THE ROLLING STONES
La original / clásica (1963 - 1969): Mick Jagger: voz, harmónica / Keith Richards: guitarra solista y voz / Brian Jones: guitarra, sitar, flauta, mellotron, saxofón / Charlie Watts: batería / Bill Wyman: bajo.
La actual / última (1993 - 2004): Mick Jagger: voz / Keith Richards: guitarra solista y voz / Ron Wood: guitarras / Charlie Watts: batería
Otros: Mick Taylor: guitarra (1969 - 1975)
ÍNDICE |
TEMAS SOBRESALIENTES |
1964 - England's Newest Hitmakers 1964 - 12 x 5 1965 - Now! 1965 - Out Of Out Heads 1965 - December's Children (And Everybody's) 1966 - Aftermath 1966 - Got Live If You Want It! (live) 1967 - Between The Buttons 1967 - Flowers 1967 - Their Satanic Majesties Request 1968 - Beggars Banquet 1969 - Let It Bleed 1970 - Get Yer Ya-Ya's Out! (live) 1971 - Sticky Fingers 1972 - Exile On Main Street 1973 - Goats Head Soup 1974 - It's Only Rock & Roll 1976 - Black And Blue 1977 - Love You Live (live) 1978 - Some Girls 1980 - Emotional Rescue 1981 - Tattoo You 1982 - Still Life (live) 1983 - Undercover 1986 - Dirty Work 1989 - Steel Wheels 1991 - Flashpoint (live) 1994 - Voodoo Lounge 1995 - Stripped (live) 1997 - Bridges To Babylon 1998 - No Security (live) 2004 - Live Licks (live) 2005 - A Bigger Bang
SINGLES Y ARCHIVOS: 1986 - The London Years
COMPILADOS DE HITS: 2002 - Forty Licks |
It's All Over Now (12 x 5) Little Red Rooster (Now!) The Last Time (Out Of Our Heads) Satisfaction (Out Of Our Heads) Get Off Of My Cloud (December's Children) As Tears Go By (December's Children) 19th Nervous Breakdown (Single) Paint It Black (Aftermath) Under My Thumb (Aftermath) Let's Spend The Night Together (Between The Buttons) Ruby Tuesday (Between The Buttons) Miss Amanda Jones (Between The Buttons) Backstreet Girl (Flowers) Mother's Little Helper (Flowers) We Love You (Single) 2000 Light Years From Home (Their Satanic Majesties Request) Jumpin' Jack Flash (Single) Child Of The Moon (Single) Sympathy For The Devil (Beggars Banquet) Street Fighting Man (Beggars Banquet) Stray Cat Blues (Beggars Banquet) Gimmie Shelter (Let It Bleed) Midnight Rambler (Let It Bleed) Honky Tonk Women (Single) Brown Sugar (Sticky Fingers) Wild Horses (Sticky Fingers) Rocks Off (Exile On Main St.) Tumblin' Dice (Exile On Main St.) 100 Years Ago (Goats Head Soup) Fingerprint File (It's Only Rock And Roll) Miss You (Some Girls) Beast Of Burden (Some Girls) Start Me Up (Tattoo You) Slave (Tattoo You) Love Is Strong (Voodoo Lounge) Saint Of Me (Bridges To Babylon) Rough Justice (A Bigger Bang) |
Durante mucho tiempo tuve un enorme prejuicio hacia los Rolling Stones. ¿Rolling Stones? Pensaba ¿Esa panda de mediocres, formulaicos y abuelos patéticos que se quieren hacer los rockeros? NO GRACIAS. Varios motivos a saber: uno de ellos era toda esa insoportable aura "rollinga", una especie de moda ridícula, en Argentina, entre algunos adolescentes supuestamente fans de los Stones que se visten como Mick Jagger, se reúnen en banditas y seguramente no tienen idea de quién es Brian Jones. Esto, como bien me han dicho, no tiene nada que ver con la música pero ciertamente ayudaba. Pero además de eso estaba la banda: un dinosaurio decadente de gerontes payasos que se paseaban por MTV con canciones como Anybody Seen My Baby. Un presente demasiado mediocre para una banda de tanto renombre, pensaba. Encima, en el tour de Bridges To Babylon tuvieron la desfachatez de copiar la escenografía de Pink Floyd para hacerse los espectaculares y aquí, por supuesto, todo el mundo se llenaba la boca con el escenario de los Stones. Realmente, pero REALMENTE no los soportaba.
Pero tanto renombre, algunos la llaman la mejor banda de la historia, no se consigue así nomás, entonces llegó un momento en el que no pude darle más la espalda a esta banda si quería tener una discoteca coherente (y un website de revisiones coherente). Además sabía que estos tipos eran reyes en los sesenta: en esa época algo bueno debían tener, sí o sí. Al menos debía darles una oportunidad. Entonces hice un par de consultas en internet, me bajé un par de temas y me hice relativamente rápido con ocho álbumes de su época de mayor gloria, incluídos los llamados "cuatro grandes" (Banquet, Bleed, Fingers y Exile). El hielo comenzó a romperse y aquí me ven, revisando a los Stones en su discografía de estudio íntegra y con la certeza de que son uno de mis cinco grupos favoritos de todos los tiempos.
Para empezar, debo decir una cosa: los Rolling Stones son UNA EXCELENTE BANDA DE ROCK, eso primero. En una primera impresión, escuchando la música de los Stones se me ocurría que estaban bestialmente sobrevalorados y mis sospechas se hacían ciertas, pero... poco a poco su música me fue atrapando, gustando más y más y más hasta que llegué a la conclusión de que quizá merezcan la mayor parte de los elogios que reciben. Aún así, me queda una pequeña sensación de que los Rolling Stones están ligeramente sobrevalorados, pero no globalmente; como banda de rock ya tengo que admitir que superan sin problemas a Led Zeppelin, a los Doors y a otros gigantes. La sobrevaloración aparece más que nada en algunos de sus discos: Beggars Banquet está sobrevalorado; Exile On Main Street es el disco más sobrevalorado de la historia, Some Girls está sobrevalorado; Tatoo You está sobrevalorado... por nombrar los casos más conspicuos que me vienen a la cabeza.
Pero más allá de eso no hay mucha vuelta que darle: el fan del rock NECESITA de los Stones, así de simple. Es decir, ahora que los escuché me doy cuenta... ¿Qué clase de amante del rock clásico puede vivir sin los Rolling Stones? Ninguno, los Stones SON el rock and roll. De hecho, cuando comenzaron allá por 1964 le demostraron a todo el mundo, cuál era la VERDADERA alma del rock: no era cuestión de hacer una linda melodía pop y cantarla sonriendo castamente, vestidos con trajecitos (ahem, Beatles, ahem); el rock tenía que ser oscuro, sucio y sexual, una cosa salida de los más bajos fondos. Que los Beatles cantaran "quiero tomarte de la mano"; los Stones se encargarían de cantar que era lo que REALMENTE querían hacer con las chicas. Así de sencillo y sin vueltas. Además, los tipos apelaban más que nadie a las raíces negras y profundas del género, revalorizando para las masas a gente Muddy Waters, Sonny Boy Williamson, Robert Johnson, Slim Harpo y Chuck Berry. Ese era el espíritu del rock n' roll que los Stones encarnaron y representaron a lo largo de toda su carrera (sí, aún en la etapa pop de Flowers, y aún cuando Mick empezó a sumar tendencias modernosas como dance, disco y punk). Y aunque más allá de eso no revolucionaron nada, queda bastante claro que hoy y para siempre rock and roll es sinónimo de Rolling Stones.
En general a muchos les cuesta entender cuál es la onda con los Stones. De hecho acá en Argentina, si bien hay una LEGION de fans de los Stones, también hay una enorme cantidad de gente que no los soporta. Es entendible: melódicamente la banda nunca fue tan atractiva como los Beatles o The Who; no rockearon tan duro como Led Zeppelin o Hendrix y nunca intentaron nada muy "artístico" o "experimental" como Pink Floyd, Zappa o King Crimson. Por ende, de alguna manera, los Stones quedaron etiquetados de por vida como "la típica banda de rock" que se dedica a tocar el tradicional rock and roll, álbum tras álbum sin intención alguna de romper esquemas o aventurarse en lo desconocido. Esa es mas o menos la impresión negativa que tienen algunos: y hasta cierto punto es cierta. Pero ¿Acaso no nos gusta el rock and roll? A mí si, y en ese sentido los Rolling Stones son una de las mejores bandas que jamás tocara.
En primer lugar, ROCKEAN. Por ejemplo, si en algún momento los Beatles nos cansan un poco con sus dulces melodías o sus rocks livianitos a la Back In The USSR nada mejor que recurrir a un poco de Stones y sacudir nuestras víceras. Claro, cuando los Beatles SE DECIDIAN a rockear eliminaban a cualquier competencia (She Wants You), pero aquello casi nunca ocurría. En cambio para los Stones, rockear es una cuestión de supervivencia. En general no están muy estimados como banda de hard-rock, ya que en el imaginario popular para eso están The Who, Hendrix, Cream, Led Zeppelin y Deep Purple... pero la verdad es que si los tipos se ajustaban los pantalones podían rockear muy, muy, MUY DURO, y cuando lo hacían alcanzaban sin dificultades el nirvana del rock (Sin mencionar que humillaban a Hendrix y Cream sin problemas). Además, siempre polémicos, los tipos le daban un filo sucio, peligroso y sexual a sus performances que, más allá de ser pura imagen prediseñada, resulta ESENCIAL en el atractivo de su música. Su estilo de rock n' roll a lo Chuck Berry de la onda de temas como Starfucker no me impacta demasiado, pero... ¿Paint It Black? Waw! ¿Stray Cat Blues? Waw! ¿Midnight Rambler? Waw! ¿Bitch? Wow! ¿Rocks Off? Wow! ¿Gimmie Shelter? WOOOOW!!! Es decir, no hay ningún motivo razonable para que te gusten grupejos como Aerosmith o Guns And Roses y desprecies a los Stones; si eres uno de esos ¡Cuidado! Hasta me arriesgo a decir que los Stones INVENTARON el hard-rock. Sí, un tanto pretencioso lo mío, pero pensemos: cuando los Stones publicaron su debut NADIE estaba tocando el rock de esa manera: todo estaba infestado de grupos pop imitadores de los Beatles. Al menos ese fue el primer paso hacia un concepto de hard-rock, que después continuaron The Who, Hendrix y por último Led Zeppelin.
Pero acá viene una sorpresa: había dicho que la teoría de que los Stones no son más que “una típica banda de rock and roll” es verdadera HASTA CIERTO PUNTO. Pues bien: más allá de ese punto los Stones ERAN SUMAMENTE VERSATILES, tanto como sus rivales John, Paul, George y Ringo, en cuanto a que exploraron los más variados géneros, humores y actitudes. Ajá! ¡Los Stones exploraron! La mayoría de la gente no aficionada a los Stones tiene un paradigma formado de la banda que la encapsula solamente en lo que fue su período más distintivo (desde Beggars Banquet hasta Exile), pero los Stones hicieron mucho, mucho más que eso. No, nunca hicieron nada como I Am The Walrus, y es cierto que sus arreglos musicales jamás fueron tan refinados e instantáneamente atractivos como, por ejemplo, los de los Beatles. Así mismo, cuando experimentaron siempre lo hicieron con géneros previamente explotados por algún otro grupo; es decir, nunca fueron pioneros de nada (Algo similar se dice a veces de los Beatles). Sin embargo creo que en su arte de explorar distintos géneros fueron innegablente variados y casi siempre salieron bien parados, demostrándose maestros en la música que fuera. Rhythm & blues, blues, country, pop, psicodelia, rock pesado etc. Por ejemplo, con Their Satanic Majesties Request los Stones no inventaron la psicodelia, pero en el proceso de “adaptarse a los tiempos” crearon uno de los álbumes esenciales y más aventurados de todo el movimiento psicodélico. Pero hagamos un balance de las distintas etapas de la historia para comprender hasta que punto fueron variados y cambiantes.
Durante el primer período, desde Englands New Hitmakers (1964) hasta Out Of Our Heads (1965) fueron esencialmente una banda de covers del rhythm & blues. Y como banda de covers eran buenos, muchísimo mejor que los Beatles, con performances extraordinariamente crudas y avasallantes, lejos de la inocencia y la corrección de sus rivales. Dosis de armónicas retorcidas, guitarras crujientes y un bajo de Wyman en un papel mucho más importante que el de otros bajistas por esos momentos. En estas épocas Mick y Keith no componían mucho material propio. En general los highlights de los álbumes eran los covers de blues, mientras que los pocos originales eran frecuentemente relleno. Además, aunque buenos, todos los temas eran demasiado parecidos y tradicionales, por lo tanto, para December’s Children los famosos covers se hicieron redundantes. Ya con Out Of Our Heads Jagger y Richards demostraron que estaban para cosas mayores, gracias a algunos muy buenos temas propios como el clásico de todos los tiempos (I Can't Get No) Satisfaction, The Spider And The Fly, Get Off My Cloud y The Last Time, todos ellos de primerísimo nivel. Esto los animó a convertirse pronto en compositores “full-time” y virtualmente abandonar los covers.
El segundo período, el período pop que abarca 1966 y 1967, comprende los álbumes Aftermath, Between The Buttons y el infausto Their Satanic Magesties Request en donde los Stones, de la mano de Brian Jones y sus raros instrumentos, desarticulan su célebre pero agotado combo de blues-rock y empiezan a buscar nuevos caminos. Casi siempre tras los pasos y a la sombra de los Beatles, pero con algunos resultados brillantes e imperecederos, aun superiores a los logros de su primera etapa. Por lo general los álbumes de este período son cruelmente infravalorados por algunos fans como meras imitaciones de porquería Beatle. Error estúpidisimo si los hay. Los Stones también eran sumamente competentes en este campo, solo que como los arreglos son más crudos y desaliñados que los de los Beatles, cuesta un tanto más disfrutarlos.
El tercer período, 1968 - 1972 es el más célebre y reconocido y donde encontraremos sus mejores álbumes. La ruptura que produce Beggars Banquet con respecto a su antecesor, Their Satanic, es una de las más impresionantes de toda la historia de la música popular. Musicalmente los Stones nos invitan a volver a las raíces, retomando el blues, el country y hasta el gospel y el soul como canales principales. Eso sí; esta vez con una orientación mucho más rockera y heavy que nunca, cortesía de la recién descubierta capacidad de Richards para crear riffs increíbles a nivel industrial. Los Stones produjeron durante estos años algunas obras maestras que hasta el día de hoy no tienen parangón en la historia del rock, especialmente el oscuro y salvaje Let It Bleed y el sexual y melancólico Sticky Fingers. También podría decirse que es aquí donde los Stones definitivamente se desvían del camino de los Beatles; mientras estos continuaron siendo esencialmente una banda pop que ocasionalmente rockeaba (aunque con sus intentos de roots-rock, sobre todo en Let It Be), los Stones se abocaron de lleno a las nuevas influencias del country rock y el blues, lo cual hace de este su período más distintivo y personal.
Después de Exile On Main Street la edad de oro de los Stones comienza a decaer lentamente al tanto que solo pudieron sacar obras apenas discretamente reconocidas como Some Girls y después algunas cosas mediocres como Emotional Rescue y abismalmente malas como Dirty Work. Esta es la etapa genérica, autoplagiaria y "dinosáurica" de la banda, signada por una insana obsesión de incorporar géneros modernos como dance, techno, reggae, con algunos resultados seriamente espantosos. Algo más o menos bueno cada tanto, pero nada comparable a lo ya hecho. Goats Head Soup, tiene los últimos vestigios de genio antes de la mediocridad de It's Only Rock & Roll. Some Girls y Tattoo You, sin embargo son buenos álbumes de rock, aun cuando no suenan la mitad de frescos que los de las mejores épocas. Voodoo Lounge es por otra parte una sorprendente muestra de luz y talento en plena década de los 90.
En resumen. Todavía no se en qué orden de preferencias poner a los Stones, pero no intentaré siquiera negar que son prolíficos compositores capaces de grabar algunas de las piezas más exitantes y entretenidas que dio la historia. No son los Beatles, pero de a ratos se le acercan lo bastante para considerarlos casi igual de importantes.
FORMACIÓN
Mick Jagger: ¡Qué voz tan difícil que tiene este tipo! No es la voz dura y blusera de la típica banda de rock. Es una voz corrosiva, sexual... RARA y que por momentos no suena ni potente, ni placentera, ni sincera. Bien: a muchas personas realmente les disgusta como canta este muchacho y la mayoría de las veces esto es suficiente motivo para que aborrezcan a los Stones. Obviamente no saben que si se toman el trabajo de acostumbrarse a esa voz encontrarán no solo que los Stones son sencillamente una de las mejores bandas de rock and roll sino que además la voz de Mick tiene virtudes. Sí, tiene VIRTUDES, no me han malinterpretado. Una de ellas que es original. Es una voz original que le da a los Stones INMEDIATA personalidad que muchas otras bandas no tienen por tener un cantante más cercano al denominador común. Pero además me gusta mucho como esa voz tan especial transmite la sexualidad sudorosa y la provocación irreverente propia de las canciones de los Stones. ¿Alguien imagina una canción como Stray Cat Blues cantada mejor por otra persona? Yo, sinceramente NO. Esa es la voz para cantar ese tipo de temas sucios y moralmente repulsivos. Temas sucios y moralmente repulsivos como Brown Sugar o Midnight Rambler. Y todos los blues de sus primeros álbumes suenan bien cantados por Mick, aún cuando no se trata exactamente de una voz blusera.
Flaquea un poco en las baladas. Ni en Angie ni en Wild Horses ni en You Can't Always What You Want, debo admitir, la voz de Mick suena como lo más delicioso y placentero, pero bueno, uno se acostumbra no? Otros atributos de Mick Jagger es que es un excelente compositor de canciones (aunque como todos los dinosaurios, últimamente el concepto de orginialidad se ha borrado de su cabeza), un fenomenal showman, capaz de darle vida él solo a la imagen escénica del grupo, con sus bailes eróticos, sus maquillajes andróginos y sus chistes sexys y un virtuoso intérprete de la armónica.
