico, en el folk-rock. Ahí en el medio, olvidada, está Nueva York y de ese nicho salen los Velvet con esta completa anomalía de disco que no tiene casi NADA que ver con las vertientes musicales vigentes; de ahí que se lo considere, con toda justicia si tengo que dar opinión, el primer álbum relevante del rock "alternativo", es decir, un rock que presenta un esquema totalmente distinto a aquello que está "de moda" en el momento. The Velvet Underground And Nico no está influenciado por el ácido, sino más bien por la heroina... y si el ácido nos vende una imagen ingenua de revelación espiritual, colores hermosos y sonidos flasheros, la heroina solo trae demonios de oscuridad, horror y muerte. Por eso, esta música es mucho más oscura, filosa, dura, subterránea y urbana que cualquier otra disponible en el mercado de aquel entonces. El disco es también un significativo triunfo de lo avant-garde; los Velvet Underground no buscan demasiados ganchos; por el contrario abundan las disonancias, las improvisaciones de libre forma, las melodías poco convencionales, los experimentos con feedbacks eléctricos y los sonidos atípicos, especialmente la enloquecida viola de John Cale, una de las dos principales fuerzas creativas del grupo. También son de impacto las letras bastante crudas (homosexualidad, prostitución, sadomasoquismo y drogadicción a mansalva) que están en el polo diametralmente opuesto al típico "Love is all you need" que cantaban los Beatles en un rapto de ingenuidad. No, no lograron mucho éxito comercial con estas fórmulas retorcidas, pero VAYA si el mundo los recuerda.
Porque además esta es una música EXTENSIVAMENTE influyente. Sinceramente me cuesta imaginar la naturaleza de actos como los Stooges, Iggy Pop, New York Dolls, MC5, Television, Patti Smith, The Clash, Joy Division o David Bowie sin los Velvet como patriarcas tempranos. No se puede decir que sea un álbum planamente punk, pero no tengo ningún escrúpulo al considerarlo el primer álbum proto-punk de la historia: que me parta un rayo si el obsesivo tam-tam-tam-tam-tam de I'm Waiting For The Man, el insistente groove avant-garde de Run Run Run o el infausto crescendo depresivo de Heroin no ostentan una señal premonitoria del proto-punk y la escena "underground" de mediados de los setentas. Sí señores, MUY influyente, al punto que después de Bob Dylan, los Velvet son considerados como el grupo más influyente para el espectro de la música moderna. Pocos grupos han quebrado tantas barreras y preconceptos como los Velvet en un único disco. Revolucionario. REVOLUCIONARIO con mayúsculas. El rock nunca volvería ser el mismo después de este inesperado y singular quiebre estilístico que da por tierra con la noción de "música pop" que se tenía hasta el momento.
Sin poner en tela de juicio el valor artístico del álbum, me toca ahora disertar sobre su calidad musical intrínseca. Más allá de todas las barreras que rompió, y el estilo completamente raro y novedoso que dio a conocer... ¿Qué tal son las canciones? ¿Se disfruta la música? ¿O se trata simplemente de una serie de temas que más allá de su sonido vanguardista no tienen demasiado que ofertar? Pues bien: mi opinión es que el álbum ES bueno en sí mismo. Es verdad que su mayor valor está en el aspecto revolucionario de su sonido más que en la calidad compositiva, pero eso no significa que no entregue lo suyo en otros terrenos. Sorpresivamente, algunas melodías son bastante fuertes (Sunday Morning), algunos riffs rockean sin ningún tipo de conmiseración (I'm Waiting For The Man) y algunas atmósferas logran ser sumamente inquietantes con muy poco (Black Angel's Death Song). Por eso The Velvet Underground And Nico es relativamente accesible a pesar de todos sus devaneos avant-garde; es verdad que hay mucha disonancia y mucho feedback caótico, pero también hay buenos momentos donde la banda se pone a rockear con bastante convicción, e incluso aparecen algunos temas bastante poppy!!! El cocktail es sin dudas innovador. Eso es lo que atrae... En realidad, nunca las canciones me hacen levitar por su genio, no son muy sobresalientes por sí mismas... (incluso algunas paracen increíblemente amateur) pero el álbum REBOSA de un halo de mística que está ahí. No es muy tangible ni definido, pero está ahí: una atmosfera sugerente transmitiendo el mensaje de que "esto es nuevo, es revolucionario, suena distinto, es especial".
Párrafo aparte merece el staff que hace de este un disco tan único. Lou Reed es un tipo sencillamente COOL. No hay nada más que pueda decir de él; su voz es cool, su actitud es cool y su forma de cantar es MUY cool. Su distintivo estilo para cantar (medio hablando, medio cantando... no libre de ciertas influencias de Mr. Bob Dylan) le da a la música un toque poético, urbano y levemente amenazante que seguramente influyó a trillones de vocalistas del rock alternativo. También sobresale su guitarra, que se ocupa de ensayar todo tipo de feedbacks, solos alocados y tonos maléficos. Nico es una cantante alemana que no pronuncia muy bien el inglés, no canta muy bien y no tengo idea cómo demonios vino a parar aquí. Igual no me molesta: mucha gente la ODIA, la DETESTA, la quiere ver MUERTA... pero para mí su extraña voz le da a sus temas un revolucionario aire de cabaret alemán ciertamente sugestivo. El último tipo relevante es John Cale, que no parece hacer mucho más que tocar la viola (otro elemento novedoso y van...) y el bajo. Me da la sensación que este John Cale es el más ambicioso del grupo en lo que a pretenciones vanguardistas se refiere.
Mi número favorito del álbum es la oda al sadomasoquismo Venus In Furs, una de las canciones más incomparables y singulares que escuché en mi vida. Una de las más pesadillescas, intimidantes, tenebrosas y obsesivas también. Su riff de guitarra y viola suena como un mantra diabólico y funerario atravesado por voladísimos matices orientales y unos salvajes TAM-TAM del tambor que estremecen mi intelecto y mi cuerpo sin piedad. Es lenta y monótona, pero su atmósfera es tan tétrica, tan espectacular, tan de otro planeta, tan hipnótica, que me deja ESTUPEFACTO de principio a fin. Y además hay que tener en cuenta la buena tarea de Lou Reed que, creáse o no, se las ingenia para, en medio de esta cosa fumada, avant-garde y desquiciada, cantar una melodía vocal bastante resultona y memorizable: "Shiny, shiny, shiny piece of leather"; ¡Eso me suena como un buen gancho pop! MUY recomendada, muy rara, muy distinta a cualquier otra cosa. La otra canción del disco que me gusta en la misma medida es I'm Waiting For The Man, que se basa en un repetitivo e insistente ritmo punkoide articulado al mismo tiempo por las guitarras y la percusión. Man, esta cosa ROCKEA; el ritmo será más monótono que la misma monotonía, pero insiste, e insiste, e insiste y crece, y crece y crece hasta que se mete debajo de la piel y te sorprende sumergido de lleno en ese mundo sucio, pervertido y urbano de la mente de Reed... Mientras tanto Lou nos canta una fábula urbana sobre drug-dealers y suena TAN COOL!!! "I'm... waiting for my MAAAAIN" y esas guitarras haciendo tam-tam-tam-tam-tam in eternum en el fondo, con un tono de distorsión absolutamente maravilloso... Gran tema.
Las demás canciones, en realidad, ni me vienen ni me van. Tienden a gustarme y a entretenerme, pero para hablar con franqueza nunca trascienden el nivel de música de fondo más atmosférica que otra cosa. Sunday Morning tiene una GRAN melodía de balada, que provee una atmósfera única de melancolía y reposo, un solo de guitarra que debe ser el momento musical más competente del disco y unos lindos arreglos con celesta o glockenspiel... Es bastante atípica con respecto al sonido general del álbum (he aquí algo que seguramente NO influyó mucho a los punkers), pero no me llama demasiado la atención; me suena medio blandita y poco interesante, sobre todo por los escuetos arreglos musicales. El rocker Run Run Run tiene un estilo punkoide similar a I'm Waiting For The Man, con un ritmo agitado, urgente y frenético que no deja de ser pegadizo y un solo de guitarra ASOMBROSAMENTE desquiciado y fuera de tono: es avant-garde puro metido en medio de una linda joyita pop! Brillante! También está la infausta Heroin, que es lo más conocido del álbum. No me gusta mucho porque me resulta un poco aburrida en líneas generales, pero tengo que admitir que su atmósfera depresiva logra evocar los horrores de la drogadicción con una genialidad que iguala, e incluso supera, a la de Sister Morphine de los Rolling Stones. No es que me haya drogado con heroina alguna vez, pero esta canción me hace sentir como si efectivamente lo hubiera hecho, y ese es el mejor cumplido que puedo darle. De las cantadas por Lou me falta la agradable There She Goes Again, que es una de las más poppy de todo el álbum, sobre todo por esos ridículos coritos del fondo que suenan maravillosamente fuera de lugar.
Nico aporta tres canciones (muy pocas, otra razón para no odiarla tanto) de las cuales sobresale All Tomorrow's Parties. En realidad esta canción REALMENTE me interesa: la melodía tiene algo de majestuoso y trascendente, el rimo tiene algo de ritual y trágico... la atmósfera es muy buena. Femme Fatale y I'll Be Your Mirror son baladas inofensivas y bonitas que de no ser por su fantástico aire de cabaret berlinés, no tendrían casi nada para ofrecer, más que melodías agradables. En Femme Fatale la pésima pronunciación de Nico es célebre, sobre todo al decir "clown" (payaso)... para ella es "KLON". Y para el final tenemos dos piezas definidamente avant-garde que muchos oyentes coinciden en señalar como los puntos flojos del álbum. Coincido si nos referimos a European Son, que si bien, por estar hecho a base de buenos tonos de guitarra, no es el collage experimental más insoportable que escuché (ejem, A Saucerful Of Secrets, ejem) no tiene mucho atractivo musical ni atmosférico. The Black Angel's Death Song, sin embargo, me llama la atención. ¿Saben por qué? ¡Por la viola de Cale! Las líneas de viola HACEN a la canción. No es gran cosa, pero ah muchacho las melodías de esa viola suenan positivamente TERRORIFICAS, asfixiantes, extraterrestres. Deberás escucharlas antes de poder entender bien a qué me refiero.
Pues bien... no es fácil definir los méritos de estas vacas sagradas, pero si quieren saber porqué el álbum tiene un ocho... pues por el sonido: el ocho es un reconocimiento a lo revolucionario y vanguardista del sonido. El proto-punk (y por ende el punk) y el rock alternativo de los setenta serían otra cosa sin estos feedbacks asesinos, sin estas atmósferas oscuras y sin un Lou Reed cantando tétricas fábulas de muerte y drogas. Si prefieren desestimar el aspecto puramente revolucionario del disco, siéntanse libres de considerarlo un álbum de seis o siete. Porque la música tiene sus ribetes atractivos cada tanto, pero en definitiva todo es PURA atmósfera y difícilmente pueda ser considerado una obra maestra de la composición pop y el entretenimiento musical. Son canciones que me interesan, pero no me enloquecen; que me atraen, pero no me enamoran... se entiende? Si tus gustos son amigos de lo experimental y lo avant-garde, pues esto será un DIEZ absoluto y redondo como esta O.
Ah, y si se preguntaban por la bananita de la tapa: Andy Warhol, quien en sus inicios era una especie de "padrino artístico" de los Velvet Underground... un tipo genial ¿Verdad? Bah! ¡Ladrón! Que nadie me niegue que es una cubierta estúpida. Aunque supongo que es tan estúpida e idiota que resulta interesante en su estúpido e idiota modo.
"Was I surprised? No, not at all"
1) Pretty Ballerina; 2) She May Call You Up Tonight; 3) Barterers And Their Wives; 4) I've Got Something On My Mind; 5) Let Go Of You Girl; 6) Evening Gown; 7) Walk Away Renee; 8) What Do You Know; 9) Shadows Breaking Over My Head; 10) I Haven't Got The Nerve; 11) Lazy Day.
mejor canción: Pretty ballerina
Apuesto a que nadie, de entre quienes entran a leer mi página, tiene este álbum en su colección. ¿Tu lo tienes en tu colección? ¿No, verdad? ¿Ven? ¿Ven lo que digo? Igual de probable es que no lo hayas escuchado nunca y que no hayas oído nunca sobre él. Lo cual no por lógico deja de ser una lástima. The Left Banke, una oscura y olvidada banda estadounidense, no serán los Beatles, pero en términos de puro pop de los 60's poco y nada tienen que envidiarles a gente como los Zombies o los Beach Boys. Los 60's están plagados de sorpresas agradables de este tipo, por eso siguen siendo mi década favorita después de todo. Porque quién iba a pensar que New York, en 1967, también ofrecía este tipo de POP BARROCO totalmente intoxicante y melodioso. ¡Yo no! ¡Yo no! Pero la cuestión es que sí; una banda newyorkina que, mientras sus conciudadanos de la Velvet Underground producían sus pesadillas urbanas destiladas en heronía, se lanzaba hacia el extremo opuesto del espectro con algunas de las gemas pop más irresistibles jamás grabadas. No quiero decir que esto sea más interesante o relevante que Velvet Underground And Nico (ja!); solo me maravillo ante LA CANTIDAD DE COSAS DIFERENTES que pasaron en unos pocos años en términos de música. Ojalá la escena musical actual fuera UNA DECIMA de excitante.