Keith Richards: Se ha dicho que Keith Richards era una máquina de hacer riffs. Y es verdad... porque si bien en sus últimos veinticinco años la fórmula del riff Stone ha consistido en recrear Honky Tonk Women cuantas veces fuera posible, hay una legión infinita de grandes riffs pululando por las canciones de los Stones. Los casos más paradigmáticos son el riff COMPLETAMENTE BRILLANTE de Brown Sugar o el mejor riff que jamás haya creado, aquel de Gimmie Shelter. Ni hablar de Honky Tonk Women, Bitch, Can't You Hear Me Knocking, Midnight Rambler o los ataques despiadados de Monkey Man. Mi teoría es que donde Keith Richards se pone las pilas con los riffs salen los mejores álbumes de los Stones (Sticky Fingers y Let It Bleed) Mientras que aquellos en los cuales su capacidad riffera se retrae un poco dejan un tanto que desear (Beggars Banquet) Igualmente no solo de Riffs viven los grandes guitarristas y Keith ha sabido mezclar su poder rockero con fenomenales interpretaciones con la acústica (especialmente memorable en Banquet) y algunos solos decentes como el increíblemente simple pero devastador solo de Gimmie Shelter. Además de eso tiene una voz muy interesante que suena un tanto más sincera que la de Mick... You Got The Silver es un claro ejemplo de que el tipo PODIA cantar y podía hacerlo bien. Así pues, es uno de mis guitarristas favoritos del rock. Tiene estilo y aún cuando no ha trascendido demasiado las fronteras del blues/rock (como Jimmy Page o Hendrix, tipos claramente más virtuosos)... bueno... tiene estilo. Y un gran estilo por cierto.
Lástima que haya dedicado buena parte de su vida a drogarse y es por eso que hoy por hoy apenas se sabe de qué habla cuando habla. En todo caso, es el miembro más entrañable de la banda y su figura con las rodillas flexionadas y el largo sobretodo encima mientras destripa los acordes destructivos de Honky Tonk Woman en cualquier escenario del grupo, será siempre una de las más maravillosas imágenes sensoriales de la historia del rock. Larga vida a Keith!
Mick Taylor: No fue miembro fundador del grupo: llegó a los Stones en 1969 para reemplazar en la viola al retirado Brian Jones. A este muchacho le debemos la grandeza de Sticky Fingers. Sin duda el tipo más talentoso que ha pasado por los Stones. El hecho de que no tenía una personalidad superinteresante para una estrella de rock hace que no todos recuerden quién es, pero ciertamente su talento con la guitarra superaba claramente tanto a Richards como a Jones. No tuvo mucha oportunidad de brillar, claro... solo en Get Yer Ya-Ya's Out! (checkear el solo de Sympathy For The Devil) y, especialmente en Sticky Fingers se reconocen de inmediato sus fenomenales aportes. Can't You Hear Me Knocking, Sway y Moonlight Mile son temazos impresionantes que brillan gracias a Mick. Pero ya en Exile On Main Street su virtuosismo aparecía eclipsado (¿intencionalmente?) por los otros miembros del grupo, quienes solo en una ocasión lo dejaron figurar en los créditos de un tema (Ventilator Blues). En Goat's Head Soup volvió un poco al protagonismo, sobre todo con el destructivo solo de 100 Years Ago. Su carrera junto a los Stones acabaría con el mediocre It's Only Rock And Roll donde se destaca especialemente en el tema Time Waits For No One con un mágico solo santanaesco.
Ahora bien: este tipo dejó los Stones por su cuenta. ¡Dejó los Stones por su cuenta! Creo que hizo bien, porque para 1975 los Stones ya se hallaban en franca decadencia y ni él podía salvarlos. Claro que no hizo nada demasiado valioso después y a los demás Stones algo de leche les quedó ya que tanto en Black And Blue como en Tattoo You aparecen temas con la participación de Taylor sin que siquiera figure en los créditos. Muy mal.
Brian Jones: Brian Jones, un miembro bastante misterioso. Jamás firmó ninguna de las canciones sin embargo su impronta creativa es claramente visible en muchas de ellas entre los años 1964 y 1968. Tocaba la guitarra, pero la verdad es que podía rebuscársela con CUALQUIER instrumento que cayera en sus manos y en ocasiones hacía maravillas con ellos. ¿A quién le debemos la brutal sítara de Paint It Black? A Jones. ¿A quién le debemos las escalofriantes y oscuras marimbas de Under My Thumb? A Jones. ¿Quién toca ese fantástico puente de Mother's Little Helper? Jones ¿A quién le debemos todos los instrumentos raros de Satanic Majesties? A Jones ¿Y los slides asombrosos de temas como Little Red Rooster o No Expectations? Jones otra vez. Tocaba cualquier cosa, sítaras, marimbas, saxofones, harmónica, guitarra slide... y muchos truquitos y toques especiales del período pop de los Stones fueron obra y gracia de Maese Brian. Un genio bah.
Por otra parte el tipo no cantaba ni firmaba canciones y por lo tanto nunca tuvo una exposición frontal como Mick Jagger y Richards, verdaderos showmen y creadores de melodías. Es más: frecuentemente, cuando escucho sus álbumes temprano me olvido de la presencia de Jones. Tienen que aparecer sus toques mágicos de siempre (Paint It Black, Under My Thumb) para que salte y diga ingenuamente "¡Cierto! en esta época también estaba Jones! Bruto de mí. Es que Jones generalmente aparecía en el escenario en un segundo plano tocando una guitarra o cualquier instrumentito que haya caído en sus manos. Siempre en segundo plano.
Para 1968 el tipo había perdido todo tipo de interés en la música que los Stones estaban haciendo: se lo notaba muy a gusto con el pop experimental de Aftermath, Buttons, Majesties y Flowers, pero el roots rock y blues acústico de Beggars Banquet no le resultó ya nada seductor y a pesar de algunas inolvidables contribuciones como la guitarra slide de No Expectations o Jig-saw Puzzle (en esta última parece que quería echar todo a perder con un slide bien drogón) en general su toque pasa totalmente desapercibido en aquel álbum. Y para Let It Bleed el tipo ya había manifestado que se iba de los Stones dispuesto a completar sus propios proyectos musicales. Murió ese mismo año (1969) ahogado en la pileta de su casa.
Bill Wyman: No puedo decir mucho de Wyman. Solo se que era el mayor de los Stones, que estuvo junto a ellos desde el principio y hasta el álbum Steel Wheels y que se fue porque, como todos nosotros, se había cansado de la banda. Qué tocaba el bajo y que lo tocaba muy bien. MUY BIEN. El tipo era un maestro. Bajo perfil, sobrio (como todos los bajistas: Deacon, Entwistle, John Paul Jones... sip, hay muchos bajistas sobrios) y extremadamente talentoso. Para empezar, el sonido de los primeros Stones se diferenció del de contemporáneos como los Beatles porque el bajo tenía un papel sumamente destacado. Realmente podemos ESCUCHAR el bajo de Wyman, áun en esos primeros álbumes y singles, cosa utópica en los primeros álbumes de los Beatles en los cuales el bajo es casi ininteligible. Por otra parte, Wyman alcanzó su pico creativo cuando los Stones comenzaron a experimentar con el funk y el disco. Ahí realmente nos dimos cuenta no solo que al amigo Bill le encantaba tocar esos géneros, sino que además estaba bien preparado para ello. Canciones como Fingerprint File o Hot Stuff le deben mucho a las manos del bajista quien hace cosas realmente entretenidas con su intrumento. Otras performances memorables incluyen las líneas de bajo de Sympathy For The Devil, bien alto, donde cada nota es una puñalada en el mismísimo corazón. Quizá sea ese bajo lo que hace que la canción después de todo me guste. También está el bajo fenomenal que abre Live With Me con una patada en el culo... ¿Cómo? Er... ¿Que ese no lo toca Wyman? ¿Richards? Ah... cierto... bueno. Uno de mis bajistas favoritos. Su canción In Another Land donde incluso ¡Canta! está buena.
Charlie Watts: Su destino no era ser una estrella del rock. Era más bien ser una especie de sastre o algo así. Su personalidad completamente sobria, caballeresca y normal es una de las grandes paradojas del rock. ¿Qué tiene que hacer este verdadero "gentleman" que podría ser nuestro vecino (y nosotros encantados) mezclado con una panda de drogones sexópatas como Mick, Brian y Keith? No se sabe y no se sabe cómo duró tanto... yo que me siento identificado con el tipo hubiera huído sin lugar a dudas. Uno se pregunta qué hacía Watts en las orgías descomunales de droga y sexo que sus amiguitos organizaban cada tanto. Quizá cada tanto aprovechaba y se comía una groupie... aunque estaba casado... dificil de imaginar todo eso.
Por cierto. Es un buen baterista. No es un loquito de los tambores a lo Bonham o Moon, sino más bien una especie de metrónomo de carne y hueso encargado de dar un ritmo preciso, estable y fuerte a sus compañeros. Nada de rellenos innecesarios o ritmos ultracomplicados. La total antítesis de Keith Moon. Compuso muchísimas canciones de primer nivel. No, chiste.
Ron Wood: No tengo mucho para decir de este guitarrista. Ron ingresó a los Stones en reemplazo de Mick Taylor; ya en Black And Blue toca en un par temas, sin embargo su primera participación completa en un LP fue con Some Girls. Está claro que nunca llegó a aportar partes de guitarra tan devastadoras y distintivas como las de Taylor, pero qué se yo... no es un mal segundo guitarrista para la banda y ciertamente tiene una personalidad mucho más "Stone" que su antecesor. El que sepa algo más sobre Ronnie que mande un mail y enriquezca mi pobre cultura.
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"I'm gonna learn to dance if it takes me all night and day"
1) Not Fade Away; 2) (Get Your Kicks On) Route 66; 3) I Just Want To Make Love To You; 4) Honest I Do; 5) Now I've Got A Witness; 6) Little By Little; 7) I'm A King Bee; 8) Carol; 9) Tell Me (You're Coming Back); 10) Can I Get A Witness; 11) You Can Make It If You Try; 12) Walking The Dog.
mejor canción: I'm a king bee
Para empezar, el álbum debut de
los Stones nunca se vendió en la Argentina. Ese es el principal problema de
vivir en un país subtropical del submundo latino. Las disquerías te traen la
basura que quieren a través de políticas inentendibles. Trajeron todos los CDs
de ABCKO menos éste. ¿Por qué? ¿Qué te importa? Vos comprá lo que hay. Esa
es la sana actitud. Por lo tanto los lectores deberán tener en cuenta que éste
es un álbum realmente oscuro aquí en Argentina, un país claramente devoto de
los Stones.
Pero vamos al grano, o sea, al álbum.
En su momento este pedazo de vinilo fue una cosa realmente, realmente
importante. ¿Por qué? Simplemente porque con este disquito los Rolling Stones
presentaron al mundo, así de la nada, una forma totalmente nueva, agresiva,
rompeculos y EXCITANTE de encarar ese cliché ya ajado y agotado: el blues del
delta, el rock and roll de Chuck Berry y el moviemiento Motown de los Estados
Unidos. Estos cinco blancos británicos tomaron todo el paradigma musical de la
década anterior y lo renovaron, le dieron una inesperada vuelta, le dieron
aire, le hicieron respiración boca a boca y ¡BANG¡ ¡BANG! y ¡REBANG! la
resurreción les salió en serio: En manos de los Stones el blues, el rhythm and
blues, el motown y el rock and roll empezaron a sonar tan excitantes, sexuales,
viciosos y ajustados como nunca antes. Cinco mocosos impertinentes enseñándoles
al mundo el alma VERDADERA del rock and roll. Los Rolling Stones sabían
perfectamente lo que otros grupos de la época al parecer habían pasado por
alto: el rock no es un “tra la lí, tra la lá”, como lo ponían los Beatles
en I Want To Hold Your Hand. El ROCK tiene que hacer sudar, tiene que ser
peligroso, tiene que intimidar, tiene que apretar y exprimir, tiene que tener
orgasmos y dejar las manos sucias, tiene que asustar a los padres y excitar a
las niñas, el rock tiene que socavar al establishment y ponerlo en ridículo,
tiene que respirar agazapado y saltar en el momento menos pensado con las garras
afiladas para clavarse en las gargantas. Esa era la idea, eso es lo que los
Stones lograron trasmitir ya desde tan temprano. Y eso no significaba hacer
ruido insoportable como una suerte de punk de los 60; si algo tenían los
Rolling Stones desde el principio, eso era profesionalidad y sus performances
son desde el principio tan ajustadas como un par de calzas dos números más
chicos del adecuado, con una sección rítmica perfecta, un dúo de guitarras
que simplemente epitomizan la palabra “rockear” y un Mick Jagger que sonaba
todo lo sucio, pajero y peligroso que se precisara.
De eso se trata este álbum. Por
eso es tan importante. Porque desde un comienzo establece una forma nueva de
sentir el rock que identificaría a los Rolling Stones para siempre, o por lo
menos en sus años de gloria, y que influiría de manera notable el resto de la
música rock y hard rock de la década. “Que los Beatles hagan sus singles
divertidos, nosotros vamos a tocar un viejo y sucio blues a ver qué pasa”,
parecían decír los Stones con su actitud. Y la verdad es que para la época
suena como algo muy excitante. Los Beatles nunca hicieron un cover de blues.
Para la época. Por que hoy es muy
fácil descartar este álbum con un movimiento de hombros como diciendo “Qué
onda?”. A nadie parece excitarle un simple álbum de blues y rock and roll
como éste. Por eso insisto que a England Newest Hitmakers hay que
apreciarlo como un producto de su época. Y de esa manera se advertirá que sí,
puede ser MUY excitante un álbum de blues y rock and roll y que, estrictamente
y despojado de sus mitos, tiene sus temas flojos y momentos mediocres.
Que no son muchos tampoco. Ni Can I Get A Witness ni You Can Make It If
You Try parecen gran cosa: ambos son monótonos covers de motown carentes de
gracia. You Can Make If You Try es la peor, la más aburrida
canción del álbum mientras que Can I Get A Witness más o menos se
salva por el insistente e infeccioso groove de piano, un groove de piano que
cada vez que lo escucho me hace cantar “Talking ‘bout my generation...” ¿Será
porque se parece? Sí, se parece. El mismo riff, pero con órgano, está en Now
I’ve Got A Witness, una mera diversión de estudio instrumental que
utiliza la misma base de Can I Get A Witness y agrega un título en
broma. No está mal pero, como es de esperar, es una cosa bastante insustancial.
Por último, tampoco me conmueve mucho I Just Want To Make Love To You que
parece más una excusa para ir a mil por hora que para hacer una canción
efectiva. Si te gusta la velocidad, pues esta canción te va a gustar. Si esperás
algo más, como yo, ni lo sueñes.
Pero el resto... ¡El resto es puro
oro nena! Bue... exceptuando Honest I Do, otro cover de Motown (¿Me
parece a mí o las canciones de motown son todas iguales?) muy tranqui que no
quise poner en el parrafo anterior porque me encantan las perezosas líneas de
guitarra que se manda Jones, o Richards, o quien sea. Pero el resto, y ahora sí...
EL RESTO. ¡Waw! Rockea, blusea, humea, gotea y como la gran puta... para los
estándares de la época, claro, esto no es Let It Bleed todavía... pero
dentro de lo que es rock and roll cincuentoso y blues cuarentoso no vas a
escuchar nada más excitante y nada que te ponga tan a mil como esto. Mi
favorito es sin dudas I’m A King Bee, que no es más que un cover de
blues (de Slim Harpo) pero tocado con una justeza y una brillantez que no tienen
ningún precio: las guitarras de Jones y Richards haciendo pequeñas cositas, la
voz joven y malintencionada de Jagger y la batería impecalbe de Watts... ah mi
madre... esto es BLUES! ¡¡¡Qué me importa que sean blancos británcos!!! Lo
hacen bien maldita sea. Pero aún en su grandeza, I’m A King Bee no es
exactamente rock. Para eso tenemos un brillante cover de Carol de Chuck
Berry. Me gusta más la versión en vivo de Get Yer Ya-Ya’s Out, pero
esta no está nada mal y seguro que vuela la versión original (o la de los
Beatles en Live At The BBC) en mil pedacitos, con guitarra prima y una
velocidad desaforada: las palmitas parece que se aceleran permanentemente, es
fantástico. Y cómo olvidarme de Route 66. Lo que en su origen es una
canción pedorra, ingenua e infantil sobre la ruta 66 es aquí una fiesta de
rock and roll sucio y venenoso... eso es lo bueno de los Stones, pueden hacer
que cualquier cosa chorree vicio y sexo si se lo proponen, aún una canción tan
inocente como esta. También recibo una buena dosis de Little By Little,
uno de los originales (co escrito por Jagger, Richards y Phil Spector): es un
blues rutinario... pero qué mejor que los Stones para tocar un blues rutinario
digo yo. Simplemente penetra, como el absolutamente fantástico cover de Walking
The Dog, cuya vena y justeza y ritmo implacable iguala, si no supera, a I’m
King Bee, gracias a una voz rarísima haciendo el coro y un brutal quiebre
de guitarra. Y por supuesto, tenemos el gran éxito en Not Fade Away, un
cover de Buddy Holy enmarcado en un clásico ritmo de Bo-Didley y una clásica
intro acústica para abrir el álbum en buena forma. Y por último, aparece la
única composición de Jagger y Richards bajo el nombre de Tell Me que es
la única canción que más o menos se aparta de la vena general del álbum. Es
una balada pop acústica que, aunque no es más que medianamente atractiva,
demuestra que aún desde el principio Jagger y Richards eran capaces de componer
sus temas explorando nuevo territorio sin copiar a aquellos artistas que
interpretaban en covers.
Y así tenemos un dignísimo álbum debut que rockea y patea cien veces más traseros que el debut de los Beatles. Por supuesto que no tiene la misma cantidad de ganchos que un álbum de los Beatles, pero no es eso lo que se propone. Acá estamos hablando de blues y blues rock a una altura en que los Beatles ya hacían el pop sublime de A Hard Day’s Night. Son dos cosas distintas. Pero mientras A Hard Day’s Night era un pañuelo inofensivo acariciandote el oído, England Newest Hitmakers es una uña afilada cortándote el hígado. Y una muy buena uña afilada, por cierto.