Pero en fin, vamos a The Left Banke y a su álbum debut ridículamente titulado como un single. Lo que hacían los tipos era básicamente lo siguiente: pop melódico nutrido de luminosas armonías vocales, inspiradas en los Beach Boys y los Beatles, recubiertos con una elegante pátina de música clásica en lugar de las típicas guitarras eléctricas. ¡Exactamente! Con violines, violoncellos, oboes, flautas pianos y clavicordios! No es algo particularmente revolucionario para el mundo de la música luego de cosas como Revolver o Pet Sounds, pero aún así la cosa tiene sus matices; por un lado, los arreglos "clásicos" son más bien BARROCOS, lo cual le da a la música un curioso sabor mezcla de 60's y siglo XIX y por otro lado, son mucho más conspicuos y orgánicos que los utilizados por otras bandas (Salvando Eleanor Rigby), en donde la orquesta funciona más como un adorno incidental. Acá no: muchas de las canciones suenan mitad POP, mitad MUSICA CLASICA. Como si una orquesta de cámara tocara una canción pop respaldada por una batería. ¿Imaginan eso? ¿No? Pues entonces escúchenlo, porque es realmente muy agradable e inspirador. Por algo se los consideró los pioneros del "pop barroco", y apuesto a que los Zombies estaban prestando bastante atención, teniendo en cuenta que un año mas tarde publicarían el similar Oddesey And Oracle, un álbum quizá más consistente y relevante pero con un SONIDO menos interesante.
Pero además de agradable e inspirador, es también pegadizo, ya que algunas de estas melodías y armonías son INCREIBLEMENTE efectivas. Y aunque muchos pueden inclinarse pensar que el álbum consiste en una serie de rellenos intrascendentes que rodean los dos singles titulares, esto sencillamente no es así. Hay dos o tres canciones un poco menores, pero por lo demás la cosa destila una consistencia sorprendente. Cada una de estas canciones constituyen pequeños diamantes perdidos de la música pop. ¡Y no se crean que todo acá es dulzura, azúcar y caramelo! No, entre todos estos clavicordios y violines hay dos o tres riffs relativamente amenazantes que ayudan a mantener el interés; nada que prediga a Lez Zeppelin o Black Sabbath, precisamente pero bue... ¿Quién es el cerebro pensante detrás de esta banda? Un tal Michael Brown (nombre poco llamativo no?), tecladista y compositor principal de todas las canciones. El cantante (bueno) es Bert Sommer y los guitarristas... bah ¿A quién le importan los guitarristas? ¡Casi no hay guitarras en el álbum! (Forma graciosa de velar mi supina ignorancia).
Los temas titulares del disco son highlights innegables, especialmente Pretty Ballerina que, por algún motivo, me gusta mucho más que Walk Away Renee, siendo esta última la canción más conocida que dejó el grupo. Es que no hay forma de negar el GENIO residente en ese "riff" de piano. Pongo "riff" entre comillas porque no es realmente tal cosa: es una jodida melodía de piano clásico; no alcanza a ser la sonata perdida de Beethoven, claro está, pero para una canción pop suena totalmente inédita, y sumada a esos violines suaves, y la forma en que las cuerdas FLORECEN cuando Sommer canta "Was I surprised dear?", nos queda una absoluta JOYA. ¡Hasta tiene un solo de oboe! ¡UN MALDITO SOLO DE OBOE! ¿Cuándo escucharon un solo de oboe en una canción pop de los 60's? Brillante. Si pueden bajársela, háganlo AHORA, y si no contáctense conmigo que se las paso de alguna manera. La otra, Walk Away Renee también es buenísima, solo que no tiene arreglos tan majestuosos, no tiene una melodía tan distintiva para mi gusto caprichoso, pero por favor no me hagan el más mínimo caso y escuchen el estribillo que levanta vuelo como una nube plateada de pájaros luminosos. Eso es lo que yo llamo "excelente pop"; y si Pretty Ballerina tenía un solo de oboe, ésta tiene un solo de flauta. La flauta es un instrumento bastante común en el rock progresivo, pero esto es solo una canción pop, y esa flauta suena como sacada de una sinfonía de Mozart, maldición. ¡Ahí esta la brillantez del disco!
Si algún idiota retrasado con cerebro de mosquito pensó que solo en estos dos singles está la carne del álbum pues: NO TIENE RAZÓN. Prácticamente no hay una sola canción que no ofrezca uno o dos ganchos irresistibles. Evening Gown se me ocurre que no es tan genial; me irritan un poco esas voces vocales que cantan en voz alta: son un poco chillonas, aunque ¿Cómo resistirse a ese rápido y ultra-pegadizo ritmo de clavicordios?¿CÓMO RESISITIRSE? El resto es prácticametne inmaculado: She May Call You Up Tonight tiene la melodía más INCONCEBIBLE de todo el álbum, y los juegos vocales más INCONCEBIBLES de todo el álbum; suena ultra-azucarada, eso sí, pero es tan CONDENADAMENTE GENIAL que me importa tres rabanitos; YO quiero una melodía así para mi canción. Barterers And Their Wives también es espantosamente buena, sobre todo por la espectacular atmosfera medieval que transmiten sus juegos vocales; cada vez que la escucho imagino esos dias lejanos de reyes déspotas, palacios con banderines ondeando al viento, enormes barriles de cerveza y trovadores del camino (ok, dije cualquier cosa, pero se entiende ¿No?).
Y así siguen las gemas. I've Got Something On My Mind, tiene el mismo estilo de She May Call You, pero la melodía es diferente e igual de refrescante. Let Go Of You Girl desenvaina unas penetrantes líneas de bajo que le aportan un toque oscuro y psicodélico entre tanto pop, más unos tremendos cantos armónicos de "You're gonna cry" que no me puedo sacar de la cabeza ni con una cortadora de pasto. What Do You Know es una pequeña viñeta country donde aparecen ¡¡¡GUITARRAS ELECTRICAS!!! y que parece más bien un buen tema de los Byrds en la onda de Time Between o The Girl With No Name. Acá si no hay nada de clásico o barroco; quizá la canción más tradicional del álbum, pero esos "Think on it girl, what do you know?" seguro que te agarran sin problemas. Shadows Breaking Over My Head es una pequeña balada levemente oscura con un estribillo espectacular; I Haven't Got The Nerve tiene un riff de clavicordio totalmente patea-traseros y Lazy Day aporta el único toque más o menos jazzero del álbum sin desentonar, a pesar de su feroz guitarra distorsionada y sus lennonianas vocales.
En fin. No vas a poder conseguir este disco así nomás porque ya no existe. Si querés podés tratar de conseguir el CD con las grabaciones COMPLETAS de The Left Banke, llamado There's Gonna Be A Storm, que trae también el segundo disco del grupo (The Left Banke Too) más algunos singles sueltos. Tampoco será fácil que lo encuentres pero tengo entendido que por lo menos se haya en plena circulación, asegurando que la obra de esta olvidada banda estadounidense no se pierda. Muy recomendado.
"Won't you come with me and walk this land?"
1) Most Anything You Want; 2) Flowers And Beads; 3) My Mirage; 4) Termination; 5) Are You Happy; 6) In - A- Gadda - Da - Vida.
mejor canción: In-A-Gadda-Da-Vida
¿Alguno anda coleccionando álbumes psicodélicos? Pues entonces agregá a la lista: In-A-Gadda-Da-Vida. Estoy casi seguro de que NO HAY persona en el mundo que no esté de acuerdo en que ésta es la obra cumbre de Iron Butterfly, uno de los más notables grupos de la era psicodélica en los Estados Unidos. Para ser sinceros, los talentos compositivos y habilidades técnicas de estos muchachos no parecen muy brillantes, pero en este caso lograron redondear un producto bastante creativo, un álbum insólito que si bien no me impresiona tanto analizándolo canción por canción, aporta un sonido BASTANTE interesante, único y distintivo que seguramente no te arrepentirás de admitir en tu colección para escuchar cada tanto, cuando tengas ganas de volar un poco en ácido imaginario.
Siempre se ha señalado que, en comparación a sus pares psicodélicos del mismo espacio - tiempo (como Jefferson Airplane y Grateful Dead), Iron Butterfly siempre ha sido bastante "heavy"; preferían basarse en puros riffs de guitarras distorsionadas y ácidos ataques eléctricos, asegurándose de descartar cualquier tipo de concesión acústica o experimento con instrumentos raros. Una guitarra distorsionada al máximo, un órgano bien gótico, un bajo y una batería; ese es el esqueleto de este nada refinado pero fantástico sonido de Iron Butterfly. No, no se trata realmente de hard-rock (Blue Cheer, por ejemplo, realmente rockeaba muchísimo más duro) pero dentro de lo que es música psicodélica no encontrarás nada más pesado y oscuro que esto. Para mí, el sonido del grupo en este disco puede resumirse como una mezcla entre los Doors y Cream. No es que suenen realmente como los Doors o Cream, pero escuchando con atención se pueden aislar elementos que hacen referencia a esos grupos. El órgano gótico de Doug Ingle es lo más parecido a Manzarek que he escuchado hasta el momento, mientras que el tratamiento bien rockero y distorsionado que le dan a los pasajes psicodélicos tiene mucho de Cream y Jimi Hendrix, solo que desprovisto de cualquier virtuosismo.
In-A-Gadda-Da-Vida suena en principio bastante crudo, caótico, mal producido y técnicamente primitivo. Las primeras escuchas pueden ser agotadoras por esta misma razón. Uno solo presencia un difuso masacote de órganos y guitarras poco refinadas que parece eclipsar cualquier atisbo de melodía o creatividad. Sin embargo, dándole varias oportunidades, llega uno a entender el caos, y descubrir unos cuantos ganchos interesantes y pasajes instrumentales realmente poderosos. Como decía, no hay nada particularmente fabuloso en las aptitudes técnicas y compositivas de los integrantes. El líder y cantante Doug Ingle es sin dudas un organista muy competente. Los demás instrumentistas (Erik Braunn en guitarra, Lee Dorman en bajo y Ron Bushy en batería), por sí solos no hacen nada que impresione gran cosa, pero como ensemble grupal funcionan más que bien, entretejiendo una atmósfera opresiva y ácida que significa una deliciosa pesadilla sentarse a escuchar. Análogamente, las canciones en sí no destilan genio y brillantez compositiva, no son ninguna maravilla, pero en este caso la importancia está más en el sonido y en las atmósferas. Es un disco donde no importa tanto la calidad de las canciones como el aire ácido, hippie y oscuro que hay en ellas.
El tema más sobresaliente del disco es el que lleva su mismo título, y créanme que nunca un álbum se ha apoyado tanto en una sola pieza central para lograr popularidad y éxito artístico. No es que las restantes cinco canciones sean malas, nada de eso, pero de alguna forma se siente como que son relleno, material claramente de segunda, un séquito de siervos anónimos para acompañar al gran rey (waw! qué metafora deslumbrante. Borges, qué envidia no?). In-A-Gadda-Da-Vida es, en efecto, una de las composiciones más famosas, excesivas y monumentales de la era psicodélica; un jam pesado de diecisiete minutos de duración en el cual se suceden los climas, los solos extendidos y los instrumentos. Sinceramente no soy un gran devoto de la canción, ya que las ideas musicales que presenta son realmente RUDIMENTARIAS para semejante duración... Es decir; el esquema de un solo tras o otro parece bastante obvio... solo de órgano, solo de guitarra, solo de batería, segundo solo de órgano, y así sucesivamente; no se trata de un verdadero jam psicótico donde los instrumentos interactúan ajustadamente, sino que cada uno ofrece su "show" individual, mientras los demás o bien guardan silencio o bien repiten el riff una y otra vez. Pero tampoco es para tanto; hay gente que realmente ODIA este tema, pero a mí me gusta. Porque si bien es verdad que no hay ningún gancho o jam que nos vuele la cabeza, el sonido tiene algo de insólito, creativo y oscuro que realmente vale la pena escuchar. Una gótica cascada de órgano, digna de los mejores Doors, se eleva desde el silencio para dar paso al metálico riff inicial,que aunque extremadamente simple, es ya un clásico del rock psicodélico. Si la guitarra tuviera un tono un poco más musculoso y la producción ayudara, ese riff sería un verdadero y glorioso antecedente del heavy-metal, pero así como está parece un gusano malherido que nos adentra de a poco en un mundo subterráneo, maligno, cavernoso. Cuenta la leyenda que al momento de la grabación los tipos estaban tan sumergidos en ácido que Doug Ingle era incapaz de pronunciar bien la letra, y por lo tanto lo que debería ser In The Garden Of Eden, se convierte en el barboteo casi infantil que sirve de título para la placa. También se rumorea que la canción iba a ser un tema común y corriente de pocos minutos, pero debido al estado alucinado de la banda, la cosa se extendió y se extendió durante minutos y minutos de solos inacabables. Todos los solos son decentes y proveen una gran atmósfera psicodélica, aún cuando técnicamente no tienen nada de especial. Ustedes saben, no obstante, que no soy de los que creen que la música tiene que ser virtuosa para funcionar, y aquí estos sonidos, al principio un tanto insulsos y huecos, crean realmente un pasaje psicodélico primitivo pero de calidad, que despierta sensaciones de oscuridad y misterio. Mi parte favorita es el final, cuando la banda decide por fin arremeter con un VERDADERO jam psicótico donde todos los instrumentos se ponen salvajes y crean un groove espantosamente abrasivo y excitante. Todo comienza con un penetrante toque tribal de tambor, al que se le agrega un gran riff de bajo y más tarde los órganos y los rugientes feedbacks de Braunn. Realmente poderoso y atemporal, este momento de genuino encanto psicodélico nos conduce al final del tema reintroduciendo el riff principal por última vez.
Las demás canciones están bien supongo, aunque se confunden en una misma nube de música de la cual cada tanto sorprende algún elemento insólito o gratamente inesperado. Las dos primeras son mis favoritas del lote. Most Anything You Want cuenta con un riff competente, buenos solos de guitarra y órgano y una melodía vocal bastante memorable... pero lo más memorable quizá esté en el solo de órgano, que por momentos guarda innegable similitud con la legendaria intro de Light My Fire de los Doors. Flowers And Beads por su parte es una muy buena balada melódica que gana con una melodía pegadiza y varios juegos vocales realmente agradables al oído. Ésta también tiene un final sorpresivo, donde aparece un soberbio canto angelical salido prácticamente de la nada. Las otras tres siempre se me confunden y realmente no hay nada especial que decir de ellas; la fórmula siempre se repite, los sonidos son los mismos y las melodías no se pegan mucho. Eso sí, todas son realmente dignas de escucharse ya que suenan bien. Un momento destacable es el final de Termination, donde la banda ensaya un pasaje etéreo y hermoso durante unos segundos, del cual Pink Floyd ciertamente no se habría avergonzado.
Pues In-A-Gadda-Da-Vida es un buen disco que no tiene un solo momento realmente vergonzoso. No le puedo poner más que siete porque en definitiva ninguna de estas canciones me resulta esencial y la verdad es que el nivel de genuino disfrute que me provoca el álbum no es muy alto. Pero el sonido es interesante, curioso y distintivo, y ciertamente hay momentos que llaman mi atención. No tengo una conclusión más profunda que esta por ahora. Aunque sea rastreá este disco para tener la versión completa de la pista titular, uno de los temas más largos fuera del rock progresivo y una de las composiciones psicodélicas más especiales.
"It's the time of the season when love runs high"
1) Care Of Cell 44; 2) A Rose For Emily; 3) Maybe After He's Gone; 4) Beechwood Park; 5) Brief Candles; 6) Hung Upon A Dream; 7) Changes; 8) I Want Her She Wants Me; 9) This Will Be Our Year; 10) Butcher's Tale; 11) Friends Of Mine; 12) Time Of The Season.
mejor canción: Time of the season
Si estás buscando un álbum de sudoroso hard-rock, lleno de riffs bien crudos, solos asesinos, letras enfermizas y sexo derramándose por todos los costados, pues mi advertencia es: MANTENTE ALEJADO de Odessey And Oracle. Claro que si te interesa una colección con las más hermosas melodías pop jamás escritas, armonías vocales totalmente celestiales y deliciosos acordes de piano, entonces sí, corré a comprar este álbum. En serio, pocos clásicos de los 60 definen al anti-rock como esta gema oculta; casi nada de guitarra eléctrica, solo puro piano, órgano, clavicordio y mellotron a cargo del tecladista Rod Argent, más la voz suave y etérea de Colin Blunstone cantando las más delicadas melodías y coros. Alguna guitarra acústica puede llegar a colarse por algún resquicio si se lo permiten, pero creánme que no sucede a menudo y la guitarra eléctrica, cuando aparece, lo hace en una forma exclusivamente melódica, sutil y no en términos hendrixianos ni nada similar. Esta suave y celestial música pop tiene mucho de los Beatles y los Beach Boys (se me ocurre que Pet Sounds es casi una PLANTILLA para este álbum, mucho más de lo que fue para Sgt. Pepper's), sin embargo se ha eliminado cualquier vestigio de rock and roll, y en su lugar se han incorporado influencias de música clásica y algunos toques de psicodelia que definen un paraíso del pop de los 60, a través de un sonido cautivador y, sobre todas las cosas, hermoso. Simplemente hermoso.
Odessey And Oracle fue grabado como un "swan-song" a conciencia: es decir, que los tipos habían decidido disolver a los Zombies antes de comenzar y sabían que esta sería su última obra. Antes de ella los Zombies habían publicado tan solo un álbum y eran conocidos por algunos singles más o menos exitosos como She's Not There. Claro que Odessey no tuvo demasiada repercusión cuando finalmente fue publicado; los Zombies no eran muy conocidos en principio, y el álbum no tuvo la más mínima publicidad. Unos años más tarde, y gracias a la incansable promoción de entusiastas notables como el productor Al Kooper, el disco empezó a ser revalorizado por el público y con el tiempo se ha ido convirtiendo en un obligado clásico "underground" del rock de los 60. Y la verdad es que se lo merece plenamente. Por el tipo de música que ofrece uniformemente a lo largo de sus doce temas, Odessey And Oracle no me sacude ni me mueve en la misma forma que otros discos, pero no me caben dudas de que es digno de un ocho, básicamente porque es solvente de principio a fin, sin una sola canción mala y con melodías pegadizas y deliciosas aflorando como yuyos por todas partes.
Evidentemente a alguno le irritará la falta de vena rockera de Odessey And Oracle y no le será difícil descartarlo como un producto medio maricón, pero lo cierto es que esta falencia se ve compensada por todo tipo de maravillosas melodías y armonías, que por momentos alcanzan proporciones dignas de un coro de Bach (bueno, casi). No por eso el disco deja de ser un poco cansador y uniforme para mis oídos, pero aún así no paro de encontrar ganchos maestros a cada paso. El glorioso tema de apertura Care Of Cell 44 (sobre una mujer que recibe a su amante luego de que éste sale de prisión) es un buen ejemplo de ello: la melodía vocal no parece tan brillante de entrada, pero con las escuchas se te irá pegando como chicle en las encías y no te la podrás sacar más de encima. Pero además, el disco ofrece todo tipo de hermosas texturas instrumentales y una buena expresión de ellas puede encontrarse aquí, con esos etéreos mellotrones que se hamacan suvamente en detrás del ritmo. Ah! y también quería mencionar ese maravilloso quiebre vocal donde los miembros del grupo armonizan con una serie de "mm - bom! - mm - bom!" antes de que la voz principal arremeta como un pájaro en vuelo con el arrebatador "Feel so good you're coming home soon". La preciosa A Rose For Emily, basada en un cuento corto de William Faulkner, le sigue a continuación con su espectacular estribillo: "Emily, Emily can' you see?", con algunas armonías vocales sencillamente oooooohhhhhh tan bellas! Me estoy poniendo romántico de escuchar este tipo de cosas.
Lo cierto es que todas las canciones son parecidas ente sí, pero cada una tiene un gancho único. Maybe After He's Gone es la única que comienza con una intro de guitarra acústica y se ha convertido en una de mis favoritas por su ARROLLADOR estribillo armónico. Si te gusta el buen pop, este estribillo te tendrá levitando en menos de un segundo. Beechwood Park se destaca por su sobrias y entadoras melodías de guitarra dobro y órgano psicodélico. Brief Candles descolla con una melodía vocal EXUBERANTE y un estribillo inesperado sencillamente iluminador. Hung Up On A Dream es etérea y onírica, adornada con lujosos mellotrones, soberbias melodías de guitarra psicodélica y piano y efectos de eco que realzan su carácter levemente épico. Changes, con su estructura constante interrumpida y sus coros a-capella, es lo más cercano a un bodrio que econtraremos en el álbum, pero aún así la cosa no suena tan terrible luego de algunas escuchas; las armonías vocales salvan un poco la debilidad compositiva. I Want Her She Wants Me abre con una oscura línea de bajo que recuerda al más volado Pink Floyd de Syd Barret, pero inmediatamente la canción deriva en un saltarín y pegadizo número pop de clavicordio y tibios ululares en el fondo. This Will Be Our Year es otra fantástica joya de piano-pop, con sobresalientes toques de trompeta y trombón y otra melodía absolutamente inolvidable. La épica Butcher's Tale es definitivamente el momento más oscuro y atípico del álbum, gracias a una letra anti-bélica bastante virulenta y a una melodía teatral y levemente amenazante respaldada por una escueta instrumentación de acordeones. Fantástico! Friends Of Mine es una de las más alegres y risueñas de todo el álbum, pecando de una letra sumamente infantil realzada por el tono ensoñador que adquiere Colin en la voz. La parte del final en donde los Zombies empiezan a cantar tontamente distintos nombres de parejas amantes como "Joyce and Terry / Paul and Molly / Liz and Brian / Joy and David / Kim and Maggie / June and Daffy / Jean and Jim / And Jim and Christine..." es particularmente vergonzante por su abierta carga de ingenuidad. Pero todo se compensa por la enésima aparición de juegos vocales exquisitos, melodías adictivas y una atmósfera imposible de no disfrutar.
Para el final los Zombies reservaron la mejor canción y el más memorable clásico de toda su carrera: Time Of The Season es seguramente la canción menos azucarada y empalagosa de todo el álbum ya que está más cerca de ser un clásico single psicodélico, gracias a los fantásticos y filosos solos de órgano dibujados por Rod Argent y a la sutil oscuridad de su riff de bajo inicial, acompañado magistralmente con esas exhalaciones silenciosas. Sin embargo el mejor momento es el clásico estribillo, donde la canción se transforma por un rato en una celestial masa coral (abandonando por un momento su aire de psicodelia oscura) que hace las delicias de mis tímpanos.
Odessey And Oracle no es muy conocido y dudo que lo llegues a encontrar en alguna disquería común y corriente. Pero es un clásico absoluto. Puede no entusiasmarte demasiado, puede sonarte un poco blandito y fresita, pero no existe manera de negar la intoxicante grandeza de sus melodías, armonías y pujantes texturas sonoras que, como dije antes, entretejen un verdadero edén de pop de los sesentas.
"And there's no sorrow in the world that's left to trust"
1) S. F. Sorrow Is Born; 2) Bracelets Of Fingers; 3) She Says Good Morning; 4) Private Sorrow; 5) Balloon Is Burning; 6) Death; 7) Baron Saturday; 8) The Journey; 9) I See You; 10) Well Of Destiny; 11) Trust; 12) Old Man Going; 13) Loneliest Person.
BONUS: 14) Defecting Grey; 15) Mr Evasion; 16) Talkin' About The Good Times; 17) Walking Through My Dreams.
mejor canción: Trust
Este álbum fantasmagórico es uno de los grandes clásicos ocultos de la década del 60, o sea uno de esos discos olvidados que más tarde logran transformarse en objetos de culto. Es cierto que una vez que sabes un poco de rock ya empezás a escuchar sobre su existencia, pero a grosso modo puede decirse que a S.F. Sorrow no lo conoce nadie y que, es una apuesta segura, NO vas a escuchar ninguno de estos temas la próxima vez que sintonices tu estación FM de clásicos. Pero no nos quejemos; más dramática aún sería su situación si un tal Pete Townshend de una tal banda The Who nunca hubiera publicado una tal ópera rock Tommy, pues S.F. Sorrow es, para decirlo con todas las letras, la primera ópera rock de la historia del arte.
¿CÓMO? ¿NO ERA TOMMY LA PRIMERA OPERA ROCK DE LA HISTORIA DEL ARTE? No, y cada vez somos más los que sabemos que no (¡Únanse a la logia!). Tommy habrá sido la primera en tener éxito masivo y la que explotó al máximo el potencial de la idea, pero la primera es ésta, S.F. Sorrow, publicada un año antes y sirviendo, está clarísimo, de musa inspiradora para Townshend y su niño ciego que juega al pinball. Naturalmente, el narigón guitarrista de los Who, si llegara a leer esto, me impugnaría diciendo: "No te olvides, mequetrefe insolente, que DOS años antes YO escribí A Quick One While He's Away... ¿Y qué te pensás que es eso? ¿PROTO-PUNK?". Y tiene razón: en rigor Pete fue el inventor de la ópera rock, pero se necesitó de los Pretty Things para que el formato se extendiera a un álbum completo en vez de una mini-suite de nueve minutos. Lo que todavía no tiene S.F. Sorrow es esa integridad musical que uno espera en una opera rock. No hay repetición de temas, no hay leit-motivs, no hay reprises, no hay melodías que resurjan a lo largo del disco creando climas... Si no queremos prestarle atención a la historia que se cuenta, el disco puede ser perfectamente tomado como una simple colección de canciones sin relación alguna. Esa concepción de la ópera rock como composición global sí se la debemos a The Who y su Tommy.
¿Y quiénes son los Pretty Things? Una banda de la british invasion liderada por un tal Phil May y con integrantes tales como el guitarrista Dick Taylor, ex miembro de los Rolling Stones. Una banda que en sus inicios fue una versión aún más salvaje de los Stones, gracias a un combo de R&B muy suelto y muy oscuro que algunos recuerdan vagamente por semi-clásicos como Don't Bring Me Down. Pues bien, esta banda salvaje y rudimentaria será la absoluta pionera en ¡¡¡Operas rock!!! Y encima ¡¡¡PSICODÉLICAS!!! Caprichosos son los meandros del destino.
No me voy a gastar en reseñarles la historia que cuenta álbum, básicamente por que no la entiendo. Aunque no lo crean, es incluso más retorcida que la de Tommy, si bien es bastante parecida. Empieza con un chico, Sebastian Sorrow, que nace (It's a boy!!!), vive una vida más o menos rutinaria durante algunos años (se une al ejército y todo eso), un día de golpe conoce a un tal Baron Saturday y le pasan todo tipo de cosas muy narcotizadas, sueños místicos, viajes extraordinarios a la luna y vaya uno a saber qué otras cosas mágicas e increíbles con las cuales, calculo, se podría hacer una trilogía a lo Star Wars. Me importa un bledo, lo bueno acá es la música, que no se parece en realidad a una ópera rock; fuera de la forma, S.F. Sorrow es un álbum psicodélico hasta la médula en cuya comparación Tommy suena bastante normal. El potaje de extravaganzas, influencias y premoniciones que hay en S.F. Sorrow es algo que debe ser oído para ser creído. La producción no es exactamente la más refinada del mundo, por lo cual es posible que la primera vez que lo escuches todo te parezca un gran caos abrasivo. Pero ¡Qué FASCINANTE que es este caos! ¡Hombre! Parece increíble que una banda de R&B nos largue de pronto todas estas cosas psicodélicas vudú que parecen extraídas a hachazos del cerebro de un enfermo peligroso. Es verdad que los Rolling Stones lograron un prodigio de versatilidad bastante parecido cuando grabaron Satanic Majesties, pero me atrevería a decir que algunas partes de este disco igualan (y hasta superan) la locura ácida de aquella obra, o incluso de cosas como The Piper At The Gates Of Down. Es verdad que no hay muchas melodías rutilantes y los arreglos en general no son tan colorinches, pero con todas esas flautas, esas guitarras salvajes, esos coros angelicales, los tipos nos regalan una obra única que siempre me deja aplaudiendo de pie.