"I said the joint was rocking, goin' round and round"
1) Around And Around; 2) Confessin' The Blues; 3) Empty Heart; 4) Time Is On My Side; 5) Good Times Bad Times; 6) It's All Over Now; 7) 2120 South Michigan Avenue; 8) Under The Boardwalk; 9) Congratulations; 10) Grown Up Wrong; 11) If You Need Me; 12) Suzie Q.
mejor canción: It's all over now
Y el segundo álbum llegó a los
Estados Unidos bajo el título de 12x5 (En Inglaterra se llamó
simplemente Rolling Stones 2). Es una fusión entre un EP llamado 5x5 más
unos cuantos singles y el resultado final es un álbum muy parecido al anterior,
solo que esta vez los Stones, (o los empresarios discográficos, vaya a saber
quién hacía todos estos álbumes bastardos) incluyen mucho más pop inofensivo
y acaramelado que en England Newest Hitmakers (que de pop inofensivo y
acaramelado no tenía nada, aclaro). Es decir: si habían hecho alarde y
alharaca sobre lo peligrosos, eróticos y malvados que eran, ahora se rebajan a
incluir cosas increíblemente melosas e inocentes como Time Is On My Side o
Under The Boardwalk, tratando de seducir a las amas de casa y
traicionando de alguna manera su imagen. Jaja, no creo que ese haya sido el
incentivo, sino más bien tratar de expandir horizontes y ser un poco más versátiles,
y me parece bien. Después de todo ambas son excelentes canciones y además,
buena parte de este álbum todavía tiene bastante vena y garra como para
asustar a todas las amas de casa que se quiera. Y, como si fuera poco, los
puntos altos aquí tienden a impresionarme más que los puntos altos del álbum
anterior.
Y tengo mis razones. It’s All
Over Now, la mejor canción del álbum, es un cover aún más
excitante, rockero y notable que Not Fade Away gracias a un estribillo
insanamente pegadizo y un quiebre de guitarra súper-salvaje revolviendo todo en
el medio. Y el cover de Time Is On My Side es una balada que representa
lo más melódico y bello que alcanzaron los Stones en esta etapa de su carrera.
No solo la melodía vocal es hermosa sino también las líneas de guitarra y las
armonías vocales y la intensidad general que transmite la canción. Canción
que se ha convertido en uno de los himnos de los años tempranos de los Stones,
que aún se toca en vivo... sip, hasta eso ha llegado su status. Igualmente, el
verdadero clásico es la versión del single que aparece en The London Years,
que es superior a esta. Ya esos dos
highlights son más remarcables que cualquier cosa del álbum debut, pero todavía
hay más. Around And Around rockea hasta la médula con un adictivo toque
de quitarra de Richards, Confessin’ The Blues es un blues totalmente
genérico que los Stones convierten en semi-clásico gracias a la bestial armónica
y Suzie Q, aunque lejos de la épica infernal de Creedence Clearwater
Revival, sigue pateando su buena cantidad traseros.
Y además de Time Is On My Side
tenemos otros dos intentos de hacer pop inofensivo a la Beatle. ¡Pop inofensivo
a la Beatle! ¡VENDIDOS! Ja, broma. De hecho Under The Boardwalk, de los
Drifters tiene una melodía ciertamente inolvidable que los Stones jamás podrían
haber inventado ni en mil años. Aunque aquí hacen un gran trabajo con ella, dándole
acaramelados y azucarados ribetes que nunca nos hubierámos imaginado de un
grupo que cantaba Walking The Dog. Aquí en Argentina la canción tuvo su
buena versión en castellano por Nito Nebia y Los Gatos Salvajes. Y cuando una
canción es buena se nota a leguas, aún canivalizada por quien sea. El otro
cover poppy, por desgracia, termina siendo la peor canción del álbum. If
You Need Me es otra canción de amor que no tiene nada de notable o
remarcable en ella excepto que me hace bostezar.
Y nos quedan los cinco originales
de la banda que, dicho sea de paso, todavía no son gran cosa. Congratulations
es una balada aceptable, Good Times Bad Times es un blues aceptable, Grown
Up Wrong es un rocker aceptable, 2120 South Michigan Avenue es un
jam aceptable y Empty Heart es una... cosa... aceptable. Todo aceptable,
nada del otro mundo. Congratulations particularmente es relativamente
aburrida, pero South Michigan es un gran divertimento. Igual está claro
que todavía los Stones tienen que vivir de covers. Recién en los dos álbumes
siguientes probarían que alguna idea tenían sobre como componer temas.
Entonces, un álbum no demasiado
diferente del debut, solo que levemente más consistente y con algunas cosas muy
pop, muy Beatles metidas por ahí quizá para no espantar tanto a las madres y
padres puritanos y preocupados por las cosas que escuchaban sus hijos (Jeje, no
será cosa de morder la mano que los alimentaba) que a pesar de todo no hacen daño
a la consistencia del álbum ni a la conciencia de los Stones. Los dos o tres
highlights de rigor, los dos o tres rellenos de rigor, los dos o tres originales
de rigor. Nada fuera de la norma para un álbum temprano de los Stones.
"Everytime I kiss you girl, it tastes like pork and beans"
1) Everybody Needs Somebody To Love; 2) Down Home Girl; 3) You Can't Catch Me; 4) Heart Of Stone; 5) What A Shame; 6) Mona (I Need You Baby); 7) Down The Road Apiece; 8) Off The Hook; 9) Pain In My Heart; 10) Oh Baby (We Got A Good Thing Goin'); 11) Little Red Rooster; 12) Surprise Surprise.
mejor canción: Little red rooster
La
mala noticia (o no tan buena) de los primeros años de los Stones es que sus
constantes devaneos con covers de genéricos temas rhythm & blues no
constituyen exactamente lo más entretenido y atrapante que se ha ofrecido la
banda en su historia. Los primeros cinco álbumes son prácticamente idénticos
y recién en Aftermath se empieza a vislumbrar un cambio radical y
necesario de estilo. La
buena noticia, es que Jagger y compañía lograban darle a estos covers y típicos
números de rhythm and blues una identidad totalmente nueva y única, dotándolos
de un filo más cortante y vicioso que el de la mayoría de las bandas británicas
del momento. Así, canciones en principio aburridas o pedestres terminan siendo
muy disfrutables gracias al aire infeccioso, sucio y misterioso que los Stones
les dan. Esto se nota de manera particularmente brillante en Now!, que de
los primeros cinco álbumes, es quizá el más venenoso, el más ominoso y
ajustado. En rigor, no es lo suficientemente diferente como para arrasar con 12x5
o England Newest Hitmakers, y canción por canción no tiene nada que
jactarse frente a los demás, pero sin dudas es aquí donde aquellos elementos
que hicieron tan únicos a los Stones en sus primeros años brillan con mayor
intensidad. Es un LP de dientes apretados y uñas afiladas que desborda
sexualidad y oscuridad por todos sus surcos (o microorificios, ya que ahora es
un CD jeje). Además hay aquí una buena cantidad de originales decentes y los
covers, a diferencia de lo que ocurriría en el siguiente álbum, siguen siendo
absoluta y definitivamente ROMPEORTOS. ¡Y nada de Under The Boardwalk ni
cositas suavecitas acá tampoco!
En
Now! los Stones siguen avanzando en sus esfuerzos compositivos y por lo
tanto tenemos aquí cuatro originales que si bien son de discreto calado y no
resisten comparación con Satisfaction o The Last Time, demuestran
con total suficiencia la competencia que los Stones siempre tuvieron en la
creación de ganchos y melodías. Mi favorita de este grupo es Off The Hook, un
número pop que tiene un interesante riff y una melodía sumamente pegadiza
repleta de ganchos y cantos carnosos. También está la blanda balada Heart
Of Stone, que en general me pasa desapercibida y el trepidante y ansioso
blues What A Shame que es impecable. Ese es el asunto con los Rolling...
eran capaces de tomar cualquier tonadita blues rutinaria (de su autoría o no) y
tocarla de una manera tan sexual, tan implacable, incluyendo un sobresaliente
trabajo de guitarras y cortantes armónicas. Y al igual que ocurría con Little
By Little o Confessin’ The Blues, What A Shame simplemente
HUMEA. Surprise Surprise, el último original no es gran cosa, pero tiene
algo que lo hace muy atractivo a mis oídos. Supongo que es el ritmo fenomenal y
eso basta para atraparme y concluir: “Buenos, buenos originales”.
Pero
sin duda los puntos fuertes todavía están en los covers de rhythm & blues
que continúan con su sana tradición de agarrarnos bien del cuello, partirnos
la espina y dejarnos sin aire. A mi juicio el highlight definitivo es la magnífica
Little Red Rooster, un blues infernal con una fanta - fantástica (el
tartamudeo es por el shock jeje) guitarra slide de Jones, provocativas vocales
de Mick y una atmósfera maligna, pantanosa y arrastrada que escuchada alto
volumen difícilmente se olvide. ¡Y pensar que esta cosa oscura y pantanosa fue
un single! Una lección para todos esos singles Beatles felices y contentos (que
también me gustan, conste). Otra muy buena toma, que rivaliza con Little Red
Rooster por el título de mejor canción, es Down Home Girl, un blues
bastante monótono que sin embargo, gracias al fenomenal tratamiento que la
banda entera sabe darle, resulta sumamente subyugante con OTRA atmósfera de
maldad y crueldad y quién sabe cuantas otras lindezas, realzada por la voz de
Mick que, fría y pacíficamente parece como decir “Estoy a punto de perder la
paciencia y entrar en cólera”... y esas pequeñas y terroríficas notitas
"pim, pim, pim" de Keith no ayudan para nada. Si quieren darse una
idea aproximada del significado de OMINOSO, estas dos canciones dan un
pantallazo elocuente.
Pasando
a terrenos un poco más alegres, el tema que abre el álbum, Everybody Needs
Somebody To Love es la “pegadicidad” materializada, gracias a un ritmo
indeclinable y a varios ganchos repartidos aquí y allá como las irresistibles
líneas "I need you, you, you". Su duración de cinco minutos es una
marca inusual para la época, sentando un precedente para la bestial duración
de Goin' Home un año más tarde. También son enteramente remarcables
los obligatorios covers de Berry: You Can't Catch Me y Down The Road
Apiece. La primera es un tanto monótona, pero tiene esa cosa tan intangible
que llamamos “cadencia”: simplemente fluye y penetra, sin importar que la
melodía no sea exactamente genial. Algunos ven aquí la fuente de inspiración
de Lennon para Come Together y alcanzo a entender de qué hablan. Down
The Road Apiece es una atractiva reescritura de Carol y está rematada por una interpretación brillante de la banda y una
impactantemente suelta performance de Mick.
Abandonamdo
el terreno de los highlights y abordando el barco de “el resto”, Mona,
está bastante bien, pero tiene una melodía casi idéntica a Not Fade Away y
el mismo ritmo. El hecho de que los Stones también hallan interpretado aquella
canción no ayuda nada. Y lo más divertido es que Not Fade Away reemplazó
a Mona en la edición americana del primer LP de la banda. O sea, son
clones. Buenos clones, claro está. Después quedan Pain In My Heart, fácil
lo mas aburrido del disco y Oh Baby (We Got A Good Thing Goin') que a
pesar de que nadie resalta a mí me parece muy pegadiza, sin ser gran cosa.
Como
dije: no resalta demasiado con respecto al resto del material temprano de los
Stones, pero algo en la interpretación y atmósfera de las canciones me hace
considerarlo el mejor de los primeros cinco. Quizá es que solamente Pain In
My Heart se me antoja la única canción floja mientras que en los demás
hay tres o más berretadas. En definitiva Now! es un gran álbum; aunque
los decentes originales estarían por mejorar mucho en Out Of Our Heads,
y también en December’s Children, en materia de covers de los
Stones nunca alcanzaron tal nivel de maestría, justeza y perfección como aquí.
Y me parece una buena razón para tenerlo.
"You don't try very hard to please me"
1) Mercy Mercy; 2) Hitch Hike; 3) The Last Time; 4) That's How Strong My Love Is; 5) Good Times; 6) I'm Alright; 7) (I Can't Get No) Satisfaction; 8) Cry To Me; 9) The Under Assistant West Coast Promotion Man; 10) Play With Fire; 11) The Spider And The Fly; 12) One More Try.
mejor canción: The last time
¿Qué tenemos aquí? Una nueva
colección de covers y originales. Más precisamente cinco covers y siete
originales. Cuatro y siete, lo cual es un gran progreso en comparación a los
cuatro o cinco originales de 12x5 y Now! Ahora lo que nos importa
es si el álbum es bueno, si es entretenido. A ver alumno repita: ¿Es
entretenido? Mmmm... ehhhh... este.... Digamos que por momentos sí y por
momentos no. Mayormente todo el material de Out Of Our Heads consiste,
como siempre, como de costumbre, en buena, pasable y meritoria música rhythm
& blues, pero a su vez demuestra varias cosas. Básicamente que los covers
se van haciendo cada vez más innecesarios y redundantes, sencillamente porque
los orginales, aunque no todos, empiezan a ser sensiblemente superiores. Si
seguimos el proceso de tomar solo dos o tres originales de Out Of Our Heads podremos
tener entre manos algunos de los más fantásticos temas de la historia de los
Stones y, a su vez, todo lo que realmente necesitamos de este álbum.
Como hoy estoy hambriendo y ansioso
ruego vayamos primero a la carne, al jugo del álbum que son los temas nuevos de
Jagger y Richards (algunos firmados por Nanker Phelge, que es un seudónimo). En
efecto, Out Of Our Heads es el único álbum donde los originales
empiezan a ser los evidentes platos fuertes. En England’s Newest Hitmakers teníamos como
piezas centrales a Carol y King Bee, ambos covers; en 12x5 estaban
Time Is On My Side y It’s All Over Now, dos covers más. En Now!
brillaban Little Red Rooster y Downhome Girl. Aquí
están The Last Time y Satisfaction como OBVIOS highlights y ¡Voilá!
son dos originales. Dos inmaculados y brillantes orginales que de la nada salen
y forman un impresionante duo de singles que sobrepasan quizá todo lo anterior.
Dicho esto, debo admitir que no soy un gran fanático de (I Can't Get No)
Satisfaction.
Es una canción brillante y me gusta, pero definitivamente es una más
sobrevaloradas de los Stones, junto a Sympathy For The Devil. Fue el
mayor éxito del grupo en sus primeros años y su letra rebosante de urgencia
sexual, arrogancia juvenil y rebeldía anti-establishment fue una especie de
ruptura que contribuyó a fomentar su imagen de "chicos malos del
rock". Si bien hay que admitir que está entre las mejores canciones de los
Stones tempranos, no veo por qué hay que llamarla “la mejor canción rock de
la historia” ni porqué es éste su tema más conocido. Más allá de esta
incomprensión, también hay cosas de la canción en sí que me dejan con ganas
de más carne. Quizá porque el tan renombrado riff principal suena más como
una tuba que como una guitarra, será porque su melodía no me resulta tan
interesante, porque siento que hay canciones que rockean más fuerte y mejor...
no se. Gran canción, me gusta, pero no tanto como a esa cosa llamada “público
general”. Si hay un highlight en Out Of Our Heads es The Last
Time, una gema pop con un riff realmente magnífico, una melodía
insuperable y un instantáneamente pegadizo estribillo a lo Elvis. También es un
poco repetitiva, pero con esa melodía y ese riff, nada puede arruinarte una
canción. El otro buen original es el blues The Spider And The Fly con su
larga introducción de armónica y guitarra eléctrica y su melodía tan
irresistiblemente "juguetona" (Realmente esa palabra me suena muy
tonta, pero no hallé un calificativo mejor) Esas frases Sittin', thinkin',
sinkin', drinkin' son casi de comedia musical. Y también está el lado de B
de The Last Time, también conocido como Play With Fire.... Por lo
que he leído la gente se hace las delicias con esta canción. No es mi caso. Me
atrae, no niego que es un número bastante oscuro con un arreglo ominoso de
guitarras acústicas y clavicordios que prefiguran las experimentaciones de Aftermath,
pero la melodía es ehhh... gris y si hablamos de atmósferas especiales me
quedo con Downhome Girl o Lady Jane sin lugar a dudas. Y sigo sin
entender como entró Play With Fire en el compilado Hot Rocks dejando
afuera a su mismísimo lado A, The Last Time ¿¡Perdón!?
Los otros tres originales ya flaquean. Nada horrible, solo que son agobiantemente sosos y tiran el álbum abajo. Ni el desprolijo griterío de One More Try o I’m All Right, ni el shuffle absolutamente pedestre de The Under Assistant West Coast Promotion Man han hecho méritos suficientes para pegarse en mi cabeza y por lo tanto no me darán mucho de qué ocuparme. Sencillamente están en otra liga y para buscar un orginal tan poco atractivo como estos tres hay que remontarse hasta... qué se yo... Congratulations o alguna de esas.
Estas ideas nos van llevando entonces al hueso... los covers son bastante, cómo decirlo, iguales entre ellos. No es como antes. No hay un I’m A King Bee, no hay un It’s All Over Now ni un Little Red Rooster. Ninguno realmente me brinda ese entretenimiento y esa fascinación que sí brindaban en álbumes anteriores. Sin embargo hay algunos que sobresalen, cómo no, especialemente Mercy Mercy que tiene una introducción asombrosamente fascinante por la cual ya vale la pena la canción, aunque su desarrollo también es agradable. Lamentablemente el resto de los covers son genéricos, de calidad similar, nada que me haga bailar o sudar escalofríos como antes y que no me incitan a escribir nada particular sobre ellos; Hitch Hike (ingenuo) That's How Strong My Love Is (melódico pero débil), Good Times (demasiado suavecito y meloso), Cry To Me (de este no me acuerdo nada de nada, salvo que tiene un buen estribillo) no despiertan pasiones pero tampoco existe razón alguna para odiarlos. No los odio, simplemente que podrían desaparecer de la faz de la tierra y no correría a tirarme por el balcón. Así de insensible y mala persona me dejan.
Para cerrar tengo que llegar a la
triste conclusión de que éste (y NO December’s Children) es el álbum
más flojo de la primera etapa de los Rolling Stones. Lo cual es raro, porque en
general la gente considera que es el MEJOR. Pero claro, que tenga Satisfaction
no quita que un 80% del álbum sea derivativo y falto de garra, que es lo
que es. De hecho. Si pudiera salvar Satisfaction, The Last Time y
quizá The Spider And The Fly y dejar que el resto se consuma en la
penumbra de la muerte no correría a tirarme por el balcón... ¡Esperen! ¡Eso
ya lo dije! Ah, pues hoy sí que estoy falto de recursos. =)
"Don't hang around, baby, two's a crowd"
1) She Said Yeah; 2) Talkin' About You; 3) You Better Move On; 4) Look What You've Done; 5) The Singer Not The Song; 6) (Get Your Kicks On) Route '66; 7) Get Off Of My Cloud; 8) I'm Free; 9) As Tears Go By; 10) Gotta Get Away; 11) Blue Turns To Grey; 12) I'm Moving On.
mejor canción: Get off of my cloud
Lo más frecuente es decir que December’s
Children es el álbum más flojo del primer período de los Stones. Se trata
de un
blanco fácil, ya que no es más que otro bastardo totalmente artificial
ensamblado para el mercado norteamericano, donde simplemente se juntaron algunos
singles del momento junto con sobras viejas, olvidadadas y traídas de los pelos
(como las dos tomas en vivo, nada más facil para rellenar los espacios vacíos).