El álbum abre con una seguidilla aplastante de cuatro canciones que recomiendo escuchar a altísimo volumen para captar todo su poderío psicótico. Ese arranque acústico, marcial, imponente de S.F. Sorrow Is Born siempre me paraliza los pelitos de la nuca, y cuando entra el potente bajo a todo pulmón haciendo malabares e inyectando ritmo por todos los poros, parece que el paraíso psicodélico está ahí al alcance de la mano. Luego se agregan toques de guitarra eléctrica bien ácida, unas trompetas sublimes y reptantes masas de mellotron, mientras Phil May canta una melodía vibrante y llena de vida. La introducción es inmejorable, pero las cosas maravillosas recién comienzan. La siguiente Bracelets Of Fingers es una pieza pop un tanto bizarra, sobre todo por lo heterodoxo de su base rítimica y sus caprichosas dinámicas, que incluyen un EXCELENTE intermezzo de sitar y cuerdas psicodélicas que justifica por sí mismo el precio de entrada. El pop de She Says Good Morning, sin ser menos raro, tiene una de las melodías vocales más enfermizas y adictivas de todo el disco. Las voces suenan raras, desencajadas, pero el efecto que logran es totalmente pegajoso, especialmente con ese tremendo bajo de fondo y las guitarras que, a pura distorsión, comulgan con el filo salvaje del tema. El ciclo de genialidades continúa con la exhuberante Private Sorrow, que tras de una breve intro acústica explota en una FENOMENAL marcha guerrera (a falta de mejor tipificación) que recuerda un poco al mejor Jethro Tull. ¡Caray! ¿Es que hay algo que suene más cool que eso? No, no, no. Todo es brillante.
Ballon Burning no viene precisamente a bajar las revoluciones, y nos entrega un jam psicótico de altísimo vuelo lisérgico cuyo masivo quiebre instrumental me huele muchísimo a Yes y, por extensión, a rock progresivo. Los dibujos que hacen las guitarras, imprevisibles como un camino en la oscuridad, otorgan una fascinación sin par, mientras de pronto surgen campanitas y otras cosas que... Bah! Andá a escuchar y fijate. Cada vez estamos más sumergidos en el mundo siniestro, subterráneo y vaporoso de S.F. Sorrow. La música, acordemente, se hace más y más asfixiante. Llegan entonces Death, regalándonos una nueva dosis de atmósferas inquietantes, y la centerpiece Baron Saturday, con su melodía vocal tan pegadiza como irritante, y un crescendo percusivo de pesadilla que humea muerte y maldad. The Journey aparece entonces para poner un breve parentesis de paz acústica entre tanta abrasividad, aunque sobre el final se degenera totalmente en un noise-fest ULTRA psicodélico donde Dick Taylor descarga una serie de solos brutales que te quemarán las neuronas si estás demasiado cerca (Mientras tanto, suenan los únicos reprises del disco, con algunos recortes de fondo de las canciones previas). I See You es otro número de calidad donde se mezclan más guitarras psicodélicas (que, no es broma, predicen nada menos que a King Crimson), con ecos misteriosos y un estribillo de lo más pomposo, aunque muy agradable.
Luego del breve y tonto collage avant-garde de Well Of Destiny, llegamos a la pieza cumbre del álbum. Súbitamente, lo que venía siendo una orgía de extravagancia abrasiva pega un vuelco dramático hacia la más absoluta belleza de Trust, una nube delicada de coros celestiales, con una melodía colmada de sentimiento que emociona casi hasta las lágrimas. Un clásico absoluto que no tiene mucho que envidiarle a sus pares de la British Invasion. Sí, este disco tiene de todo. También tiene a Old Man Going, que retoma sin escrúpulos la oscuridad y la vena rabiosa a través de un bajo RUTILANTE, coros infernales y riffeos decapitadores que te sumergerán en las más vastas pesadillas. Ese rave-up ácido que hace ignición al minuto y tres cuartos de duración es DRAMÁTICO, y rockea más fiero que cualquier otra canción psicodélica de los 60's. Eso INCLUYE a Purple Haze. Luego de este brusco pico de adrenalina llega el momento de despedirse con la cortísima Loneliest Person, una melodía adorable y evocativa que cierra el disco con una pincelada simple de triste desolación, marcando un efectivísimo contraste con el resto del material.
S.F. Sorrow quizás no sea, como alguno ha sugerido, la obra maestra definitiva de la psicodelia británica, pero ciertamente está ahí nomás. Puede perfectamente integrar un trío dorado junto a Satanic Majesties y The Piper At The Gates Of Down y eso ya dice bastante sobre la calidad del álbum. Hay versiones que traen un puñado de EXCELENTES bonus tracks, sobre todo Defecting Grey, una suite sin pies ni cabeza que cuenta con torbellinos instrumentales de increíble vigor. Pero todos, los cuatro, valen la pena una escucha. Así que ya sabes: si la psicodelia británica está mínimamente en tu panóptico de intereses, S.F. Sorrow es una obra vital, la joya psicodélica olvidada por antonomasia. Mellotrones oscuros, flautas, armonías bizarras, tonos de guitarra viciosos para hacerse un picnic, premoniciones asombrosas (¡¡¡Mencioné trazos de Crimson, Yes y Jethro Tull!!!); en fin, un mundo aparte. Las frecuentes asociaciones con Tommy son válidas, pero no dicen nada porque entre ambos álbumes hay tanto parecido como entre una avioneta y una mandarina. Me podría jugar la vida y darle 9 puntos, pero no me animo ya que, en definitiva, la fascinación del álbum radica más en lo extremo y caótico de sus jams psicóticos que en la contundencia de sus melodías o el genio de sus arreglos y acepto que ocasionalmente pueden volverse cansadores. Igualmente, se lo recomiendo a cualquiera con el más fervoroso de los fervores.
"Now won't somebody tell me what's wrong?"
1) Summertime Blues; 2) Rock Me Baby; 3) Doctor Please; 4) Out Of Focus; 5) Parchment Farm; 6) Second Time Around.
mejor canción: Summertime blues
Supongo que la única excusa válida para valorar a Vincebus Eruptum es que se trata de un álbum VERDADERAMENTE pesado para su época. Por esta razón algunos cultores del heavy-metal lo consideran un mojón fundamental en el desarrollo del género. Para mis oídos, el álbum suena tan solo un pelito menos duro que el debut de Led Zeppelin, lo cual resulta bastante impresionante si tenemos en cuenta que Vincebus Eruptum es nada menos que el debut de Blue Cheer, y que data de junio de 1968, casi un año antes de que Jimmy Page y sus amigos sacudieran la escena. Ahora bien, tampoco alcanzo a ver que este disco rockee mucho más duro que el (infinitamente superior) debut de Jimi Hendrix, ni tampoco entiendo qué influencia decisiva pueda ejercer sobre el Heavy Metal. Es decir, entiendo que sea extremadamente duro y extremadamente pesado, pero esto mismo se había escuchado antes en temas de Jimi como Manic Depression o Purple Haze. No es realmente un álbum muy revolucionario... ¿Desde cuándo es revolucionario imitar a Hendrix sin la octava parte de su talento? Sí, evidentemente es un álbum bien heavy, bien rockero, bien denso y oscuro... pero nada más hay bajo el sol.
Blue Cheer empezó como "power-trio" estadounidense conformado por el bajista Dickie Peterson, el guitarrista Leigh Stephens y el baterista Paul Whaley. A diferencia de sus pares como Jefferson Airplane y The Grateful Dead, no tenían mucho interés ni en la psicodelia hippie, ni en el folk-rock... Blue Cheer solo quería rockear, y quería rockear duro, bien bien duro. En este sentido, la única competencia geográficamente cercana en ese momento se encarnaba en Iron Butterfly, pero siendo honesto tengo que decir que Vincebus Eruptum suena dos o tres veces más violento, agresivo y oscuro que cualquier canción de la "mariposa de hierro". A pesar de lo que se pueda pensar, la música de este disco no es realmente heavy-metal; es hard-rock tradicional, con sus correspondientes toques de blues (El single principal es nada menos que un cover de Eddie Cochran!), solo que llevado al extremo con un tono de guitarra absoluta, total y completamente CRUDO. Por momentos suena un poco como los primeros temas de The Jimi Hendrix Experience, solo que con una performance grupal muchísimo más rudimentaria, agresiva y amateur. Si Jimi podría volar los techos de la casa con su potencia, también era capaz de las más delicadas sutilezas (o sutiles delicadezas, lo mismo da) En cambio Blue Cheer es puro bombardeo de watios y nada más, una orgía de guitarras pesadas y distorsionadas, bajos pesados y disorsionados tocados a lo bestia bruta. George Starostin dijo por ahí que Vincebus Eruptum era una especie de Hendrix canibalizado, deformado y violado... y me parece una definición acertada de esta música. Si tengo que aportar mi propia tesis, diría que se trata de una seria anticipación de Led Zeppelin, pero muchísmo menos refinado y talentoso.
¿Entonces que es exactamente lo que ofrece Vincebus Eruptum? Rock pesado. ¿Te gusta el rock pesado? Si te gusta, algo de atractivo y excitante hallarás en el álbum... es lo que me sucede a mí. Ahora bien, el hard-rock profesional es ruidoso, pero no es ruido; hay riffs pegadizos, melodías agradables, solos virtuosos, ritmos contagiosos etc. Esto, en cambio, por momentos se acerca mucho a ser ruido puro aleatorio y monótono que bordea lo incompetente. Pero la impresión que me da no es que los tipos aspiraban a algo mucho mas refinado y de puro inútiles que eran les salió esta tortura... sino que en realidad, ESTO era exactamente lo que querían desde el vamos: hacer de su música la cosa más cruda, viceral, caótica, primitiva y desorganizada posible. Los seis temas son como seis monstruosos dinosaurios de pura distorsión que vendrían muy bien para espantar a los invitados de una fiesta cuando quieres ya que se vayan todos de tu casa. O para tus abuelos, si quieres que se mueran de disgusto y te dejen alguna herencia... Cero puntos en composición, cero puntos en melodía, cero puntos en virtuosismo, cero puntos en variedad, cero puntos en todo... excepto en potencia. Distorsión ruidosa, caótica y oscura, a todo volumen de principio a fin, con algunos riffs MUY rudimentarios y gritos pelados de Peterson en todos los rincones. Eso es Vincebus Eruptum.
Los temas son todos casi idénticos, atravesados por los mismos tonos de guitarra enloquecidos y las mismas vocales gritonas. Insisto que no suena como heavy metal, sino como blues-rock extremo y vicioso. Es casi imposible diferenciar entre temas buenos y malos: o son todos buenos o son todos malos, según te guste o no este tipo de música. A mí me gusta pero la verdad me cansa mucho; digamos que los ruidos de guitarra funcionan cuando se intercalan con otros recursos, pero cuando todo el maldito álbum se trata de guitarras eléctricas siendo violadas por tres lunáticos fascinerosos, me cansa y hasta me aburre. Claro que tengo mis temas favoritos y mis temas no-favoritos. Doctor Please, por ejemplo, es una verdadero instrumento de tortura: durante OCHO MALDITOS MINUTOS (la duración de Stairway To Heaven, por ejemplo) la cosa te ataca con todo tipo de ruidos crudos, viciosos, sucios, desarticulados y toscos... Es gracioso; el riff suena completamente amateur, como tocado por un aprendiz de lechero; (yo mismo podría escribir un riff que sonaría como Bach al lado de esto), los solos son extremadamente virulentos y no superan las dos notas de rango, el ritmo está todo quebrado y mutilado, los gritos de Petersen son lo más atonal que escuché en mi vida y los tonos son tan crudos como un cerdito que todavía no han terminado de matar a palazos. Es musicalmente horrible y tortuosa... supongo que es interesante, como una terapia de catarsis psíquica o algo así... pero vaya que la Santa Inquisisión se hubiera hecho un festín con este tema... Ah brujas, ateos y traidores a la Iglesia, ponganse a rezar porque de otra forma se los encierra en una habitación con Doctor Please a todo volumen, repetido hasta la muerte. Yo prefiero el garrote, muchas gracias.
Conste que los cinco temas restantes son IGUALES de tortuosos en cuanto a la naturaleza del sonido, pero ya no suenan tan desfachatadamente primitivos e incompetentes. El cover de Summertime Blues, por ejemplo, tiene un buen ritmo de graves retumbantes que hará subir de temperatura tu sangre y una completo calco del riff de Foxy Lady como introducción. Rock Me Baby ostenta un riff de blues sorprendentemente refinado para lo que es el disco, Out Of Focus empieza con un buen riff que a hendrix no le hubiera caído mal en alguno de sus discos y Second Time Around ofrece unos versos bien poderosos que realmente te enganchan con su buena presentación. Pero son apenas momentos, pequeños oasis de calidad en medio de un tormentoso océano de ruido y distorsión que puede ser fascinante, claro que sí; algunos sonidos de guitarra son directamente TERRORIFICOS, pero diría que necesito algo más que ruidos curiosos en un álbum que merezca ser llamado "bueno".
No es mi plato realmente; me encanta el rock pesado, pero siempre y cuando esté balanceado con buenas performances e inteligentes matices. El ruido y la distorsión puestos por la sola intención de hacer ruido y distorsión no me convence, y Vincebus Eruptum es ruido. Rockea lindo en contados momentos, pero se torna tedioso, monótono, insufrible e incompetente a la larga. Por lo menos, así lo veo yo.
"Will time make men more sane?"
1) Shapes Of Things; 2) Let Me Love You; 3) Morning Dew; 4) You Shook Me; 5) Ol' Man River; 6) Greensleeves; 7) Rock My Plimsoul; 8) Beck's Bolero; 9) Blues Deluxe; 10) I Ain't Superstitious.
mejor canción: I ain't superstitious
¡Blues rock! ¡Y del bueno! Si te gustaron los dos primeros álbumes de Led Zeppelin, es obligatorio darle una oída a Truth, el debut de la carrera solista de Jeff Beck. ¿Conocen a Jeff Beck cierto? Es verdad que su carrera solista no fue demasiado impresionante, pero hay que reconocer que el hombre es un genio de guitarrista, tanto como Clapton, Page y Hendrix; SI! Es de ESA liga. Ya saben esa ley de que los mejores guitarristas no suelen ser muy buenos compositores; pues Jeff Beck no es ninguna excepción en ese sentido: cero, cero composición de canciones, pero realmente una excelente técnica para la guitarra de rock, al punto de que muchos lo consideran entre los más grandes que jamás hayan tocado. Junto a Eric Clapton y Jimmy Page, fue uno de los guitarristas inmortales que ocupó un puesto en los Yardbirds, y mientras éstos empezaban a derivar hacia Led Zeppelin de la mano de Page, Jeff reunió su propio grupo, al cual en un rapto de imaginación llamó "The Jeff Beck Group", y se lanzó al mercado con este buen álbum de blues-rock tradicional.
Truth fue publicado ANTES que cualquier disco de Led Zeppelin, y mentiría si dijera que no constituye un antecedente de peso para la "inesperada" explosión del dirigible. Por eso es considerado como un disco importante; se trata de uno de los mojones rompe-esquemas e influyentes de la evolución del hard-rock, luego de las obras relevantes de Cream y Hendrix, e inmediatamente antes de la irrupción de Zeppelin. Tengo que admitir que este álbum NI SE ACERCA a rockear tan fiero y duro como lo hacen Led Zeppelin 1 y 2; algunos ilusos dirán que sí, pero lo cierto es que no hay posibilidad alguna; Communication Breakdown, tan solo, MUTILA a cualquiera de estos temas en materia de adrenalina y furia rockera. Pero lo que sí hay de parecido es el enfoque: blues-rock bien sucio, bien básico, infestado de extendidos jams bluseros y tonos de guitarra eléctrica realmente infartantes, que ocasionalmente explotan desde el parlante con una claridad y una potencia espectaculares. Más que nada en los innovadores tonos de guitarra está la posible influencia que Truth tuvo en la mente de Jimmy Page. Seguramente Jimmy escuchó el álbum de su amigo, se sintió inspirado por él y se le ocurrió que Led Zeppelin debía hacer el mismo tipo de música, solo que mucho más endurecida y pesada. Como dije antes, nunca se te ocurra que Truth te va a dar la misma energía que los primeros dos de Zepp, pero escucharlo como un antecedente importante, que lo es, no te dejará decepción alguna.
Una muy buena noticia es que el cantante de The Jeff Beck Group es nada menos que Rod Stewart. Seguramente todos recordarán a este tipo por su insulso soft-rock de FM, pero en sus comienzos Stewart era un flor de cantante de blues, con una voz inolvidable y rockera que le da a la música, excelente de por sí, un filo sensual extraordinario. También tenemos al eterno Ronnie Wood, el conocido violero actual de los Stones, tocando el bajo. Buena banda eh? Prometía mucho, lástima que por algún motivo nunca llegó más lejos que este álbum, dispersándose poco después. Pues entonces: blues rock, revolucionario en muchos aspectos, repleto de tonos y trucos de guitarra que te convencerán que Beck era uno de los grandes, y una vena de rock pesado aceptable pero que claramente no llegó al punto máximo en este álbum... para eso vendría Led Zeppelin poco tiempo después. Ahora las canciones.
Como se imaginarán, Truth no es una proeza de la composición de temas. La gran mayoría de los títulos son covers de blues, jams aleatorios y composiciones genéricas. Lo que brilla completamente es la interpretación, que muestra a Beck lanzando todo tipo de endemoniados solos y a Rod Stewart cantando como la gran puta. El tema de apertura, Shapes Of Things, es una reinterpretación de un viejo single de los Yardbirds y no está nada mal para comenzar; tiene un trepidante riff inicial que prefigura el tema de Zeppelin Out On The Tiles y aunque la melodía es un tanto caótica e incierta, el tema se pone realmente muy bueno cuando re-entra el riff principal en crescendo y Stewart remata con ese "sayyyy-hiiiiiiiii-hiiiiiiiii" en perfecto falseto; me ENCANTA esa partecita. Y lo mejor viene a partir del minuto y cuarto, cuando Jeff arremete con una serie de solos y feedbacks atronadores que anticipan CLARAMENTE el sonido más aplastante de Led Zeppelin. El siguiente tema es aún mejor: se trata del ajustado número de puro blues Let Me Love You, uno de los pocos originales de la banda; el riff principal recuerda un poco a Cream, a través de un prominente bajo, un ritmo imparable y la fantástica guitarra de Jeff Beck; la performance vocal de Rod Stewart vuelve a ser arrolladora, sobre todo con esas poderosas notas que dispara Beck entre cada verso. Pero la mejor parte vuelve a ser el brillante solo de Beck, quien lanza algunos de los tonos más fantásticos que puedan escucharse, especialmente en el jam "calmo" del final. Excelente tema, blues-rock en su más pura expresión, uno de los mejores del álbum. La épica Morning Dew también tiene buenas intenciones, a través de una melodía vocal realmente expresiva, llena de alma y más partes sutiles de fenomenal guitarra eléctrica y wah-wah. El cover de You Shook Me, de Willie Dixon, no está nada mal, pero ciertamente parece flaco y soporífero en comparación a la vibrante interpretación que Led Zeppelin daría unos meses más tarde. Mientras en aquella versión, todo era pura distorsión y guitarra, aquí está mas acentuado el piano; es mucho más tranquila. Ol' Man River, otro cover de blues, es uno de esos temas largos, lentos y letárgicos que no destilan mucha adrenalina pero sí mucha alma... ¿Cómo podía ser de otra forma con un cantante como Stewart? No obstante, no es gran cosa y es fácil uno de los temas más flojos y vagos del álbum; aún así no está nada mal.
La segunda mitad empieza con una preciosa viñeta acústica que parece fuera de lugar, el popular tema clásico Greensleeves, antes de sumergirnos en otro infernal groove de blues-rock en Rock My Plimsoul, con un riff amenazante y sucio que sencillamente me patea el hígado con su evidente genialidad. Otro tema digno de mención es el instrumental Beck's Bolero, acreditado a Jimmy Page e interpretado por una superbanda de aquellas; Jimmy Page y Jeff Beck en guitarras, John Paul Jones en bajo, Nicky Hopkins (de los Stones) en piano y Keith Moon en batería. Los motivos y circunstancias por las que este verdadero "dream team" efectivamente se materializó no están del todo claros, lo que sí está claro es que esta extraña composición rockea a todo motor; se trata de una versión rockera del famoso Bolero de Ravel, llevado por un insistente y marcial ritmo de guitarras acústicas y rematada por perforadores tonos de eléctrica que comienzan con mesurados solos para ir atacando más tarde con todo tipo de feroces slides, feedbacks y riffs asesinos, sobre todo a partir del minuto y medio, donde un alarido enloquecido de Moon da el puntapié para que la canción se degenere en un riffest devastador que te va a volar en mil pedacitos. Hay un pequeño momento a los cuarenta segundos de empezada la canción, en donde la guitarra de Beck (o Page?) tira unas notitas que parecen inventar de pronto el sonido de marca de ¡David Gilmour! Sorprendente, verdaderamente sorprendente. Aguzando el oído, se advierte que en el tema de Zeppelin How Many More Times, Page replica algunos fragmentos del Beck's Bolero en el extendido jam del medio. Antes del final nos queda el jam en vivo de Blues Deluxe, esencialmente un blues de piano donde Stewart la rompe totalmente, antes de sumergirnos en el FEROZ cover de Dixon I Ain't Superstitious, que te tendrá volando de un lado a otro de la casa con su retumbante groove de inadulterado blues-rock y sus miles de ESCALOFRIANTES breaks de guitarra wah-wah inventados por el genio de Jeff Beck. Prestar atención a los solos que empiezan a los dos minutos y a los tres minutos y medio; si la guitarra de Beck no es una peligrosa bestia aullando por sangre no sé qué es. Brillante.
Repito: si el hard-rock es uno de tus intereses, no podés dormir sin tener este álbum. Definitivamente no te revolverá las tripas tanto como ya-sabes-qué, pero sinceramente rockea como la gran puta, casi más que Jimi Hendrix (Voodoo Child aparte, claro está). Además, tenerlo te permitirá iniciarte en la obra de un guitarrista fundamental como lo es Jeff Beck, quien desafortunadamente no volvería a tener muchos picos de brillantez como éste.
"Remember that I told you to be free"
1) Like Honey; 2) Liar; 3) Be Free; 4) Schoolgirl; 5) Dance In The Smoke; 6) Lonely Hard Road; 7) The Feeling's Inside; 8) Freefall; 9) Stepping Stone; 10) Bring You Joy.
mejor canción: Be free
El álbum debut de Argent se llama exactamente igual que el grupo, como suele ocurrir con muchos álbumes debut, y suena exactamente igual que los Zombies, como suele ocurrir con muchos álbumes de los Zombies. Jeje. Ok, no suena EXACTAMENTE IGUAL a los Zombies , pero sí bastante parecido y esto es, se me ocurre, porque de el fundador y líder de Argent es nada menos que Rod Argent (Oh! De ahí el nombre!!!), ex-tecladista y hombre fuerte de los creadores de Oddesey And Oracle. Para colmo, el cantante con el que se juntó para la nueva banda, un tal Russ Ballard, ¡Canta casi idéntico a Colin Blunstone! No es que tenga un problema con esto: a mí ME ENCANTAN los Zombies y ¿Qué mejor que un nuevo grupo con Rod Argent y un cantante similar a Blunstone que continúe con la vieja y sana tradición? ¿QUÉ MEJOR? Si me dijeras que es una banda cualquiera que salió de cualquier lado, podría protestar, pero el hecho de que el proyecto sea de Rod Argent le da cierta legitimidad al hecho de que suene como los Zombies Revisited y no revolucione absolutamente nada.
Ahora, si estás esperando un nuevo Oddesey And Oracle, pues mejor olvídalo. Rod Argent no era TAN ladrón y si bien en términos generales las semejanzas con su anterior grupo son innegables, también hay una buena dosis de elementos totalmente nuevos que convierten a Argent en mucho más que una simple copia, y les aseguro que hay más diferencias entre este álbum y los Zombies que entre bandas como Travis y Coldplay, por poner un triste ejemplo de nuestra triste actualidad. Basta con escuchar uno o dos temas de para comprobar que Argent, de acuerdo con su formación y sus gustos, enfatizó el costado "oscuro", "jazzero" y "progresivo" de los Zombies, reduciéndole al estilo importantes dosis de dulzura y azúcar. O sea, más en la onda de Butcher's Tale o Time Of The Season que en la de Friends Of Mine o Care Of Cell 44. Y si bien en términos de consistencia creo que la masterpiece de los Zombies ofrece un pelito más, el sonido de Argent es significativamente más versátil y más interesante para escuchar. Si el problema de los Zombies era que por momentos se hacían demasiado poppy y no alteraban la fórmula, Argent tuerce un poco la mano y si bien esto sigue siendo bastante pop, hay un montón de otras cosas que dan para excitarse o, al menos, para refrescarse: riffeos y solos de guitarra eléctrica, pasajes jazzeros de órgano, atmósferas oscuras, suites semi-progresivas, armonías vocales menos recargadas y melodías que, sin dejar de ser pegadizas, jamás empalagan.
Pero la mejor noticia que puedo darles, además del interesante combo de pop - jazz - prog, es que la mayoría de las canciones van de muy buenas a excelentes. Resulta que no solo Rod Argent compone temas; también Russ Ballard aporta sus creaciones y la verdad es que no hay diferencias de calidad (aunque sí de cantidad) entre ambos. Tres canciones hay de Ballard y las tres me encantan, ESPECIALMENTE Schoolgirl, que es una auténtica joya melódica realzada por unos magníficos acordes de teclado jazzero, solos de piano y excitantes juegos de percusión. Otra es Liar, que fue publicada como single: no es la opción más obvia, francamente, pero eso no significa que sea mala. El principal atractivo de Liar está en los impecables solos jazz de guitarra y piano y en la extraña atmósfera oscura que crean, sobre todo con esos furibundos gritos de "LIAR! LIAR!" en medio del suave groove. La otra pieza de Ballard es Lonely Hard Road, un irresistible ejercicio de soul que cuenta una de las pistas rítmicas más pegadizas del disco (batería y piano) y una extraordinaria performance vocal de Ballard. Quizás ésta no sobresalga tanto como las dos anteriores debido a que se extiende demasiado en un jam jazzero no tan inspirado, pero la verdad no tengo mayor queja: cualquier cosa que huela a jazz es bienvenida.
El resto de los temas son obras de Rod Argent y si bien sobre el final del disco aparecen dos o tres relativamente flojos, su arsenal no está extento de grandes gemas para el recuerdo. Be Free, sin lugar a dudas, es una de ellas. Comienza con un excelente riff de guitarra eléctrica y de allí en más entra en una cascada dinámica consistente en una melodía vocal notable, sobre todo en el estribillo, solos de órgano y hasta un riff de hard-rock intercalado por ahí para sorprender cuando menos se lo espera. La apertura Like Honey, con su espectacular intro de guitarra que parece una mezcla entre Babe I'm Gonna Leave You de Zeppelin y House Of The Rising Sun de los Animals, y la extensa Dance In The Smoke son lo más progresivo del álbum. Ambas entran en la liga de lo "enteramente disfrutable sin ser espectacular". La primera tiene una sección pop bastante agradable, y la segunda consta de unas líneas de órgano a lo Genesis muy, muy, muy interesantes, a pesar de que la melodía (buena) se puede hacer un tantito repetitiva. En realidad las siete primeras canciones son todas realmente muy buenas: completa el segmento la oscura e intensa balada The Feeling's Inside, donde el magnífico órgano de Rod vuelve a adquirir un papel protagónico.