También sea quizá porque se trata del quinto álbum seguido que continúa exactamente con la misma fórmula de algunos originales y algunos covers de
blues y Motown. Digamos ¿Dónde está el progreso? ¿Dónde está el desarrollo? ¡Para
estas alturas los Beatles estaban sacando Rubber Soul! Y los Stones seguían
exactamente con la misma fórmula y estilo del primer álbum. Claro que ese
primer álbum había salido recién el año anterior, pero en el medio hubo
otros tres... ¿Y los avances? Bueno, los hubo. Jagger y Richards fueron superándose
paulatinamente como compositores y los nuevos singles así lo demostraban. El
problema era que los covers cada vez eran más paupérrimos; en Out Of Our
Heads ya se había probado que los covers no daban para más... ¿Por qué
volver a insistir? ¿Por qué?
Y aún así, creo que December’s
Children es un poco mejor que Out Of Our Heads. Por varios motivos:
las tomas en vivo rockean, al menos un cover patea mayores traseros y al menos
dos originales son TAN buenos como Satisfaction y The Last Time.
En general el álbum, aunque errático e irregular, me suena más entretenido y
contundente que el blando y no muy atractivo Out Of Our Heads. Y eso para
mí es suficiente. Con respecto a los álbumes anteriores... la comparación es
simple: no tiene tan buenos covers, pero los originales Jagger / Richards son
superiores.
Hablando de covers... al igual que
el álbum anterior, December’s Children demuestra que los Stones tenían
sí o sí que abandonar los covers y dedicarse full time a sus propias
composiciones. No es que sean malos, pero son absolutamente pálidos y no
agregan absolutamente nada a lo que temas como Time Is On My Side o Little
Red Rooster habían entregado. Y las composiciones originales que estaban
saliendo eran lo suficientemente buenas como para dedicarles más atención. De
los siete covers que hay aquí solo uno vale la pena... pero ¡Qué uno!
No recuerdo haber leído muchos comentarios elogiosos sobre el cover de She
Said Yeah, pero para mí es el inicio de álbum perfecto y contundente que
no tiene ninguno de los discos anteriores. Verán; cuando un álbum empieza con
un verdadero “BANG!” que te revuelca por los aires, el disco ya te agarró y
seguro que el resto te va a caer mejor, aunque sea blando y olvidable. Los
inicios con toda la polenta son una mis debilidades; como es por lo general el
primerísimo contacto que uno tiene con un disco es importante que el tema en
cuestión te agarre y te clave las uñas. Eso te hace seguir escuchando. Y vaya
si She Said Yeah me clava las uñas. Un proto-metal anormal, infestado de
adrenalina y violencia que no solo me clava las uñas sino que me atenaza los
pies, me zarandea y me golpea treinta veces contra el piso hasta hacer que mis
sesos de desparramen por el pavimento en mil pedacitos sanguinolentos. Además,
tiene una gran melodía pegadiza, compacta y contundente; pura energía
concentrada en ¡Un minuto y medio! ¿Me dirán que es inescuchable y ruidoso? She
Said Yeah son los Stones en su fasceta más dura y pesada y es sencillamente
devastadora.
El resto de los covers... BUH! Son
fantasmas. Salvo quizá ambas tomas en vivo de Route 66 y I’m Moving
On, que contienen toda la crudeza de She Said Yeah aplacadas por pésima
producción y los chillidos histéricos. Debe haber sido fantástico presenciar
aquellos raptos de la banda en vivo y no entiendo cómo todas esas chicas preferían
aullar como idiotas en vez de cantar a todo pulmón con la letra. Es obvio que
la canción les importaba un bledo. Pero cosas como Talkin’ About You, You Better Move On y Look
What You’ve Done son planamente olvidables. Son aceptables covers de
rhythm & blues que sin embargo no tienen ni melodía, ni agarre, ni atmósfera
suficiente para entretener o quedar en la memoria. You Better Move On,
particularmente me resulta muy molesta: es otra de esas baladas de motown
completamente olvidables y genéricas de melodías pobres onda Honest I Do o
If You Need Me. ¡Basta! En ellos está el flanco más débil del álbum.
Sin embargo, los originales son
brillantes. Get Off Of My Cloud en particular es un espectacular rocker
punkoide con un riff clásico, tremenda performance en la batería y una
vocalización tan agresiva, febril y pegadiza como la que Mick Jagger podía
dar. Y la letra es una sarta de locuras completamente fenomenal que remata la
total sinrazón y aire de “me importa un reverendo pito” que inspira la
canción. De ahí que me parezca un buen tema para poner a todo volumen en una
fiesta, que se arme el descontrol y cada uno se descargue como le parezca, desde
pateando muebles hasta fornicando con la chica de al lado. Ese tipo de
despreocupación y “a la mierda con todo” transmite con toda furia Get
Off Of My Cloud. Fabuloso. Pero también está As Tears Go By, el
primer preámbulo más o menos serio de la etapa pop que empezaría con Afermath
y continuaría hasta Flowers. El arreglo con cuerdas y guitarras acústicas
es secundario solo comparado con la hermosa y trascendental melodía, de esas
que se meten bajo los poros y encogen el corazón. Además tenemos el buen
semi-clásico de I’m free que tiene algunas líneas un tanto parecidas
a Eight Days A Week de los Beatles: “Hold me, love me”. Aunque si se
trata de sonar sospechosamente parecido a los Beatles, The Singer Not The
Song no se queda atrás y rememora perfectamente Not A Second Time,
al menos en los primeros versos y el solo de guitarra. El tema en sí tiene una
buena melodía que le basta para quedarse en mi memoria como una bonita canción.
Gotta Get Away me gusta, aún cuando no puedo decir que tenga una gran
melodía... me hace sentir bien. El único original que no hace mucho por mí es
Blue Turns To Grey que igualmente es bonito y mejora con las sucesivas
escuchas, solo que menos interesante o
memorable.
Y así tenemos un nuevo álbum de
los Stones, el último antes de que Aftermath se decidiera finalmente a
enterrar los covers que tan mal venían. No le dan mucha pelota a este álbum,
pero She Said Yeah, las versiones en vivo y los incomparables himos de Get
Off Of My Cloud y As Tears Go By bastan para redondear otra valiosa
pieza a la discografía temparana de los Stones. Y, ya lo dije; me gusta más
que Out Of Out Heads. Más agarre y más polenta lo hacen todo para mí.
"I look inside myself and see my heart is black"
1) Paint It Black; 2) Stupid Girl; 3) Lady Jane; 4) Under My Thumb; 5) Doncha Bother Me; 6) Think; 7) Flight 505; 8) High And Dry; 9) It's Not Easy; 10) I Am Waiting; 11) Going Home.
mejor canción: Paint it black
El primer disco de los Stones en disponer exclusivamente de material propio se llama Aftermath y es el álbum que inaugura el período pop del grupo. Podría haber ideado una introducción más original, pero la verdad es que ninguna puede ser más elocuente. En efecto; este disco es el más rompemoldes que los Stones hicieron hasta entonces debido que deja totalmente de lado aquello que les había dado reputación; los covers. Y es fantástico porque los originales de Jagger y Richdards son brillantes y ameritan totalmente la movida. Bueno; no todos los temas aquí son GENIALES y si comparamos Aftermath con su contemporáneo Beatle Revolver no hay mucho para rescatar, pero la frescura y el talento desplegado en este álbum supera con creces todo lo hecho anteriormente por esta banda.
Aunque Jagger y Richards son los que firman toneladas de canciones, Brian Jones adquiere un papel especial a partir de Aftermath caracterizado por sus deseos de expandir como se pudiera los límites que les había impuesto siempre el rhythm & blues tradicional. Por lo tanto en este disco y en los dos subsiguientes veremos a Jones introducir nuevos y exóticos instrumentos a las grabaciones, siempre con resultados increíblemente efectivos que lanzarían a los Stones hacia la etapa más creativa de su historia.
Lo grandioso de Aftermath es que comienza con una seguidilla de temas bestialmente buenos que, de no hundirse un poco a partir de Doncha Bother Me, lo hubiera transformado en uno de los mejores álbumes de la historia del pop. En efecto, los primeros cuatro temas son JOYAS sin precedentes que merecen parrafos aparte (aunque no se los daré para no aburrir a nadie). Primero está, claro, cómo no, Paint It Black, uno de los mejores singles de los Stones. Realmente todo en esta canción funciona a la perfección; la distintiva y memorable introducción del sitar de Jones (¿alguna vez se esuchó un SITAR rockear como éste?), la primera melodía de innegables aires arábes, la segunda melodía con sus estallidos de guitarra y batería, la letra oscura, depresiva y maníaca, la coda con la melodía principal repetida simultáneamente por el sitar y los m-m-m-m-m de Mick... por momentos ¡Da miedo!... Paint It Black es una inolvidable gema del pop rock y si no la escuchaste nunca es porque vives en una especie de freezer antimusical. Stupid Girl, el segundo, es otro gran tema pop conducido por un espectacular órgano y buenas melodías. La letra es sumamente juvenil, adolescente y destila un machismo sin matices a través de frases del estilo "Ella es la peor cosa de este mundo" o variantes como "Ella es la cosa más enferma de este mundo". Ja ¿Misógino yo? Después tenemos la sublime Lady Jane una balada INCREÍBLE adornada con guitarras acústicas y un dulcimer de Jones, más una melodía gloriosa que transmite una fantástica atmósfera medieval / Shakespeareana de castillos, calabozos, abadías, reyes y reinas, bosques oscuros... ¡Todo muchísimo antes de que el rock sinfónico de Genesis y Yes se atragantara con todas esas cosas! Y entonces... *de pie por favor*... Under My Thumb. Realmente la introducción de esta canción, oscura, malvada, asesina, con sus fenomenales marimbas (Jones otra vez señores), el retumbante bajo y la guitarra que tira chispazos, debe ser una de las más memorables de todo el repertorio Stone ¡Escuchen y verán a lo que me refiero! Pero la canción no se queda en eso; la melodía es excelente todo el tiempo y sobre el final tenemos otra brillante coda que me pone los pelos de punta.
A partir de aquí el disco empieza a perder un poco de peso y creatvidad volviendo parcialmente al rhythm & blues a través de números un tanto genéricos que pueden confundirse con cosas de Out Of Our Heads. Aún así, Aftermath sigue siendo atractivo, no genial como en los primeros cuatro temas, pero sí agradable y cualquiera de estos temas está con lo mejor de los álbumes anteriores. Doncha Bother Me y Think son frecuentemente descartados como relleno pero yo rescato esa guitarra slide desafinada de Doncha Bother Me y confieso que el pop Think es una de mis favoritas del disco. Flight 505 empieza con un piano rockero que parece como si lo estuvieran tocando dentro de una iglesia por la gran cantidad de eco que produce. La canción es buena pero nada del otro mundo y trata sobre ¡¡¡Accidentes de avión!!! High And Dry goza de una introducción con armónica y guitarras acústicas realmente brillante y la melodía es buena; It's Not Easy es otro número decente mientras que I Am Waiting se me antoja como una joya oculta; tiene unos arreglos acústicos similares a los de Lady Jane y aunque puede irritar un poco la forma que en que Mick dice "waaaaaiiiiiting" no debemos desestimar la bonita melodía y los perfectos arreglos.
El último tema, Going Home es bastante controversial; algunos lo odian, otros dicen que está bien. La cuestión es que se trata de un mamotreto rhythm & blues de más de ¡ONCE MINUTOS! Se me ocurre que por aquellos años un tema de esta duración tiene que haber marcado un récord, pero la verdad es que no se. Los primeros minutos transcurren simplemente con una buena canción de notables arreglos, aunque nada del otro mundo. El problema es que después se extiende en un jam donde la voz de Mick Jagger no deja de susurrar, jadear, tartamudear, gemir, toser y retorcerse en frases repetidas como "I just can't wait" "Alright" "Gotta" (Ese gotta suena particularmente molesto) mientras el resto de la banda ensaya un groove interminable que tiene sus momentos pero no ostenta demasiadas luces. No, el papel protagónico lo tiene la voz de Jagger. No sé. Supongo que no lo odio pero podría vivir sin todo esto también.
Así se cierra el que, fácilmente, podría ser el mejor disco que Mick, Richard, Bill, Charlie y Brian hayan hecho hasta ese punto.
(Durante la época de Aftermath los Stones experimentaron un perído increíblemente prolífico y es una lástima que el álbum deje afuera un bagaje de canciones que lo hubieran transformado en un disco soberanamente excelente a la altura de los grandes clásicos como Banquet y Bleed. Imaginemos... Los cuatro primeros temas de la edición americana que son formidables. Después Out Of Time y Mother's Little Helper (Incluidos en la edición británica) más algunos otros singles de la época como 19th Nervous Breakdown, Sad Day, Get Off My Cloud (aparecido en December's Children) y quizá Long Long While, rescatando I Am Waiting y Going Home. ¡Qué Aftermath hubiera sido ese eh!)
"Don't you worry about what's on your mind"
1) Let's Spend The Night Together; 2) Yesterday's Papers; 3) Ruby Tuesday; 4) Connection; 5) She Smiled Sweetly; 6) Cool Calm And Collected; 7) All Sold Out; 8) My Obsession; 9) Who's Been Sleeping Here; 10) Complicated; 11) Miss Amanda Jones; 12) Something Happened To Me Yesterday.
mejor canción: Miss Amanda Jones
*EL* álbum pop de los Stones. Si vas tras Between The Buttons en busca de riffs alucinantes, armónicas distorisionadas y rock blues apretaditos pues busca unos años antes o unos años después. 1967 es el año del pop para los Stones. Está claro que los genios del pop son los Beatles y no los Rolling Stones ¿No? y si hablamos de obras maestras del género hablamos de Rubber Soul y Revolver ¿No? Dos discos geniales, encima publicados ANTES de Buttons, ante cuyas canciones e innovaciones poca cosa parece este álbum. Sin embargo oh! sorpresa, resulta que Between The Buttons es no solo bueno, sino un EXCELENTE álbum de puro pop creado e interpretado como pocos podríamos imaginar en los Stones y que no solo remite a los Beatles sino también a Dylan y, sobre todo a los Kinks y su clásico Britpop. Obviamente, los Stones solo están siguiendo los pasos de otros y no hay nada particularmente revolucionario en ninguna de estas canciones.
Aún así este no es un simple "quiero - hacer - algo - como - lo - hacen - los - demás", sino una verdadera fiesta de melodías originales, ritmos, armonías vocales y experimentaciones con nuevos instrumentos. En primeras escuchas más de uno concluirá que se trata todo de una gran tontería, pero pronto descubrirá como estas melodías y arreglos van tomándolo e infectándolo todo con su simple y oculta genialidad. Temas muy livianos pero extremadamente entretenidos que nadie lamentará tener en su colección. También es el álbum Stone más británico de todos los tiempos (¿Blues y country? ¿Qué es eso?). Al igual que su sucesor este disco está un tanto olvidado por la afición musical (Hasta Mick Jagger confesó su desprecio por éste álbum en algún momento), debido a que no muestra a los Stones en su salsa, el blues, el rock y todas esas cosas que forjaron su identidad en los primeros años y que reflotarían con todo un año más tarde. Huelga decir que se trata de uno de los tantos errores estúpidos que se cometen con esta banda. Between The Buttons es un clásico tan clásico como Beggars Banquet y, en cuanto a nivel de entretenimiento y frescura, incluso superior.
Para empezar tenemos el hit Let's Spend The Night Together, una canción sumamente dinámica con su distintivo pianito y sus célebres e irresistibles versos "para - dara - papa - parara" del comienzo. A veces encuentro la melodía un poco desafinada y la primera vez que la oí (por la radio) no me atrajo demasiado, pero la verdad es que con las escuchas esto se vuelve un pop infeccioso que se filtra por los poros hasta hechizarnos por completo. Un clásico, casi a la altura de los Beatles. Otra verdadera maravilla del disco es Ruby Tuesday, una balada melódica atemporal que podría haber sido solo eso de no ser por las brillantes flautas de Brian Jones que realzan la canción a alturas épicas y románticas; otra joya. Los puntos altos siguen con la frecuentemente olvidada Connection, otra tonada pop tan excelente como Let's Spend, con una melodía perfecta atragantada de ganchos; no se los demás, pero para mí esta es la canción mas Beatle de los Stones; no me es nada difícil imaginar esta canción en A Hard Day's Night cantada por Paul y John. Pero es de los Stones y es genial. Who's Been Sleeping Here? es la mejor imitación de Bob Dylan que existe en esta tierra; las melodías, los arreglos, la letra, la forma de cantar de Mick, todo corresponde perfectamente con el estilo Dylan; más allá de esto es otra excelente canción y amo esa introducción acústica. Miss Amanda Jones es a mi juicio el tema más irresistible y pegadizo de todo el álbum; invita a ¡bailar! cada vez que la escucho y además ostenta el único (y excelente) riff de hard rock del álbum... pero eso no es todo ¿Qué de su melodía rápida y rockera? ¿Qué de su pegajosa coda con los "round and round and round" repetidos que penetran el oído como pocas cosas en este mundo? Otra gema del pop ¡Hey, los Stones, son realmente genios del pop también!
Por si no se dieron cuenta, en el párrafo anterior mencioné los cinco Highlights del disco según mi juicio. Estos cinco temas bastan para darle un buen 9 al álbum, pero el resto no es descartable ni mucho menos. Aunque dan la impresión de ser obras menores y de corto aliento siempre nos guardan algún gancho, alguna melodía, alguna armonía o alguna cosita que se disfruta enormemente. Yesterday's Papers tiene clavicordio y algunas marimbas como Under My Thumb pero se me ocurre que es el número mas intrascendente. She smiled sweetly es lenta y calma y su melodía es bastante atractiva. Cool, Calm & Collected es una tonada marcadamente Kinkiana, con varios sonidos interesantes, como el piano veloz y el maravilloso sitar (¿Es un sitar esa cosa?) que acompaña la melodía del estribillo. All Sold Out es otro excelente número pop con numerosas vocales de fondo acompañando a Mick y buenos acordes de guitarra eléctrica en todas partes. My Obsession sorprende por su final abrupto y extraño (un golpe de tambor de Charlie que pareciera sobrar) y un middle eight absolutamente delicioso, mientras Complicated es simplemente otro número brillante agraciado por una especie de órgano que suena en el estribillo y buenas armonías vocales. El cierre es Something Happened To Me Yesterday, otra canción con influencia de los Kinks, ambiente de comedia musical, vocales de Richards y arreglos de instrumentos de viento; agradable y a la altura del resto (digo, porque suele ser una de las más odiadas del álbum).
Between The Buttons es un disco magnífico que quizá al principio no entusiasme demasiado, pero que con el tiempo irá revelando su innegable competencia melódica. Otro punto alto en la carrera del grupo sin un solo tema redundante. Ah! en cualquier momento le subo un punto. (Si, ya lo hice, antes tenía un ocho; tan buena es esta cosa).
"What a drag it is getting old"
1) Ruby Tuesday; 2) Have You Seen Your Mother Baby Standing In The Shadow; 3) Let's Spend The Night Together; 4) Lady Jane; 5) Out Of Time; 6) My Girl; 7) Backstreet Girl; 8) Please Go Home; 9) Mother's Little Helper; 10) Take It Or Leave It; 11) Ride On Baby; 12) Sittin' On A Fence.
mejor canción: Mother's little helper
Ah! Pero esto sí que es un robo
completo y absoluto. Esto sí que es un bastardo ilegítimo e indeseado. Porque
ha habido álbumes bastardos anteriores en el catálogo Stone (Now! y December’s
Children) pero ninguno había tenido la frescura de repetir temas que habían
salido antes en ediciones del mismo país. ¡Estafa! ¡Policía! ¡Robo! No
quiero parecer aguafiestas. Flowers es absolutamente magnífico y
redondea de manera perfecta una de las etapas más interesantes y fructíferas
del grupo, pero incluyendo gratuitamente algunas de las mejores canciones de álbumes
inmediatamente anteriores como Lady Jane y Ruby Tuesday y Let’s
Spend The Night Together es TRAMPA, es un ABUSO y no me hace absolutamente
ninguna gracia. Es como si los Beatles hubieran publicado Rubber Soul con
Help!, Ticket To Ride y Eight Days A Week. ¿Se imaginan
que bochorno hubiera sido eso? Pues en el mundo mágico de los álbumes
bastardos de los Stones no importa... todo puede pasar. Lo peor es que TENÍAN
otros temas valiosos para poner, pero metieron estos y el resultado es una
especie de “Grandes Éxitos” mezclado con álbum de rarezas y una de las
cubiertas mas risibles de toda la discografía Stone...
Aparte de esta jugarreta de mala
fe, Flowers sigue siendo un álbum estupendo, sin ningún tema de relleno
que además aporta la prueba definitiva sobre la genialidad de los Stones como
grupo pop. Flowers no tiene NADA de rock. Es pop, pop y más pop. ¡Y es
bueno! Tal como Between The Buttons, no puedo decir nada malo de ninguna
canción. Y aún sacando esas tres joyas
cantadas, aún nos quedan maravillas absolutas como Out Of Time, Backstreet
Girl, Mother’s Little Helper, Sitting On A Fence, Have
You Seen Your Mother Baby...? ¡Qué títulos! Un rosario de clásicos absolutos,
uno detrás de otro. Claro que no le voy a poner un 10 a un álbum que hace
trampa de una forma tan grosera y poco sutil, pero la verdad es que se lo
merece.
No voy a hablar de esas tres
canciones que sobran ni las voy a tener en cuenta a la hora de elegir mejor
canción. Ruby Tuesday y Let’s Spend The Night Together están en Between
The Buttons y ya expresé lo mucho que me gustan. Lo
mismo ocurre con Lady Jane, uno de los mejores temas de Aftermath.
Pero por lo demás, Flowers aporta un gran servicio al mercado
norteamericano recuperando todos aquellas canciones de las versiones británicas
de Aftermath y Between The Buttons que habían quedado afuera en
las ediciones americanas mientras completa el panorama con singles del momento y
algunas tomas perdidas que aparecen por primera y única vez aquí. Y por
todo esto Flowers vale su precio.
Directamente del Aftermath británico
tenemos el magnífico número pop de Out Of Time que brilla por su gran
intro con marimbas (como Under My Thumb pero mucho menos siniestro) y su
melodía vocal insuperable. La versión de este álbum sin embargo es
significativamente más corta que la que aparecía en Aftermath aunque
suenan prácticamente idénticas (creo que es simplemente la misma canción
acortada) Pero aún mejor es Mother Little Helper, que también fue
publicada como single y es mi canción favorita del álbum. Es poppy, pero tiene
un filo mucho más agresivo y oscuro que el resto de los temas, gracias a ese
hipnótico y venenoso, yo diría GENIAL, puente de sitar o lo que corno sea,
repitiendo la melodía vocal y uniendo los versos de la forma más imaginativa y
pegadiza posible. Pero eso no es todo: la melodía vocal misma es excelente, la
pista rítmica es de las mejores de la historia de los stones y la letra
perfectamente irónica sobre amas de casa drogadictas no solo es interesante
sino que constituye una movida audaz y atípica en un álbum de pop liviano como
este. El último de los temas de Aftermath es Take Ir Or Leave It
que en general irrita a los oyentes con su uh la la la ta ta ta ta la la y demás.
Pero ni importa: es OTRO excelente tema pop. No tan bueno como Out Of Time y
Mother’s pero bueno al fin.
Procedente de Between The
Buttons, la versión británica, claro, tenemos otro highlight
absoluto en Backstreet Girl. La melodía acústica y adornada con un
hermoso acordeón es directamente in-ol-vi-da-ble y constituye una competencia
FUERTE para Mother’s Little Helper como mejor canción del álbum.
También hay que prestarle atención a la letra: un tipo de la alta sociedad le
canta a la campesina dulce y bella con la que le tiene una aventura. Pero no es
exactamente el muchacho más romántico del mundo: básciamente le dice a la
pobre que no pretenda que él comparta su vida con ella, que se limite a
acostarse con él, que ese es su papel y que no espere cariño ni calidez,
mientras le hace notar lo inferior y poca cosa que es. ¡Todo un hombre!
Brillante mezcla de misoginia extrema con la más dulce y hermosa melodía jamás
compuesta por los Rolling Stones. La melodía es tan linda que uno siente el
arrebato de alzarse y cantar a toda voz, pero claro... no vas a cantar una letra
tan hija de puta. Buena jugarreta. También está Please Go Home que es un
número medianamente experimental que incluye el típico rítmo de Bo-Didley a
buen efecto.
El resto de las canciones no
proviene de ningún álbum anterior ni británico ni americano. Son canciones
que quedaron el tintero y nunca fueron publicadas en Inglaterra. Lo que es una
pena, porque son todas excelentes. Have You Seen Your Mother Baby Standing In
The Shadow? sí fue publicada, pero solo como single, y parece un mamarracho
experimental y ruidoso hasta que descubrimos que la melodía principal se pega más
que los bichos al radiador. Y que es el primer single psicodélico del grupo. Y
como gemas nunca antes publicadas y que por algún motivo sobraron para este álbum
tenemos el cover de My Girl, Ride On Baby y Sitting On A Fence.
My Girl es un cover de ¡Smokey Robinson!, una cosa que suena muy cursi y
azucarada (“I’ve got sunshine on a cloudy day”, ese tipo de cosas) pero
extremadamente memorable. Las melodías memorables, se quedan y no importa cuán
empalagosa sea. Ride On Baby es un movido y melódico tema pop llevado
por un clavicordio notable y Sitting On A Fence es una maravillosa balada
anti-matrimonio acústica repleta de hermosas melodías con guitarra, armonías
insuperables y un estribillo ultra-super-memorable que redondea un nuevo
highlight absoluto.
Y para finalizar mi sinopsis de
este álbum de pop casi pefecto voy a exponer cómo tendría que haber sido este
álbum para haber podido omitir ese “casi”. Eliminamos todos los temas de
LPs americanos anteriores (Lady Jane, Ruby Tuesday y Let’s
Spend The Night Together) y agregamos: 19th Nervous Breakdown, un
excelente single de 1965 que nunca había aparecido en un álbum, su lado B Sad
Day que todavía es una de las canciones más oscuras del grupo y solo se
consigue en The London Years, el lado B de Have You Seen Your
Mother... Who’s Driving Your Plane?, el lado B de Paint It Black
en inglaterra, Long Long While y por último otro tema exclusivo del Aftermath
británico que no sé por qué motivo no se tuvo en cuenta; What To Do,
que es otra muy buena canción pop que no hubiera desentonado para nada y que
hoy en día es posible conseguir en More Hot Rocks. Eso hubiera sido un
álbum bastardo perfectamente decente y más cómodo. Así como está no tiene
mucho sentido, pero no hay cuidado. Las canciones nuevas que aporta son joyas
completas y eso me basta.
"She comes in colors everywhere"
1) Sing This All Together; 2) Citadel; 3) In Another Land; 4) 2000 Man; 5) Sing This All Together (See What Happens); 6) She's A Rainbow; 7) The Lantern; 8) Gomper; 9) 2000 Light Years From Home; 10) On With The Show.
mejor canción: 2000 light years from home
¿A ver, a ver qué me hacen los muchachos acá? ¿Los Rolling Stones dándose de psicodélicos? Mmmmmmmmm. Sí, esto es lo que la mayoría de la gente piensa de este disco y por eso está tan subestimado por una afición que prefiere a Beggars Banquet antes que escuchar este delirio intragable. La psicodelia fue siempre un terreno ajeno a la esencia de los Stones y solo entraron fugazmente con este álbum, según Mick porque no se le puede dar la espalda a las tendencias y 1967 te obligaba a experimentar con ella. La verdad es, pues, que para ser el engendro anti-natura que se dice, Their Satanic Majesties Request es mayormente brillante, variado, fresco y entretenido y viene a probar cómo los Stones podían ser geniales incluso en terrenos musicales que no les pertenecían por naturaleza.
Para empezar voy a repetir lo que quienes saben vienen diciendo; si bien la idea de concebir este disco está influenciada por Sgt. Pepper's este álbum NO SE PARECE A SGT. PEPPER'S (Esto es para los millones de ridículos que descartan este álbum como una imitación torpe de Pepper). Aquel era esencialmente un disco pop matizado por elementos psicodélicos aquí y allá; en comparación, Their Satanic es más bien una orgía de psicodelia descontrolada mucho más oscura y desmedida que la que aparece en la obra de los Beatles. Yo, por mi parte, hallo más puntos de contancto con el debut de Pink Floyd, The Piper At The Gates Of Dawn y para decir la verdad, encuentro a Their Satanic bastante más entretenido y fresco que aquel. (Aunque les pongo la misma nota porque Piper es aún más arriesgado y vino en primer término).
¿Entonces qué encontramos aquí? Melodías soberbias, arreglos realmente fantásticos, canciones brillantes que mantienen la vena pop de Between The Buttons y una atmósfera rabiosamente psicódelica que no obstante resulta fresca y casi nunca cae en la aparatosidad de algunos intentos de los Beatles (It's All Too Much) y Pink Floyd (Interstellar Overdrive). No hay realmente un tema malo, quizá los únicos lastres sean Sing This All Together (See What Happens), con sus siete minutos de improvisación psicodélica un tanto forzada (Igualmente me quedo cien veces con ésta antes que, digamos, Interstellar Overdrive), On With The Show, el cierre del álbum que sí parece sacado de Sgt. Peppers con su temática de "El - show - ha - terminado - esperemos - que - la - hayan - pasado - bien" y Gomper otra larga improvisación de sonidos psicodélicos que sin embargo yo hallo agradable.
El resto de las canciones son, en serio, de primerísimo nivel. Desde Sing This All Together, que con su excelente melodía que invita a cantar con la banda y sus instantáneamente frescos arreglos, pasando por la maravillosa Citadel, basada en un demoledor riff distorsionado de Richards, tan duro y rockero como cualquiera de los que aparecerían más adelante, y una nuevamente deliciosa melodía; In Another Land, la única composicion de Wyman jamás grabada por los Stones suena realmente fantástica, con las vocales del bajista retocadas con efectos especiales y arreglos con clavicordio que cortan la respiración, 2000 Man es un tema acústico muy agradable que sobre el final explota en otro estribillo muy "singalongish" (Si alquien entiende qué significa eso...). She's A Rainbow tiene una realmente preciosa introducción de piano y cuerdas mozartianas y una pista melódica exuberante con trompetas y cuerdas por doquier (Cortesía de John Paul Jones, quien se covertiría poco después en estrella de rock con Led Zeppelin); en muchos casos una cosa así podría sonar infumable pero She's A Rainbow es todo un clásico. Las muy buenas canciones sin embargo siguen con The Lantern con una de las introducciones, bastante blusera ésta, más maravillosas jamás logradas por la banda y unos nuevamente fantásticos arreglos con piano y guitarra eléctrica. La última gran canción antes de On With The Show es otro de los puntos muy muy altos que tiene este disco, la fascinante 2000 light years from home con sus osucuras líneas de bajo que prefiguran Let There Be More Light de Pink Floyd, sobrenaturales arreglos vocales y el más brillante, efectivo e intrigante uso de mellotrones en un tema pop. Una gema psicodélica que nos hace sentir realmente a 2000 años luz de casa.
No se puede expresar con palabras lo injustamente olvidado que está este disco. No es solo un punto brillante dentro de la carrera del grupo, sino una de las mejores obras psicodélicas que existen. Es mucho mejor de lo que la gente, y los mismos Stones, suponen y los verdaderos fans del no deberían nunca darle la espalda.
"Please to meet you, hope you guess my name"
1) Sympathy For The Devil; 2) No Expectations; 3) Dear Doctor; 4) Parachute Woman; 5) Jig-Saw Puzzle; 6) Street Fighting Man; 7) Prodigal Son; 8) Stray Cat Blues; 9) Factory Girl; 10) Salt Of The Earth.
mejor canción: Stray cat blues
Lo primero que tengo que decir sobre el mítico Beggars Banquet es que la ruptura estilística que representa con respecto a su antecesor, Their Satanic Majesties Request es de las más impresionantes y admirables de toda la historia del rock. Realmente; los Stones no tienen ningún tipo de problema para hacer psicodelia zarpada y kitsh revuelto, para en menos de un año publicar Beggars Banquet, un monumento al country, al folk, al blues y al hard-rock. ¡Dios! ¡Es como si los Beatles hubieran hecho Abbey Road inmediatamente después de Please Please Me! Bueno quizá no tanto, pero realmente estos dos álbumes no tienen NADA QUE VER, y parecen hechos por diferentes bandas, o al menos parecen tener al menos diez años de diferencia. Pero no, solo un año de diferencia. No deja de conmoverme este dato.
Lo segundo que tengo que decir sobre este álbum es que tardó MUCHO TIEMPO en atraparme. A primera oída parecía que, salvando los obvios clásicos como Sympathy For The Devil o Street Fighting Man, TODO era relleno. Y lo peor es que a segunda oída también, y en la tercera poco cambiaba la situación. Creánme que recuerdo tardes de frustrante aburrimiento en compañía de Beggars Banquet, tardes en las cuales me costaba horrores aguantar hasta el final del disco. Claro, la decepción se potenció debido a que atesoraba GRANDES expectativas previas, basadas en el gigantesco status que posee. Ay mamita: solo me sentaba frente a todas esas insulsas viñetas country-folk y no sabía qué pensar... Porque para colmo de males ¡No rockeaban! ¡Nada! ¡Y ni siquiera lo intentaban! Al mismo tiempo había adquirido Let It Bleed y Sticky Fingers, los cuales me habían pegado de entrada... pero este me daba, y me dio durante mucho tiempo, insolubles jaquecas. Gran decepción, ese fue el sentimiento que me embargó.
Pero los grandes clásicos a veces son así, malcriados y difíciles; te obligan a tomarte un tiempo LAAAARGO para amarlos. Y como ven aquí estoy, dos años después puedo decir que me encanta Beggars Banquet, que me llega y me mueve como mis favoritos, que lo ADORO. Algún desprevenido se preguntará cómo es que un maldito álbum de roots-rock exige tantas escuchas y tanto tiempo para asimilarlo... O sea, es en cierto sentido la música más simple y tradicional del mercado, ni que se tratara de algún género avant-garde ultra retorcido, progresivo, neo-experimental, vanguarista. El asunto es el siguiente: por algún motivo esperaba un álbum bien rockero, y francamente Beggars Banquet no lo es... o, mejor dicho, no lo es en el sentido más tradicional del término; casi no hay esos clásicos riffs de cepa Stone, esas devoradoras y crujientes guitarras, esos asaltos rockandrolleros descontrolados ni esos ganchos imbatibles. Beggars Banquet es otra cosa totalmente diferente. En su momento me tomó por sorpresa y me dejó en blanco (mi revisión anterior fue prueba de ello), pero hoy en día realmente puedo apreciarlo en su única y maravillosa calidad.
La jugada de los Rolling Stones esta vez es clara y contundente: volver a las fuentes. Sin vacilar, sin titubear, con la mayor convicción que se pueda. Suficiente habían tenido con las dulzonas melodías de Flowers, con las andanzas ácidas de Satanic o con el coqueteo brit-pop de Buttons. Era la hora señalada para afilar el cuchillo, dejarse de tonterías y salir al cruce con un álbum de música country-blues BIEN cortante, abrasivo, oscuro. Y lo consiguen. El asunto es este: canción por canción los Stones no escribieron diez joyas inmaculadas en términos de composición; es decir, no hay una seguidilla de clásicos increíbles, que es lo que uno espera de un álbum de semejante status. La mayoría está conformada por canciones menores, viñetas de género, motivos sencillos sin ganchos que se abalancen hacia el oyente, y que posiblemente no hayan insumido mucho esfuerzo ni mucha imaginación. Es por esto que, en una primera aproximación, muchos (yo incluido) se quedan insatisfechos sacudiendo la cabeza y preguntándose por qué tanto revuelo. Por qué las más altas loas para un disco que ofrece cosas presumiblemente irrelevantes como Dear Doctor, Parachute Woman, Prodigal Son etc.