Las tres últimas canciones están más o menos en un nivel inferior, aunque suenan agradables y ninguna realmente desentona. Freefall combina un groove jazzero promedio con algunas armonías recordatorias de los Zombies; lo mejor es el impecable solo de teclado que se manda Rod en el medio: daría lo que fuera por poder tocar un solo así en alguna de mis canciones ¿Pido mucho? Stepping Stone es el tema más rockero de todo el disco, pero no hay nada especialmente relevante para destacar mientras que el inflado cierre de Bring You Joy, una balada de jazz un tanto bombástica donde Ballard lleva su voz a ciertas alturas extremas sin demasiado éxito, aunque la melodía es buena y, nuevamente, los garabateos de piano de Argent hacen que la escucha siempre valga la pena.
Argent no se trata de un disco ESPECTACULAR ni nada similar. No obstante, su consistencia, sus ocasionales gemas y sus excelentes arreglos, más el hecho de que se trata de un álbum relativamente desconocido que siempre satisface encontrar, lo convierten en una sorpresa sumamente grata que, si me preguntan a mí, reemplaza sin ningún tipo de problemas a Oddesey And Oracle. Bah, no lo reemplaza (¿Porque quién es el idiota que reemplaza un álbum excelente con otro si se pueden tener ambos?) sino que se para al lado y le llega a la misma altura. En palabras que se pueden entender: son los dos igual de buenos y disfruto por igual de uno y de otro (y hasta diría que disfruto más ÉSTE). Si hay alguna forma de que lo consigas, huelga decir que lo recomiendo sin hesitar.
"Dreams of milk and honey are running through my head"
1) Blood Of The Sun; 2) Long Red; 3) Better Watch Out; 4) Blind Man; 5) Baby I'm Down; 6) Dreams Of Milk And Honey; 7) Storyteller Man; 8) This Wheel's On Fire; 9) Look To The Wind; 10) Southbound Train; 11) Because You Are My Friend.
mejor canción: Southbound train
Mmm. Nadie parece acordarse mucho de Leslie West, y mucho menos de este disco. Para quien pueda interesarle, Mountain es un álbum de blues y hard-rock, repleto de riffs y fuertemente inspirado en la obra de Cream; Leslie estaba FASCINADO con los woman-tones de Clapton y se ve que no escatima en esfuerzos para imitarlo. De hecho, esta música puede ser considerada como la continuación del legado estilístico de Cream en los setentas y del otro lado del atlántico... y cómo no iba a ser de otra manera, si el productor es nada menos que ¡Felix Pappalardi! En realidad, se suele considerar a Mountain como los continuadores de Cream; pero no me refiero a este álbum, me refiero a la banda que Leslie y Félix formaron a continuación tomando el nombre del álbum debut del guitarrista. En general, a esta obra le falta el costado psicodélico de Cream (que en Mountain sería dado por Félix) , pero si de riffs, blues y fuerza rockera hablamos, Leslie no falla gente.
Claro que tampoco esperen una copia carbónica del super-trío de Clapton, Baker y Bruce. En realidad, las semejanzas con aquel se dan más que nada en los espectaculares tonos de guitarra claptoniana que nos ofrece West. Ah, el muchacho, por cierto es un buen guitarrista, un excelente cantante y un decente compositor de blues-rock; un rock no demasiado original ni nada, pero suficientemente crudo y apretado como para excitar. La voz de Leslie es más que adecuada para un álbum de estas características: fiera, penetrante, cruda, fogosa... es verdad que los tonos excesivamente gritones que adquiere en la mayoría de los temas puede hartar y mucho, pero para mis oídos es solo un detalle menor. Digo que es solo un detalle porque la cantidad de riffs excelentes de los que dispone Mountain satisfará al más adicto fan del hard-rock, nadie puede quejarse en ese sentido. Y no solo riffs aparecen aquí; también hay nutridos pasajes de órganos, melodías primitivas y más crudas que el jamón crudo, unas cuantas guitarras acústicas y excelentes líneas de bajo. En fin, no mucho más que un sólido y disfrutable álbum de rock and roll, a cargo de uno de los músicos más injustamente olvidados y tenidos en cuenta. El gordo, viejo y querido Leslie West.
Se puede decir que el álbum es un poco monótono, ya que en general la fórmula básica se repite en todos los temas (exceptuando Because You Are My Friend). Pero cualquier problema de diversidad de compensa con el buen nivel de calidad compositivo, que se mantiene bastante uniforme en todas las canciones. Hay un cover de Bob Dylan (!?!?), This Wheel's On Fire, que no me parece particularmente logrado; nunca escuché la versión original, pero lo que hay aquí apenas pasa como un genérico y aburrido hard-rock sin ningún riff particularmente memorable, una melodía vocal débil y casi aleatoria y un permanente ruido de guitarras chapuceras que no hacen nada atractivo. Las demás canciones en cambio son realmente buenas, aportando todo tipo de melodías competentes y riffs inteligentes para el paladar rockero. Uno de los puntos más elevados es sin dudas el tema de apertura, la inolvidable Blood Of The Sun, que nos sorprende de entrada con un espectacular riff bien robusto, crudo e increíblemente pegadizo que te tendrá sacudiendo el trasero como una bailarina de cabaret. La canción en sí no es mucho más que el riff sirviendo de esqueleto para que Leslie se mande un par de gritos voraces, pero no importa, porque, MAN! Es un PEDAZO de riff, se los aseguro. Aún mejor es el fantástico rocker Dreams Of Milk And Honey, cuyo excelente riff inicial grita ¡¡¡CREAM!!! a los cuatro vientos y sin vergüenza, y NI HABLAR de las pequeñas notas que tira Leslie entre los versos, que directamente me hacen pensar que un pedazo de Disraeli Gears quedó atorado por ahí. Sin embargo es Southbound Train la canción que hace valer mi día; este notable blues está basado en un riff ultra-repetitivo y rudimentario, pero que conforma un groove de rock inexpugnable, un ritmo asesino, totalmente irresistible que es simplemente el paraíso del blues-rock, todo coronado por la mejor performance vocal de Leslie en Mountain.
Este álbum es pura tripa, sudor y agallas, no hay mucho lugar para la belleza. La balada acústica Long Red podría ser vista como una notable excepción, gracias a una INCREÍBLE melodía de órgano, que suena maravillosamente como una antigua tonada folklórica galesa o algo por el estilo. Exactamente el mismo estilo (órgano + guitarra acústica) aparece en Storyteller Man, que cuenta con otra agradable frase introductoria de órgano y la que probablemente sea la mejor melodía vocal de todo el álbum. Las últimas cuotas de distinción las entrega Better Watch Out con su peculiar riff electro-acústico cuya extraña melodía constituye una de las mejores cosas del álbum mientras que Blind Man es el típico número de blues lento y genérico. Por su parte, las competentes pero levemente ordinarias Baby And Down y Look To The Wind repiten la misma fórmula sin otorgar ningún matiz demasiado efectivo, aunque a decir verdad el tono de la guitarra solista de Baby I'm Down y los toques de ¿VIOLIN? ¿FLAUTA? ¿QUE DEMONIOS ES ESO? de Look To The Wind son ciertamente rescatables. Nos queda entonces para el final la delicada y despojada Because You Are My Friend, donde solo escuchamos una hermosa pista acústica bucólica (no alejada de la onda que utilizaría Led Zeppelin al año siguiente) y la voz de West, quien esta vez canta en un tono reflexivo y reposado una suelta melodía blusera que a pesar de su sencillez y cero-pretención, es una delicia para mis oídos luego de la tormenta eléctrica que la precede.
Les digo que es muy poco probable que alguna vez vean este álbum en el escaparate de alguna tienda. Si por alguno de esos milagros que se dan una vez en la vida llegan a verlo, no desperdicien la oportunidad. Mountain es rock clásico en su cara más simple, desinflada y disfrutable. Una pequeña joya oculta que ningún fan del rock and roll de los sesente puede rechazar.
"I woke up this morning, my baby was gone"
1) Bad Scene; 2) Two Time Mama; 3) Stoned Woman; 4) Good Morning Little Schoolgirl; 5) If You Should Love Me; 6) I Don't Know That / You Don't Know My Name; 7) The Stomp; 8) I Woke Up This Morning.
mejor canción: I woke up this morning
Ten Years After no es una banda muy conocida... lástima, ¡Porque es realmente buena! Ahora mismo en mi dormitorio están sonando a todo volumen los acordes atronadores de I Woke Up This Morning y que me consuman los infiernos si esta música no está a la altura de Led Zeppelin. Todavía no estoy muy interiorizado en la vida y obra de este grupo, así que muy poco puedo decir sobre los diferentes estilos musicales que han abordado a lo largo de su existencia, o sobre los talentos de los miembros del grupo... Lo único que sé con certeza es que Ssssh. (Sí, con cuatro "s" y un punto al final, si no es cualquier cosa) es su cuarto álbum, publicado inmediatamente después de una incendiaria performance en Woodstock, y que es BASTANTE bueno. Hay otras cosas interesantes sobre este conjunto inglés; empezaron en los sesentas como una banda de hard-rock basada casi exclusivamente en el blues (período del cual Ssssh. pareciera ser el pico absoluto). ¿Hard-rock basado en el blues? Pues sí, hubo trescientas cuarenta mil bandas que abordaron el hard-rock basándose en el blues, pero Ten Years After es una de esas que efectivamente logró DISTINGUIRSE del resto, por algún atributo o cualidad DISTINTIVA en su sonido. En los setentas los tipos, conducidos por su líder el guitarrista Alvin Lee, empezaron a ser un poco más innovativos y ensayaron una especie de "prog-blues" que todavía permanece fuera de mi alcance como un tesoro que debe ser hallado; A Space In Time es su álbum más célebre de ese período (y su álbum más célebre, punto.) y prometo analizarlo en otro momento.
Pero lo que nos importa ahora es Ssssh. Inicialmente llegué a saber de su existencia por un lector de mi página (no recuerdo quién era y francamente no tengo tiempo para revisar los 1000 e-mails que tengo archivados, pero por si acaso te agradezco, mi estimado lector anónimo). Éste me habló de Ssssh. como un blues-rock totalmente insuperable y ahora que lo escuché entiendo muy bien a qué se refiería; si te gustan los bajos retumbantes y distorsionados, los riffs crudos y sucios, las performances ajustadas y bien heavy de blues... pues Ssssh. será tu perdición. No hay mucho más para explicar ¿Verdad? Claramente no es un álbum muy original, ni muy variado, ni es una joya de la composición pero las performances grupales son... cómo definirlas... DEMOLEDORAS. Y cuando no son demoledoras tienen un encanto blusero que te derretirá de placer si, como yo, cuentas al blues entre tus géneros favoritos. Pero esto es blues PESADO (en el buen sentido de la palabra, me entienden). Ay mamá! si es pesado... En general las palmas de la época se las lleva siempre Led Zeppelin, pero lo cierto es que Ten Years After no se queda atrás en cuanto a poder sonoro se trate; su sonido no es tan mastodóntico como el de sus rivales zeppelianos; por ejemplo, el baterista (Ric Lee) no destroza los tambores como Bonzo, el cantante (Alvin Lee, sin parentesco) no aulla como Plant, y sus riffs no eran ciertamente de la mismas proporciones gigantescas de un riff de Zepp. Pero en pequeña escala los tipos rockean y con vena, con justeza, sin piedad ni concesión alguna. Las líneas de bajo y guitarra son sucias, distorsionadas, retumbantes, sudorosas; los solos parecen incendiarse a cada momento y las vocales son poderosas. En definitiva: blues rock como tiene que ser tocado.
Un buen ejemplo de lo que estoy diciendo lo constituye I Woke Up This Morning, el tema que cierra el álbum con el título más obvio y clicheado posible para un tema de blues (Ya saben, "I woke up this morning, my baby was gone", o "my cat was real dead" o "the sun called my name" el típico verso, lo importante es decir "I woke up this morning"). La letra es cualquier cosa, pero la música es anormal. La performance suena mítica, aplastante y ajustada al máximo; los acordes rugen con demoníaca ira, gracias a un tono de guitarra perfecto, y los varios solos que toca Alvin alcanzan una intensidad fenomenal, llevandonos a un clímax de sofocante poder rockero cuando el verso se repite sobre el final por última vez. Otros números blues de similar potencia son Stoned Woman y el cover (vampirizado) de Sonny Boy Williamson Good Morning Little Schoolgirl. Stoned Woman brilla entre otra cosas por su ULTRA-DISTORSIONADO y simplísimo riff de bajo; nunca había oído un bajo tan heavy en mi vida, y el jam del final no está nada mal. De hecho, el bajo (Leo Lyons) también es protagonista en Good Morning Little Schoolgirl, sobre todo en el extenso duelo bajo - guitarra que ocupa la sección media de la canción; esas líneas de bajo son POTENTES, los solos de guitarra no escatiman en intensidad y por el tono que adquiere la voz de Alvin Lee, me imagino lo que tiene pensado para la pobre "Little Schoolgirl", el muy proxeneta.
Esas tres canciones son los blues más perfectos, trepidantes y rockeros del álbum, pero el género también está presente a través de formas más primitivas, como en The Stomp, un monótono y repetitivo groove de órganos y guitarras que no cambian de acorde UNA SOLA VEZ; bah sí, lo hacen pero apenas cada un minuto o algo así. El insistente y primitivo riff me recuerda mucho a lo que hacen los Rolling Stones con su cover de Shake You Hips; realmente no está mal para quienes gustamos del blues, pero francamente no puede ni atarle los cordones a los tres highlights mencionados. Bastante mejor es Two Time Mama, un breve número blusero de dos minutos agraciado por una hermosa guitarra slide. El tema más extraño y atípico es sin dudas el híbrido Bad Scene; por momentos no es realmente blusero, ya que abre con un riff ¡PUNK! de guitarras bien distorsionadas, piano de rock n' roll y vocales con mucho eco. Las partes más lentas que se intercalan en el medio sí se mandan algunos riffs que tienen más que ver con el blues... Sea lo que sea se trata de una combinación bastante imaginativa y, como todo el álbum, rockea con competencia y sabiduría.