Ahora bien; en cuanto se empieza a superar esa perspectiva y uno se deja absorber de lleno por los sonidos, la cosa cambia. Porque se cae en la cuenta de que sí, en efecto, son simples viñetas de género... pero son LAS MEJORES y MAS PERFECTAS viñetas de género que se pueden escuchar, y eso se debe a que los Stones derrochan talento y alma en este disco. Son canciones menores y sin ganchos, pero están tremendamente bien hechas e interpretadas; eso les da profundidad, un toque de calidad artística, las convierte en una experiencia que te succiona dentro de la música. Un extático slide de Jones deslizándose entre exquisitos tintineos acústicos; un brillante piano de Stewart gateando suavemente detrás, un ritmo blusero bien compacto de Charlie apretando los dientes, un peligroso arranque de Keith desgarrando el aire... el ensemble parece venir desde bien profundo, desde las mismas raíces del rock americano... Es un sonido auténtico, profesional, apasionante, y un excelente ejemplo de cómo una atmósfera, en este caso virando hacia lo oscuro, puede suplir perfectamente la ausencia de ganchos y melodías. No importa que las canciones sean poco más que ejercicios de estilo: son ejercicios de estilo de los dioses.
La cosa arranca con nada menos que la celebérrima, legendaria y clásica Sympathy For The Devil, canción que de alguna forma representa en pequeña escala mis dificultades para comprender el álbum. Alertado de antemano de su carácter de himno absoluto, yo esperaba un riff crujiente de Keith, un ritmo seco y milimétrico de Charlie... O sea, un rocker decadente en la vieja tradición Stone del estilo de Jumping Jack Flash o Brown Sugar o Gimmie Shelter. Imaginarán mi desconcierto (y hasta disgusto) cuando aparece como si nada un ritmo de samba, con bongos y congos sabrosones, interactuando con un saltarín pianito de taberna. ¿Qué - es - esto? Me pregunté a mí mismo sin poder creer mis oídos ¿Éste es el tan mentado clásico? ¡Aquí ni siquiera hay ROCK!. Claro, hoy comprendo que gran parte de la genialidad de Sympathy pasa por lo original e inesperado de sus arreglos: imaginen que para la época, empezar un álbum de blues y country con un híbrido de ritmos latinos y boogie woogie no era exactamente lo que cualquiera esperaría... Bueno, tampoco YO me lo esperaba, y por eso tardé tanto en digerir el tema. Aún ahora sigo sin ser un fanático empedernido (Gimmie Shelter le da cien vueltas en términos de potencia y resonancia emocional), pero al menos la disfruto muchísimo: más allá de todo lo bizarra que pueda ser la idea, los tipos logran un groove bastante caliente con todo eso: los bongos imparables que evocan algún rito insano, el piano de Stewart que arranca con sobriedad y termina en un frenético cascabeleo de notas, el potentísimo bajo de Keith Richards bombeando desde el fondo, la voz cabrona de Mick ladrando "PLEASE TO MEET YOU" cada vez con mayor convicción, y sobretodo ese solo de guitarra ABRASIVO que EXPLOTA en la mitad como un torbellino de furia, pateando cualquier cantidad de glúteos a su paso... Todo se combina de una forma tan ÚNICA, que no me queda otra que admitir su genialidad. Y la letra de Mick también es excelente; con una admirable economía de frases aporta reflexiones inquietantes ("I shouted out Who killed the Kennedys? / When after all it was you and me") y da una sugerente demostración de cultura general (referencias a la biblia, a la revolución rusa, a la guerra de los cien años etc.). Es una joya de canción, pero aún sigo viéndola más como una curiosidad interesante que como algo que me llega y me conmueve. Eso sí: una curiosidad genial, ominosa, perturbadora y sumamente creativa que nunca más nadie va a repetir.
A la hora de elegir la cumbre de Beggars Banquet siempre me quedo con Stray Cat Blues; esta canción sí rockea, con enorme fuerza y es más: creo no equivocarme si digo que es el tema más pesado, agobiante, duro y agresivo de los Stones de todos los tiempos (Con algunas de Let It Bleed por ahí cerca). Su letra es la más sucia, incómoda, pervertida y sexualmente explícita escrita hasta la fecha (Básicamente acerca de relaciones carnales con chicas de quince años o menores), pero lo que realmente fascina es el rock maravilloso que destila: desde los primeros amenazantes acordes, hasta la explosión del estribillo y la malévola y siniestra coda con mellotron incluido, Stray Cat Blues es el tema más sucio y sudoroso del álbum. Otro punto llamativo es la visión Stone del mayo francés, Street Fighting Man, que no me gustó PARA NADA la primera vez que la oí. Es que, vamos a decirlo, es difícil imaginar una canción mas FEA que ésta. El riff estrafalario y crudo como un chanchito muerto; la melodía desencajada y chillona de Jagger... Es casi como una lija raspándose contra una pizarra, el equivalente sónico de un alambre de púas. Igual es justamente por esta terrible crudeza que la cosa pega. Lo que más asombra es el hecho de que a pesar de estar basada íntegramente en guitarras acústicas dobladas, ¡Rockea como la putamadre! Hay que escucharla; es una tormenta rockera infernal y solo si se presta atención uno se da cuenta de que en realidad no está escuchando NINGUNA guitarra eléctrica. Y en determinado momento hacia el final de la canción aparece un extraordinario ¿Saxofón? No! Una guitarra eléctrica... que se queda ahí en esa sola nota hasta el final mientras la tormenta se hace un revoltijo de fuego ¡Genio puro!
La calidad se mantiene en alza con la hermosísima balada country No Expectations, donde la TREMENDA guitarra slide de Brian Jones y el delicado piano de Ian Stewart se entrelazan en algunas de las notas más tristes y deprimentes que aparecieron en un disco de los Stones. Pero lo más llamativo de todo es lo SINCERO que suena Mick Jagger al cantar... Es novedad, ya que si por algo NO se caracteriza Mick es por ser sincero y desnudar alguna pasión profunda en su voz; aquí yo efectivamente PUEDO sentir el dolor del que canta, la tristeza de la pérdida sufrida. Ok, no hay un puto gancho, pero con atmósferas como esta no necesito ni ganchos, ni perchas, ni grúas, ni nada de esa familia. El último gran highlight es a mi criterio la infame e inclasificable Jig Saw Puzzle, un verdadero delirio semi-psicodélico cargado de imaginería surrealista a la Bob Dylan que, infectado por unos intoxicantes slides de Jones (que te pueden quemar las neuronas), se va haciendo más y más intensa a medida que avanza, creando a nuestro alrededor una nube amorfa y psicótica que no tiene ningún tipo de paralelo en el mundo de los sonidos.
Lo que queda es lo que queda, son temas menores, pero están siempre muy bien. Dear Doctor es un vals country de soberbias armonías vocales y una de las que más disfrute me proporcionan, a pesar de que la mayoría de los oyentes la encuentran estúpida e irrelevante... Nada de eso monsieurs, para mí la cosa derrocha clase; hay qué ver cómo tocan estos tipos. Parachute Woman es un buen número de blues (El único blues auténtico del álbum), tan atrapante y efectivo como intrascendente. Yo creo que es más que nada su sonido extremadamente rancio el que le otorga interés; juro que nunca había escuchado guitarras tan difusas y malignas como éstas. Prodigal Son es mi segundo número country favorito del álbum, gracias a una GENIAL guitarra acústica (como para que los que dicen que Keith no era un gran guitarrista cierren sus bocotas) y una interesante melodía. En una vena similar aparece Factory Girl, cuya mandolina la reviste de una belleza increíble. Por último está Salt Of The Earth que suena un poco pretenciosa (Y cínica: aparenta ser un himno "de corazón" para la clase trabajadora... ¿Un himno a la clase trabajadora de los Rolling Stones? JA, JA, JA) para lo que es el resto del disco y aunque la voz de Mick vuelve a sonar un poco torpona, tiene la mejor melodía vocal de todo el álbum, lástima los coros del final que es como que molestan y la coda extendida de pianos y slides vuelve a parecerce a Street Fighting Man y Stray Cat.
Aún así no lo considero el punto flojo ni mucho menos. Beggars Banquet es sumamente regular sin una sola mala canción, solo que no se trata de una suceción increíble de clásicos como siento que es el caso con los superiores Let It Bleed y Sticky Fingers. Eso sí, es un álbum MUUUY especial y difícil. Cuando lo escuchen, en vez de quedarse ahí afuera esperando en vano que los ganchos salten hacia ustedes, traten de sumergirse, envolverse, involucrarse orgánicamente con el sonido, y entonces no fallará el experimento; comprenderán que el disco es ante todo un monumento a la CALIDAD y su atmósfera es sencillamente cosa de una sola vez en la vida. Claro, habrá que tener estómago para el roots-rock más extremo (me imagino a algún fan de metal o prog lanzando este disco a las llamas), pero en caso de que así sea, te gustará y, eventualmente, podría convertirse en tu disco favorito.
"War, children, is just a shoot away"
1) Gimme Shelter; 2) Love In Vain; 3) Country Honk; 4) Live With Me; 5) Let It Bleed; 6) Midnight Rambler; 7) You Got The Silver; 8) Monkey Man; 9) You Can't Always Get What You Want.
Siempre tuve la desagradable impresión de que Beggars Banquet recibe más reconocimiento y prensa que su inmediato sucesor, pero la verdad, o al menos mi verdad, éste es OSTENSIBLEMENTE superior, mucho más entretenido, más contundente. Cuando hablamos de Let It Bleed estamos hablando de un inolvidable clásico del rock, en el que la esencia más cruda y oscura de los Stones alcanza su máximo florecimiento. Estamos hablando del absoluto pico de la banda como maestros del hard-rock y compositores de canciones, al menos junto a Sticky Fingers. Si sos uno de esos tantos escépticos que no terminan de entender la grandeza de los Rolling Stones, haceme el favor de correr YA a comprarte esto y si no te gusta, pues entonces podrías esfumarte de la faz de la Tierra que ésta sería un lugar mucho mejor.
Bromas aparte, el álbum es realmente magnífico, infalible, perfecto. No solo me es imposible señalar UNA SOLA canción mala, o débil, o de relleno, o "no tan buena", sino que además, repito, representa una mejora considerable con respecto al bucólico Beggars Banquet y, para el caso, cualquier otro álbum anterior. Mientras que en Banquet las canciones eran dentro de todo bastantes similares entre sí y transmitían una misma sensación, aquí en Let It Bleed los Stones le dan más convicción a cada una, las hacen mucho más distintivas, lo suficiente como para que ésta sea su obra más diversa y cambiante hasta la fecha: rock/blues bien, bien pesadito (Midnight Rambler), baladas bluseadas (Love In Vain), épicas rockeras y oscuras (Gimmie Shelter), himnos con masas corales (You Can't Always Get What You Want), orgías de riffs (Monkey Man), country (Country Tonk) etcétera. De esta manera, mientras que en Beggars siempre me dio la sensación de que las canciones, buenísimas o no, eran todas más o menos intercambiables, aquí cada una hace lo suyo, está donde tiene que estar y es irremplazable. Lo curioso es que Let It Bleed repite paso a paso el mismo esquema de Banquet; una épica clásica para comenzar, una balada blusera, un country medio en broma, un blues-rocker, y así sucecivamente hasta finalizar con un gran himno inflado y pretencioso... Sin embargo, Bleed se las ingenia para mejorar sin atenuantes en cada uno de los lotes. Es increíble; no me pregunten cómo se hace para pasar de la gran calidad de Banquet a algo aún más impactante, pero los Stones lo hicieron. Quizá influya el hecho de que aquí los muchachos finalmente se ajustan los lienzos, se dejan de joder con cosas raras y pelan algunos riffs y melodías de antología; por fin, luego de las atmósferas campestres y experimentos de Beggars Banquet, los Stones se deciden a rockear y a ROCKEAR DURO, como nunca antes lo habían hecho en su carrera. Tan duro rockean que Jimi Hendrix palidecería al escucharlos. Maravilloso.
Como decía, cada canción es una auténtica joya. Supongo que en líneas generales Let It Bleed es más accesible para el común de los oyentes que su antecesor, básicamente porque rockea mucho más fiero y por lo tanto corre muchísima más adrenalina. Lo cual no quita que oponga también sus dificultades; de hecho, las primeras veces que lo escuché no me llamó tanto la atención; temas como Live With Me o Let It Bleed se me hacían genéricos y ordinarios, cosas como You Can't Always Get What You Want eran plomazas y ni siquiera Gimmie Shelter me parecía la gran cosa... Pero si en Beggars Banquet o Exile On Main Street este tipo de frialdad me duró meses y meses, aquí la tercera o cuarta escucha sirvió para caer a sus pies. Es que ya ni siquiera es un álbum sexual o decadente como los dos que siguen, sino que es totalmente OSCURO ¡oh tan oscuro! y muerde como un perro rabioso, contaminándome de sensaciones que me colman, me sacuden, me hechizan... tanto que no puedo realmente expresar por escrito todo lo que me pasa cuando escucho esta obra maestra. Simplemente me supera. Tan solo repetiré y repetiré que CADA CANCION (excepto quizá Country Honk) es una gema del más puro y genuino rock and roll. No hay competencia. Y sí, la mayoría de las personas a las que recomendé el disco no reaccionaron con tanto entusiasmo como yo... y saben una cosa ¡¡¡NO LOS ENTIENDO!!! Si no te gusta Let It Bleed no te gusta el rock and roll. Punto final.
Y quién diría... quién diría que semejante obra maestra iba a emerger en medio de una situación de ruptura y transición... Porque, como saben, Brian Jones ya estaba totalmente fuera (murió unos días antes de publicarse el disco) y la nueva incorporación, Mick Taylor, aún no estaba afianzado del todo (solo toca en dos canciones). Eso quiere decir que, más que nunca, Let It Bleed es puro Jagger y Richards, y si hacía falta probar que estaban tocados por la varita, pues aquí tienen. Fíjense qué casualidad: en ese mismo año, los Beatles, en una situación similar de desbande, crearon otra obra maravillosa en Abbey Road... Parece que las grandes obras estaban destinadas a surgir más allá de las condiciones. Gracias a Dios.
Hay una confesión que tengo que hacer: la principal razón por la cual adoro tanto este disco se reduce a una sola canción. Aún si el resto de los temas fueran los singles de Poison o Bon Jovi, estoy seguro que el álbum tendría un nueve de mi parte. Inversamente, si Bleed no la incluyera, dudaría en ponerle un diez. En general se habla más de Sympathy For The Devil, cuándo no, pero para mí no existe competencia: Gimmie Shelter se la come VIVA y después la vomita hacia algún punto lejano en la distancia. Es que la canción es la gloria tanto en el plano musical como en el emocional, no tengo dudas. Con sencillez, rockeando como mil demonios, sin ser melodramática ni exagerada, Gimmie Shelter evoca EL TERROR, el miedo más terrible que la fragilidad humana puede sentir. Desde esas primeras líneas de guitarra, amenazantes, épicas, oscuras, estremecedoras (el mejor riff de Keith de todos los tiempos), que van construyendo la espeluznante sensación que algo muy horrible y grande se avecina tras el horizonte, hasta el apocáliptico fade out, Shelter entrega un polvorín de tensiones atrapantes que me hacen temblar, hasta de miedo a veces. No es que la canción me de miedo, pero sí me evoca el miedo; puedo sentir el terror de la crueldad humana casi a flor de piel. Además del EXCELENTE trabajo de Keith Richards (aportando uno de los mejores solos de guitarra jamás grabados), esa PERVERSA harmónica distorsionada y el conmovedor ruego de Mick por amapro y refugio, están las vocales aterradoras de la artista invitada Mary Clayton; ¡Ay! cuando canta en duo con Mick, "War, children, is just a shot a way, is just a shot away" o en solitario, casi destruyendo sus pulmones, "Rape, murder..." la potencia es tal que parece que el mundo entero se nos viene encima. Y el momento al final donde Mick cambia la letra y dice suavemente "I tell you love, sister, is just a kiss away", poniendo una pequeña tregua de esperanza en medio del apocalipsis, es un golpe maestro para rematar la que tal vez sea la mejor canción de la historia del rock. Cada vez que la escucho, en mi cabeza se dibujan escenas de guerra, destrucción, desesperación y no puedo evitar que las lágrimas invadan mis ojos. ¿Quieren que les diga una cosa? Después de algo así, cosas supuestamente oscuras como Led Zeppelin o Black Sabbath suenan payasescas.
Pero por suerte Let It Bleed tiene mucho más que Gimmie Shelter. Love In Vain, por ejemplo, es quizá la mas bella balada bluseada jamás hecha por ningún mortal, aunque tampoco escuché tanta música para afirmarlo con tanta categoría. No es de Jagger y Richards (No importa lo que dice el folletito del compact) pero los Stones sin duda la hacen propia a través de hermosos arreglos de guitarra acústica, un TREMENDO slide de Richards y, lo más distintivo, una mandolina in-cre-í-ble que describe hermosas espirales y cascadas de sonido en el maravilloso break instrumental. Quizá el único flanco más o menos débil del disco pueda encontrarse en Country Honk, un número country muy pegadizo que podría no molestar demasiado de no ser por la existencia de una versión abrumadorametne superior publicada como single, la famosa Honky Tonk Women, uno de los más grandes himnos de rock n' roll jamás compuestos. Obviamente, los devaneos country de esta interpretación, que es como fue compuesta originalmente, poca competencia pueden ofrecer a los retumbantes riffs y fenomenales ritmos de aquel clásico de clásicos, sin contar que su sonido es barroso y difuso hasta el extremo. Lo cierto es que Country Tonk, con esa inolvidable melodía, no está mal, pero mi cabeza no puede dejar de preguntarse qué sería del álbum si hubieran incluído la versión single. Seguramente estaríamos hablando del mejor álbum de rock n' roll de todos los tiempos. Y eso porque Live With Me retoma la orgía cruda y decadente con una verdadera paliza de hard-rock. ¡Ah! Esas líneas de bajo (tocado por Keith Richards), los viciosos riffs duales de Mick Taylor y Keith, el piano de Nicky Hopkins y el saxofón de Bobby Keys (instrumento debutando en una canción de los Stones) me patean el culo como pocas cosas, nunca podría cansarme de ellos. Por su parte, la infravaloradísima pista titular, el único tema de los Stones de los 60 que lleva el mismo nombre del disco, nos mantiene en las alturas con las que habíamos comenzado; un número mitad blues mitad country con arreglos nuevamente sobebios (el piano de Ian Stewart es genial, otra cosa no se me ocurre), bellas melodías, slides de categoría máxima y un clímax que no decae y nos invita a levantarnos de la silla y cantar como borrachos alegres de la vida.