Por último, Ssssh. cuenta con un par de baladas agradables aunque bastante pedestres. If You Should Love Me comienza bastante bien, pero cuando ha transcurrido un minuto me doy cuenta de que no hay suficientes ideas que justifiquen los cinco minutos y medio de duración. La secuencia de acordes se repite sin alteraciones hasta el cansancio, mientras Alvin Lee repite y repite las mismas líneas. Y lo peor es que se trata de una secuencia bastante trillada y previsible: estoy seguro de haberla escuchado en unas quince canciones distintas. La extrañamente titulada I Don't Know That / You Don't Know My Name es más memorable melódicamente, aunque es demasiado cortita e insignificante como para sacudirme demasiado.
Y aquí llego al punto en donde se supone que debo cerrar con una conclusión bonita... Pues bien; no hay nada demasiado novedoso o imprescindible en este álbum, pero si el buen blues-rock británico está entre tus preferencias (o sea, si te interesan cosas como Led Zeppelin, Cream, Jeff Beck, Free, etc.) este pequeño álbum está MÁS que recomendado, pues estas performances bluseras son tan ajustadas, de tanta calidad y están tan empapadas de adrenalina, sexo y crudeza que lo más probable es que te vuelen la cabeza como dinamita. Escuchen I Woke Up This Morning a todo volumen y si no se sienten energizados lo único que necesitan es un féretro.
"This is your kingdom to command"
1) Victoria; 2) Yes Sir No Sir; 3) Some Mother's Son; 4) Drivin'; 5) Brainwashed; 6) Australia; 7) Shangri La; 8) Mr. Churchill Says; 9) She's Bought A Hat Like Princess Marina; 10) Young And Innocent Days; 11) Nothing To Say; 12) Arthur.
mejor canción: Mr. Churchill says
Vale, vale. Todavía faltarán un par de milenios antes de que me dedique full-time a reseñar la carrera entera de los Kinks. No es que no me interesen, TODO lo contrario, pero al factor de que todavía no me encuentro en condiciones financieras de invertir en sus discos, hay que sumarle el hecho de que prácticamente NADIE en Argentina tiene la más puta idea acerca de este grupo británico. Acá por el lejano sur, con tan solo ver a los Kinks en tus sueños y/o pesadillas ya tenés que sentirte realizado, porque en las disquerías no vas a ver NI UNA INSINUACIÓN de que esta banda efectivamente existió. Y es una pena porque los Kinks no solo existieron sino que fueron una de las más consistentes, potentes y talentosas de la HISTORIA del rock. De hecho, se la considera algo así como "la cuarta pata" en la elite de la invasión británica, movimiento comúnmente imaginado a través de la supuesta trilogía de Beatles, Stones y Who. Y no es esta ninguna exageración o hipérbole desproporcionada, en esa misma liga están. Quizá un poco por debajo, eso puede discutirse, pero en esa liga al fin.
Bueno, les decía que todavía no puedo sentarme a escribir una reseña completa de los Kinks, pero tengo este disco bajado en mp3 hace un buen tiempo y me gusta tanto, tanto, tanto que no pude aguantar más la necesidad de escribir sobre él y ponerle un lujurioso, gordo, rojo y redondo diez. A tal extremo de insensatez llega mi devoción por Arthur (Or The Decline And Fall Of The British Empire) que las tajantes afirmaciones anteriores sobre los Kinks las baso exclusivamente en él. Sí amigos: no escuché enteros ni Face To Face, ni Something Else ni Village Green Preservation Society. Solo Arthur. Y solo Arthur ha logrado que tenga a los Kinks entre mis grupos de referencia. Imaginen entonces lo que será este pedazo de álbum; prepárense para recibir una ducha de baba pegajosa de Federico Fernández mientras se dedica a disertar sobre uno de los mejores discos jamás grabados.
¿Te gusta el brit-pop? ¿Oasis y Blur te parecen buenos grupos? Entonces man, preparate para enamorarte de este disco. Pocas veces el pop sesentero ha visto momentos de tan grosera y ostentosa grandeza. A ver si hacemos un racconto de los grosos de la época: están Rubber Soul y Revolver, están Between The Buttons y Flowers, está The Who Sell Out... y sí, más o menos entre estos monstruos se codea sin complejos Arthur. Es que los Kinks contaban entre sus filas con un compositor pop de otro planeta como es Ray Davies. Un tipo que no solo tenía un don melodico como para sacarse el sombrero, sino que contaba además con una sensibilidad social muy desarrollada, extraordinaria, que francamente no tenía competencia entre sus pares de la british invasion. Paul McCartney es seguramente el que más cerca está de igualarlo en este aspecto, pero Lennon, Harrison y Townshend estaban demasiado preocupados con sus gurús, sus meditaciones y sus introspecciones espirituales, mientras que Jagger y Richards estaban más con el sexo, las drogas y los coqueteos bluseros. Cada canción de Davies es una perfecta historia, un delicado fresco de la vida de clase media inglesa, donde sus matices y contradicciones aparecen reveladoramente en cada frase, cada línea, cada rima. Es así que estas canciones de Arthur no solo son pegadizas hasta extremos genocidas, sino que además combinan todo tipo de sutiles ironías e inteligentes observaciones sobre la vida cotidiana de Inglaterra, la cual el emérito Ray aborda con una sorprendente mezcla de crítica sarcástica y exaltación nostálgica.
Y en todo este tema descansa una de las claves de Arthur: su concepto. Se trata quizá del álbum conceptualmente más redondo, coherente y logrado de su época, y quizá de todas las épocas. Si historias mesiánicas, rebuscadas y pretenciosas como las Tommy y las Quadrophenia de Pete Townshend te resultaban inaccesibles, Ray (escribió todo él solito) nos ofrece una paleta de reflexiones mucho más cercana a casa. Ok, es verdad que Inglaterra no queda precisamente muy cerca de MI casa; el hecho de que su poesía esté íntimamente ligada a la cultura, la tradición y la idiosincracia inglesa le quita quizás un poco de impacto directo, pero no nos equivoquemos: muchas de estas situaciones y reflexiones son universales, y aunque en este caso están explícitamente vinculadas con la historia y la vida del país natal de Davies, siempre sirven para pensar en uno mismo, en su país y en este mundo lamentable que nos toca vivir.
¿Y de qué trata más específicamente el concepto? Pues bien, en este aspecto la cosa me confunde un poco. Verán, al principio se me hizo la idea de que Artur era una obra esencialmente anti-imperialista, anti-monarquía, anti-bélica, anti-stablishment y digamos todos estos "antis" que tratan de pensar un mundo mejor. Nunca pensé que fuera un manifiesto de una revolución política a lo punk, pero sí pensé, y sigo pensando, que lo que los Kinks cantan acá es un soberano cachetazo a la idiosincrasia británica y occidental en general. Hasta que hace poco me enteré de que Ray Davies ha sido recientemente nombrado por la REINA de Inglaterra como COMANDANTE del EJERCITO del IMPERIO BRITANICO. O sea, que el tipo de repente se empieza a mezclar con reinas, ejércitos e imperios. ¿Y entonces dónde quedó el mensaje de Arthur? O mas bien... ¿Cuál es realmente el mensaje de Arthur? Y ahí me pierdo. La epopeya gira en torno a un personaje principal (adivinen el nombre, tienen tres oportunidades), un inglés cualquiera con una vida cualquiera haciendo sus cosas cualquiera en algún barrio cualquiera de la clase media londinense. Pero no es como Tommy donde hay una historia lineal y clara; acá Arturo aparece mencionado explícitamente solo un par de veces y las canciones son más bien una sucesión de reflexiones independientes cargadas de ironía. Todavía lo sigo viendo como una genial, sutil, inteligente, refrescante crítica a la vida media de los ingleses, y una arenga dirigida a todos nosotros, para que tratemos de pensar, de ser libres, de no hundirnos en la mediocridad de las modas tontas, el consumismo banal y el patrioterismo barato. Pero bueno, el tipo después va y acepta ser nombrado miembro del imperio británico (que ya no existe man, no se porque no le estampan a los reyes esos una buena patada en el culo y los mandan al fondo del Támesis), así que yo qué se. Quizá Davies estuviera criticando su época desde una óptica restauradora y no progresista, como diciendo que el Imperio Británico está en decadencia y hay que volver a lo que era antes. Parece probable. En ese caso, no me siento muy identificado con todo esto, pero las canciones en sí no dejan de ser brillantes piezas líricas, como todo lo que escribe Ray Davies.
Y brillantes piezas pop también. No te podés imaginar la cantidad de melodías, riffs, cambios de ritmo que hay acá. Los tipos usan un recurso muy efectivo: muchas de las canciones son prácticamente dos temas en uno. Empiezan de una forma y a mitad de camino cambia el ritmo, entra otra melodía diferente, se acelera todo o se frena de golpe, se cambia el estilo de rocker a balada o viceversa... Y eso es genial, porque uno está siempre asisitendo a estos golpes de efecto que hacen de Arthur una experiencia sumamente entretenida, cambiante, versátil e impredecible. Nunca se vuelve monótono, nunca deja de sorprender. Y si a eso le sumamos que TODAS las canciones van de muy buenas a excelentes, sin UNA SOLA mancha a la vista, no me queda alternativa que sellar el diez y dejarme de joder.
Arrancamos a todo vapor con Victoria, una jubilosa celebración de la Inglaterra victoriana del siglo XIX, épocas en las que era incuestionablemente el país más poderoso de la tierra. Antes creía que el canto de Ray a su patria imperial era irónica, pero después de lo que comenté ya no se qué pensar. "Long ago life was clean / Sex was bad and obscene / And the rich were so mean / Stately homes for the lords"... si eso está dicho en tono de burla, me parece glorioso; ahora, si Ray lo dice en serio es el tipo más conservador del mundo, y no puedo más que reirme de sus cantos, tan pacatos y feudalistas que harían ver a Dick Cheney como Fidel Castro. Igual, más allá de eso, la canción es un rocker fenomenal, una orgía de ganchos con un ritmo trepidante de Mick Ivory, unos riffs sutiles pero pegadizos y un estribillo GLORIOSO que trae consigo toda la soberbia y arrogancia del gran Imperio Británico. Luego llega una excelente pieza anti-militarista llamada Yes Sir No Sir, en donde Ray se mofa en forma BRILLANTE del estúpido servilismo militar y el ridículo autoritarismo sin sentido que se cultivan en esos deprimentes ámbitos. "Yes sir, no sir / permission to speak sir / permission to breathe sir". Eso tiene que ser una feroz crítica, una despiadada parodia, pero supongo que ahora que Ray es comandante en jefe del ejército de nosequé, debe estar arrepentido de escribir estas cosas tan indisciplinadas. Musicalmente la canción me encanta, como no podía ser de otra manera; tiene una melodía eterna acompañada de excelentísimas líneas de guitarra eléctrica e instrumentos de viento, además de un middle eight antológico, ese en el que cantan "Doesn't matter who you are". Para el recuerdo.
Some Mother's Son es el primero de los dos himnos antibélicos del disco. Se trata de una balada cargada de ululares vocales, clavicordios, cuerdas, algunos toques eléctricos y una melodía devastadora, hermosa, de esas que te hunden en un abismo de soledad y te hacen reflexionar y lagrimear un poco. La letra no podía ser más devastadora: "Two soldiers fighting in a trench / One soldier glances up to see the sun / and dreams of games he played when he was young / And then his friend calls out his name / It stops his dream and as he turns his head / A second later he is dead / Some mother's son lies in a field / Back home they put his picture in a frame". Pocas canciones del rock han logrado transmitir con tanta contundencia lo ridículo, lo absurdo, lo inhumano de morir en las guerras, de morir por nada. Claro que al ponerte el casco en la testa y el fusil en las manos te dirán que es algo heroico, que lo hacés por tu patria en lucha contra los malvados, los enemigos de la libertad. Sí como no, y yo soy Caperucita Roja. Bush diría algo así sobre quienes fueron a ser destrozados en Irak mientras una orda de republicanos ricos con sombreros de cowboy aplauden como idiotas que son. Pero si en Some Mother's Son todo es llanto y dolor, en Drivin' ya está todo bien. Los problemas del mundo violento desaparecen de nuestras mentes, dejamos a quienes están en la guerra y salimos de picnic en las colinas, a respirar el aire fresco y disfrutar de la vida burguesa del campo. Y qué mejor para eso que una melodía INCREIBLE como ésta, donde los ganchos llueven sin parar desde todas partes tejiendo una obra maestra del más puro brit-pop. Nuevamente, cabe preguntarse si el ensueño de Davies es irónico o totalmente sincero... Quizá haya parte de ambas cosas: se puede criticar la idea de disfrutar cuando otros sufren, pero porqué no celebrar ese sencillo deleite de salir a pasear por el campo un día de sol. Vaya ironía.
De pronto Arthur da un golpe de timón hacia el punk con la feroz Brainwashed y aquí la letra no deja ningún tipo de dudas: Ray Davies se está rebelando de forma más o menos directa. Se rebela contra la ignorancia del pueblo, la falta de pensamiento crítico en la gente, esa gente que, obnubiladamente feliz con su auto y su casa, no se le ocurre pensar que en realidad está ahí porque otros más poderosos determinaron que esté ahí, que no son más que títires de cerebro lavado al servicio de las clases superiores. "To them you’re just a speck of dirt / But you don’t want to get up off the floor / Mister you’re just brainwashed / They give you social security / Tax saving benefits that grow at maturity". ¿Alguna duda? La forma elegida para escupir esta crítica social es un guitar-rocker bastante cortante que toma aun más temperatura cuando más o menos hacia la mitad se corta y surge un riff asesino que los Clash deben haber envidiado. Genial tema. Tan genial como la siguiente, Australia, una pintura irónica del paraíso soñado por muchos ingleses que querían abandonar el país en busca de un lugar mejor. Cada verso de Ray es una verdadera joya que con muy poco refleja los problemas y los sueños de toda una época y una sociedad. "Australia, no class distinction / Australia, no drug addiction / Nobody's got a chip on their shoulder". Australia adopta la forma de un pop TOTALMENTE irresistible que más o menos por la mitad deviene en un feroz jam semi-psicodélico de piano, saxo y guitarras que extrañamente es el principal motivo de queja de muchos oyentes. Pero yo no veo ningún problema: si algo enriquece a Arthur es esta ajustada y extensa improvisación que además rockea a todo trapo y nunca deja de sonar cool.