Abriendo lo que sería la cara B, nos encontramos con el OTRO Magnus Opus del disco, Midnight Rambler. Es uno de los temas más tortuosos que jamás concibiera el grupo. El riff de apertura es absolutamente ASESINO, y qué casualidad, porque la canción trata justamente de un asesino que vaga por la medianoche matando gente a gusto. Es blues, pero definitivamente pesadillesco, con orgías de armónicas, riffs supersaturados, slides terroríficos, susurros temibles y demás lindezas. A mi gusto el tema pierde peso con el correr de los minutos ya que el maravilloso riff inicial, encargado de darle sostén a la canción, queda pronto sepultado por una capa de distorsiones y espirales eléctricas, y no se sabe bien a dónde va a llegar el tema con todos esos barboteos de Mick de "Don't do that". Por eso no la hallo tan satisfactoria como su versión de Get Yer Ya-Ya's Out!, pero igual es genial y cuando llega al clímax final solo podemos sentirnos anonadados por la oscuridad de la canción. Cada vez que Mick remata con ese "I'll stick my knife down your throat baby, and it HURTS!!!" me miro a ver si no estoy sangrando por alguna parte. La siguiente You Got The Silver es una melodía perfecta que funciona sorprendentemente bien en la voz de ¡Keith Richards!; no canta mucho peor que Mick y al lado de Bob Dylan suena a un coro de ángeles; y pensar que en general es vista como relleno... prueba número 1432 de que la mayoría de la gente vive equivocada.
Parece increíble, de novela, pero las grandes canciones siguen sin detenerse: Monkey Man es otro de los momentos realmente ROMPECULOS del álbum. Por algún aborto de la historia no ha quedado registrado popularmente como un clásico, pero la forma en que va progresando es perfecta; desde unos misteriosos arpegios de piano, una brutal línea de guitarra empieza a crecer hasta derivar en una fiesta de riffs absolutamente devastadora, acompañada de una memorable melodía cantada por Jagger. El intermezo instrumental es un orgasmo múltiple que varias veces me ha hecho levitar, y el final, entre tartamudeos inolvidables de Mick y la reaparición gloriosa del mejor Keith, es una de las razones para seguir viviendo. Monkey Man es psicodelia tardía en su más excelsa expresión. Finalmente llega otro nuevo magnus opus; esta vez se trata de You Can't Always Get What You Want. Si Gimmie Shelter despedía el sueño de los 60's con una nota de horror y sombra sobre el futuro, ésta lo hace con optimismo y una arrolladora confianza. Eso sí, este clásico fue el que más dificil de digerir me resultó; al principio no hallaba nada de atractivo en los pomposos arreglos corales que abren la canción, en la melodía repetitiva y en la extensa e inflada coda. Una vez la escuché por la calle saliendo a todo volumen de un bar y me dije "Esta canción sí que tiene algo" y eso allanó el camino. No creo que sea la mejor del disco, pero aprendí a disfrutarla como nada. Después de todo, el estribillo cantado a pura potencia por Mick y un coro femenino es una de las frases más arrebatadoras, apasionantes y enérgicas de toda la discografía stone. Y los arreglos, si bien no gran cosa melódicamente, son muy refinados y destilan buen gusto por doquier, además de una letra madura, inteligente, llena de espíritu que de alguna forma anticipa el fin del sueño de los 60. "No siempre podrás obtener lo que deseas, pero si lo intentás, alguna vez tendrás lo que necesitas" Viví, sé feliz, hace la tuya. Mejor forma de terminar imposible.
Mejor que Beggars Banquet, mejor que cualquier disco de los Stones, mejor que el 99% de los discos que existen. Si no tienes este álbum quizá ya sea hora de ir a comprarlo, o en su defecto suicidarte. Let It Bleed algutina, al mismo tiempo, la música más hermosa, la más poderosa y la más rockera jamás hecha por los Stones. Si tu colección pretende darse el lujo de prescindir de él, pues yo ME RIO de tu colección.
"I'm Jumping Jack Flash it's a gas, gas, gas!!!"
1) Jumpin' Jack Flash; 2) Carol; 3) Stray Cat Blues; 4) Love In Vain; 5) Midnight Rambler; 6) Sympathy For The Devil; 7) Live With Me; 8) Little Queenie; 9) Honky Tonk Women; 10) Street Fighting Man.
mejor canción: Midnight rambler
Los discos en vivo nunca me interesaron demasiado. ¿Para qué? pensaba. ¿Para qué quiero versiones inferiores a las grabadas en el estudio, con malas mezclas, mediocre producción, a veces mediocres performances y encima los gritos de la gente que no me interesan? Bueno, eso lo pensaba sobre todo acostumbrado a bandas de débil vocación de escenario como The Beatles tardíos o bandas buenas en vivo pero que no agregan nada a lo que conocemos en estudio, como Pink Floyd o Queen. Las únicas excepciones que hice fueron BBC Sessions de Led Zeppelin y los Unplugged de Eric Clapton y Nirvana, y esos fueron discos en vivo que realmente me gustaron porque presentaban algo distinto, algo que no podíamos obtener mejor en sus álbumes de estudio.
Pero para ser sinceros, Get Yer Ya-Ya's Out los supera a todos esos. Este disco simplemente cambió mi forma de ver las grabaciones en vivo: realmente existen bandas, como los Rolling Stones, que en vivo suenan absolutamente imponentes, frescas y con una intensidad aún mayor que en estudio, y Get Yer Ya-Ya's Out es, no solo el más impresionante álbum en vivo que conozco, sino también uno de los mejores álbumes de los Rolling Stones.
Get Yer Ya-Ya's Out (¿De dónde sacaron ese título? me pregunto) es un álbum de ROCK en ESTADO PURO, Rock and roll en su máxima gloria y vitalidad; virtualmente no hay canción aquí que no nos infecte con una poderosa sacudida interna (En serio, si estos temas no te producen ningún efecto de sobrecogimiento es que eres un gusano insensible). Claro que en el estudio también rockeaban, cómo no, pero en este recital los Stones se sueltan completamente y extrapolan sus canciones hasta infernales alturas ante las cuales las versiones de estudio parecen tranquilas y reposadas. Esto no significa que todas las versiones de Get Yer Ya-Ya's Out superen a las originales, lo que significa es que por lo general sufren un tratamiento muchísimo más desenfrenado, catártico y rockero que nunca. Sí, rock señores, y en una expresión tan perfecta, tan excelsa, tan equilibrada (No es un álbum de puro ruido informe) que la música de Get Yer Ya-Ya's Out pone en vergüenza a los intentos rockeros de grupos como Guns & Roses, AC/DC, Aerosmith y, por qué no ser un poco hereje de vez en cuando, los Beatles.
Pero no todo es color de rosa y si es mi deber hallarle defectos a tan magnífico álbum, pues puedo hacerlo. El contexto de un recital en vivo, como decía antes, le agrega a las canciones PODER, DECIBELES, POTENCIA, pero le quita invariablemnte MATICES. Claro, en Love In Vain teníamos la perfecta mandolina; en Street Fighting Man teníamos las guitarras acústicas; en Jumpin' Jack Flash teníamos los armónicos de guitarra en el riff; en Sympathy For The Devil teníamos los bongos y el piano y así sucesivamente... pues en Get Yer Ya-Ya's Out todo eso desaparece y las mismas guitarras eléctricas, distorsionadas y pesadas suenan en todas las canciones casi igual, lo cual, si bien no me molesta, le quita variedad e identidad a las canciones interpretadas. También se le puede achacar la falta de algunos temazos que hubieran merecido ser incluídas como Gimmie Shelter y Paint It Black y el hecho de que la selección se limite exclusivamente al material de Beggars Banquet y Let It Bleed.
Pero basta de pálidas; por algo este álbum tiene un 9,5. Es porque es genial. La producción es decentísima al punto de que casi no hay diferencias técnicas con respecto a las grabaciones de estudio; cada tanto la voz de Mick Jagger parece sepultarse entre las guitarras, pero en una medida absolutamente tolerable y absolutamente normal para un concierto. Las guitarras de Keith y Mick Taylor y el bajo de Wyman por su parte, suenan todo lo retumbante que uno espera.
El álbum arranca con unos borboteos (¿de Mick?) que dicen algo así como "Everybody ready for the next band?" y "The greatest rock and roll band in the world"; enseguida irrumpen como martillazos unos acordes totalmente demoledores; es Jumpin' Jack Flash en una versión ultra - pesada totalmente inolvidable; la maravillosa versión orginal sigue siendo, a mi gusto, superior; pero ésta también se disfruta en sus tres minutos de orgía rockera ininterrumpida. Carol es uno de los dos covers que aparecen en el álbum y realmente es otra joya; es sorprendente cómo un tema de Chuck Berry inocuo y tradicional puede ser llevado a tal extremo de potencia y distorsión salvaje. Stray Cay Blues también suena fantástica (El riff simplemente desgarra nuestros poros) pero no duden de que pierde la sexualidad y la suciedad original al ser más lenta y solemne que en la insuperable y oscura versión de Beggars Banquet (Aún cuando Mick hace un sutil cambio en la letra y dice "Puedo ver que tienes trece años" en lugar de quince ¡Eso sí que suena pervertido!) Love In Vain no es lo mismo que la versión de Let It Bleed, después de todo no puede ser lo mismo sin la mandolina... pero, otra vez, esta canción nunca puede salir mal.
Las piezas centrales del concierto están justo en el centro del disco; Midnight Rambler es casi una ceremonia religiosa difícil de igualar; la definitiva experiencia rockera de los Rolling Stones. La versión de Let It Bleed es un magnífico blues pesadillesco, agobiante, maligno y oscuro. Aquí los Stones la elevan al cubo transformándola en una verdadera orgía rockera de bestiales dimensiones absolutamente in-su-pe-ra-ble. NO considero que sea superior al Midnight Rambler original, pero es la versión alternativa perfecta, y tampoco es inferior. El riff principal de Richards, más infeccioso, retumbante y rudo que nunca, nos va conduciendo en un viaje terrorífico y demoledor, mientras Mick canta ásperamente la letra cruel (y ligeramente variada con respecto a la original). Después llega el célebre quiebre del medio donde las guitarras de Mick y Keith interactúan en fantásticos y amenazantes acordes bluseros mientras Mick sigue cantando versos de forma aún más arrastrada y maliciosa mientras la audiencia comienza a delirar en éxtasis; todo está tranquilo y tensamente clamo... Mick susurra: "Did you hear about the Boston..." y ¡¡¡BAAAAAAM!!! Ese acorde concentra toda la energía de los Stones en medio segundo y nos hace saltar de la silla al tiempo que la piel se nos eriza del sobrecogimiento. El asunto va subiendo de tono, sumándose los instrumentos y acelerándose el ritmo en frenética carrera hacia un magnífico clímax que ARRASA CON TODO. Cuando Mick canta la frase final "I'll stick my knife in your throat baby and it HURTS!" el delirio total. Mark Prindle dice que los Stones transforman una gran canción en un mero jam de guitarras. Bueno Mark, ¡Ojalá todos los jams de guitarras fueran así!
La otra gran pieza es Sympathy For The Devil. La versión de Beggars Banquet no me entusiasma tanto, como habrán leído, pero esta SÍ que me gusta. Vean, en la versión original los bongos y el pianito podían sonar infernales, pero no me daban la impresión de una canción que rockeara. ¡Pues esta sí y cómo! Los riffs que la introducen nos anuncian "¡Esto es un clásico!" y la canción jamás declina, jamás. La mejor interacción entre Mick Taylor y Keith Richards jamás registrada en disco, sobre todo al final, donde una sucesión de solos brillantes y memorables llevan la canción a las profundidades del infierno en un éxtasis comparable al de Midnight Rambler.
Después de estas dos joyas el disco declina un poco, pero qué más se le puede pedir. Una versión estupenda de Live With Me, con riff nuevo incluído; un nuevo cover de Berry, Little Queenie tan logrado como Carol pero que no parece agregar demasiado; y versiones inferiores de Honky Tonk Women y Street Fighting Man. Honky Tonk Women suena demasiado distorisonada para mi gusto, sobre todo en la parte del estribillo, me quedo con la versión del single. Street Fighting Man en cambio es ANIMAL, un rock portentoso y amenazante al nivel de Jumpin' Jack Flash pero claro, es pura fiesta de distorsión eléctrica y le faltan las guitarras acústicas que hacen célebre a la versión de Beggars Banquet.
Bueno basta porque no termino más. Tres temas de Beggars Banquet (Los tres mejores), Tres temas de Let It Bleed, Dos de sus mejores singles y dos covers en una obra cumbre del rock de todos los tiempos. INFALTABLE en cualquier colección digna de respeto.
"Brown sugar, how come you taste so good"
1) Brown Sugar; 2) Sway; 3) Wild Horses; 4) Can't You Hear Me Knocking; 5) You Gotta Move; 6) Bitch; 7) I Got The Blues; 8) Sister Morphine; 9) Dead Flowers; 10) Moonlight Mile.
mejor canción: Can't you hear me knocking
Este álbum me deja algunas dudas. Dudas sobre si es Let It Bleed el mejor disco de los Stones, o este. Bueno, los dos son mis favoritos. Sticky Fingers es la quintaesencia del sonido Stone; el country plano y puro de Beggars Banquet y el blues rock de Let It Bleed se condensan aquí en el más puro y directo rock' n' roll' jamás aparecido en algún disco de los Stones. El country sigue estando (Dead Flowers), el blues también (You Gotta Move) pero los highlights del disco son simplemente números de rock, lisa y llanamente rock. Pero EXCELENTE, condenadamente excelente rock and roll, inmaculadamente producido (se podría escuchar la caída de un alfiler en medio del riff de Brown Sugar), e interpretado con una soltura, una vena y una frescura a la que ninguna otra banda, ni siquiera Led Zeppelin debo admitir, podría aspirar.
En comparación con otros álbumes del mismo grupo debo decir que sale ganando con respecto a Beggars Banquet y Exile On Main Street porque ostenta mayor variedad de climas y porque casi todas las canciones son obras maestras, mientras que en aquellos discos podría vivir solo con dos o tres temas nada más. Sí, este álbum es un clásico absoluto detrás de otro y por eso está claramente en el podio de álbumes Stone junto a Let It Bleed y Get Yer Ya-Ya's Out. Lo que también me sorprende es lo distinto que suena al álbum de estudio anterior; los Stones decididamente han iniciado la nueva década con todo: mientras Let It Bleed todavía conservaba una atmósfera de rhythm and blues de los sesenta, con valores de producción un tanto descuidados, aquí parece tomar forma el paradigma musical de los Stones de los 70; impecable producción, una imagen de suciedad, sexo y decadencia cada vez más fuerte e intencional, rock and roll puro y básico sin demasiada experimentación... solo que los rockers y baladas de Sticky Fingers dejan prácticamente en ridículo cualquier intento posterior. Así de superior es este álbum.
El álbum abre con Brown Sugar, uno de los clásicos absolutos de la banda; un riff absolutamente memorable que combina una guitarra eléctrica, pequeñas notas metidas entre los riffs, guitarras acústicas y los correspondientes bronces. Al escuchar estos primeros sonidos del tema, cualquiera se da cuenta por qué los Stones son tan grandes. Ninguna banda la movía así y niguna banda podía otorgar ese cariz sucio y decadente y por cierto que ninguna banda podía crear un riff tan exquisito. Al contrario de lo que sucede con la mayoría de los temas del sucesor Exile, los sonidos son nítidos y la melodía es instantáneamente pegadiza. La letra trata sobre el sexo y la violación de esclavos negros... ¿Lindo no? pero olvidemosla y atengámonos a la música; todo es PERFECTO y el final con el HEY, HEY, HEY WHOOOO! es apoteósico rock and roll para el recuerdo. Por suerte el disco mantiene el nivel con Sway. No es tan genial pero cuenta nuevamente con gratas dosis de riffs y una melodía agradable. Pero el punto cúlmine de Sticky Fingers llega en la pista tres con la majestuosa, perfecta, brillante Wild Horses. Está claro que los Stones no son reconocidos por sus baladas pero este tema LA ROMPE!!! Todo es absolutamente hermoso; los acordes acústicos, las frases eléctricas, el estribillo estirado como chicle (wiiiiiiiiild horses couldn't drag me awayyyyyyyyyyy) y los solos ¡No me quedan palabras! Deben escuchar este tema al menos una vez en su vida. El disco sigue manteniendo un nivel de cinco estrellas, no decae y llega la poderosa Can't You Hear Me Knocking, un número atípico que comienza con un juego de riffs rockeros y melodías apasionadas para devenir sobre el final en un fantástico JAM latino con saxo, bongos, teclados y un solo de Taylor que induce la canción en un trance brutal, para escuchar a volumen bien, bien alto. Es verdad que por momentos uno puede pensar que está escuchando a SANTANA y no a los Stones, pero qué va! Si es una imitación, al menos es una imitación genial. You Gotta Move es un cover de blues acústico bastante abrasivo y rancio, relativamente bueno pero un tanto insustancial en comparación a lo que veníamos escuchando.
La segunda cara (si hablamos del vinilo, claro) es más tranquila y menos rockera, lo cual suena a paradoja... después de todo abre con Bitch, uno de los riffs más asesinos y descomunales del repertorio de los Stones; Un bajo retumbante, una guitarra demoníaca y la banda girando en trance alredeor de este riff que es la PERSONIFICACIÓN del rock. El resto de la canción fluye con una brutalidad y una cadencia rockera demoníaca que pone en ebullición todo el sudor de nuestros poros. Además está ese verso del "perro de Pavlov"... hey ¡Cultura general en un disco de los Stones! I Got The Blues es un número melódico de soul que podría ser considerado el único punto flojo del disco; no es que sea malo, de hecho tiene un solo de órgano que me eriza la piel y demuestra que Mick sí es un gran vocalista, aún cuando la pasión de este tema parezca medio actuada. Pero suena un poco pueril en comparación al resto de los temas. No es que no me guste el soul, pero para que funcione tiene que estar cantado con verdadero sentimiento, sin contar que el soul no es ni la mitad de excitante que el rock que hay en este álbum. Yo hallo un parecido con el tema de Creedence Long As I Can See The Light, y ya que aquel no me entusiasma mucho, no veo por qué I Got The Blues habría de hacerlo. Pero el nivel se recupera con creces en las últimas tres canciones; Sister Morphine puede parecer un poco aburrida y vaga cuando comienza, pero después se le agregan unos ominosos acordes eléctricos que brindan una atmósfera opresiva increíble. Bien apropiado porque su letra es una de las más terroríficas fábulas acerca de drogas, sobredosis, muerte y depresión que existen. Dead Flowers es un número country; no tan country como los temas de Beggars Banquet pero sí una suerte de country pop muy pegadizo y muy agradable. Me han dicho que es el mejor tema del disco, e incluso el mejor de los Stones, pero bueno; yo preferiría no exagerar... después de todo es simplemente un tema melódico, muy bueno sí, pero bastante común. El tema final continúa con la costumbre proveniente de Beggars Banquet y Let It Bleed de cerrar con un tema épico y grandilocuente, pero Moonlight Mile es MEJOR que Salt Of The Earth y está a la par de You Can't Always Get What You Want, ya que ostenta una melodía mucho mejor, más profunda y arreglos sencillamente estupendos con piano, guitarras slide, y unas cuerdas fenomenales.