El nivel del álbum se mantiene increíblemente alto con la descomunal perfección de Shangri-La, que vendría a ser algo así como la épica central del disco, y también uno de los manifiestos más poderosos que Ray haya escrito sobre la vida media de Inglaterra. De pronto, vemos que por fin tenemos todo aquello por lo que se nos ha imbuido a trabajar duro en nuestra vida; una casa, un auto, dinero para pagar las cuentas de gas, luz y teléfono... Podemos sentarnos junto a la chimenea y disfrutar de nuestro paraíso en la tierra. Pero entonces vemos que nos aburrimos, que la vida es mediocre y gris como un ratón, que todas las casas del barrio son iguales y que a pesar de todo esto que tenemos no valemos un cuerno. Una durísima bofetada al sistema social inglés y al sistema capitalista en general. Nuevamente la música de Shangri-La está a la altura de la genialidad de su letra, y por eso arrancamos con unos acordes oscuros y una voz sumamente inquietante y profética de Ray que canta en segunda persona, o sea, directamente a nosotros. La balada acústica va incorporando instrumentos de viento hasta convertirse en una gigantesca épica y justo en el momento cumbre surge un desgarrador quiebre maestro; la banda pone quinta, suelta unos tremendos trallazos acústicos y surge un intermezzo bien rockero totalmente inolvidable para patear un poco de hígados. Pero si de patear hablamos nada mejor que Mr. Churchill Says, para mi gusto el punto más alto del disco. Quizá esta elección se deba a que se trata del momento de mayor adrenalina y potencia rockera de todo Arthur. Comenzamos con una especie de balada perfecta, genial, sublime, en la que los distintos políticos ingleses arengan a su gente para ganar la guerra y luchar contra el enemigo. La melodía del estribillo "Well... Mr... Churchill says" es completamente inolvidable y nos obliga a cantar con el alma. De pronto todo se interrumpe, surgen unas sirenas antiaéreas en la distancia de la noche londinense; Un riff TREMENDO anuncia que se viene un ataque aéreo de la gran puta y que mucha gente va a terminar muerta. Si la parte de balada era perfecta, ni hablar de esta parte rockera, que simplemente me vuela los sesos con el falsetto de Davies al cantar que "We wanna be free". Sobre el final hay una extraña parte rapera y el riff vuelve a arrasar, esta vez con el DOBLE de potencia que antes. Nuevamente me surge la duda; no se si la canción es una parodia o si es un manifiesto sincero de patriotismo guerrero. Quién sabe; a mí siempre me gusta pensar lo primero.
She's Bought A Hat Like Princess Marina es un sensacional número de ragtime donde aparecen instrumentos raros como el kazzoo. La melodía, nuevamente, no tiene rival y ésta vez Davies se las agarra con las estúpidas amas de casa de clase media que pretenden ser parte de una admirada elite usando sombreros caros mientras friegan el piso y limpian los vidrios. La ironía de Ray simplemente no puede ser más ácida y lapidaria. En Young And Innocent Days, Davies relaja su virulencia crítica para ofrecer un tierno homenaje a la infancia, esos años inocentes en los cuales el mundo parecía que iba a ser un lugar maravilloso. La canción suele recibir acusaciones de aburrida, pero a mí me encanta de principio a fin, especialmente en el majestuoso crescendo de piano que aparece ahí por el medio. Nothing To Say con su melodía repetitiva podría ser considerada lo menos estelar de todo el álbum, pero aún así está muy bien, es muy pegadiza, sobre todo por sus impecables arreglos vocales y el potentísimo riff de bronces y guitarra distorsionada que surge por ahí en el medio. Para cerrar el disco, nada mejor que retornar a las máximas alturas con el super-efectivo número pop que da título al disco, en donde Davies aclara que por más palos que le tiró antes al pobre Arthur, en el fondo simpatiza con él y le desea lo mejor en su vida mediocre. El nivel de melodía que ofrecen aquí los riffs y los versos francamente no tiene ningún tipo de competencia. Absolutamente infecciosa (y gloriosa) manera de terminar las cosas.
Y bueno, así concluye uno de los más grandes álbumes pop de todos los tiempos. Melodías insuperables, arreglos vocales sorprendentes y recursos instrumentales riquísimos distribuidos en doce clásicos absolutos del rock. Francamente una obra irreprochable, aunque me gustaría saber más a ciencia cierta si la caída del imperio británico es algo que Davies lamenta o celebra. Quizá esté haciendo ambas cosas a la vez, y eso lo haría más interesante todavía. Imperdible. Conseguilo ya.
"Sing me a sad song and I'll be right on my way"
1) I'll Be Creepin'; 2) Songs Of Yesterday; 3) Lying In The Sunshine; 4) Trouble On Double Time; 5) Mouthful Of Grass; 6) Woman; 7) Free Me; 8) Broad Daylight; 9) Mourning Sad Morning.
mejor canción: Mourning sad morning
Banda bastante desconocida ésta, compuesta por el muy buen cantante Paul Rodgers, el aún mejor bajista Andy Fraser, el olvidado guitarrista Paul Kossoff y el baterista Simon Kirke que, bueno, es el baterista y nunca hay mucho que decir de los bateristas salvo que seas Bill Bruford o alguien así. Se trata, claro está, de Free, uno de los tantos combos de blues-rock que se formaron a finales de los sesenta, entre las cenizas aplastadas de toda la psicodelia y el flower-power. No mucho para aclarar acá tampoco ¿Verdad? Blues-rock, ya saben, eso que siempre viene bien cuando necesitamos unos buenos y crocantes acordes eléctricos y bajos retumbantes y no queremos irnos a los extremos salvajes de Deep Purple y Black Sabbath. Lo que aquí pongo bajo la lupa es el SEGUNDO álbum del grupo (el primero se llama Tons Of Sobs), el único que por ahora tengo en CD y seguramente el mejor de toda su carrera.
Porque Free es un gran álbum. No se si una terrible obra maestra, el grupo tampoco está en ESA liga, pero sí un gran álbum. También uno bastante curioso, con un nivel de sorpresas gratas que está por encima del promedio en una música como ésta. No quiero decir que sea una cosa revolucionaria y rompemoldes (se dieron cuenta ¿No? ¿Que la palabra "rompemoldes" me la inventé yo?), pero sí que no es el TIPICO álbum de blues-rock. Si lo fuera, creo que sería un poco aburrido y predecible, pero en este caso los tipos se molestan en entregar algunas cositas que... bueno, no dejan de ser una agradable lluvia de aire fresco (sí, ya se, no digan nada).
¿De qué estoy hablando más precisamente? Pues bien: el álbum tiene básicamente dos tipos de canciones. Por un lado están los presupuestos blues-rocks y cock-rocks de rigor, afiladitos, suficientemente pegadizos y no muy pesados. El single I'll Be Creepin', Broad Daylight etc. Ya sabemos de qué se trata... Uno piensa que ahí debe estar el fuerte, el plato principal de la banda... Pues... ¡QUE NO! (como dirían en la parte hispanoparlante de la Península Ibérica); la principal atracción del disco son las BALADAS BUCOLICAS y CAMPESTRES con puras guitarras acústicas y coros gospel (!!!) como Lying In The Sunshine, Free Me y Mourning Sad Morning. Ok, no se si serán la principal atracción, pero sí el principal motivo por el cual este disco se diferencia, se destaca, sobresale de cualquier otro del género. Estas baladas de las que hablo suenan diferente a cualquier otra cosa que haya escuchado; Free, no se bien cómo, les da su propia identidad y las convierte en una experiencia muy especial que ya detallaré a su debido momento.
Un buen disco tiene que abrir con un buen gancho, y éste lo hace: I'll Be Creepin' nos escupe de golpe un riff magnífico, muy sencillo, condimentado con inquietantes wah-wahs y un pesado groove de bajo latiendo en el fondo. Es la nota ideal para empezar el disco, realmente; nos hace desear seguir escuchando. Se trata de un rocker moderado muy bien construído, los ganchos son inteligentes y están cuidadosamente ubicados como para atraparte en la primera oída: sea el riff principal, sea el riff más pesado que conduce al estribillo, sea el estribillo inesperadamente melódico. Algo similar ocurre con Songs Of Yesterday, una pequeña gema que parece tenerlo todo: las líneas de bajo brillan con luz propia en las manos de Fraser, los cambios de ritmo veloz-lento mantienen el interés, el tono de guitarra es perfecto y la melodía vocal es lo más pegadizo que recordaremos en todo el álbum. Este dueto inicial marca dos grandes candidatas a mejor canción del disco.
Pero entonces llega Lying In The Sunshine, y ahí caemos en la cuenta de que además de ese ajustado blues-rock, los Free también son capaces de los más deliciosos floreos de folk-rock. Lo que tenemos aquí es perfecto, una melodía deliciosa IDEAL para tirarse un rato en el césped, al sol tajante de un salvaje verano, y sentir que las preocupaciones se van desvaneciendo con la brisa y las olas de un lejano mar. La guitarra acústica resuena en el vacío con unas notas DE LO MÁS SIMPLES, y sin embargo se revela penetrante y poderosa. El ritmo es jazzero y súper-tranquilo, y la voz de Rodgers es más seductora y sedosa que nunca. Un poco más adelante se agregarán unas segundas voces de fondo y algún tintineo mayor de la acústica. Lying In The Sunshine es, literalmente, una canción que inspira paz, sociego, equilibrio. Ponés esto y todo está bien. Después de este pequeño oasis volvemos al más plano y populachero cock-rock de la mano de Trouble On Double Time, que si bien no es tan bueno como los dos primeros, tiene sus momentos. Mouthful Of Grass retoma la misma tónica folky de Lying In The Sunshine para un pequeño intermezzo instrumental. No es la gran cosa, pero ay qué dulces que suenan esas tibias guitarras, deliciosamente sin rumbo; me las imagino arrullándome en un campo lejano, a la hora de la siesta, sin que nada ni nadie me fastidie. Hermoso.
Y así, alternando entre blues y folk, el disco continúa su rumbo. Woman sobresale casi exclusivamente por un riff mastodóntico y lento que gana puntos con el viejo truco de atacar con dos guitarras distintas, una en cada parlante, doblando el mismo groove blusero una y otra vez. Un poco monótono pero bueno, este es un sonido que siempre me ha seducido, que estoy predispuesto a disfrutar siempre. Más allá de esto, Woman no es un tema particularmente bueno; es uno más, solo que disfrazado con un muy buen riff, digo yo. La oscura y atípica Free Me continúa con la cara relajante del álbum, aunque de un modo diferente: empieza con una frase de guitarra EXAGERADAMENTE simplona que se repite y se repite, y recuerda un poco a los Creedence de Graveyard Train; francamente todo parece bastante aburrido hasta que entran unos coros gospel y ahí siento que empieza a agarrarme por el cuello la atmósfera... Ya después de repetidas escuchas el tema va tomando color; la excelente performance de Rodgers realza completamente el tema, lo mismo que los suaves lenguetazos eléctricos de Kossoff. ¿Había dicho cuánto más me gusta Rodgers cantando este tipo de baladas que cantando cock-rocks? ¿No? Pues lo digo ahora: si en un rocker a veces suena excesivamente gritón, en una balada su voz es tan seductora y sexy que casi que me vuelvo puto.
El final de este intachable álbum se nos va acercando de la mano del single Broad Daylight, una especie de fusión entre rocker y balada gospel. Suena interesante: el riff incial es bastante torpe, pero enseguida nos da la bienvenida un IRRESISTIBLE fraseo de Kossoff, y ahí comienzan los versos cantados que nos envuelven con su simple melodía. Igual, nada se compara a la SORPRESA MAYUSCULA que nos espera al final del disco... Quizá no lo entiendan tan así los mexicanos, los brasileños, los españoles y... en fin, todos los que no sean argentinos o bolivianos... El asunto es que Mourning Sad Morning no solo es una estupenda canción, sino que además parece una fucking VIDALA PUNEÑA... ¡¡¡CANTADA EN INGLES!!! Nunca, pero NUNCA podría haber esperado una cosa así: que un disco de rock and roll de Inglaterra me aparezca una música que inmediatamente me traslade a las quebradas y montañas del noroeste argentino, que me impregne de tal melancolía proveniente de mi país... ¡JODER! (como dirían en la parte no lusitana de la Península Ibérica) ¿Qué carajo es eso? O bien Rodgers anduvo con cassettes de música puneña, o bien ciertas influencias oscuras del folk inglés tienen algún dramático parecido... La cuestión es que esta canción tiene todas las características de una BUENA vidala. Ese estribillo a voces casi indígena, lamentoso, infinitamente triste... esa flauta que parece quena... esa guitarra que suena tan, tan criolla. No se, siempre que escucho esta cosa me deja patatús. No se qué pensar, pero me encanta. Por favor escuchenla, les aseguro que nunca antes atestiguaron semejante cosa.
Y ahora me voy a dormir, contento por haber comentado un disco totalmente olvidado, infravalorado, que casi ni existe para la historia del rock (¿Pueden creer que Rodgers es más famoso por BAD COMPANY que por Free?). Todas las canciones son disfrutables, aún cuando solo dos o tres tengan el poder resonante de los verdaderos clásicos. Mi edición contiene una montaña de temas bonus que no me molestaré en discutir acá ya que solo se trata de versiones alternativas de TODAS las canciones más un par de jams irrelevantes como Sugar For Mr. Morrison y The Worm que al parecer fueron caras B de I'll Be Creepin' y Broad Daylight. Es un buen disco, muy bueno diría yo. Entrañable, para querer. ¡¡Conseguidlo!! (como dirían en el país que está al sur de Francia y no se llama Andorra). Saludos.