Como dato general debo decir que Sticky Fingers es un álbum empapado de drogas, sexo y drogas y sexo. La contracubierta ostenta una chocante foto en primer plano de un bulto masculino; las letras son sucias y mucho más degeneradas que cualquier cosa antes compuesta por Mick y Rick. Pero no me interesa; la música está empapada de rock y eso es lo que cuenta (Mmm qué mala frase, la dejo solo porque me da fiaca borrarla) Recomiendo fuertemente a Sticky Fingers como el primer álbum Stone para comprar. El grupo transitó diversos sonidos, pero éste es la quintaesencia de su momento más emblemático. Y además, un (casi) perfecto álbum de rock and roll.
"The sunshine bores the daylights out of me"
1) Rocks Off; 2) Rip This Joint; 3) Shake Your Hips; 4) Casino Boogie; 5) Tumbling Dice; 6) Sweet Virginia; 7) Torn And Frayed; 8) Sweet Black Angel; 9) Loving Cup; 10) Happy; 11) Turd On The Run; 12) Ventilator Blues; 13) I Just Want To See His Face; 14) Let It Loose; 15) All Down The Line; 16) Stop Breaking Down; 17) Shine A Light; 18) Soul Survivor.
mejor canción: Rocks off
¿Saben una cosa? ODIO a Exile On Main Street. Pero ya no por las mismas razones que antes, lo odio porque me obliga a trabajar de más, a doblar esfuerzos, me hace la cosa bien cuesta arriba. Mi historia personal con este maldito cuenta más o menos lo siguiente: hace dos años voy a una disquería y me compro el álbum; lo escucho unas cuantas veces; no me engancha para nada, me decepciona terriblemente y no puedo penetrarlo por ningún lado; le asigno siete puntos, tranquilo, con total seguridad, forzándome de forma inhumana para no mandarle un seis; escribo una crítica extensísima para fundamentar punto por punto y hasta el hartazgo las razones de mi decepción, retocándola todas las semanas para que la explicación quede lo más refinada posible; no conforme con eso, me doy el lujo de salpicar las revisiones de los siguientes álbumes con frases remarcando cuánto prefiero ese disco a Exile On Main Street y cosas por el estilo. Lindo laburo ¿No? De paso me erijo como "el señor díscolo que pone a Exile en su lugar" y cosecho algunas polémicas por ahí. ¿Todo ese trabajo para qué señores? Para que poco tiempo después siga escuchando el álbum y el cabrón, el MALDITO cabrón, empiece a gustarme más y más y más... hasta que un buen día me doy cuenta que TODO lo que había escrito y publicado sobre él era, básica y sencillamente... EQUIVOCADO.
Nunca me había pasado nada similar con ningún disco. Las primeras veces que lo oí me pareció directamente MEDIOCRE, y hoy me atrevo sin problemas a darle nueve puntos y, por ende, considerarlo entre los grandes álbumes de rock de todos los tiempos... ¿Qué demonios pasó en todo este tiempo para que mi opinión mutara de forma tan drástica? ¿Cambió el álbum? Imposible; ¿Cambió mi cabeza?, la verdad es que no tengo la más pálida idea. Sólo se que el álbum fue entrándome muy de a poco, casi con el sigilo de aquel que sabe que peca, hasta que de pronto me sorprendí a mí mismo AMANDO a la mayoría de estas canciones. Las mismas que en un principio taché de mediocres, cansadoras y pálidas. Ahora, me veo obligado a escribir OTRA condenada revisión para justificar por qué de pronto me gusta tanto y por qué todo lo pensaba se ha ido por el desagüe así como así. Disco de mierda.
Exile On Main Street funciona como un mosaico, un verdadero abanico de todos aquellos estilos musicales que los Stones habían absorbido a lo largo de toda su carrera. De esta forma, el álbum puede verse como una exhaustiva enciclopedia de blues, country, rock and roll, soul y gospel. Pienso: nada mal para una banda británica eh? Obviamente, todos estos géneros habían sido explorados con anterioridad por el grupo, y con sobrado éxito, así que esencialmente no hay nada extraordinario aquí; son solo los Stones haciendo lo que saben hacer, lo que siempre más o menos se espera de ellos. Ahora bien, a pesar de todo, nunca antes habían tenido la ambición de intentar tantas cosas todas juntas y de una sola vez; a lo largo de estas dieciocho canciones los Rolling Stones de alguna manera sintetizan y desnudan la esencia más profunda de toda su carrera, su mismo espíritu. Es por eso que el disco, grabado en Francia por razones impositivas (de ahí su nombre), más que escucharlo hay que SENTIRLO; sentir la sinceridad que destila, la pasión, el sexo, la suciedad, la diversión y esa fascinación incontenible por la música negra floreciendo en cada poro. Seguramente las canciones no son la gran cosa comparadas con el material de Let It Bleed, Sticky Fingers o los singles de la década anterior, pero la atmósfera densa, espiritual y levemente oscura que transmite cada riff, cada nota, cada melodía, realmente eleva la experiencia a otra dimensión, una dimensión que trasciende por mucho la calidad intrínseca de las canciones y las atraviesa de lado a lado brindándoles un encanto subrepticio, un encanto intangible, un encanto oculto que hay que hallar. Es difícil explicar que es ese ALGO que tan difícil me fue asimilar; es como un aura casi ritual, casi religiosa que lo envuelve y lo impregna. Superficialmente no es más que música rockera para animar alguna fiesta, pero grave torpeza es quedarse en eso: basta con abrir algunas heridas en los surcos para que sangre ese sentimiento, esa sinceridad, esa espiritualidad.
Además, man, será música para fiesta pero QUÉ FIESTA podría armarse con este disco a todo volumen... Cada vez que lo escucho todo tipo de imágenes sugestivas toman forma en mi cabeza: llamas danzantes en una noche caliente, mujeres negras voluptuosas bailando y jugando entre ellas, la codicia de un destello sexual en las entrañas, dados y naipes despuntando entre el humo de los cirgarrillos, ríos de alcohol empapando las venas, un sudor de orgía bajando por la piel y un amanecer estival desvirgando la noche, bautizándola de vida. Como verán, puro "pecado", nada demasiado "santo", (uso comillas porque no me cierra pensar en las pulsiones de vida como algo pecaminoso; esa tontería corre por cuenta de la Iglesia). No deja de sorprenderme que hoy en día muchos jóvenes lleguen a estas mismas expresiones de libido por la vía de algo tan superficial, vacío y robótico como la música electrónica. Exile On Main Street es el verdadero camino, no acepten imitaciones baratas.
Pero la gran pregunta es porqué tarda tanto Exile en hacer "click"... Porque mi caso es apenas uno entre incontables más. Según los varios testimonios que me llegaron, prácticamente no existe persona a la que el álbum le haya gustado de entrada... En mi caso particular, lo recordarán quienes hayan leído mi comentario anterior, el disco sufría de tres inconvenientes graves: mala producción, montañas de relleno y escacez de verdaderos clásicos. Objetivamente diría que esto no ha cambiado: hoy, poniéndole un nueve, sigo afirmando lo mismo. La diferencia es que mientras todo eso antes me molestaba y me irritaba, ahora me seduce. ¿Estoy loco? Definitivamente lo estoy, pero por otros motivos. Lo que ocurre aquí es otra cosa: una vez que ese encanto subrepticio del que hablaba se revela totalmente, las cosas empiezan a percibirse con otro cuerpo. La producción es pobre, sí, pero ya no me molesta; creo que la gran densidad de capas instrumentales (en cada tema hay entre 50 y 60 intrumentos sonando al mismo tiempo) combinada con la producción barrosa (los instrumentos no se individualizan, suenan como enterrados unos bajo otros, como una nube uniforme, densa e inseparable) constituyen una de las principales claves del ENCANTO ESPECIAL del álbum. Obviamente de esta forma no es fácil apreciar los riffs, las melodías o las armonías en toda su dimensión, pero no importa, uno termina sabiendo que están ahí, llegan por otros canales. No me pidan que explique más porque no lo puedo hacer, es algo que se vive o no se vive.
En cuanto al relleno y la falta de clásicos... pues bien, cualquiera podría decir que Stop Breaking Down es relleno, que Casino Boogie es relleno, que All Down The Line es relleno y así con casi todas las canciones, pero eso no evita que hoy disfrute a pleno con la mayoría de ellas. El entusiasmo, la energía, la exhuberancia, la oscuridad, el sentimiento, el ALMA... ahí está la clave. Tenés una canción de fórmula común y corriente, le agregás una atmósfera, una actitud que llegue y PAM! Se hace irresistible, se hace divina, se hace perfecta aún cuando no haya demasiados ganchos, ni demasiado virtuosismo musical, ni demasiado nada. Porque hay buenos riffs aquí, pero ninguno tiene la talla de un Brown Sugar o un Gimmie Shelter y lo mismo con las melodías o las armonías o los solos. Por eso, si querés escuchar a los Stones en su mejor forma INSTRUMENTAL, buscá en otra parte... Pero los querés sin caretas, con el corazón en la mano y las bolas contra la pared, no busques más. Exile On Main Street es el alma de los Stones, con todas sus verrugas expuestas, aquella que se materializa en un blues BIEN sucio que apesta a alcohol, a juego, a sexo... a VIDA.
Ahora el rigor. Hay tres canciones que todavía no me convencen mucho y que en cierta forma siguen evocando los días en los que tenía a Exile como un álbum mediocre. Shake Your Hips, un cover de Slim Harpo, es muuuy repetitiva, se me hace que en ningún momento toma temperatura y termina decepcionando. Solo aparece un miserable riff de una nota, todo el tiempo, y Mick cantando una melodía floja y sin recodos... No es mi idea de lo que Exile puede transmitir, francamente. Aún más insustancial es Just Wanna See His Face; se trata de alguna especie de experimento, pero no me queda muy claro qué quisieron hacer. Tal vez este jam de piano, percusión, voces misteriosas y sonidos raros sirva para un rito vudú (ya saben, decapitar algún bebé y pintar algo con su sangre) pero aquí queda un poco descolgado, estúpido y sin sentido. Por último, Turd On The Run siempre me pareció ruidosa y boba, aunque el urgente riff de dieciocho guitarras y veinte armónicas distorsionadas, aunque no imponente (por culpa de la producción) es al menos VICIOSO, y eso le da un filo interesante, un filo que corta y hace sangrar mucho.
Pero el resto de las canciones me encantan, me encantan, me encantan. Sí, cosas como Casino Boogie o All Down The Line o Soul Survivor, que muchos parecen olvidar, a mí me requetesúper gustan. Y ni hablar de aquellas que han sido nombradas clásicas: esa masacre de rock and roll que es Rocks Off directamente me convierte en un animal salvaje dispuesto a matar y violar; la energía rockera que inyecta en los oyentes no tiene comparación en este mundo. Ese riff que EYACULA adrenalina, ese piano enloquecido a full en el momento justo, ese ritmo que te revienta, te contamina y te hace transpirar... Mama mía, pocas veces sentí tanta energía reconcentrada burbujeando en mi sangre. Y también amo el paréntesis intermedio, donde la banda baja un cambio en medio de ecos y reverberaciones excelentes, solo para explotar a toda furia con la inmortal frase de Mick "The sunshine bores the daylights out of me". Muchos suelen considerar a Rocks Off como una overtura menor luego de la santísima trinidad de Sympathy, Shelter y Sugar, pero para mí está exactamente en la misma liga: pura potencia, puro rock and roll. También en Exile está el tremendo clásico Tumbling Dice, una soberbia mezcla de gospel y pop que derrocha pasión y belleza por todos sus flancos. ¡Puta digo! ¿De dónde sacaron esa melodía? ¡Y esos coros! Man, esta debe ser una de las cosas más motivantes y espirituales que hayan cantado los Stones. Cómo puede ser que gente tan desagradable como Mick y Keith sean los autores de esta preciosidad, no tengo ni idea... pero eso no hace que la disfrute menos. En un escalón inferior aparece Happy, un canto a la vida, al optimismo, a la juventud, a los excesos. Keith, quien es el principal autor y vocalista del tema, solo quiere vivir el presente, y quiere vivirlo a mil. La música, recargada con un riff de Richards de los buenos, trasmite esa sensación de forma perfecta. La letra, con esa célebre frase "Never kept a dollar past sunset / It always burnt a hole in my pants", es una de las mejores que hayan escrito.
Quizá esas tres sean las canciones que la mayoría conoce, pero el álbum tiene muchísimo más para ofrecer. Tanto que ni sé por dónde empezar. Ok, lo haré en orden y así evito confusiones. Rip This Joint ataca al oyente con una velocidad desenfrenada y un solo de saxofón antológico: se me hace un tantín genérica como para tenerla en lo más alto, pero hace un buen papel manteniendo la intensidad de Rocks Off antes del bajón de Shake You Hips. Casino Boogie está acusada de relleno por muchos, pero aquí y ahora les digo que es de mis favoritas. Soy conciente de que es una canción insustancial y estúpida y quizás de las menos intensas del álbum... pero me importa un rábano asado, tal vez porque no me puedo quitar de la cabeza esa melodía juguetona cantada a dúo por Mick y Keith, o ese groove adictivo que, de a poco y entre bocanadas de humo, pinta una noche de despilfarro en el casino. Maravilloso. Luego de la sublime Tumbing Dice llega el magnífico número country Sweet Virginia, que cuenta con una melodía simple pero entradora y unas líneas de guitarra acústica que te provocará escalofríos en la nuca. Debo decir que siempre me chocó bastante que en una canción tan nostálgica, romántica e intensa aparezca una lírica tan berreta como "Got to scrap the shit right off your shoes", pero bueno... son los Stones, no les podemos pedir mucha poesía a estas alturas ¿No creen? El viaje por el sótano continúa con Torn And Frayed, una balada repetitiva y "rellenosa" que durante mucho tiempo no hizo más que aburrirme; hoy en día, sin embargo, me gusta bastante. La melodía no está mal, y su constante cascada de voces más o menos me eleva. El inclasificable número acústico Sweet Black Angel tampoco es la octava maravilla, pero ya no me parece tan mala como al principio. Creo, eso sí, que está entre el más obvio relleno del disco, pero ya no me ofende. En contrapatida, la balada Loving Cup es una prodigiosa belleza, gracias a su vibrante introducción de piano y sus emotivos motivos vocales, coronados al final con esos antémicos coros de "ohhhh, what a beautiful face" que casi me roban una lágrima o dos en cuanto siento que van llegando.
Entramos entonces en sombríos canales subterráneos con la malvada Ventilator Blues. El riff de Mick Taylor es genial, y su insistente martilleo nunca decae a pesar de lo repetitivo. A medida que se agregan pianos, bronces y saxofones, la cosa se va haciendo cada vez más grande, más amenazante, más cruda y visceral hasta cortar como una maldita navaja bien afilada. De a poco Exile se acerca al final, y las últimas cinco canciones no muestran fisura alguna. Let It Loose, uno de los dos grandes números soul del disco, seduce de entrada con esa perfecta frase de guitarra a pedal, que otra vez va ganando más y más musculatura conforme avanza; cuerdas, un piano celestial y una intensidad de las más altas que se registran en el álbum hacen el resto del trabajo. Y ahora sí, llega la hora de volver a rockear, de encender los motores Stone a todo trapo. Para eso nada mejor que All Down The Line, un rocker de la puta madre transpirando adrenalina en estado puro. La cosa arranca con un riff monumental y termina con un torbellino de energía, resumido en esos "Won't you be my little baby for a while" mientras Taylor y Richards se lanzan venenosos dardos eléctricos entre sí. Y así empieza a respirarse la agonía de la fiesta, y es el momento adecuado para que una vez más Keith despunte con un genuino riff Stone y tire la casa por la ventana en Stop Breaking Down, una rendición SALVAJE del blues de Robert Johnson. Luego de este doble ataque rockero llega el turno, más reflexivo, de Shine A Light, lo más cercano a un himno religioso que han hecho los Stones en toda su carrera. Personalmente no soy un gran fanático de la canción; para mí no tiene el gancho cortante de las demás canciones y el estribillo me resulta un tanto previsible, ordinario si se quiere. Si de soul hablamos, prefiero Let It Loose. Pero no me dejen ser aguafiestas, porque al menos Shine A Light encaja muy bien como el momento trascendente y espiritual antes del descontrol culminante de Soul Survivior, donde un nuevo bombardeo de riffs redondea Exile On Main Street dejándonos con una convicción unívoca: lo que sacudió nuestros sentidos no fue un mero disco de rock; fue una experiencia límite.
Voy cerrando. La palabra clave a la hora de hablar de Exile On Main Street es TIEMPO. Hay que darle tiempo. Tal vez alguno realmente aprecie el álbum 100% a primera oída, pero lo más probable es que la cosa TE GANE muy de a poco. En el plano musical es un álbum con fisuras, en donde los arreglos musicales pecan de previsibles y la producción no otorga el máximo de frescura; por eso es tan difícil gustar instantáneamente de estas canciones de la misma forma que se hace con, por ejemplo, Sticky Fingers. Pero Exile ofrece además una dimensión espiritual, una vibración que se percibe con algo más que el sentido de la audición... y ahí es donde radica el verdadero poder del álbum. Un álbum de rock and roll que es también una biblia, un ritual, una experiencia, una orgía, un encuentro. Exile On Main Steet respira, vive, late, desea, muerde, arde, tiene sexo... Es el álbum más visceral de los Stones, y eso es lo que en definitiva le da relieve de obra maestra.